Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza a ser atarribles, estamos en el Multiteatro de Buenos Aires en la Avenida Corrientes, 1283.
0:00:11 Este programa se hace con público presente en entradas libre y gratuitas y el lunes paramos a las 20 horas.
0:00:17 Nos esperamos a esa hora aquí.
0:00:19 Hablaremos ahora de los alohadas.
0:00:23 Los alohadas eran los muchachones,
0:00:27 hijos de Ifimedea. Ifimedea era una señorita que estaba enamorada de Posidón, el Dios del Mar.
0:00:37 Entonces, para provocarlo, se paseaba todas las mañanas a la orilla del Mar y se arrojaba sobre los pechos agua.
0:00:51 Se agachaba, tomaba un poco de agua en el cuenco de las manos y se la arrojaba sobre sus pechos y luego enarcaba la ceja mirando para el lado del mar.
0:01:02 Esto se lo agrego en el mar.
0:01:04 Ah, me parecía conocerlo.
0:01:06 Para ser más patente la provocación.
0:01:09 Por otra parte, estaba casada con un señor llamado Aloveo, que era el marido Fondo.
0:01:18 Ahora bien, un día Posidón, que no era de madera, emergió de las aguas y poseyó a esta muchacha.
0:01:29 Esa es la vida.
0:01:31 El caso es que nacieron dos chicos, Efialtes y Otto, que tenían un padre humano, que era Aloveo, y otro divino que era Posidón.
0:01:47 Ahora bien, estos muchachos eran muy, muy grandotes, pero muy grandotes.
0:01:53 Incluso se había dicho que por cada año iban a crecer seis pies de alto y dos de ancho.
0:02:02 Eran gigantes.
0:02:04 Y un día la madre tierra, que siempre andaba con ganas de desposeer a los dioses de los linchos y restituir los antiguos órdenes,
0:02:15 donde gobernaban los primeros dioses antiguos, como ella misma, o sino titanes, que es eso.
0:02:23 Entonces los aconsejó y le calentó la cabeza para que fueran, aprovechando su gigantesco tamaño, a descerrar a los olímpicos para gobernar ellos.
0:02:37 Bueno, y así lo hicieron esos tipos.
0:02:39 Y se va, va, va.
0:02:41 Primero, atraparon al rey Ares en su casa de Campo, en Tracia,
0:02:47 y después de atarle las manos y los pies, lo encerraron en un cofre de bronce.
0:02:54 Luego tomaron el enorme monte que se llama Peleón y lo colocaron encima de otra montaña, el Monteosa,
0:03:03 para qué? Para ganar altura y poder tirar roca sobre el olímpico.
0:03:08 Qué extraordinaria estrategia poner una montaña sobre otra para emparejar una más alta. Impresionante.
0:03:18 Mientras hacían estas tareas, el mayor, cuyo nombre ya se ha dicho, era Ifi Altes, aunque no se ha dicho que era el mayor,
0:03:27 dijo, me casaré con la reina Eira, con nada menos que la mujer del Príncipe de los dioses.
0:03:34 Y yo me casaré con Artemis, se ha chtototto el menor.
0:03:39 Carzarse con Artemis era más difícil, todavía, que casarse con Eira, porque era una diosa que despreciaba el amor,
0:03:48 y en cambio era diosa de la casta y de la castidad.
0:03:52 Sí, sí, sí, apolínea, curiosamente.
0:03:54 La hermana de Apolo, la hermana de Apolo.
0:03:59 Cultamente Apolo la llamó a parte a Artemis, y le dijo, solo tú puedes salvarlo.
0:04:07 ¿Cómo? Prometele a Otto que te vas a casar con él.
0:04:13 Entonces, Artemis me dijo, bueno, yo preferiría morir antes que casarme.
0:04:18 Y Apolo le dijo, no hace falta que cumplas la promesa.
0:04:24 Dice, puedes fácilmente enviar a estos chicos al tártaro y deshacerte de ellos.
0:04:31 Vas a ver que es algo que te digo.
0:04:34 Sin embargo, dijo Artemis, y era verdad, la diosa era, ha profetizado,
0:04:41 que ningún dios ni ningún mortal puede matar a los hermanos, podrá matar a los hermanos.
0:04:48 Repito la profecía, ningún dios y ningún mortal podrá matar a los hermanos.
