Transcripción automática
0:00:00 Muy bien, continuamos en la venganza, será terrible, estamos en nuestro gal poncito de la calle Gorripi 5963, atención mañana, ahí matine, haremos el programa más temprano a las 20 y 30, lo esperamos aquí, pero sale a la medianoche como siempre.
0:00:18 Finalmente no se respeta la gente que sabe, porque me llegaron muchos mensajes diciéndome que los huevos de raya no son eso, es un traslucido que digo yo, sino que son unos en forma de rabioles negros.
0:00:30 Sí, lo que he dicho a usted, insisto, son de tortugos.
0:00:34 No, son de caracol, me dicen ahora.
0:00:36 Bueno, lo he dicho.
0:00:39 Hablaremos hoy de las siete ciudades de Sibola, citaremos entonces Alba Rnuña, cabeza de vaca, que durante una expedición a la Florida, Nahu Faragó en una isla cercana a la actual Texas, fue tomado prisionero por los habitantes aborígenes, y al cabo de un tiempo, un tiempo que fue de ocho años,
0:01:07 logró escapar, en realidad no, acabó de un tiempo, escapó y luego pasó ocho años recorriendo el sudoeste del territorio norteamericano.
0:01:17 En 1563 ya andaba por un lugar cercano a lo que hoy es Los Ángeles, es muy difícil saberlo porque no lo era en aquel entonces.
0:01:29 Bueno, hizo un informe, relató con detalles o encuentro con los pueblos indios, y de ahí salió la leyenda de las siete ciudades de Sibola, que el español supuestamente visitó en sus ratos de delirio desértico.
0:01:47 Lo cierto es que a partir de aquellas historias, otros desparamaron la leyenda y agregaron más fantasía a lo escrito.
0:01:58 La segunda persona citada aquí, me parece que muy alboleo, es Washington Irving, que vivió mucho después, y que no tuvo mucha conexión con la ciudad, es algo que escribió famosamente los cuentos de la Alhambra en 1832,
0:02:19 y ahí describió la isla de las siete ciudades, también llamada Maida, que según parece quedaba a 46 grados de latitud norte y longitud esconocía, con lo cual había que ser un recorrido exhaustivo del paralelo 46.
0:02:38 Puede descubrirte esa isla mucho antes, en el año 734, según cuenta por el obispo de Oporto y otros seis obispos portugueses que habían rajado de su país cuando la invasión de los moros, la invasión sobre la península ibérica en 711.
0:03:00 Muchos años después, en 1447, el capitán Antonio Leone, un italiano al servicio en Portugal, visitó la isla y encontró que los habitantes hablaban portugués y preguntaban ansiosos si los moros permanecían aún en la península.
0:03:18 En verdad, en alguna parte de la península sí permanecía. La isla, me refiero a aquella isla de Sigola, estaba dividida en siete comunidades, cada una con su catedral.
0:03:33 Después salta otro escritor llamado Bogán Gölkens, que escribió en Laundres en 1950, la famosa Ciudad del Fuego Congelado, o Quivera, cuya principal capital se llamaba precisamente Sigola, que era famosa por sus rubíes.
0:03:51 Rubíes sería mucho mejor, con volcanes y así. El hecho gigantesco que crecía, pero no tiene nada que ver con casi nada.
0:04:04 Esto lo ubicaba, este muchacho, Gölkens, en América del Sur y había sido colonizada aquella isla por Madoc, el hijo de Owen, príncipe de Gwyneth, que había dejado su Gales Natal en 1160 años.
0:04:24 Hubo otros que también hablaron de esta isla, Pedro de Alvarado, que fue un asistente de Hernán Cortés en la Conquista de México, fue un dos ciudad de este tipo y, ejerciendo el gran poder que tenía, pasó gran parte de su vida buscando las fabulosas siete ciudades de Sigola.
0:04:46 Estuvo también Vázquez de Coronado, que era un navegante español, que fue el primero en internarse por la actual Arizona y Nuevo México.
0:04:57 No cumplió el objetivo de encontrar las siete ciudades, pero sí tropezó con indígenas norteamericanos que ocupaban una larga franja de tierra con 80 comunidades que vivían en casas de adobe y que eran deseldientes de la cultura anathasi.
0:05:18 Llamó a estos grupos pueblo indio en una larga de imaginación, vivían en Barranca si estaban organizados en grupos comunitarios y todo así.
0:05:32 Bueno, usted se preguntará, ¿y dónde estarán las siete ciudades?
0:05:40 Por ahora en ninguna parte. La palabra Sigola, por empezar, procede de Sigolo, un hombre español hoy desusado que se daba al bisonte.
0:05:52 Tal vez se lo daba por aquella región porque el territorio de legendario reino donde se suponía estaban las siete ciudades,
0:06:01 si extendía hasta las praderas en donde, por lo menos hasta mediados del siglo XIX, existían millones de bisones, que ya no existe ningún.
0:06:12 Según la leyenda, Sigola sería solo una de las fantásticas siete ciudades que habían sido fundadas por aquellos obispos de los que hablaban.
