En un momento de la entrevista con Caballero, Dolina expresa el estupor de lo incomprensible y no asimilable : cómo el kirchnerismo se dejó arrebatar el poder.
No se lo dejó arrebatar : lo entregó.
La entrega vino de adentro hacia afuera.
Lo hicieron los varones de pobre hombría. Y lo entregaron a otro de ninguna.
La causa : ese poder lo había creado una mujer a la manera en que las mujeres paren hijos e instalan tradición y dinastías en el mundo, con una fuerza y autoridad que el varón siente como afrenta y una trascendencia que vivencia humillante, ya que no se limita a reproducir biología... ni negocia belleza ni es impostora de sí misma.
Transgredió el patriarcado, usurpó el podio masculino, coqueteó con el más alto laurel del macho... y lo rechazó, invistiendo el de la propia naturaleza femenina con todo su potencial en acción. Y sin ninguna sumisión ni subordinación, lo superó. Y nunca intentó ni aceptó parecer ni proyectar otra cosa que lo que era : la mujer.
Debió ser aislada, inhabilitada. Ya que no igualada su autoridad o su poder : traicionada.
Perdura en el adn del argentino, el latino, incluso de los pueblos aborígenes americanos, un conflicto con la Creación y con la Evolución : el femicidio instalado, no recesivo, aferrándose con ferocidad, negándose a desaparecer mediante el feminicidio fríamente y racionalmente elegido y organizado.
Por algo tan naturalizado, que ha perdido evidencia : la misoginia.
El varón tiene una enorme deuda pendiente, "una grieta" auténtica ontológica, ontogénica, cultural y... amorosa.
Viyi el jueves, 31 de marzo de 2016 a las 03:24 PM
en La venganza será terrible del 30/03/2016 dijo: