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18 de Mayo de 2007

Los poderes de los médium

Transcripción automática

0:00:00 Y hoy hablaremos de los poderes de un medium. Atención a nuestros amigos, abdicionados al
0:00:06 spiritismo, los manos santas, blacca manes, foquires adivinos y negro mantes.
0:00:14 Porque hoy hablaremos de Henry Slade, el medium.
0:00:20 Atención. Ya he sabido el predicamento que este programa tiene entre los spiritistas.
0:00:28 En la escuela científica de vacilio no se escucha otro programa que no sea este.
0:00:34 Hablaremos entonces de los poderes de Henry Slade, que era un medium norteamericano.
0:00:39 Nació en 1850 naturalmente en los Estados Unidos y en 1876 emigró a Inglaterra y comenzó
0:00:47 allí a dar unas sesiones de spiritismo en Londres, en la Russell Square.
0:00:54 El idioma rápidamente se hizo famoso porque parece que realizaba lo que los spiritistas
0:01:00 llaman la Escritura Directa. Es decir, los espíritus convocados por Slade escribían
0:01:07 en pizarras que el medium disponía para ellos los mensajes que le resultaran pertinentes.
0:01:15 Además parece que también Slade era experto en hacerle evitar objetos.
0:01:22 Con él le te hacía le evitar esa pandereta que está así.
0:01:28 Pero sin que nadie la agarrara. Uno se sentaba ahí, veía como la pandereta se levantaba
0:01:34 y ya está.
0:01:36 Bueno, también realizaba algunas materializaciones pero incompletas.
0:01:40 La materialización consiste en que un espíritu incorpóreo aparezca con la forma que tenía
0:01:47 cuando no era finado.
0:01:49 Pero este lo hacía en forma incompleta. Majormente se materializaban rostros y manos.
0:01:56 El espíritu entonces se dice que no alcanza un ectoplasma entero.
0:02:00 Aparece una parte. Es una especie de sinécto del más allá.
0:02:06 Entonces usted decía, bueno, hágame aparecer al finado, Julán.
0:02:10 Bueno, muy bien. Y apareció un pie.
0:02:12 Y parece un rostro. Casi no hay posibilidad de engaño porque uno tiende a recordar más
0:02:20 o menos el rostro de los finales. Pero un pie.
0:02:23 A lo mejor usted hace como 10 años que no lo ve al final por todo hongones.
0:02:28 Y un pie puede ser de cualquiera.
0:02:31 Y para mí no le miraba mucho la pata por todo el hongón y cuando ya estaba vivo.
0:02:34 Y a los que uno conoce hace 20 años le ha visto nunca el pie.
0:02:37 Como lo va a reconocer después de muerto.
0:02:40 Así que, bueno, Slade cobraba naturalmente por sus sesiones.
0:02:45 Me iba a trabajar gratis. Pero prefería recibir como algunos solamente una persona por vez.
0:02:53 En una habitación destinada a sus experimentos lo mismo que a su estérrono.
0:02:58 Dicen que él tampoco perdía el tiempo.
0:03:00 En cuantito el visitante había tomado asiento.
0:03:04 Comenzaban ya los fenómenos que terminaban unos 15 minutos después.
0:03:08 Y se había hecho una receta de cómo le va fulano, rotarse las manos,
0:03:12 pasársela por los fondillos del pantalón, flexionar,
0:03:15 hacer crujir los huesos de los dedos.
0:03:17 Todos esos visajes de preparación que suelen hacer algunos médiums
0:03:21 o algunos médicos antes de operar.
0:03:24 En fin, se escupen las manos, etcétera.
0:03:28 Éste no hacía nada.
0:03:30 Directamente empezaban con los fenómenos.
0:03:33 Y las apariciones ocurrían con toda regularidad y precisión.
0:03:37 No había en Slade vacilaciones ni histerias estápticas.
0:03:42 Todo era rápido, breve y decisivo.
0:03:46 Venía un tipo, pedía el mensaje de un pariente fallecido
0:03:50 y obtenía la respuesta escrita o la aparición de la mano
0:03:53 o una carecia, lo que sea, al instante.
0:03:56 Sí. ¡Hola!
0:03:59 ¡Hola! ¿Sos vos otra vez?
0:04:02 Sí. No, no, no lo dije por vos tampoco eso.