0:06:24 Los espayores tenían también otra versión de los hechos, donde los siete obispos eran españoles y no portugueses, eran originarios de Mérida y no de Oporto
0:06:37 y habían escapado en el año 703.
0:06:42 Después del proceso de la reconquista, que va a finalizar recién en 1492,
0:06:50 bueno, cuando ya sabía usted los reyes católicos logran desplazar a los moros de Granada,
0:06:56 bueno, en el mismo año también cae Colón América, etcétera, etcétera.
0:07:04 Poco después de este descubrimiento, Hernán Cortés descubre que efectivamente había civilizaciones muy avanzadas,
0:07:18 muy ricas dentro del nuevo mundo, lo cual despierta la ambición de muchos conquistadores.
0:07:26 Y empieza los rumores, conquista México y se empieza a correr la bolilla y unos imperios ricos y poderosos,
0:07:35 ubicados al norte del continente, los aztecas afirmaban también que el oro utilizado en sus monumentos provenía de aquellas regiones,
0:07:45 sin contar que por allí también se ubicaba la tierra de origen de los aztecas, la mítica isla de Aslan,
0:07:54 lugar de blancura, lugar de las garzas, que durante décadas dividió a los historiadores entre quienes defendían o refutaban su posible existencia.
0:08:07 La leyenda medieval de las Sientes ciudades comienza a fusionarse con la historia del nuevo mundo, bueno, cuando,
0:08:15 cuando empezamos nosotros con el tema de Alba Núñez, cabeza de vaca.
0:08:24 ¿Por qué Alba Núñez? En realidad era participante de una expedición, de la expedición de Pánfilo de Narváez.
0:08:34 Pánfilo de Narváez era el rival de Corté en América. Hicieron una expedición a la Florida, 1528,
0:08:44 y los sobrevivientes, que creo que fueron cuatro, el más conocido justamente a Alba Núñez,
0:08:50 hicieron correr el rumor sobre la supuesta existencia de grandes ciudades ubicadas al norte del virrenato.
0:09:00 Alba Núñez escribió un libro, un famoso libro, Náufragio, que llegó a las manos del propio rey de Espán.
0:09:12 Al oír estos rumores, muchos sintieron que su codicia les hacía consternos.
0:09:20 Había un esclavo también sobreviviente de la expedición de Pánfilo, un muchacho moreno, llamado Esteban,
0:09:29 conocido popularmente como Estebanico.
0:09:33 Y el virrey de Nueva España, Antonio de Mendoza, decidió comprobar la veracidad de la historia de Alba Núñez,
0:09:42 organizando una expedición de reconocimiento dirigida por el fraile franciscano Marcos Veniza.
0:09:50 Y Estebanico, el morocho, formaría parte de dicho contingente.
0:09:55 En realidad les iba a servir como guía y a veces se adelantaba a los expedicionarios como explorador
0:10:03 y después se informaba al fraile sobre todo lo que había más adelante.
0:10:09 Y finalmente en una de esas avanzadas que hizo, le dijo, mire, disculpe, me, pero acá he escuchado rumores
0:10:16 acerca de grandes y poderosas ciudades en un lugar, bla, bla, bla.
0:10:22 Estebanico finalmente murió asesinado por los indios en Jahuicuja, en Nuevo México.
0:10:30 Y ahí terminó, repentinamente, la expedición.
0:10:34 Ninguna prueba contundente más allá de los relatos de Estebanico decía que existían las ciudades.
0:10:42 Sin embargo, el frail Marcos Veniza se convenció de que aquellas ricas poblaciones realmente existían
0:10:51 y que bla, bla, bla, y que las siete ciudades y que los obispos portugueses y todo.
0:10:58 El fraile regresó a la Ciudad de México, narrando que había continuado la exploración después de la muerte de Estebanico
0:11:07 que había llegado a avistar, pero desde lejos. ¿Por qué no fue? No, la vio de lejos.
0:11:14 Una ciudad más grande que la grande Nocti-Clan, la Ciudad de México.
0:11:18 Es raro avistar de lejos, se me cante cosas y no viven.
0:11:21 Y que los nativos de allí usaban bajillas de plata. ¿Cómo lo sabía de lejos?
0:11:26 Eso no se ve de lejos. ¿Qué clase de bajilla usa los habitantes? No se ve de lejos.
0:11:31 La intuía.
0:11:32 Se ve de cerca. Bien.
0:11:35 Y también que decoraban sus casas con turquizas, usaban perlas gigantescas, emeraldas...
0:11:43 Veo todos los detalles.
0:11:45 Y todos los detalles que los vio de lejos. Si hubiera acercado, a lo mejor no hubiera visto todo.
0:11:51 Bueno, al escuchar estas noticias, el virrey Antonio Amendoza no perdió el tiempo,
0:11:56 organizó una gran expedición militar para tomar posesión de aquellas tierras
0:12:01 que el fraile le había narrado con profusión de depas.
0:12:05 Mandó al mando... Mandó al mando no es tan bueno.
0:12:10 Mandó al frente de aquella expedición, a un amigo suyo llamado Vázquez de Coronado,
0:12:17 que llevaba como guía a quien al fraile Marcos de Anisa salieron, el 15 de abril de 1540.