0:04:54 Y Apolo dijo algo extraordinario que les pido que anoten.
0:04:57 Dice, tal vez, dijo, pero en cada profecía hay una trama, y esto es verdad.
0:05:06 De modo que Artemis prometió reunirse con Otto en la isla de Naxos, la isla redonda,
0:05:14 y casarse allí con él. Para el hermano se puso un poco celoso, fiel.
0:05:21 Porque vino Hermes a traer el recado de Artemis.
0:05:26 Ya se sabe que Hermes es el corredible, el mensajero.
0:05:30 Para elito hacer las patas, además, como para el mandatijero.
0:05:33 Yo hice telegrama para Otto, y fiel se puso celoso.
0:05:38 ¿Por qué dice, no hay un telegrama de era para mí también?
0:05:43 No, dice, no es posible que no me prefiera a mí antes que a Zeus.
0:05:48 Yo soy mucho más fuerte que él.
0:05:50 Puede que seas más fuerte, gritó Otto, pero tú eres fiel.
0:05:56 Bueno, y empezaron a pelearse.
0:06:02 Bueno, dice, yo soy el mejor.
0:06:04 Cuando siga el momento me casaré con ella en lugar de hacerlo con ella.
0:06:08 Me voy a casar con Artemis por haber dicho que yo soy fiel.
0:06:12 No dice el otro. Artemis es para mí.
0:06:15 Además, ella sabe que soy mucho mejor arquero que tú.
0:06:19 Mentiroso, demuestra, me loco.
0:06:23 Entonces, mientras se estaba discutiendo, la propia Artemis,
0:06:27 disfrazada de una de sus propias siervas, corrió entre los dos.
0:06:32 Los gigantes tomaron sus armas y decidieron ver a ver quién cazaba la sierva.
0:06:37 Otto disparó desde la izquierda y el fial desde la derecha.
0:06:42 Pero Artemis fue a tal velocidad que los dos fallaron el tiro
0:06:48 y seguidamente cayeron muertos, cada uno con la flecha del otro,
0:06:52 atravesándole la cabeza.
0:06:55 Ningún Dios podía matarlo y ningún mortal.
0:06:58 Pero se habían dado muerte y yo me.
0:07:01 Ahora, qué curioso.
0:07:07 Y Fimedea estaba con otra hija que tenía,
0:07:13 que se llamaba Pancratia, de una gran belleza.
0:07:18 Y fueron raptadas, y Fimedea y Pancratia,
0:07:22 por dos piratas, acerca de cuyos nombres se dijieron.
0:07:27 Y en determinado momento, los dos piratas discutieron entre ellos por cuestiones
0:07:35 importantes, y se mataron mutuamente.
0:07:42 Así que hay aquí dos parejas de hombres que se eliminan.
0:07:49 Y si se matan los dos, no es que uno mata al otro.
0:07:54 Tanto el fial Tecioto como estos dos piratas,
0:07:59 murieron peleando o compitiendo.
0:08:03 Es una estructura clásica, como vemos ahí, porque se repetirá mucho más.
0:08:07 Bueno, la madre tierra, cuando vio que la cosa había terminado mal,
0:08:14 tan mal que se había muerto, hizo un último intento por deshacerse de los olímpicos.
0:08:21 Creó a Tifón, el mayor monstruo jamás visto.
0:08:26 Tenía la cabeza de asno con orejas que tocaban las estrellas,
0:08:30 alas que oscurecían el cielo,
0:08:33 y una masa de serpientes enroscadas en lugar de piernas.
0:08:37 Y Tifón aterrorizó hasta tal punto a los olímpicos,
0:08:42 que todos salieron rajando, huyeron a Egipto.
0:08:47 Ceus se disfrazó de carnero, era de vaca,
0:08:52 a polo de cuervo, posidón de caballo,
0:08:55 Artemis de Gato Montés, Ares de Javallí.
0:09:00 Había sido rescatado por Hermes, creo, de aquella...
0:09:07 ¿Sopisonta, sí?
0:09:09 Sí, aquella cosa metálica donde lo habían encerrado.
0:09:14 Ha estado de piez y manos.
0:09:16 Fialte sí y otro.
0:09:18 Bueno, Hermes se disfrazó de gruya.
0:09:22 Sólo Atenea se negó a moverse.