0:04:06 No, no, no. Sí, ya sé que vos también sos médium, pero no.
0:04:10 Bueno, gracias.
0:04:12 Perdón, eh.
0:04:13 Se ha prendido el celular.
0:04:16 Digo, no había vacilaciones.
0:04:17 Todo era rápido, breve y decisivo en Slade.
0:04:23 Total ausencia de ceremonias.
0:04:27 Slade tenía una actitud incluso desdeñosa para hacer los milagros.
0:04:32 Y esto lo perjudicó, como ya veremos.
0:04:35 Las sesiones de Slade podían oírse el rascar del lápiz en la pizarra.
0:04:46 Una pizarra que guardaba bajo la mesa de reunión,
0:04:51 convocaba al espíritu y después sacaba la pizarra, la examinaba
0:04:55 y veía lo que había escrito el espíritu.
0:04:58 Todos aseguraban que las manos de Slade descansaban sobre la mesa.
0:05:03 Usted podría pensar escribía el tipo.
0:05:06 También tenía un acordeón que solía ser visitado por espíritus.
0:05:15 Abajo de la mesa estaba el acordeón.
0:05:16 Y por ahí usted estaba y escuchaba una porca.
0:05:21 La conozco.
0:05:32 Y sola la conozco.
0:05:34 Pero si usted imagínase, se desmayaba inmediatamente.
0:05:38 Durante bastante tiempo todo marchó muy bien.
0:05:41 En Londres había una notable curiosidad por Slade.
0:05:46 Lo visitaban constantemente para que produjera estas demostraciones expeditivas.
0:05:52 Pero no tardó en producirse un incidente.
0:05:58 El profesor Ray Lancaster y el doctor Duncan tuvieron dos sesiones con Slade.
0:06:06 En la segunda, al tomar la pizarra debajo de la mesa,
0:06:12 los visitantes vieron un escrito cuando nada hacía suponer que la sesión había comenzado.
0:06:20 Es decir, miraron la pizarra antes de comenzar la sesión y ya estaba escrita.
0:06:26 Para Ray Lancaster aquello era un engaño y escribió una carta a la prensa denunciando a Slade.
0:06:33 Hasta se igual perseguieron judicialmente por estafa.
0:06:36 Atorrante compadrito.
0:06:39 Hubo un proceso.
0:06:41 Slade se defendió diciendo que él no sabía cuando se producía la escritura de los espíritus.
0:06:48 Dice que había espíritus impacientes que escribían las respuestas incluso antes de que los interesados preguntaran.
0:06:56 Me parece bastante atendible.
0:07:00 ¿Qué culpa tiene el tipo si los espíritus se apresuraron a responder?
0:07:06 Porque además ya conocían por aquella sabiduría que es propia de los espíritus del más allá.
0:07:12 Qué cosas le iban a preguntar cuando andan perdiendo tiempo como Giles.
0:07:16 Escribieron la respuesta y se la tomaron a otra sesión de espíritismo.
0:07:23 Nadie quedó muy conforme con esta explicación.
0:07:27 Y un famoso prestidicitador, el señor Maskelang, fue citado y declaró que la mesa usada por Slade
0:07:35 tenía una trampa oculta.
0:07:37 De todos modos, tal declaración quedó anulada por la prueba aportada por el ebanista que le había fabricado.
0:07:41 Bueno, la mejor prueba es mirar la mesa, ver si tenía o no tenía una trampa.
0:07:45 Qué en broma.
0:07:46 De todos modos, los jueces dieron un fallo condenatorio.
0:07:49 La condena fue a tres meses de cárcel, pero era tres meses con trabajo forzado.
0:07:54 Cuando terminó la condena, Slade le escribió a este señor Lancaster que lo había denunciado,
0:08:00 ofreciéndole dar pruebas concluyentes de su facultad, a condición de no ser molestado de nuevo.
0:08:05 Pero el tipo ni le contestó.
0:08:07 Y entonces Slade se indignó o se asustó y se fue de Inglaterra.
0:08:13 Se fue de Inglaterra y se fue a Berlín.
0:08:16 Es muy frecuente esto que los magos, que en Saint Germain, en Caliostro,
0:08:23 cuando aparece alguna sospecha sobre su actividad, se van.
0:08:30 Se goberlín y así armó otro centro para llevar adelante sus sesiones.