0:12:27 Bueno, otra expedición por mar para abastecerla, otra por allá, por si acaso, un montón de gente.
0:12:37 Coronado atravesó el actual estado de Sonora, entró en Arizona,
0:12:44 y allí comprobó que las historias de Marcos de Anisa eran falsas.
0:12:50 ¿Cómo lo comprobó? Al no encontrar ninguna riqueza.
0:12:54 Así mismo resultó falsa la severación del fraile, conforme a la cual desde aquellas tierras se podía ver el mar.
0:13:04 Bueno, esa es la menos importante de las mentiras.
0:13:08 Ay, qué mentirosa me dijo que desde estas tierras se veía el mar y no se ve.
0:13:11 Bueno, qué me importa. Lo importante es que caminamos dos años y no había ni ciudades, ni perlas, ni turquesas,
0:13:18 ni bajillas de oro y plata, ni vultos que se meñaran.
0:13:22 Bueno, pero le habían prometido vista al mar y resulta que no.
0:13:26 Bueno, no había nada.
0:13:27 Como ni movilidad.
0:13:28 Hoy en día hay pocas ciudades perdidas porque ya no hay lugar ni para nada en este momento.
0:13:35 Estamos tan amontonados como perejiles macetas que realmente no existe lugar para leyenda.
0:13:42 La razón ha debido imponerse solo por falta de lugar para la mentira.
0:13:50 Esta es la única clase de seriedad que este tiempo tiene.
0:13:59 ¿Eso ha rasado con el misterio? ¿Ha rasado con la intimidad?
0:14:03 No hay islas de cierta. Todas se están ocupadas. Todas se conocen.
0:14:07 La historia de cayer en una isla que no figuraban ningún papa es siempre mentira.
0:14:12 Y mentira por la venida de tu copo.
0:14:13 Y todas las islas figuran en todo román.
0:14:18 Igual, mira, hay lugares para que el misterio tenga alguna chance.
0:14:23 ¿Qué han sido descubiertos hasta relativamente poco como Machu Picchu?
0:14:28 ¿Qué fue descubierto en el 20 pico o el 30 pico?
0:14:34 En el siglo XX.
0:14:35 Y es raro que eso hubiera estado ahí.
0:14:39 Es raro en todo caso encontrar o más fácil encontrar esas tierras en lugares perdidos de montañas
0:14:47 y no en islas que son muy visibles desde centenares de kilómetros.
0:14:52 El cambio en lugar situado en una quebrada, centenares de kilómetros por ahí tiene una metrópole.
0:14:59 Y usted sin embargo no puede ver ese fragmento de la realidad que por ahí lo tiene cerca.
0:15:09 Los lugares propios que hoy se visitan mucho, propios de la civilización malla
0:15:16 en territorios de México o de Guatemala, son territorios que hace poco más de un siglo.
0:15:26 No se podían ver porque la maldiza se había comido las viejas ciudades de los mayas.
0:15:32 Y no había aparecido la civilización, no había aparecido tampoco el caucho.
0:15:37 Cuando apareció el caucho, no, estoy mintiendo.
0:15:41 No había aparecido el chicle.
0:15:44 El árbol del chicle era un árbol que se utilizaba para fabricar ese producto que se llamaba y ahora se llama chicle.
0:15:55 Y que antes sólo se podía fabricar con el árbol del chicle y ahora se fabrica con cualquier cosa.
0:16:02 Los chiqueros que venían a buscar árboles,
0:16:06 fueron los primeros que dieron cuenta de ciudades como Palén o como Chichén y Tzá, que hoy son centros turísticos
0:16:14 y que allá, la segunda mitad del siglo XIX, estaban ocultos por la vegetación.
0:16:25 Hemos ido con toda esta información a la discoteca y el tipo me dijo que él conocía un lugar,
0:16:33 un balneario que él vale el solo, que no le conoce a nadie.
0:16:37 ¿Y qué balneario?
0:16:39 Que había sido fundado por siete obispos portugueses y que estaban ahí todavía muertos de risa.
0:16:47 ¿Al qué balneario se refiere?
0:16:50 Balneario Claromeco.
0:16:53 Primero que es muy conocido Claromeco.
0:16:56 A mí me dijeron que el único que va ahí es Guilherp.
0:16:59 Si, Guilherp está tomando sol todo el invierno ahí.
0:17:02 Es Nudo tomando sol.
0:17:04 Es de verdad que es Nudo.
0:17:06 Sí, la verdad.
0:17:08 Pero bueno, no tiene nada que ver la plaza de Guilherp y las plazas del discotecario con el disco que le habrá dado.
0:17:16 El disco que me ha dado es un disco cuyo solo título es el desencado.
0:17:22 Se llama Nada, que justamente lo que encontraron Marcos de Niza, el otro el amigo de Mendoza,
0:17:30 todos esos tipos que fueron a buscar las siete ciudades de Zibola.
0:17:34 Nada.
0:17:35 Y nada toca ahora en solo de piano Juan Trepiana.
0:19:30 Era juan trepiana, la venganza será terrible, nada.
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