Transcripción automática
0:00:00 Muy bien, continuamos en la venganza a Ser Aterribles, estamos en el auditorio de Radio
0:00:07 del Plata, mañana viernes también, eh, hacemos el programa en vivo de que más todos los
0:00:12 viernes estamos aquí, en el auditorio de la radio.
0:00:15 Hablaremos hoy de las tentaciones de San Antonio. Atención. Usted sabe que los aceitas de los
0:00:23 que hemos hablado muchas veces aquí eran monjes medievales que se retiraban al desierto
0:00:31 y para estar más cerca de Dios y se sometían voluntariamente a toda clase de privaciones.
0:00:40 Casi siempre eran tentados, si es que se atiende a su propio testimonio, eran tentados por quién,
0:00:46 por el demonio, el demonio tenía la intención de alejarlos de la virtud, entonces los tentaba,
0:00:54 los perturbaba, si le aparecía por ejemplo bajo formas horrorosas para hacerlos huir,
0:01:01 eh, o, o mejor dicho no, o sea como monstruo, como serpiente, cuando San Antonio llevó al
0:01:10 desierto egipcio, a la tevahida, vivió muchas disputas con el diablo, disputas que luego
0:01:18 fueron pintadas por Yerónimos Bosch llamado El Bosco, parece que una noche una tropa infernal
0:01:28 produjo un ruido tan intenso que toda la morada de Antonio fue sacudida, en realidad una cueva,
0:01:35 una cueva de Morondanga, imagínense, los anacoretas no van al radison, es un buen título pero una novela,
0:01:44 los anacoretas no van al radison, bien, eh, y sacudió toda la caverna, se resquebrajaron las paredes
0:01:59 y los demonios entraron desprolijas y tumultosamente y se presentaron bajo la forma de leones, osos,
0:02:07 toros, etcétera, Antonio permaneció sin embargo en su caverna y los demonios también no se
0:02:15 iban pero Antonio tampoco, pasaron varios meses y parece que después de cada lance,
0:02:22 después de cada sacudida, Antonio quedaba muerto del cansancio y de terror en el suelo desmayado
0:02:29 pero nunca abandonó la caverna y mucho menos la vida acética que había elegido, pero si bien
0:02:37 esto era lo clásico, después aparecieron las apariciones del diablo, ya bajo una forma no
0:02:46 terrorífica sino tentadora, bajo la forma de mujeres jóvenes y hermosas. Parece que Antonio se
0:02:58 cruzó, sería mejor, un día con una muchacha en el desierto, ya el hecho tiene algo de inusual,
0:03:08 muy raro cruzarse con una muchacha en el desierto, Antonio siguió su camino pero estaba seguro de
0:03:15 haberse encontrado con el diablo, la verdad es que no se especifica si la mujer era una
0:03:21 tentación diabólica o si se trataba simplemente de una peregrina, pero el profesor la carríe
0:03:27 dice que la distinción hubiera sido vana, puesto que para San Antonio, en tanto que aseta,
0:03:35 todas las mujeres eran el diablo. Antonio murió en el año 356 a la edad de 105 años,
0:03:46 escribió su biógrafo, lo siguiente, tengo aquí la biografía,
0:03:52 mimeó hasta la vejez sin que su fuerza disminuyeran y ninguno de sus dientes cayó.
0:04:00 Bueno, esto también tiene moral hecha, lo que quiere decir aquí el biógrafo es que si yo
0:04:07 dejo pasar a todas las mujeres en el desierto y no la saludo, llegaré fuerte y con dientes
0:04:13 hasta el día de mi muerte. Bueno, yo prefiero detenerme a saludar a las muchachas
0:04:20 que no esa clase de vida, pero obrimos de la tentación de San Pachón, que es la que más
0:04:28 me gusta porque sufrió la tentación de alguien del pasado, pique eso, San Pachón llevaba 40
0:04:36 años en el desierto, no hacía más que pensar en su salvación, mi salvación, mi salvación.