0:08:35 Se decía que Slade ignoraba el alemán, a pesar de lo cual aparecían mensajes en ese idioma,
0:08:42 trazados en las pizarras, incluso con letras del siglo XV.
0:08:47 Esto lo que demuestra es que no era Slade el que las escribía.
0:08:52 En uno de los encuentros, Slade invitó al jefe de policía de Berlín,
0:08:56 y a varios ciudadanos distinguidos, a presenciar estas manifestaciones.
0:09:01 Y además de la sombra de todo, se produjo un incidente que vamos a referir a continuación.
0:09:07 Parece que para impresionar a jefe de policía, Slade convocó al espíritu de un criminal
0:09:12 que el propio jefe de policía había masijado en un entreguero.
0:09:16 Un tipo que había sido liquidado por el jefe de policía en un tiroteo,
0:09:20 apareció ahí junto al mismísimo jefe de policía que estaba en la salita.
0:09:26 El policía cuando vio el rostro de que el criminal sacó el bufoso y le tiró un tiro.
0:09:32 ¿Qué va a hacer?
0:09:33 Dice, te voy a matar de nuevo, una gran sierra.
0:09:37 Imagínense usted, jefe de policía, mato a uno, le aparece ahí.
0:09:41 O sea, que el bufoso le tiró de nuevo.
0:09:44 Bueno, ahí se terminó la sesión porque el médium se perturbó un poco.
0:09:49 Los médiums suelen perturbarse un poco cuando uno de sus clientes empieza los tiros contra el espíritu.
0:09:56 Pero el jefe de policía creyó realmente que había resucitado el criminal,
0:10:02 que la había matado y quiso matarlo otra vez para librar a las sociedades tan desagradables.
0:10:08 Reincidencias como las que el jefe ya se veía venir.
0:10:13 Slade quiso autorizar sus poderes con el acompañamiento de profesores ilustres.
0:10:18 Invitó a Solna, que era un profesor de física y astronomía de la Universidad de Leipzig,
0:10:24 también sorprendió a Jagner, un matemático, y a Gustav Sögnar, un filósofo distinguido.
0:10:32 Y todos llegaron a un convencimiento completo de la realidad de lo observado,
0:10:38 con exclusión de toda trampa y prestigitación.
0:10:41 Aquellos hombres daban fe de haber presenciado la escritura irrefutable de entidades abusantes.
0:10:47 Estaban tan impresionados los tipos, los profesores digo, ¿no?
0:10:51 Hola.
0:10:55 Ya que bueno, si a uno se le aparece un fantasma de verdad y no estrucó, te asustas.
0:11:03 Yo lo primero que hago en un caso como ese es salir rajando.
0:11:07 Cualquiera ve un fantasma, sale corriendo por más profesor de física que sea, que fuere.
0:11:14 Bueno, salieron todos corriendo a la de una escribana, ¿no?
0:11:19 Y aprovecharon que estaban ahí para declarar bajo juramento que los fenómenos eran auténticos, etcétera.
0:11:25 Por ahí en 1885, Slade regresó a los Estados Unidos,
0:11:29 y aunque vería con el aval de estos científicos, no le fue bien.
0:11:32 En el Boston Herald de 1886 apareció la siguiente noticia.
0:11:39 El célebre Dr. Slade es sorprendido en Westland escribiendo pizarras que descansan sobre su rodilla debajo de la mesa,
0:11:48 y moviendo sillas y mesa con los dedos de las patas.
0:11:51 Eso decía el Boston Herald.
0:11:53 Parece que algunos concurrentes a la sesión se habían quedado en la habitación contigua y habían mirado por debajo de la puerta,
0:12:01 y vieron justo aquellos actos de agilidad con los pies realizados por el medio,
0:12:08 movimientos de los cuales no se daban cuenta de lo que asistían a la sesión.
0:12:12 Y Slade fue detenido.
0:12:14 Su defensa fue muy extraña.
0:12:17 Dijo que efectivamente hacía trampa, pero que hacía trampa porque sus poderes habían manguado,
0:12:25 y que por tal motivo no podía caer en la indignidad.
0:12:29 Los jueces indurgentes reconocieron que había realizado maravillas alguna vez,
0:12:34 pero que eso no le daba derecho a sostener las estafas ulteriores y lo mandaron en cama.
0:12:40 Slade pagó la fianza y salió.
