Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza, será terrible por radio del plata, estamos en el multiteatro de Buenos Aires,
0:00:10 en lunes estaremos aquí también en el multiteatro, corrientes 1283, pero haciendo la matine de la venganza a las 8 de la noche.
0:00:20 Atención amigos, los que salen del trabajo a las 7.
0:00:24 Sí, se vienen para el multiteatro.
0:00:26 Se viene directamente al trote para el multiteatro y listo.
0:00:30 A las 20 horas y el agua.
0:00:32 Y después tienen el mismo.
0:00:34 Mismo lo que salen de las casas de estudio, por ejemplo, a la universidad.
0:00:39 O los jardines.
0:00:40 Pero sí, se dan la puerta, los que vengan a esa hora, los que salgan de su casa.
0:00:44 ¿Tranquilaron las serras compras? ¿Por qué no?
0:00:46 Sí, y así.
0:00:48 Hablaremos hoy de las orejas del Rey Midas.
0:00:51 Es un relato clásico que todo niño ha oído alguna vez.
0:00:57 Hoy alguien reclamaba datos sobre Robert Graves.
0:01:01 Hoy oiremos una versión de este relato del Rey Midas, que es de Robert Graves.
0:01:10 Solamente alterada por algunas notas al pie que haré yo mismo.
0:01:17 Mita porque me equivoco.
0:01:19 El Rey Midas de Macedonia, primer dato erudito.
0:01:25 Un hombre amigo de placeres, ciertamente.
0:01:29 Plantó el primer jardín de rosas del mundo.
0:01:33 ¿Quién plantó el primer jardín de rosas del mundo?
0:01:38 El Rey Midas de Macedonia.
0:01:41 Se pasaba días enteros celebrando banquetes y escuchando música.
0:01:46 Una mañana sus jardineros se quejaron de este modo.
0:01:50 Un viejo sátiro borracho se ha enredado en vuestro mejor rosal.
0:01:56 Traer aquí a ese desgraciado, dijo Midas.
0:02:00 El sátiro resultó ser sileno.
0:02:04 Sileno es el nombre genérico de los sátiros cuando envejecen.
0:02:09 Pero también es el nombre de un personaje.
0:02:14 ¿Todo bien?
0:02:16 Sí, que era un señor que presumía de haber enseñado a Dioniso.
0:02:26 Paco para Sáram.
0:02:33 Según parece era muy sabio, este sileno.
0:02:36 Es muy feo, tenía cara de toro y era muy barrigón.
0:02:39 Han dado siempre borracho.
0:02:41 Pero si bien era sabio, se resistía a transmitir su sabiduría
0:02:48 y solo se desprendía de las nociones por la fuerza.
0:02:52 Había que estrangularlo y entonces se acercaba.
0:02:56 Bueno, Sileno había hecho un viaje de ida y vuelta a la India con Dioniso como su tutor.
0:03:03 Le contó a Midas historias muy emocionantes sobre la India
0:03:08 y sobre un nuevo continente que se encontraba del otro lado del Atlántico.
0:03:13 Y así dijo que unos mortales altos, felices y de larga vida habitaban ciudades maravillosas.
0:03:21 También contó que estos gigantes habían navegado en una ocasión hacia Europa en cientos de barcos.
0:03:28 Pero al encontrarlo todo tan aburrido y feo, pronto había regresado a su país.
0:03:34 Midas agasajó a Sileno durante cinco días y cinco noches,
0:03:39 escuchando estas historias y luego lo devolvió sano y salvo a Dioniso, su discípulo.
0:03:47 Y en agradecimiento a Dioniso prometió concederle a Midas el deseo que él formulara.
0:03:54 Y Midas le pidió el poder mágico de transformar todo lo que tocase en oro.
0:04:03 Al principio fue muy divertido.
0:04:06 Lo primero que convirtió en oro fueron rosas.
0:04:11 Hacen rosas de oro de divertidísimo.
0:04:14 También hizo ruiseñores de oro, por lo de verdad.
0:04:17 Pero de pronto, sin querer, transformó a su propia hija en estatua.
0:04:22 También descubrió que los alimentos que comía y el vino que bebía se convertían en oro
0:04:28 en cuantitos se los llevaba a la boca.
0:04:31 Y por este motivo casi murió de hambre y de sed.
