He sembrado un pequeño poema en este foro hace unos días y coseché estos notables, profundos, tiernos y conmovedores comentarios:
-“Esa cosa rima pero no es poesía.”
-“Solo estás queriendo mostrar tus dudosos dotes de poeta.”
-“Si ya es molesto leer a los críticos haciéndose los intelectuales, peor es leerlos haciéndose los poetas.”
-“Roberto, ya que insistís en tu actitud poética-miserable…”
-“Tenés muchas ganas de que te aplaudan parece.”
-“Sabia que eras un idiota, pero aparte resultaste mala leche.”
-“Hay que admitir que está bien medido. El poema digo…””…La temática sí es muy vigilante, pero bue...todo no se puede.”
-“Lo de Roberto Patroli ya es Spam. Y estupidez.”
-“¡Uhh loco! ¿Es en serio esto? ¿Otra vez este pibe y su soneto vigilante?”
-“Encima expele tres veces el mismo conjunto de versos. Las tres veces igual. Ya tuvo varios días para contar bien las sílabas y corregir los versos infiltrados de 10 y de 12 sílabas. Que lo traiga bien para la próxima y hablamos.”
Desde los tiempos de Aretino que un grupúsculo de 14 versos endecasílabos no levantaba tanta polvareda.
Quiero aclarar, a causa de todo esto, una cosa. Escucho a Dolina desde el año 1997. Siento una profunda admiración por la capacidad intelectual y dramática que cada noche pone al aire. Es difícil hacer gala de semejante derroche de creatividad desde hace casi 30 años. No sólo eso, quiero recordar además su genialidad como compositor, su “opereta criolla” contiene algunas joyas inigualables (“Está Lindo el Barrio”, “Vidalita del Camino”, etc.). Ahora bien, ya no tiene la magia que supo tener. Él no perdió nada. Cambiaron muchas cosas a su alrededor, cambió el programa y no me gustan esos cambios. “Decadencia” fue la única palabra que mi nimio vocabulario me proporcionó. Lamento no haber hallado otra. Saludos.