La mitad de La Gran Biblioteca está hecha de racionalizaciones, la otra mitad se divide en saber y arte.
Dentro de esta última mitad, se conserva el prototipo de la victimización de la víctima, en cuanto a que serlo es intrínseco y fatal, no puede cambiarse. Nada sobre cómo revertirlo. O bien, pocos leyeron esa parte.
Nada sobre la defensa que no es refutación sino arrancar esas hojas falsas del libro de la vida - acaso también adulteración - y escribir bien la génesis y el génesis de una vez.
El argentino medio no es inteligente, hay algo malogrado en su pensamiento y en su voluntad.
Es generalizado ofrecer de inmediato toda clase de racionalizaciones que expliquen y de modo tácito justifiquen, al victimario.
Es inmediato no poner en primer plano a la auténtica víctima, ni la descripción filosófica y moral de la iniquidad, ni traer al foco del análisis al ser que fue maltratado o abusado ¡y reparar!...
Está implícito que el canalla tiene derecho a serlo sin juicio moral, mas la víctima tiene el deber de ser moral y garantizarse sin culpa.
La literatura, la religión (NO el sentir sagrado y su sinónimo religiosidad), la épica de clases, los intereses de la apropiación, el sentido común colectivo, el poder robado, la escuela, la propaganda, trabajan para eso. Y "algo" es filtrado gota a gota a través de las edades en el ácido ribonucleico, la conducta de un gen que se disfruta, así como la disposición natural para disfrutarlo.
Muchas son las excepciones; lo recesivo se completó. Lo nuevo y el anticuerpo son fuertes. Pero deben vigilar su enemigo : lo narcótico.
Es difícil distinguir entre el original y la copia, pero no imposible. Aunque hay un detalle : los falsos no siguen al auténtico.