Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de la vida en la China, Guilespi, durante la denastía Song, accediendo a numerazísimas cartas que nos llegan.
0:00:09 Gente en la puerta, acá del paseo de la plaza durante días, pidiendo a los gritos que habláramos de una vez.
0:00:18 No con los mejores modales.
0:00:20 La China no, no, no, porque hay gente que lo pide mal. A mí si me lo piden bien, no lo hago.
0:00:26 Pero de prepo.
0:00:27 De prepo me sacan hasta la camisa.
0:00:31 Vamos a ver cómo era la vida durante la denastía Song.
0:00:36 ¿Por qué se caga esto?
0:00:38 La vida en China en la denastía Song.
0:00:42 Ahí, ostinadamente los medios se niegan a hablar de esto.
0:00:49 Bueno, y por qué hay intereses.
0:00:51 Hay mucho interés en que no se sepa cómo era la vida en China durante la denastía Song.
0:00:57 ¿Para qué quieren?
0:00:58 ¿Para qué quieren que no se sepa esto?
0:01:04 Uyquémonos entonces en China allá por el siglo XIII.
0:01:09 La denastía Song gobernaba el llamado Imperio del Sur.
0:01:14 Y la capital de dicho imperio era Hancheu.
0:01:19 Repito, Hancheu o Han-Sou.
0:01:22 Mi asento chino es del norte más que el sur.
0:01:26 No todos los habitantes de este lugar tenían la suerte de poseer una vivienda.
0:01:31 Hancheu era una ciudad súper poblada y como hemos contado alguna vez,
0:01:36 frecuentemente arrasada por incendios.
0:01:39 Había mucha gente amontonada, Arrolón.
0:01:42 Casas, celdas, patios, monasterios, barcos en laguitos, acantamientos militares,
0:01:52 toda gente amontonada.
0:01:54 En cuanto a la gente del pueblo que había conseguido una casa,
0:01:59 hay que decir que generalmente cinco o seis personas ocupaban una misma pieza.
0:02:05 Dormíamos todos amontonados los chinos de Hancheu en aquel entonces.
0:02:09 Poco se podía hacer contra la cantidad de gente que vivía en la capital.
0:02:14 Había construcciones de varios pisos, estamos hablando del siglo XIII,
0:02:18 pero generalmente las casas estaban hechas de varas de madera,
0:02:22 o de cuerdas anudadas, o de estera, o de estacas de bambú y papel pintado.
0:02:29 Así que calculen que eran unas casas un poco frágiles.
0:02:32 Y eso agarra fuego enseguida.
0:02:35 En Hancheu vivían más de un millón de personas en el año 1270.
0:02:40 Para alimentar a tanta gente se necesitaban 200 toneladas de arroz diarias.
0:02:45 Marco Polo la definió como mayor que cualquier otra ciudad del mundo,
0:02:50 y era verdad en aquel entonces, era mayor en tamaño.
0:02:55 Tenía una muralla así de forma irregular, con trece puertas también irregulares.
0:03:02 El palacio imperial parece que estaba en el barrio sur.
0:03:06 En el centro había un mercado de chanchos, dice Marco Polo.
0:03:13 Los artículos amontonados por todas partes, afeaban la ciudad,
0:03:18 y las actividades comerciales incontroladas le daban un aire cabótico a la ciudad de Hancheu.
0:03:25 Todos los edificios eran sin excepción rectangulares.
0:03:30 Es decir, creo que eran en forma de prisma rectangular.
0:03:34 Si fueran rectangulares estaríamos hablando de edificios de dos dimensiones,
0:03:39 que son muy incómodos para entrar.
0:03:45 Bueno, no termina de entrar que se los pasó de largo.
0:03:49 En los parques o jardines de los ricos,
0:03:54 se edificaban tantas de estas construcciones en forma de cajón como fueran necesarias,
0:04:01 como si hubiera un módulo.
0:04:04 Se iban amontonando, primero el tipo hacía una pieza como las construcciones de Tano.
0:04:12 Claro, de los Thanos acá.
0:04:14 Tano de Gran Monazail, pero hace una pieza, después otra atrás, otra arriba.
0:04:18 Se le caza un hijo y lo hace un hijo.
0:04:20 Claro, y en vez de ser seis en una cama somos siete.
0:04:24 A veces construían en forma de uu, para dejar el patio en el diome.
0:04:30 Durante la construcción el techo era aqueso a lo que más tiempo se le dedicaba.
0:04:36 Se empezaban a construir desde el momento mismo en que se construían los pilares necesarios para poder sostenerlo.
0:04:43 Si usted creía que iba a decir que empezaban por el techo, no.