0:04:34 Dioniso se rió de Midas con grandes carcajadas.
0:04:39 Pero dejó que se quitara aquel toque de oro,
0:04:43 lavándose en el río Frigio llamado Pactuolo,
0:04:47 en cuyas arenas todavía hoy reluce el oro que quedó de la enjuagada de Midas.
0:04:55 Además le devolvió a su hija.
0:04:57 También le ayudó a convertirse en rey de Frigia.
0:05:02 Un día Apolo le pidió que hiciera de juez en un concurso musical entre él mismo
0:05:09 y un pastor Frigio llamado Marcias.
0:05:12 El caso fue como sigue.
0:05:17 En una ocasión anterior la diosa Atenea había inventado la flauta doble hecha con huesos de ciervo.
0:05:26 Y con ella tocó melodías encantadoras en un banquete de los dioses.
0:05:31 Pero era y a Frodyta empezaron a reírse y Atenea no comprendía por qué.
0:05:37 Así pues se marchó a Frigia y se puso a tocar la flauta sola
0:05:43 mientras observaba su imagen reflejada en un arroyo del bosque.
0:05:47 Cuando vio lo ridícula que estaba con las mejillas hinchadas y la cara roja,
0:05:54 tiró la flauta y maldijo a quien la encontró.
0:05:58 Dio la casualidad que Marcias encontró la flauta
0:06:03 y cuando se la llevó a los labios salieron de ella melodías tan maravillosas
0:06:08 que se atrevió a desafiar a Apolo a celebrar el concurso del que habíamos empezado a hablar.
0:06:17 A ver quién toca mejor la flauta.
0:06:19 Apolo ordenó a las musas y amidas que actuaran como jueces.
0:06:26 Marcias tocó la flauta y Apolo la lira.
0:06:30 Sin que al principio los jueces pudieran ponerse de acuerdo
0:06:35 con cuál de los dos había tocado mejor.
0:06:38 Bueno, dice ya que estamos empatados, dijo Apolo, que era tramposo como un comerciado.
0:06:44 Dicen ese caso, dijo Apolo, te desafió a que toques un instrumento al revés
0:06:50 como ahora voy a ser yo.
0:06:52 Y tocó la lira boca abajo casi tan bien como antes.
0:06:58 Bueno, Marcias trató de tocar la flauta boca abajo al revés y no se puede.
0:07:04 Podría haber hecho algún intento.
0:07:06 Las musas entonces anunciaron gana a Apolo.
0:07:11 Pero, miras que era el restante integrante del curado, dijo no, no, ha sido una prueba injusta.
0:07:18 Pero las musas estaban contra él, 9 a 1, y Apolo le dijo a Marcias,
0:07:22 haz de morir miserable, mortal por atreverte a desafiar al propio Dios de la música.
0:07:29 A Marcias, le dijo, no, amigas.
0:07:31 Y le disparó a Marcias una flecha que le atravesó el corazón,
0:07:36 después procedió a despesejarlo y entregó su piel a los átiros
0:07:41 para que fabricaran tambores con ella, una proligidad innecesaria.
0:07:47 Amidas les amó burro y le tocó a las orejas.
0:07:54 A orejas que de pronto crecieron, se volvieron largas y peludas como las de un burro.
0:08:10 Gracias, amigos.
0:08:15 Amidas se sonrojó y se las cubrió con un gorro prigio.
0:08:21 Otra vez, ayer.
0:08:23 Con un registro civil que había enfrente.
0:08:27 Y rogó a las musas que no hablaran del asunto.
0:08:30 Gracias, el barbero de Medas tuvo que enterarse porque los frijos se cortaban el pelo muy corto.
0:08:38 Pero Medas amenazó con matar al peluquero si se lo contaba a cualquier criatura viviente.
0:08:46 El barbero, reventando con el secreto, era como un rolón, no podía aguantar sin contaso.
0:08:51 Cabó un oso en la orilla del río Pactolo.
0:08:57 Miro cuidadosamente a su alrededor, por temor a que alguien estuviera escuchando.
0:09:02 Entonces dijo en voz baja, con la cabeza metid en el agujero,
0:09:11 Volvió a tapar enseguida el agujero para que el secreto quedara enterrado.
0:09:16 Hice marchoria así muy contento.
