Conocer es la lucha por comprender, en la que se desmaleza aquello de nuestra persona - no de nuestro ser - que parece impedirlo. Y en esa lucha, ese amor, por comprender, uno acaba conociendo. Y en ese instante sucede un relámpago, una revelación,...y no es otra cosa que otro tramo, otro permiso, para avanzar en la dimensión del espíritu, con otra visión mejor. Pero nunca, jamás, cueste lo que cueste, hay que dejar de sentir lo que trae esa lucha...Sentirlo como se siente un niño crecer adentro,agarrado a la propia piel y a la propia sangre, tomando nuestro aire, bebiendo nuestra fuente, dependiendo su térmica de la nuestra, su llama de nuestro fuego...Un niño que será un Sol, pero vendrá con secreciones y dolores.
"Quiero todo lo que me quieran dar y ninguna otra cosa" dijo Alejandro una vez - o muchas pero en mí prendió una vez, allá en el Tortoni, y esa raicita permaneció creciendo.
El que ama da; no ama para recibir ni siquiera para ser amado. Si eso sucede, es lo máximo, es todo, es tanto que por eso quizá no se espera. Pero que no suceda no es motivo para detenerse. Porque, ...en la lucha por comprender se llega a conocer. Y el que llega a conocer, llevando en sí esa fuerza sagrada o el ansia de ella, ... también llega a conocer el Amor. Tal vez ese es un don. Como ser amado por quien se ama, es otro don.
Hay que estar dispuesto a dar la vida para encontrar la Vida; la que todo el tiempo está esperando, consciente,...esperando pacientemente que seamos cada vez menos ciegos, más permeables a la entrega sin reservas, sin negociar,...gratitud y gratuidad : porque la experiencia no tiene un "precio", es la manera en la que la vida se nos da. Entonces podemos ser una expresión deella y, hablar con confianza y veracidad.