0:04:44 Parecía bailado.
0:04:47 ¡Qué pensamiento lineal, por favor!
0:04:52 Un día comenzó a tormentarlo algo y escribió, a Garúlapí escribió,
0:04:58 un día habiéndose presentado el diablo en la forma de una joven etíope a quien yo había visto en
0:05:08 etiopía un verano recogiendo trigo, me pareció que ya venía a sentarse sobre mis rodillas y me dio
0:05:16 tal deseo de ofender a Dios, que me sentí un trajado de dolor, tras darle un cachetazo a la chica,
0:05:25 ella desapareció, pudo resistirse sin embargo el santo y le dio un cachetazo, fíjese, pero aquí
0:05:36 voy en el detalle, la mano de San Pachón todavía dos años después despedía tan mal olor que ni el
0:05:45 mismo podía soportar su pestilencia, el sentido poético de esto, más bien extraño.
0:05:54 Pero bueno, es cierto que algunos recuerdos son también fuerzas demoníacas que nos situan en una
0:06:03 conducta de la cual no podemos salir, recuerdos que nos empujan hacia una patología pecaminosa
0:06:10 cuando no hacia la locura. La tentación esta de San Pachón no es única, el diablo parecía muchas
0:06:17 veces bajo la forma de una mujer de maravillosa hermosura, generalmente fingían estar extraviadas
0:06:25 en el desierto y decían que se dirigían a cualquier lugar, y a veces se acercaban a los anacoretes,
0:06:33 y le pedían hospitalidad. Esto le sucedió a Juan de Egipto, según la historia de los monjes de Rufino.
0:06:42 Un día el diablo tomó la forma de una mujer bellísima y llegó hasta la caverna de Juan,
0:06:52 quien es una joven extraviada,
0:07:02 fingió estar estenuada y le dijo, la noche me ha sorprendido en este desierto a donde he venido
0:07:10 para ocultarme. Permíteme, os suplico, descansar un poco en un rincón de vuestra celda, a fin de no
0:07:19 ser devorada por las bestias. Me gusta la prosa de esta chica. A fin de no ser devorada por las
0:07:26 bestias es algo que me enamora inmediatamente. Amén desde las otras virtudes que venían
0:07:32 las jóvenes estenuadas, desiertos, todo esto ya me enamoró, pero cuando habló y dijo a fin de no
0:07:39 ser devorada por las bestias me terminó de enamorar. Qué complicado que veo este panorama.
0:07:44 Sí, Juan de Egipto aceptó y le preguntó cuáles eran los motivos que le obligaran a andar por el desierto,
0:07:52 le había dicho. Y voy a enseñar, dígame, ¿cuáles eran los motivos que le obligan a andar por el desierto?
0:07:58 Con esas ropas. Y dicen que ella lanzó en su discurso todo el veneno de sus encantos.
0:08:09 Imagínese el discurso.
0:08:11 Y dice, el deseo es que se lo quede. No se puede llamar de ardo y que se yo.
0:08:20 Vimos a cantar unijera de ropa. Claro, recorre tal parte con tal cosa en tu mano,
0:08:28 que todo eso es que es el discurso así, ¿no?
0:08:31 Claro, le falta la guaflera y está.
0:08:34 Sin embargo, esto conmovió el espíritu del solitario.
0:08:42 Y a estas palabras siguieron unas segundas más dulces aún y mezcladas con risas y caricias.
0:08:51 Y según la crónica, la mujer tuvo el atrevimiento de llevar las manos a las barbas.
0:09:03 Y al mentón de la seta.
0:09:07 Y según la crónica, se guabezaba en la cabeza y hasta el cogote.
0:09:13 No tenía límites esa mujer.
0:09:16 Para qué precisión anatómica.
0:09:19 O qué precisión metafórmica.
0:09:22 Condenado a diez infiernos, Juan de Egipto quiso iniciar abrazos impúblicos.
0:09:29 Me dijo, con permiso, voy a iniciar abrazos impúblicos.