0:04:47 No, no eran tontos los chinos.
0:04:49 Se echaban los techo a dos aguas y descansaban estos techos sobre una combinación de vigas y listones
0:04:55 que en los edificios más hermosos parecían construidos en el aire.
0:04:59 Según aquellos constructores, el extremo de los techos debía ser levemente curvado hacia arriba,
0:05:08 como vemos en los grabados chinos de las tintorerías.
0:05:13 Esto era para estar en armonía con los árboles cercanos y con las curvas caprichosas de las colinas de las ciudades.
0:05:20 Pero también, según me contó alguien que tal vez quería engañarme y lo consiguió,
0:05:25 para eludir la presencia de unos demonios, de unos espíritus malignos que se alojaban en los tejados de las casas
0:05:33 y que se dejaban caer para aplastar o para poseer a quienes pasaban por debajo.
0:05:41 Entonces se le hacía una curva hacia arriba al tejado y cuando el espíritu se deslizaba,
0:05:47 se quedaba enganchado en esa curva y uno podía pasar por abajo sin ser víctima de una desagradable posesión diabólica
0:05:55 que como todo el mundo sabe es lo más enojoso que uno puede tener, más que nada si uno trabaja.
0:06:06 Lo echan enseguida, te vas a hacer sentar en el escritorio y empiezas a escupir ranas, a volar a sufre.
0:06:13 Claro, más que nada.
0:06:19 Aquel precepto de los arquitectos de aquel tiempo se cumple hoy, aunque más no sean los dibujos que hacemos de los chinos.
0:06:26 Cuando uno dibuja a chinos, enseguida le mete un edificio con las puntas del techo retorciadas en firulete.
0:06:34 Pero estos techos con puntas curvas estaban reservados por ordenanza imperial
0:06:41 a la residencia de las personas de la alta sociedad y a los edificios oficiales.
0:06:46 Las casas populares y los techos de los comercios no seguían esa costosa moda.
0:06:52 Las casas de los ricos tenían el techo con firulete, las otras no.
0:06:58 Las ventanas estaban hechas de enrejados que formaban cuadrados, pero las partes vacías se cubrían con papeles encerados.
0:07:08 Ahora ponemos los vidrios, ponían papeles encerados, adornado con flores o con figuras de animales.
0:07:15 Estos papeles se vendían en los mercados de Hancheu para decorar.
0:07:20 Papel decorado para la ventana, poniase ahí un dibujito.
0:07:25 Otra curiosidad, solo las personas importantes del imperio podían tener más de una puerta de acceso a las casas.
0:07:32 Si vos eras un príncipe del imperio, tenías dos puertas.
0:07:37 Pero si eras un hín, como yo, una sola, en las puertas podías pintar entes protectores contra los malos espíritus.
0:07:46 Generalmente eran personajes históricos divinizados, pero eso es otra.
0:07:52 Recuerdo que en Córdoba hay un edificio suítico que, según me explicaban, había recibido autorización para tener más puertas de las que les correspondían conforme a derecho.
0:08:12 Quiere decir que también allí imperaba esta forma de autorizar puertas según la jerarquía del propietario de la casa.
0:08:26 En las casas importantes, cada pabellón, cada pieza de esas rectangulares que hemos lamentado tenía su uso particular.
0:08:34 Por ejemplo, tenían una pieza para mirar el claro de luna.
0:08:39 El vacán tenía muchas piezas, tenía una sola pieza que el claro de luna.
0:08:47 Éramos ahí en una cama, pero los vacanes, los mayorengos y todo eso tenían muchos pabellones, muchas habitaciones.
0:09:00 Una para mirar el claro de luna, quiere mirar el claro de luna, bueno, pese por acá.
0:09:04 Otro para las sesiones musicales, otro para los banquetes, otro decorado en su interior, con pinturas que representaban paisajes nevados.
0:09:14 ¿Para qué? Para inducir el fresco en época de mucho calor.
0:09:19 Como no había aire condicionado.
0:09:21 Sí, se pintaba.
0:09:23 Claro, cuando venía el calor, tenía un pabellón que tenía pintado, por ejemplo, una ladera nevada.
0:09:29 Entonces, bueno, trabajaba y dice qué fresco que está acá.
0:09:33 Y también, cuando venía el frío, por ejemplo, tenía una pieza donde tenías pintado leñas.
0:09:41 Leñas, tenía pintada leña ardiendo. Y algunas tenían leñas ardiendo.
0:09:45 Porque si bien no había aire condicionado, leñas ardiendo había.
0:09:49 Y el fuego ya sabía.
0:09:51 Qué curioso, qué curioso.
