Transcripción automática
0:00:00 Bien, entonces la charla de hoy se ocupa de las campanas.
0:00:04 No se sabe, desde luego, quién inventó las campanas.
0:00:10 Ni siquiera tampoco cuál fue el procedimiento de esta invención.
0:00:14 Y tampoco hay mitos que le expliquen cómo suele haber para otros objetos menos poéticos, pongo por caso el cerrucho.
0:00:24 Se sabe por su aparición arqueológica y por algunos escritos que ya en la China había campanas,
0:00:32 allá por el 2000 a.C., en tiempos de la cuasimítica dinastía Sía.
0:00:38 Algunos siglos más tarde existieron en Egipto, en la India, en Grecia y en Roma.
0:00:46 Desde los primeros tiempos las campanas se usaron para la comunicación.
0:00:50 Hubo incluso una ley de uso de campanas que prohibía que una persona tuviera casi todas las campanas.
0:01:01 Pero también se usaban como objetos rituales o como amuletos mágicos protectores.
0:01:09 Para usentar los malos espíritus, por ejemplo, se colgaban y se agitaban campanas en las puertas de las casas.
0:01:19 Pero no servían en cambio para advertir la presencia de un visitante, que es lo primero que uno se le ocurre.
0:01:25 El uso de campanas ya con las iglesias se extendió por toda Europa.
0:01:32 Pero parece que las campanas llegaron desde Vicencio.
0:01:35 Las primeras se fabricaban en la región italiana de Campaña y de ahí su nombre.
0:01:42 Guasa Campaña, los recipientes de bronce. Campaña decía muy buen bronce y gracias a eso.
0:01:47 La costumbre de colocar varias campanas afinadas en una torre apareció relativamente tarde, a las 7 y 8.
0:02:00 En el siglo XIII, en el norte de Europa, en la edad media existía la siguiente costumbre.
0:02:07 Con respecto a las campanas.
0:02:10 De acuerdo con determinadas reglas, si hacían sonar las campanas cuando un señor se moría.
0:02:23 De este modo, muchos se enteraban de la muerte de alguien.
0:02:28 ¡Uy, mira, tocan a muerto las campanas!
0:02:31 Pero no de quién.
0:02:32 No, y cómo decir con campanas quién murió.
0:02:35 Pero usted va y pregunta, va y dice, ya chequen, se murió.
0:02:38 Y entonces de esta manera se enteraban de que había muerto alguien y el tipo de esa manera podía, llegó el caso, asistir al funeral.
0:02:48 Pero en Inglaterra surgió la costumbre de hacerla sonar durante la agonía de un señor.
0:02:56 ¡Uy, Dios!
0:02:57 ¡Estoy mal, doctor!
0:03:00 Esto tenía dos propósitos.
0:03:03 El primero era que todos los cristianos dijeran unas palabras por el alma de quien se estaba yendo.
0:03:10 Y el segundo era ausentar a los malos espíritus.
0:03:16 Y esto es porque parece que tales espíritus malignos tenían por costumbre estar al pie de la cama del enfermo listos para importunar al recién finado.
0:03:26 ¡Qué fulero!
0:03:27 Vos te morías, no terminás de morir, ya el espíritu estaba allí, no tenían necesidad de correrse desde el infierno.
0:03:33 Frotándose las manos ante él.
0:03:35 Claro, ya te agarretajaba y bueno, empezó.
0:03:39 Entonces al hacer sonar la campana, se creía que los demonios se mantenían apartados y que las almas podían ganar sin obstáculos la puerta del cielo o del infierno.
0:03:53 Bueno, semejante creencia a saber que las campanas se ausentaban a los diablos causó problemas.
0:03:59 Y también la de creer que los malos espíritus estaban instalados durante la agonía.
0:04:05 Y los problemas fueron estos porque empezaron a cobrar.
0:04:08 Vos te enfermabas y querías que alguien te toque la campana para ausentar a la escomunica y te cobra.
0:04:17 Entonces por ahí venían los parientes de un agonizante, pedían tóqueme la campana, y si bueno una iglesia principal, era muy caro.
0:04:26 Pero también porque la campana era más grande y más honorada y espantaba mejor los demonios como caban mejor al funerar a la gente.
0:04:34 Entonces cobraban precios exorbitantes.
0:04:37 Contaremos un ejemplo conocido.
0:04:40 En el año 1216 se creyó inminente la muerte del rey Juan Cintiérra, que venía medio maltrecho por las guerras y por los excesos que en aquel tiempo hacían mal.
0:04:58 Además el tipo parece que escabiaba como un loco, bueno, se forma parte quizá de los excesos.
