Yo creo, humildemente, que la diferencia entre los que soportan a Dorio y los que no, estriba principalmente en que quienes no nos fumamos a Jorgito, evitamos calificar a los que sí se lo fuman con términos peyorativos como "odiadores", o similares.
Parecería que la sola crítcia a este señor, despertara una agresión solo comparable a la de un grupo de adolescentes con granitos en la cara, a las que le dijeran que Justin Bieber es medio rarito.
En lo personal, a Dorio le voy a seguir diciendo de todo, y en los términos que se me canten. A los que lo defiendan, bien por ellos, pero no voy a entrar en insultos o descalificaciones, por una simple cuestión de paladar radial.
Coincido sí, en que no debemos perder de vista lo único inmóvil e inamovible en un programa que se ha movido tanto y cambiado tanto: el señor Alejandro Dolina.
Saludos a todos.