0:09:55 Dos, seguramente pintarían.
0:09:57 A un panzaje.
0:09:58 Dragones echando fuego, se me ocurre.
0:10:00 Que son muy eficaces para acarentarse las partes.
0:10:05 El piso estaba recubierto de ladrillos esmaltados, una especie de cerámica.
0:10:09 Sin embargo, aparecen las crónicas que en algunas residencias había un piso parecido al piso de parquet.
0:10:16 Y tenía incrustaciones de flores de plata.
0:10:20 Un parquet con incrustaciones flores de plata, que era sin embargo, levantado por los peronistas para hacer asalos.
0:10:38 En el interior de las casas no había sillas.
0:10:43 Tanta guita que tenemos y no había sillas. Mucho pabellón para mirar la luna.
0:10:47 Y comemos de parado.
0:10:48 No las tenía que mirar de parado.
0:10:51 Lo que sucede es que esos objetos, las sillas, no llegaron a la China hasta dos o tres siglos después.
0:10:58 Llegaron desde la India, allá por el año 1500.
0:11:03 Y antes no se usaban sillas.
0:11:05 Pero cómo no se les ocurrió.
0:11:06 Miren que los chinos son inventores.
0:11:08 Estaban parados o acostados, pero no sentados.
0:11:13 No, espere.
0:11:16 No dice que los chinos no se sentaron.
0:11:18 Si no tenían sillas, ¿dónde se sentaban?
0:11:20 En los almohados de los cojines, esos que tenían ellos.
0:11:24 ¿Dónde?
0:11:25 Tenían como unos almohados que ponían en el piso.
0:11:29 Es más, cuando usted iba a una casa, era como un que...
0:11:33 ni bien entrar a usted le dieran uno de esos almohadones para que ustedes se sentaran en el lugar del cacarón.
0:11:40 Se estarían en el suelo, ¿no?
0:11:42 Sí, pero se le daban almohados.
0:11:44 Bueno, las camas por un decreto imperial, tal vez el mismo de recién, estaban reservadas solo al emperador.
0:11:53 Acá el único que apoleille en una cama es el emperador.
0:11:57 Los de más dormimos en el suelo.
0:12:00 Recién se popularizaron las camas, junto con las sillas, en el 1500.
0:12:06 Se puso de moda la caprera, ¿no?
0:12:09 Los jardines y los estanques eran tan importantes como las viviendas.
0:12:14 O más.
0:12:15 O más.
0:12:16 Hay estanques, arroyos, flores exóticas, caídas de agua.
0:12:22 En Han Chew, los floristas cultivaban 60 clases de crisantemos.
0:12:27 ¿Mira vos?
0:12:28 Bueno, con respecto al aceo de la gente.
0:12:33 Los historiadores aseguran que los habitantes de Han Chew se lavaban mucho más que las personas de otras regiones.
0:12:40 Había una región llamada Sechuan, cuyos habitantes eran muy raniosos.
0:12:49 Parece que no se bañaban más de dos veces en su vida.
0:12:53 En la vida.
0:12:54 Sí, se bañaban luego del nacimiento y antes de la muerte.
0:12:57 Es decir, lo bañaban.
0:12:59 Ya que estas eran abluciones obligatorias.
0:13:02 O sea, se bañaban dos veces en su vida y prácticamente no era necesario hacerlo ninguna de las dos veces.
0:13:10 ¿Qué fue cuando le tocaba el segundo baño, no?
0:13:12 Sí, era un baño.
0:13:16 Sí, era un baño.
0:13:18 Ya que preparaban el jabón.
0:13:20 Ya ahí venía la palabra para el jabón.
0:13:23 Y a lo mejor por eso no se bañaban.
0:13:28 Han Chew era una ciudad limpia.
0:13:30 Estaba edificada sobre una red de canales unida a un lago que estaba al oeste.
0:13:36 Y de allí se acabó el lago a patomar y parregar.
0:13:39 Una vez al año, como en Venecia, se hacía una limpieza general de los canales.
0:13:44 Y también había un servicio diario de recolección de basura.
0:13:48 Mientras que los ricos tenían pozos negros,
0:13:52 que eran vaciados periódicamente,
0:13:56 el resto de los ciudadanos usaban baldes.
0:13:59 Y los baldes eran recogidos todas las mañanas por los recolectores.
0:14:03 No por los de la basura, por otros.
0:14:06 En vez de sacar la basura, sacaba celoalde.
0:14:12 Muchos habitantes se dirigían a Yancheu,
0:14:16 una ciudad ubicada 50 kilómetros al norte,
0:14:19 y se arrimaban al río Sekian, al Jan Sekian,
0:14:24 para matarse las pulgas, los piojos y los parásitos.