0:05:03 Los ingleses, que creían en todo esto, hicieron sonar meta campana y campana para que el alma de Juan tuviera una salida digna.
0:05:12 Pero había muchos enemigos de aquel rey.
0:05:16 Todo lo que hemos visto películas de Robin Hood sabemos que ese era el rey malo, ¿no? El hermano.
0:05:22 Ricardo Corazón de Leon.
0:05:23 Ricardo Corazón de Leon, que era el bueno.
0:05:25 Que no estaba, estaba en la cruzada.
0:05:28 Juan había perdido muchos territorios en Francia.
0:05:33 Inglaterra tenía muchos territorios en Francia y Juan los había perdido. Algunos de ellos.
0:05:38 Entonces indignados los enemigos del monarca, se trabaron en lucha con los seguidores de Juan para detener el sonido de las campanas.
0:05:49 Y en aquella disputa murieron 200 personas.
0:05:52 Algunas campanas sonaron, otras no.
0:05:57 Pero lo que no sabemos es qué pasó finalmente con el alma de Juan Cintiérra, que murió nomás tal como todos sospechaban en aquel año en 1216.
0:06:09 Otro asunto en que unas campanas fueron famosas tuvo lugar en España, en el reino de Aragón.
0:06:17 El rey Ramiro II gobernó entre 1134 y 1137.
0:06:23 Cuentan las crónicas que lo rodeaban algunos nobles poco dóciles, que pidieron prerrogativas y aún tierras para apoyar a Ramiro.
0:06:34 Se sabe que en aquella época el poder real todavía no estaba muy afianzado en ninguna de las naciones de Europa, que por otra parte ni siquiera eran tales.
0:06:45 Ni siquiera eran naciones todavía.
0:06:48 ¿Iban a faltar un par de siglos en España para que esto se consolidara?
0:06:53 Y entonces el poder de los varones era muy grande y a veces superior al poder real.
0:06:59 Bueno, Ramiro, el rey, fingió aceptar las peticiones de los nobles, les entregó algunos castillos y fortalezas, y los nobles se ensoverbesieron y llegaron a creerse más importantes que el propio rey.
0:07:15 Pero Ramiro, que medio había sido desplazado por aquellos a quienes se había favorecido, es menor momento propicio para vengarse.
0:07:27 Reunió a los nobles, mucho jajaja, y les dijo, miren, dice, estoy construyendo una campana cuyo sonido va a llegar hasta el rincón más remoto del reino.
0:07:44 Todos rieron, como si se tratara de una fantasía.
0:07:50 Pero un día Ramiro reunió a los nobles más turbulentos, les mintió, les dijo que les iba a convidar un vino exquisito que tenía la cripta, los encerró ahí y mandó unos tipos que les cortaron la cabeza a todos.
0:08:08 Y con cada una de esas cabezas Ramiro hizo barajos para probar el sonido de sus campanas.
0:08:17 Finalmente quedó, como martillo, por brindar la mejor sonoridad, el obispo de la diócesis de Aragón.
0:08:26 Pero esa es una precisión destinada a provocar mayor rechazo entre los oyentes.
0:08:32 Hubo algunos siglos más tarde otro problema con las campanas, sucedió en Roma.
0:08:39 La embajada del reino de España ante el Vaticano, como hemos dicho otro día, estaba en la Plaza de España.
0:08:48 Sin embargo, el otro día estaba en la Piaza Nabona, así que la han cambiado del lugar.
0:08:54 Hasta fines del siglo XVIII toda la plaza estaba bajo jurisdicción de los españoles.
0:09:02 Vio la escalera de la Piaza de España donde estaba Valeria Maza.
0:09:07 Ya formaba parte de la embajada española, la gente no podía entrar ahí.
0:09:12 La corona española se hizo con ese lugar en 1647 y mudó allí a sus embajadores.
0:09:22 Bueno, las relaciones con los papas, que no los que merezcaban ropa, eran buenas.
0:09:27 Hasta que llegó el conde de Olivares, que tenía una costumbre muy extraña.
0:09:32 Convocaba la servidumbre con las campanas del palacio.
0:09:36 En vez de gritar... ¿Curano? No.
0:09:40 Tocava las campanas.
0:09:42 Y al papa le indignó porque a cualquiera del tipo tocaba la campana.
0:09:46 Quería llamar... ¿Qué se llama?
0:09:49 ¿Cansarme el repasador?
0:09:51 A las tres de la mañana, plin plin.
0:09:54 Entonces el papa lo convocó al de Olivares y le dijo,
0:09:58 ¡Mene, sonar la campana es un privilegio reservado para pocas órdenes religiosas y al propio papa!