0:09:33 Pero cómo lo va a anunciar, por favor.
0:09:37 Entonces el demonio se desvaneció entre sus manos como esos palitos de azúcar.
0:09:45 Y mientras tanto lanzaba al herido sepantoso.
0:09:48 Qué horrible que debe ser eso.
0:09:50 Vos le decís una mina que te provocó.
0:09:52 Que soy yo, bueno, está bien, dice.
0:09:54 Voy a iniciar abrazos impúblicos.
0:09:58 ¿Y qué haces?
0:09:59 Te escupí las manos y la abrazo esa mina.
0:10:03 Humo.
0:10:04 Y se te hace humo en los brazos y el salarido.
0:10:07 Como si fuera un demonio.
0:10:09 Digo, ¿de qué estamos jugando?
0:10:16 Entonces, peor todavía, apareció un tropelle de demonios que se agrupó alrededor de Juan de Egipto
0:10:23 y comenzó a reírse.
0:10:25 Pero se le hizo bien.
0:10:26 Sí, yo creo que sí.
0:10:28 Los acectas hablaban también del envío de un sentimiento que adjudicaban al Leablo
0:10:35 y que era la asidia, una palabra griega que significa indiferencia, apatía del corazón y del alma.
0:10:43 En el límite de la vida, el límite de la vida, el límite de la vida, el límite de la vida,
0:10:50 significa indiferencia, apatía del corazón y del alma.
0:10:54 En el libro Destituciones de los Monjes de Egipto, Cassiano escribió que se trataba
0:11:02 de una fiebre pertinaz, la asidia, que sus síntomas empezaban a aparecer gradualmente.
0:11:10 El acecta empezaba a sentir horror por el lugar donde vivía, por su celda, su caverna.
0:11:19 Después, despreció por sus compañeros y hermanos.
0:11:22 La asidia es un mal de la soledad y se atribuía al demonio y era enviada generalmente al
0:11:29 medio día.
0:11:31 Y en la hora, atención, amigas, es la hora que te agarra la asidia, te agarra.
0:11:38 El medievalista italiano de la Universidad de Bologna, Vito Fumagalli, salga fuera, Fumagalli.
0:11:49 Cuenta que en los siglos X y XI los monjes europeos le tenían miedo al sueño, pues la
0:11:57 carne durante las horas nocturnas escapa de la virtud.
0:12:03 Cassiano, en el siglo X, distinguía entre las visiones nocturnas voluntarias y las involuntarias.
0:12:11 Las primeras las provocaba un deseo no combatido.
0:12:15 Las segundas eran independientes de la voluntad del hombre, pero también amargas derrotas.
0:12:22 Decía Cassiano que las visiones nocturnas eran amargos, neufragios y triunfos del demonio.
0:12:29 Hemos hablado acá muchas veces de los incubos y los sucubos.
0:12:33 En realidad eran demonios que aparecían en sueños bajo la forma de mujeres y hombres
0:12:42 respectivamente.
0:12:44 Entonces ante este temor los monjes dormían poco.
0:12:48 Casi todos dormían por el entre una y dos horas y se establecían guardias para despertar
0:12:56 aquel que durante el sueño iniciaba movimientos de sonesto.
0:13:01 El tipo mirándote por ahí se hacía un movimiento de sonesto.
0:13:07 Como por ejemplo, venía de lo...
0:13:09 No, que magnéatás está durmiendo.
0:13:13 Abre un ojo.
0:13:15 O hacer la señal del mate y venga.
0:13:18 Bien, contemos para terminar un episodio de una seta que hacía cosas raras para evitar las tentaciones.
0:13:28 El franciscano Pedro de Alcántara llegó a Santo, después de morir naturalmente, murió en 1552.
0:13:37 Dicen que nunca miró a una mujer y en verdad nunca miró a nadie.
0:13:42 Pero no era ciego, simplemente procuraba no mirar.
