El dolor
La felicidad no tiene canciones, la felicidad no tiene pensamientos,
la felicidad no tiene nada.
Vuelca tu felicidad para que se quiebre, pues la felicidad es mala.
La felicidad llega muy suavemente como el zumbido de la mañana
en la espesura dormida.
La felicidad huye en nubes ligeras sobre las profundidades azul
sombrío,
la felicidad es el campo que duerme bajo el ardor del mediodía
o el infinito del mar bajo la quemadura de los rayos verticales,
la felicidad es importante, duerme y respira y no sabe nada de nada.
¿Conoces el dolor? Es fuerte y grande, puños secretamente
apretados.
¿Conoces el dolor? Sonríe de esperanza, los ojos enrojecidos
por las lágrimas.
El dolor nos da todo aquello que necesitamos,
nos da las llaves del imperio de la muerte,
nos empuja por la puerta cuando dudamos todavía.
El dolor bautiza a los niños y vela con la madre
y forja todos los dorados anillos de boda.
El dolor reina sobre todos, alisa la frente del pensador,
pone la joya en el cuello de la mujer deseada,
está en la puerta cuando el hombre sale de casa de su amada...
¿Qué más da el dolor a los que ama?
No sé más.
Da flores y perlas, da canciones y sueños,
nos da mil besos que están vacíos,
da el único beso que es verdadero.
Nos da nuestras almas extrañas y nuestros gustos singulares,
nos da los premios mayores de la vida;
el amor, la soledad y el rostro de la muerte.
Edith Södergran