0:09:19 Pero un junco protó del agujero y en voz baja dijo a los demás juncos.
0:09:32 Pronto los pájaros se enteraron de la noticia y se les llevaron a un hombre llamado Melampo,
0:09:37 que entendía su idioma.
0:09:40 No debe ser otro que aquel Melampo,
0:09:48 que habiendo muerto una serpiente, se ocupó de alimentar a su unidad,
0:09:58 que había quedado desposeída.
0:10:01 Entonces estas pequeñas serpientes agradecidas por la generosidad de Melampo
0:10:07 lo visitaron mientras dormía y con sus lenguas dobles la mieron sus orejas y las purificaron.
0:10:20 Desde aquel momento Melampo pudo entender el lenguaje de los animales,
0:10:26 o quizá solamente los pájaros.
0:10:29 Este Melampo, aquel que tenía un hermano llamado Viante,
0:10:37 que tenía una novia llamada Pero.
0:10:42 Bueno, todos estos datos no tienen nada que ver.
0:10:48 Pero seguro que era este Melampo.
0:10:53 Muy bien, los pájaros le contaron esto en su lenguaje.
0:11:00 El rey Midas tiene las orejas burros.
0:11:03 Melampo se lo contó a sus amigos.
0:11:06 Y por fin el rey Midas, al salir de su carro,
0:11:09 oyó a todo el pueblo que gritaba coro,
0:11:11 ¡quítate al gorro, rey Midas!
0:11:13 ¡Queremos verte las orejas!
0:11:16 Midas le cortó primero la cabeza al peruquero.
0:11:21 Y luego, cuando sentía mucha vergüenza, se mató.
0:11:28 Esta es la triste historia del rey Midas de Frigia.
0:11:35 Qué bien, qué bien.
0:11:37 Lo sencillo de cosas en el comienzo,
0:11:39 y además nos remiste a muchas historias relacionadas.
0:11:42 En principio había pensado que esto de Melampo y las serpientes ha sido tomado.
0:11:47 Yo quizá no había registrado la coincidencia.
0:11:49 Hay una película muy famosa de niños y que hicieron estudiar en la Universidad de Howard,
0:11:52 y que tienen un lenguaje con las serpientes.
0:11:54 Y por supuesto eran nuestros amigos.
0:11:56 Todo lo que se encuentra en película sobre la Universidad de Harvard.
0:12:00 Howard, Howard, Howard, es la Universidad de Harry Potter.
0:12:03 Howard.
0:12:05 Howard, no es una universidad donde estudian los negros.
0:12:09 No, no, no, ese es Howard.
0:12:13 Howard, es el norte de los negros.
0:12:17 Allí son los muchachos de color, de cierta...
0:12:23 cierto poder aquisitivo, van a falta de Harvard.
0:12:28 Exactamente, y no salen de ahí porque tienen buen equipo de Basti,
0:12:31 dicen alguna esa manera de broma sin ésta.
0:12:34 Pero bueno, y estaba pensando finalmente que hay dos vertientes que coinciden aquí.
0:12:39 Una era el carácter trágico de las rosas.
0:12:43 Allí se aparecen rosas y podríamos hacer una revisada más estricta.
0:12:47 Yo pensaría por el rey señor y la rosa.
0:12:49 Exactamente, el primero que ha dado té justamente.
0:12:51 Y de ahí pasaríamos por Colitz en no internios del bello relato,
0:12:55 sino por la desgracia de lo perdido y la prueba de que efectivamente lo perdido,
0:12:59 que no es un sueño, que no se conforme por ese nieto.
0:13:02 La rosa de Paracel.
0:13:06 Bueno, la en Castellillo, la guerra más sangrienta,
0:13:08 por la cual las rosas iba a identificar a ellos.
0:13:12 Y finalmente digo, pensaba también que
0:13:15 hay dos direcciones que se nos hacen desde cualquier cultura.
0:13:18 Uno es que todo favor divino excesivo siempre trae desgracia.
0:13:22 Todo favor divino excesivo que lo haga creer a uno,
0:13:25 que se merece un destino mucho mejor que el de los otros,
0:13:28 si de fuerza alguno trae desgracia.
0:13:30 Y otro es una cosa que han usado desde curiosamente,
0:13:33 de culturas indígenas por la vista de cualquier extraterrestre que venga aquí.
