De la desgracia personal no nos reímos, no nos causa gracia. Lo queríamos en cana, no muerto. Pero Néstor como buen rebelde, se fue de gira justo el día del Censo 2010. Como me comentó un amigo, Néstor se salió con la suya: No estaba dispuesto a transitar el poskirchnerismo.
Kirchner deja un gran vacío entre el oficialismo y la oposición, pero fundamentalmente en un país que se había acostumbrado a él. Nos preguntamos ¿Cómo viviremos sin Kirchner? No será fácil romper la lógica de odio y sojuzgamiento. Siete años intentando comprarnos, domesticarnos, aplastarnos. Del país subsidiado, de la mersada mantenida en la pobreza y la ignorancia. De la corrupción. De considerarnos monitos a los que mientras nos tiraran maníes debíamos estar contentos.
Tampoco creo que la oposición esté a la altura del país que se viene (y qué venía antes de esta noticia). Pero es lo que hay.
Los que lo venimos puteando desde hace siete años, en todos los colores, idiomas y giros gramaticales posibles tenemos la buena oportunidad de demostrar nuestra humanidad y respeto por el dolor de millones de compatriotas.
A apechugarla y no ceder a la tentación de seguir generando más odio entre argentinos, Que de ésta salimos todos juntos o no sale nadie.