0:10:05 Y bueno, tanto esto está prohibido a los embajadores de España.
0:10:09 El conde apeló a la benevolencia del papa para que a España se le otorgara también ese beneficio.
0:10:16 Pero el papa persistió en su negación.
0:10:20 Olivares le dijo.
0:10:22 El conde entonces obedeció pero se vengó.
0:10:25 En el patio del palacio puso un cañón y sustituyó los campanasos por cañonazo.
0:10:32 Cada vez que quería llamar a la servidumbre, pongo un cañonazo.
0:10:38 Me encanta.
0:10:39 Está muy bueno eso.
0:10:41 Y entonces el papa no tuvo otra salida que conceder al representante de España
0:10:46 a sus sucesores.
0:10:48 El solemne privilegio de la campana, prerrogativa que todavía conserva ese palacio.
0:10:54 También se llaman, incluso, entre los familiares tocando la campana.
0:11:05 Taba pensando también, como dijo usted hace un rato,
0:11:10 en esa bella imagen que se utiliza cuando uno nombra a cierta especialidad de los ladrones como campana.
0:11:21 Acé de campana, que es decir, quedate ahí en la puerta y empiece a lograr que se viene la cama.
0:11:28 Logia que no pinte la llucca.
0:11:30 O sea, tenés que tocar la campana cuando viene la policía.
0:11:34 Y recuerdo también una bella imagen de un tango no muy conocido,
0:11:43 quizá no muy bueno, que se llama una tarde.
0:11:47 Que por ahí dice, el viejo farolito, campana de la noche.
0:11:51 Muy lindo, claro.
0:11:53 Está bueno.
0:11:54 Está bueno, está bueno la idea, además, de ese encendido de los viejos faroles a la hora de la oración.
0:12:00 Claro, el farol, cuando se enciende, cuando viene la noche, es campana.
0:12:05 Y si vos ves un farol encendido, dice, guarda que viene la noche.
0:12:08 Araca que es de noche.
0:12:09 Araca la noche.
0:12:12 Muy lindas figuras.
0:12:13 Bueno, también al pixie campana, el famoso basquebolista.
0:12:17 Campañar también.
0:12:19 Los saludamos.
0:12:20 Campañar es una extensión de la otra cosa.
0:12:24 Campañar es vigilar.
0:12:26 Y por extensión mirar.
0:12:27 Y para relojear este.
0:12:28 La.
0:12:29 También este, ese orden.
0:12:31 Y esto es todo lo que tengo que decir.
0:12:35 Usted a quién quiere saludar o quién quiere dedicar esta charla sobre las campanas.
0:12:42 Si ese es ciertamente difícil, querió Alejandro pensar en un dedicando de esta charla.
0:12:46 Pero pensando en la forma en que hemos asociado las campanas con este poder eclaseástico,
0:12:52 este poder que ejercido la Santa Madre Iglesia estaba pensando en alguien que sin pertenecer
0:12:57 a ella, pero estando vinculado, tuvo este privilegio de hacer cosas dobles.
0:13:01 Por un lado, digo, predicar la fe de Dios, de ese Dios y de algunos otros.
0:13:05 Y al mismo tiempo escribir poesía erótica.
0:13:07 Y que alguna vez pudo concebir una frase que fue usada después por muchísima gente,
0:13:12 sin que muchos recuerden quién fue el autor de ella,
0:13:15 que hablando de John Don, el poeta erótico británico,
0:13:18 que inspiró aquella frase de por quién doblan las campanas.
0:13:21 ¿Por qué no doblan las campanas?
0:13:23 Utilizada después como...
0:13:25 Título de una novela por el mismo objetivo.
0:13:27 Como título de una novela y además como el verso entero antes de conversar.
0:13:32 Exactamente, como a cápite. ¿Por qué no doblan las campanas?
0:13:34 Están doblando por ti.
0:13:35 Y o, ¿cosa es esta advertencia cada vez que una campana advierte sobre alguna tragedia inminente,
0:13:41 una inflación...
0:13:42 Pero luego muerto, justamente.
0:13:43 ...y un agonizante.
0:13:45 Es uno el muerto y el agonizante al.
0:13:47 Y es bueno preguntarse qué está haciendo uno con la propia alma,
0:13:50 antes de andar dando condolencias allí donde nadie lo llamó.
0:13:54 Este discurso, tan bello de Dorio,
0:13:58 que tiene un cien, no es de mormónico,
0:14:02 en la medida en que nos está convocando al arrepentimiento,
0:14:06 pero prevalece la poesía en él.
0:14:10 Por cierto.
0:14:11 ¿Qué es cuando más me gustan los discursos religiosos?
