"Te amaré hasta que muera"- él, supone que ese dicho ha sido una mentira.
Le falta honradez para mirar de frente la posibilidad de que él la ha matado, que agoniza. Y es por la veracidad de "te amaré hasta que muera", por no dejarlo "desnudo lejos de casa", que alienta conectada al respirador de la misma esperanza,...el mismo aire que él desconectará, el mismo aire que los conectó.
El aire contaminado ¿quién lo contaminó? ¡ yo no he sido ! ¿Quién lo descontaminará? ¡ El gran descontaminador !
Pero ¡"sálvame!" grita el mientras tanto, que se deja ir de las manos: allí se debate la vida, la verdad de la vida.
¿No es así en todos los órdenes de este mundo ?...
Tendidos "en la penumbra de la rosa", el político, el amante desencontrado, el amor dispuesto a malograrse y, el ser,... el pobre ser que se mueve llevando al mientras tanto herido gravemente, piedra sobre su espalda, a través del laberinto del infierno : porque vislumbró el cielo una vez y no quiere perderlo; si no es verdad, por eso y no por otra cosa, incluso ni por el cielo, prefiere la muerte; si no hay hombres capaces de quitarle la piedra