0:13:36 Por algo tenemos dos olejas y una sola boca, porque boquita y una sola.
0:13:40 Y finalmente pensaba que en estas relaciones que se establecen,
0:13:44 que la ontología nos enseña también,
0:13:47 un inconveniente de algunas alianzas que son de algún modo contra la actura.
0:13:51 Le voy a decir nuevamente lo que le conté,
0:13:54 entre una obra de la fontena, entre un oso y un jardinero,
0:13:57 dos personas que podían identificar si porque eran muy soportables los dos.
0:14:01 El oso, por ejemplo, solo podía decir tres palabras, el jardinero menos, dos.
0:14:05 Y el oso salvaje, 10 gigastres de duro,
0:14:07 donde está el jardín, lo sumorada, alejada de toda la ciudad,
0:14:09 y sí quedarse ahí, porque el jardín lo hablaba poco,
0:14:12 porque no le prestaba atención, un hombre simpático.
0:14:15 Y el jardinero, al principio ni repadre,
0:14:18 este al oso, que al día siguiente el oso trae comida
0:14:21 y empieza una convivencia, una especie de curioso matrimonio de personas,
0:14:24 de seres uranios.
0:14:26 Y la trancia consistía en que el oso iba a buscar comida,
0:14:29 entre los dos el jardín no prendía fuego, no se hablaban,
0:14:32 y cuando el jardín no se dormía, el oso les sacaba las moscas de la cara
0:14:35 porque odiaba las moscas, el oso.
0:14:37 Y esto fue así durante algún tiempo,
0:14:39 hasta que un día una mosca se posó en el nariz del jardinero,
0:14:42 del oso sin poder espantar, como la piedra más grande que encontró
0:14:45 y aplastó a la mosca, y debajo de la mosca estaba la cabeza del jardinero,
0:14:49 algo así como con amigos, que son demasiado callados y demasiado grandes,
0:14:53 conformantes con las moscas.
0:14:55 Pero digo, pensando en estas cosas que,
0:14:58 en la lección final, de la que nos habla también esta historia de Niles,
0:15:02 tiene que ver con aquellas cosas que siempre son despreciadas,
0:15:06 y que solamente por durar poco.
0:15:08 El oro es para siempre, los diamantes son eternos.
0:15:11 Y en realidad, si uno viese en la historia de la civilización,
0:15:14 es una gran exposición como la de París, la universal,
0:15:17 y tuviese, por ejemplo, pavillón de los objetos más caros del mundo,
0:15:20 desde el año cero, pavillón de los retratos más exáneos del mundo,
0:15:25 digo, esas cosas que están en los museos, las cosas que permanecen,
0:15:28 y hubiese un pequeño lugar,
0:15:30 porque hubiese cosas muy perecederas y muy frágiles.
0:15:33 Y seguro que las personas que han pasado por la vida,
0:15:36 y han tenido alguna pérdida, alguna derrota,
0:15:39 y que saben, el efímero de esto,
0:15:41 la necesidad de poder resolver hasta la última gota de cada instante,
0:15:45 dicen inmediatamente, por ejemplo, a visitar el pavillón de las rosas.
0:15:49 Y el pavillón de las rosas es el disco que también ha elegido nuestro discotecario,
0:15:55 se trata de un efímero waltz que escucharemos en la guitarra de Juan Jóvón Mínguez.
0:16:03 Y el pavillón de las rosas es el disco que escuchamos en la guitarra de Juan Jóvón Mínguez.
0:16:08 Y el pavillón de las rosas es el disco que escuchamos en la guitarra de Juan Jóvón Mínguez.
0:16:13 Y el pavillón de las rosas es el disco que escuchamos en la guitarra de Juan Jóvón Mínguez.
0:18:58 La guitarra de Juan Jóvón Mínguez
0:19:03 El disco que escuchamos en la guitarra de Juan Jóvón Mínguez
0:19:08 El disco que escuchamos en la guitarra de Juan Jóvón Mínguez
0:19:13 Era Juanjo Dominguez en la venganza. Será terrible el pavillón de las rosas.
0:19:19 Para usted no hay tango fácil de una vez que rizo a Juanjo Dominguez.
0:19:24 Vamos a oír una variación sobrehumana.
0:19:28 El pavillón de las rosas en los últimos compás.
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