0:14:16 Cuando tienen ese toque celestial.
0:14:19 Y cuando no son...
0:14:20 La poesía y no el terrenal del tomahidacta.
0:14:24 Es casi prelctoral que también conocemos por aquí.
0:14:28 Señores, vamos a escuchar entonces un tango,
0:14:31 que evidentemente y por una vez creo que acertamos,
0:14:34 está escrito pensando en la campana.
0:14:37 Se llama talan talan.
0:14:40 Si es que no es un tango acerca de la extinción de los bosques,
0:14:44 no sé qué me pesco.
0:14:49 Ahí también, y, culpa,
0:14:51 toda una estética de campanas
0:14:56 en el ferrocarril y en los tanguajes.
0:15:00 Nos olvidamos de eso.
0:15:01 Me estaba acordando, yo en realidad,
0:15:02 me acabo de acordar brevemente ir a ver
0:15:04 las campanas navales, en los barcos, en la vida naval.
0:15:07 Hay un uso de la campana,
0:15:09 que después se suplantó también por el silbato,
0:15:11 en la subida a bordo de algún oficial, etcétera.
0:15:13 Y, evidentemente, yo que soy nieto de un ferroviario,
0:15:15 recuerdo con nostálgica, un gran cariño,
0:15:17 ese sonido de la campana campana,
0:15:19 colgante en la estación, con ese mismo diseño británico
0:15:21 en toda la comuna.
0:15:22 Y también el tranguay.
0:15:24 El tranguay, claro.
0:15:25 El tranguay tenía una campanita,
0:15:28 el campanín, como le tengo en cornetín,
0:15:31 y también para bajarse,
0:15:33 había que tirar de un peorín
0:15:35 y sonaba una campanita, una campanita,
0:15:37 un poco milla, pero campana...
0:15:39 Hubo campanas en las escuelas también, ¿no?
0:15:41 En las campanas escolares.
0:15:43 Hay muchos libros de lectura que se llamarán.
0:15:45 La campanita.
0:15:46 O se olvidan de llamarse campana de mi escuela.
0:15:49 Qué linda idea, sí.
0:15:51 Había una campana en la...
0:15:53 A ver, ¿dónde había campanas en todas las escuelas?
0:15:55 En Jesús, o problema de ver el timbre.
0:15:57 Vino desventajosamente a reemplazar.
0:16:01 No creas que quedan muchas campanas.
0:16:03 Yo que recorro escuelas viejas por ahí.
0:16:05 Y se las roban.
0:16:06 Se las lleva.
0:16:07 Que las roban. Quince afanoras campanas,
0:16:09 doctor Filmus de todas las escuelas.
0:16:11 Talan, talan, talan.
0:16:13 No es más Filmus el ministro, le digo.
0:16:17 Talan, talan, ¿qué digan dónde están?
0:16:19 Vá.
0:16:20 Talan, talan, pasa el tranvía por Tucumán.
0:16:22 Y talan, talan se llama este tango
0:16:24 del tiempo de mi abuelo,
0:16:26 que cantará Jorge Vidal.
0:16:39 Talan, talan, talan.
0:16:42 Pasa el tranvía por Tucumán.
0:16:46 Por él sanación y Argentina
0:16:50 grita en los chicos de esquina, esquina.
0:16:53 Ranque manana, torano y fuera.
0:16:57 Yo avió el tango por la pedera.
0:17:01 Detra de puertos y somaldillas
0:17:05 Servan los pobres hasta trabajar
0:17:08 Y acá se vuelven los galaveras
0:17:12 Que mil hongueras a descansar.
0:17:16 Talan, talan, talan.
0:17:20 Que siga el tranvía por Tucumán.
0:17:24 De la copla de un banco
0:17:28 Muy pensativo viajado a un juan.
0:17:31 Un viejo criollo que hace 30 años
0:17:35 En las estivas de ganar el par.
0:17:39 Está muy triste este día que el día
0:17:42 Que es mi camada de juen hogar
0:17:45 Siguiendo el paso de aquel canalla
0:17:49 Que por su puerta lo veo rondar.
0:17:58 Sigue el tranvía por Tucumán.
0:18:02 Pero al llegar cerca el bajo
0:18:05 Un auto abierto se ve cruzar
0:18:09 En el que vuelve la desmichada
0:18:12 Me dio topana de un buishampán.
0:18:16 El pobre viejo la reconoce
0:18:20 Y del tranvía se va a largar
0:18:23 Pero hay amigos que lo contienen
0:18:27 Y el auto corre no se ve más
0:18:33 Talan, talan,
0:18:38 Pobre Don Juan.
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