0:09:25 Y llamó Codarde a Ceus, y declaró avergonzada
0:09:30 que le daba pena ver como su padre, después de todos los años de ocupar,
0:09:38 huía como miserable.
0:09:40 Ceus se sonrojó, volvió a adoptar su forma habitual,
0:09:45 y arrojó un rayo contra Tifón.
0:09:48 Este rayo lo irió en el hombro, con un grito de dolor, ahí...
0:09:54 Y Tifón agarró a Ceus y lo golpeó hasta dejarlo amoratado.
0:09:58 Le arrancó los tendones de los pies y de las manos para dejarlo indefenso.
0:10:04 Y los dejó al cuidado de un monstruo hembra llamado Delfine,
0:10:10 si fuera francés.
0:10:12 Fitado.
0:10:13 Era Delfine, no más.
0:10:15 Tifón pidió entonces a las parcas que le dieran una medicina,
0:10:19 porque el hombro que Ceus le había golpeado todavía le donía.
0:10:23 Las parcas sin decimilara le dieron...
0:10:25 Ya se sabe cómo son de parcas...
0:10:27 Le dieron unas manzanas y continuaron hilando.
0:10:32 Tifón mezcó la fruta con sus enormes dientes,
0:10:36 pero las parcas no habían engañado,
0:10:39 le habían dado las manzanas de la muerte.
0:10:41 Y Tifón se sintió más y más débil,
0:10:44 a medida que el veneno iba siendo su efecto.
0:10:47 Hermes, Apolo y Pan visitaron la cueva de Delfine por la noche.
0:10:52 Aquella que tenía consigo los tendones del fens.
0:10:56 De pronto pan dio un grito horrible de los que solía pegar él.
0:11:01 Un grito que causaba miedo.
0:11:03 Un miedo que se llamaba pánico.
0:11:06 Y delfine, el monstruo, casi se muere del susto.
0:11:12 Entonces Hermes entró sin servisto,
0:11:14 robó los tendones de abajo de la cama de Delfine
0:11:19 y los colocó en los pies y las manos de Zeus.
0:11:22 Seguidamente Apolo procedió a matar con una flecha delfine
0:11:26 y Zeus arrojó grandes cantidades de rayos contra el débil Tifón.
0:11:31 Y finalmente le metió una roca sobre él.
0:11:34 Esta roca es ahora, queridos amigos,
0:11:37 el monte Etna en Sicilia.
0:11:40 De vez en cuando el aliento ardiente de Tifón
0:11:44 sube con fuerza por el cráter,
0:11:46 sacando humo, lava y piedra pommes
0:11:49 y provocando la alarma de todos los servicios meteorológicos.
0:11:55 Mientras tanto, en el infierno los hijos de Iphimedea
0:12:02 fueron castigados también.
0:12:05 Hoy en día están atados a una enorme roca con serpientes.
0:12:12 Esto es todo lo que quería decir acerca de estos dos muchachos grandotes
0:12:19 que crecían de dos metros por año a lo alto
0:12:24 y a lo alto en forma proporcionada.
0:12:31 No sé, no sé,
0:12:33 Asimov tiene un excelente ensayo donde se demuestra que un crecimiento tal
0:12:38 no se puede soportar.
0:12:42 Vale, Alejandro, creo que pese a los sintéticas,
0:12:45 la historia contiene dos líneas con grandes enseñanzas.
0:12:49 Usted mismo dijo una frase que se iguala una profecía
0:12:52 porque en cada profecía hay una trampa,
0:12:54 entonces ya tiene como respuesta clara que la historia contiene dos líneas
0:12:59 con una profecía porque en cada profecía hay una trampa,
0:13:02 entonces ya tiene como respuesta claro, la trampa es la misma profecía,
0:13:05 allí donde alguien quiere que una fuerza cualquiera, una civilia o un oráculo
0:13:10 le sople qué es lo que viene en vez de hacerse cargo de su propio destín modificado.
0:13:14 Ese es la trampa.
0:13:15 Ese es la trampa.
0:13:16 Y esa es una trampa que todos sabemos cómo termina.
0:13:18 No importa tanto esto de no ser almatados ni por hombres ni por dioses
0:13:21 o un gran imperio caerá.
0:13:23 La trampa ya empieza cuando uno recurre al oráculo
0:13:26 y tenemos varios ejemplos de la historia que usted contó aquí alguna vez,
0:13:29 el tipo de llegó en puerto y se pierde en profecías.