0:12:43 No trabajó más como en medio.
0:12:45 Murió en 1905 en un sanatorio de Michigan, en donde ingresó Mercedes a la auxilio de espiritistas americanos que lo admiraba.
0:12:54 Era el ídolo de los espiritistas americanos.
0:12:58 Según parece, después del espiritismo le había dado por el escabio, y esto le fue fatal.
0:13:05 Le dio por el alcohol, y el alcohol es más peligroso que el espiritismo.
0:13:10 Y así termina la historia de Henry Slade y de sus poderes, que nos llenan de stupor,
0:13:18 por haber sido suscritos por lumbreras de Alemania.
0:13:22 Ver, no, no, no.
0:13:24 Recuerdo José de Coppertino de quien hablábamos muchas veces aquí, aquel monje que volaba,
0:13:30 y según se dice, el propio Leibniz lo vio volar, y casi se desmaya cuando...
0:13:37 Leibniz, o sea, conocen ustedes, el inversor del cálculo infinitesimal y de las monadas.
0:13:43 Ya, no las monadas.
0:13:45 Las monadas, ¿no?
0:13:47 Bueno, yo lo vi a...
0:13:51 ¿Cómo se llamaba ese tipo?
0:13:53 A David Coppertino.
0:13:55 Sí, David Coppertino.
0:13:58 Para mí volaba.
0:14:01 Para mí volaba.
0:14:05 Lo vimos, estaba Estronati, estaban ahí los chicos que se vio, y lo vimos.
0:14:11 No se ganan muchos testigos.
0:14:13 ¿Lo vimos? Volá, el tipo vuela.
0:14:15 Dice, no, pero debe haber algún peor en vuela.
0:14:17 Vuela, vuela.
0:14:20 Bueno, seguramente es un truco muy bien logrado.
0:14:24 Vuela, señor.
0:14:25 Así como lo vio Leibniz volar a José de Coppertino, lo vimos nosotros volar a Coppertino.
0:14:32 Entonces este...
0:14:34 Vuela.
0:14:36 Bueno, a lo mejor un astuto juego de espejos o alguna...
0:14:41 Vuela.
0:14:41 Algún accesorio.
0:14:44 Señor, vuela.
0:14:45 Está en un lado y se desplaza otro, digamos.
0:14:47 Esto, vuela.
0:14:49 Vio un jumbo 747.
0:14:52 Vuela.
0:14:55 Usted que ve un jumbo 747 en el aire y dice, debe ser algún hilo.
0:14:59 Un jumbo de espejos, ¿no?
0:15:00 Estos son las torbidas.
0:15:01 Astuto juego de espejos.
0:15:03 Yo la verdad que también.
0:15:06 Bueno, lo que pasa es que, a ver, usted comparte conmigo entonces la idea de que si este señor Coppertino quien fuera tuviera una turbinita que lo desplazara, vuela.
0:15:20 No?
0:15:21 Porque lo que acá se discute es si vuela sin ningún tipo de ayuda.
0:15:26 Díao, de hecho, como usted dice, que no vuela con ayuda.
0:15:28 Pero no le sirve la turbina porque imagínense tendría que tener el cuerpo del copperfil, además de huesos huescos.
0:15:36 Una forma tal que fuera diferente la velocidad del aire que le pasara por arriba.
0:15:43 Que es una que le pasa por abajo.
0:15:44 Y aero, vina.
0:15:45 Sí, sí, sí. No es tan fácil volar.
0:15:47 Se lo digo yo que...
0:15:48 Usted volador.
0:15:50 Yo me tiro de palo a palo.
0:15:53 Muchas veces.
0:15:55 Pero nada que no pueda explicar el salto.
0:15:59 Ah, ah, ah, ah, ah.
0:16:01 Tal cual.
0:16:02 Bueno, ¿a quién quiere dedicar la historia de este medio Henry Slade?
0:16:09 No, no, no lo resulta asombroso Alejandro, la...
0:16:12 Esta gente que lo llevaba a juicio por fraude.
0:16:15 Claro, ¿por qué juicio?
0:16:17 Claro, porque ya que alguien pensar que esto pudiera no ser un fraude lo que a mí me asombra.
0:16:21 Ah, tiene razón, sí.
0:16:23 Sí, alguien va a dar un juicio.
0:16:25 Pero eso demuestra que se lo creía en el cerebro.