0:13:47 Pedro conocía a los otros frailes por la voz.
0:13:51 Nunca levantaba la mirada del suelo y a veces andaba con los ojos cerrados.
0:13:56 Cuando tenía que ir a algún sitio de viaje, no sabía por dónde pasaba.
0:14:02 Se contentaba con ir detrás de los compañeros atado a una soga.
0:14:09 Pasaba en vela toda la noche y no dormía.
0:14:12 Y después mortificaba su sentido, que era la ventana del alma, para evitar tentaciones.
0:14:20 Este muchacho, además de dormir poquísimo, no se protegía ni del calor ni del frío.
0:14:27 Comía una vez cada tres días, hablaba poco y torturaba su carne.
0:14:33 Santa Teresa dice que aquella penitencia le dio resultado y que a ella misma se le apareció en Santo
0:14:39 en un par de oportunidades, abre olado de buena victoria.
0:14:45 Qué bárbaro pasar por el mundo viendo solo el piso.
0:14:50 Igual a mí me gustó aquella consideración de San Antonio,
0:14:55 cuando se cruce en el desierto con una mujer y enseguida dice que es el diablo.
0:15:01 Claro, él no pensó. Para él todo el muchacho era el diablo, extraordinarios.
0:15:06 Hoy sabemos que en general el diablo no son las mujeres y si acaso son los hombres.
0:15:16 Pero fuimos a la discoteca a pedir un disco acerca de las tentaciones de San Antonio, que es yo.
0:15:26 Y el tipo me dijo que no era Z, pero que...
0:15:31 ¿Qué va a hacer a Z?
0:15:33 No, es a Z, pero está todo el día en la discoteca.
0:15:38 Que muchas veces se le presentaban, especialmente al mediodía,
0:15:42 se le presentaba a mujeres, en medio de nuda, irresian...
0:15:46 ¿Qué va a pasar acá en el mario?
0:15:48 Y sabe que yo al principio las rechazaba, pero ahora las hace todo eso.
0:15:55 No sé cómo lo va a tomar.
0:15:58 Con hielo.
0:16:00 Entonces, dijereme un disco de tentaciones.
0:16:03 ¿Y qué le dio?
0:16:04 Me dio un disco que se llama Mi Tentación, una canción.
0:16:10 Vamos a escuchar al orquesta de Astor Piazola tocando Mi Tentación,
0:16:15 que en realidad es una canción brasileña.
0:16:21 Tiene una forma casi parecida a la del lloro.
0:16:24 Piazola la toca como un tango.
0:16:27 Yo no sé si esta canción es anterior a Dios nonino o a nonino.
0:16:35 Puede ser, pero ustedes van a notar esto.
0:16:39 Es una canción que no es de Piazola, es de un tipo... dos tipos.
0:16:45 Brasileños, uno se llama Morenas o algo así.
0:16:51 Y hay una parte...
0:17:10 Tiene una parte que hace así, la canción.
0:17:12 Después la va a tocar como tango.
0:17:22 Es pa, dice uno.
0:17:26 Sí, hay cierta...
0:17:28 No está tocado así, yo la toco como la canción brasileña.
0:17:32 Está tocado como un tango.
0:17:34 Y en la segunda parte van a encontrar esto.
0:17:44 Eso es muy parecido.
0:17:47 No es eso.
0:17:49 No estamos denunciando plagios, sino reconociendo ante sellantes.
0:17:54 Piazola no necesitaba prajera a nadie.
0:17:57 Y es lícito esto.
0:17:59 Pues lícito, apropiarse de una referencia.
0:18:02 Pero es raro, no?
0:18:05 Es raro y muy suggerente.
0:18:07 Escuchamos entonces a la orquesta y Astor Piazola en Mi Tentación.
0:18:46 No es lo que se llama.
0:18:48 No es lo que se llama.
0:18:50 No es lo que se llama.
0:21:20 Ba de hasta.
0:21:22 Para mostrar,
0:21:24 Can Salachi mun chois
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