0:14:30 Esta operación se realizaba con gran habilidad.
0:14:33 Cuenta Marco Polo haber visto a una chica muy elegante, ricamente adornada,
0:14:38 matándose las pulgas.
0:14:40 Leo a Marco Polo en el libro del Millon, dice,
0:14:44 con las ropas desplegadas se metían las pulgas en la boca
0:14:47 que caían en sus manos,
0:14:49 y lo hacía tan rápidamente que no paraba de llevarse la mano a la boca.
0:14:53 Decía Marco Polo.
0:14:55 Mira, vos, la mina mataba a las pulgas y después se las atraba.
0:14:59 El baño y el lavado del marote constituían un momento importante.
0:15:06 En ese momento mucha gente atendía las visitas mientras se bañaba.
0:15:12 Eso en Yancheu, ¿no?
0:15:15 ¿Y cuál era la frecuencia de los baños en Yancheu?
0:15:18 No lo sé, pero venía en Ciafán de la Empieza de viejas prácticas,
0:15:24 campesinas que aún se conservan.
0:15:26 Incluso la fiesta de casamiento, había un baño en común y sin ropas,
0:15:30 entre los muchachos.
0:15:32 Chico de casamiento.
0:15:34 Habría una fiesta de casamiento, por ejemplo, se casaba usted con quien quiera.
0:15:39 Yo no lo voy a decir porque se tiene que casar.
0:15:42 Los invitaba a todos y los invitados se pegaban una enjuagada,
0:15:47 todos ahí como desnudos.
0:15:53 Así que esos son casorios.
0:16:00 Sin embargo, los chinos de educación elevada
0:16:02 no se bañaban en presencia de algún familiar de otra generación,
0:16:06 ni en presencia del abuelo, ni del nieto.
0:16:14 Se va a quedar sucio.
0:16:16 Los camboyanos, que habían bastante lejos,
0:16:20 tenían la costumbre de bañarse en los estanques
0:16:23 y los mercaderes chinos de Yancheu viajaban en grupo a mirarlos,
0:16:27 a relojearlos, les gustaba mirarlos.
0:16:29 ¿Vamos a mirar cambollano?
0:16:31 Sí, vamos a mirar cambollano.
0:16:33 Mira ese.
0:16:35 ¡Cambolla!
0:16:37 Bueno, según Marco Polo, existían en la ciudad miles de baños públicos
0:16:42 que podían recibir a cien clientes a la vez.
0:16:45 Ahí podías recibir masajes, beber té o encontrarte con alguna mina.
0:16:51 Algunos funcionarios eran famosos por la manía de bañarse
0:16:55 y otros lo eran justamente por sucios.
0:16:59 Por ejemplo, el gran reformador del siglo IX, Juan Anche,
0:17:03 era increíblemente sucio.
0:17:07 Los asistentes lo obligaban a bañarse una vez por mes mediante amenazas.
0:17:14 ¿Lo rodeaban?
0:17:16 Lo rodeaban, si, con la punta de tabú con arangelo.
0:17:20 También había aficionados a los baños ibaríticos,
0:17:23 que se baleaban porque sí.
0:17:26 El poeta Pausau-Mont se hacía un baño grande y uno pequeño en la cara.
0:17:31 Un baño pequeño y uno grande en los pies
0:17:34 y también baños completos grandes y pequeños.
0:17:37 No sé los que son un baño grande y un pequeño,
0:17:40 pero vaya le tomando el peso.
0:17:42 Se hacía ayudar por una docena de sirvientes en cada baño
0:17:47 que le iban llevando agua caliente en una cubeta.
0:17:52 Anda, traeme agua caliente en una cubeta que me había a lavar.
0:17:57 Eso se llama bañarse con escrupulo,
0:18:02 hacerse ayudar por doce.
0:18:05 Hágame el favor,
0:18:07 se pillenme ahí donde le dije mi querido Juan Anche.
0:18:12 Último detalle, para limpiarse los dientes
0:18:15 se contentaban con pasarse un trapo.
0:18:18 Pasaban un trapo por el medorco.
0:18:21 Y cuando en todo al uso de cosméticos y perfumes,
0:18:24 desde luego solo lo usaban las muchachas.
0:18:27 Fueron las mujeres chinas las que primero comenzaron a depilarse las cejas
0:18:31 para reemplazarlas por un trazo de lápiz negro.
0:18:35 Me diría usted, para que te depilar las cejas y después te da la limpa.
0:18:39 Es ese gusto por lo artificial que una tiene.