0:13:31 Del otro lado tenemos aparentemente una historia de rebeliones
0:13:34 y aún un observador humano,
0:13:37 las rebeliones le generan cierta simpatia porque se supone que es rebelde
0:13:41 y que está reaccionando ante una injusticia.
0:13:43 Pues no, tenemos dos clases rebeliones también aquí.
0:13:45 Uno es aquella que se hace en nombre de reparar las injusticias.
0:13:49 En general me permitiría decir, incluso entre dioses, el nombre del pueblo,
0:13:53 el nombre de aquellos que no han sido, se les ha permitido algún privilegio.
0:13:57 Entonces el nombre del viejo orden.
0:14:00 Entonces no es una rebelión, no es una revolución, exactamente.
0:14:03 Y en ese sentido cuando se arman estas historias suele ocurrir
0:14:07 que los protagonistas centraron eso,
0:14:09 son más que pequeños títers en las manos de un conspirador.
0:14:12 En este caso, el adiós almiceo se que manda los dorandotes para cumplir con esas cosas.
0:14:16 Y justamente en esos casos las víctimas son nada más que
0:14:21 una especie de tropieso para el conspirador que siempre va a seguir asechando por aquí
0:14:24 en nombre de rebeliones que no son más que el retorno al viejo orden
0:14:28 y ojo con esas cosas.
0:14:29 El problema está igual que en lo de las profecías,
0:14:31 porque las ropas, las riquezas, los palacios a los que se aferran
0:14:37 este tipo de miserables personajes son irreales en otro sentido.
0:14:41 No son reales porque no son elegítimos, son elegítimos.
0:14:44 De realidad lo que le pasa a estas personas es que desde el comienzo,
0:14:47 una vez que entran en la conspiración, ya están fuera de sí.
0:14:50 Esto es, no son aquellos que pudieron ser poco o mucho,
0:14:54 sino aquellos que piden preguntas en los oráculos por el destino,
0:14:57 se creen que esas cosas que han usupado les pertenecen.
0:15:00 Y en realidad solo andan absolutamente fuera de sí mismo,
0:15:03 porque cuando uno no está allí a lo que pertenece, digo,
0:15:07 en el medio de esa esencia, ese es el peor de las echadas que uno puede soportar.
0:15:11 Ese es el desalojo.
0:15:13 Y el desalojo es la milonga que va a cantar a continuación.
0:15:17 El mundo rivero compuesta en la atención a estos intentos de desalojo,
0:15:23 de la madre tierra, de los viejos dioses, de crono,
0:15:27 de los que se comían sus hijos, etcétera,
0:15:30 que habían sido dejados exaltes.
0:15:33 Adelante, don El Mundo Rivero.
0:15:48 Él buscaba con el aviso, me la dio por la cabeza,
0:15:53 nunca esperé tal sorpresa, mi suerte en grata lo quiso.
0:15:59 Me dice en un entreviso, yo me encontraba confiado,
0:16:03 Albert siempre al encargado, saludar con alegría,
0:16:09 pero hoy, mi no bueno día, al encontrarme me hará.
0:16:18 Al rando vi mi moblaje, el pilau por la escalera,
0:16:25 la guitarra, la piambrera, el colchón viejo y el traje,
0:16:30 y después todo el menaje dentro la mesa y me efe,
0:16:35 y un ilástico despleje que dice desde Turquía,
0:16:41 y quiere de una tía que se murió en cruz de leje.
0:16:49 A pena de diez, tres años, ya le vos a picarría,
0:16:53 que suerte la vida mía, siempre, siempre les engaña.
0:16:57 Los ojos de los extraños, relan pa' que bandegoso,
0:17:01 y el vigilar te curioso dijo, mostrando las dientes.
0:17:08 ¿Qué va a decirla de enfrente al ver su mueble lujoso?
0:17:18 Y en la vereda marchitas, mis pobres cosas quedaron,
0:17:23 yo sé bien que se nublaron tus sofitos, vecinitas.
0:17:29 Lo que me atenevia jita es que por ser angelito,
0:17:33 a que el dorado marchito que siempre me acompaña,
0:17:39 el changador me afanau con tu estampa, Che Carlito.
0:17:53 Era el mundo rivero, en la venganza será terrible el desalojo.
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