0:18:44 Había mucho borracho también en aquella ciudad.
0:18:48 Había algo parecido a la policía
0:18:51 y los principales enemigos eran los curdelas que había en Hancheo.
0:18:55 Parece que la gente bebía mucho y a falta de mayor diversión salían por ahí,
0:19:01 a molestar, y se caían a los canales todo el tiempo.
0:19:06 Porque muchos canales...
0:19:09 Vio como es el borracho, que caerse.
0:19:12 Era una ciudad parecida a Venecia pero distinta.
0:19:15 Si vamos a pensar que cada ciudad con canales se parece a Venecia,
0:19:19 no sé dónde vamos a ir a parar.
0:19:22 Todas las noches se acaban unos cuantos que se caían a los canales.
0:19:27 Generalmente mamados.
0:19:29 Se caían mamados, salían muertos.
0:19:32 Fue posiblemente el primer ejemplo de ciudad con problemas de gran metrópole
0:19:39 de asieramiento, problemas sanitarios,
0:19:42 y también el problema de la vivienda, el problema de la gente que andaba por ahí
0:19:46 sin tener donde vivir.
0:19:48 Bueno, ¿y a quién quiere dedicar esto?
0:19:51 A los arquitectos de Hancheo y Alejandro que cuidaban esta armonía
0:19:57 de la casa, con los árboles, con las montañas.
0:20:00 Nosotros que nos toca cierta falta de planeamiento urbano,
0:20:08 para cuidar la belleza de la ciudad.
0:20:11 Por ahí el edificio grandote, una casa chiquita,
0:20:14 me parece que es una linda cosa esto de tratar de cuidar
0:20:17 que el lugar donde uno está se da bello.
0:20:19 Y ya que hablamos del Imperio del Sur,
0:20:21 permítame dedicar esto al protector de los pueblos libres del sur,
0:20:25 al amigo Artigas.
0:20:27 Bueno, muy bien, ya que hay muchos amistades de parache.
0:20:31 La canción que hemos elegido tiene que ver con la arquitectura también.
0:20:41 Unas canciones que tienen que ver con la arquitectura.
0:20:46 Se llama Cacerón de Texas.
0:20:50 Y desde luego...
0:20:53 Es lo que dirían los chinos cuando venían al arquitecto.
0:20:57 ¿Usted qué quiere hacer eso?
0:20:58 Sí, un Cacerón de Texas, decían los chinos.
0:21:01 Sí, hágamelo con firulete.
0:21:06 Escucharemos dedicado también a mi tía Elcira,
0:21:08 esta versión, la que a mí más me gusta de cuántas se han hecho,
0:21:12 y que es la poco difundida versión de libertad la marquina.
0:21:16 Así que la escucharemos a ver.
0:21:28 Cacerón de Texas
0:21:59 Todo fue tan simple,
0:22:02 helado como el cielo,
0:22:04 bueno como el cuento que en las luces fiestas nos contó el abuelo,
0:22:09 cuando en el pianito verás la oscura,
0:22:13 sangraba la cura, terna de un bal.
0:22:18 Revivió, revivió,
0:22:23 en la voz de dormidas del piano,
0:22:27 y al conjuro sutil de tu balo,
0:22:31 el palcón del abuelo vencerá.
0:22:36 Llámalo, llámalo,
0:22:41 vivimos el cuento de sano,
0:22:45 en aquel Cacerón de Vergrano,
0:22:49 venciendo al arcano nos llama mamá.
0:22:54 Unitaria
0:23:09 Barrio de Belgrano, Cacerón de Texas,
0:23:14 donde está el alfibe, donde están tus facios, donde están tus rejas,
0:23:19 volverás al piano mi hermanita vieja,
0:23:23 y en las melodías vivirán los días claros pero ganan.
0:23:29 Tu sonrisa era mala,
0:23:33 muy, muy duero,
0:23:35 y como en el cuento que en las luces fiestas nos contó el abuelo,
0:23:40 tornarás el pianito de la oscura,
0:23:44 hasta creer la pura, ternura de un bal.
0:23:49 Revivió, revivió
0:23:53 en la voz de dormidas del piano,
0:23:57 y al conjuro sutil de tu balo,
0:24:01 el palcón del abuelo vencerá.
0:24:07 Llámalo, llámalo,
0:24:12 vivimos el cuento de sano,
0:24:16 cuenajerco, cero, bebé el grano,
0:24:20 venciendo al arcano nos llama mamá.
0:24:41 En la venganza será terrible hemos escuchado a libertad la mar,
0:24:44 que interpretando de piano y castillo, Cacerón de Texas.
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