0:16:28 Claro, que eso es lo que más me asombra.
0:16:29 El más credulero, el tipo que le hacía juicio por fraude.
0:16:33 ¿Por qué razón?
0:16:34 Si vos le hacía juicio por fraude a una espiritita porque le descubriste un truco,
0:16:38 es porque pensás que el buen espiritista, ya que el que no tiene truco,
0:16:41 es decir, querés a pie juntillas en el espiritito.
0:16:45 Sos mucho más supersticioso que el mismo espiritista.
0:16:48 Un poco.
0:16:49 Es extraordinario.
0:16:50 Sí, sí, pues...
0:16:51 Tiene mucha razón, es una gran observación.
0:16:52 Bueno, déjeme dedicarse a los amigos leyos,
0:16:56 aunque sé que se me quedó un prestigitador muy hábil.
0:16:59 ¿Así?
0:17:00 A los amigos leyos, y digo que uno podría haber disfrutado un poco de este arte,
0:17:04 si no hubiera sido tan creduloso.
0:17:06 Pero creo que ahora no hay espiritistas.
0:17:08 Están de caden, se hace unos 20 años más o menos, ¿acuerdas?
0:17:11 Sí, yo un casero se conocía mucho.
0:17:13 ¿Claro que hay 30 años?
0:17:14 Con ya varios, sí, sí.
0:17:15 Con mi amigo el Saca, conocíamos algunos.
0:17:19 Yo he tenido un amigo de la familia que ya.
0:17:22 Tanto que hayamos de invitar, que sé yo.
0:17:24 Pero ahora me parece que no hay más.
0:17:26 Si alguno sabe, si existe todavía la escuela científica.
0:17:29 Está la escuela científica vacío.
0:17:31 Hoy pase por la puerta, casi.
0:17:32 ¿Por la puerta?
0:17:33 ¿Y por qué no se metió?
0:17:35 ¿Para qué voy a entrar?
0:17:36 Para entrar, dice, no hay ninguna sesión acá y...
0:17:38 Hoy venía a viajar en un taxi y pasé por la puerta.
0:17:42 ¿Pero y quién atiende?
0:17:44 ¿Y por qué no vaya?
0:17:45 ¿Por qué nadie hace una investigación o a quien atiende que piensan de todo esto?
0:17:48 Bueno, podríamos hacer una investigación nosotros.
0:17:51 Vamos a mandar la producción acá.
0:17:54 Bueno, y usted?
0:17:59 Yo qué.
0:18:00 Pero no eran malas esas épocas, le digo, ¿no?
0:18:03 Un poco de efecto todavía.
0:18:04 Digo para nosotros que somos hombres un poco incrédulos.
0:18:07 Salvañorable en algún punto esto.
0:18:11 Sí, sí, pero no sé qué decirle.
0:18:22 Bueno, hemos ido a la discoteca.
0:18:24 Ustedes perdón, ¿no?
0:18:26 Lo debí un segundo, pero así como alguna vez hemos dicho en el programa que en la época por ahí de la Grecia Clásica ya nadie creía en Zeus.
0:18:36 A mí cuando escuché alguno de estos relatos me da la impresión de que esto que nos parece que hace 100 años o 206 se cree...
0:18:43 No parece que nunca se cree, yo en serio.
0:18:46 Yo creo que nadie lo cree.
0:18:47 No, no, no, no, nunca.
0:18:49 Bueno, había algunos que por ahí sí, como este tipo.
0:18:51 Sí, bueno, está.
0:18:52 Pero en general...
0:18:53 Pero en la humanidad...
0:18:54 Mira, qué sé.
0:18:55 Yo tengo recuerdos de gente mucho mayor que yo,
0:19:00 cuyo recuerdo se remontaba a épocas muy anteriores.
0:19:04 Así que podemos nosotros, a través de nuestros abuelos, de los que hemos oído,
0:19:10 conjeturar lo que se pensaba 100 años atrás.
0:19:15 No lo creían tampoco.
0:19:17 No tengo excepción.
0:19:18 No, no creían tampoco.
0:19:19 Pero en tan esérticos como ahora.
0:19:22 Hemos ido al discotecario y...
0:19:26 Nos ama mucho la atención esto de las añoranzas,
0:19:31 del decaer, de sus poderes.
0:19:35 Que también es todo un tema.
0:19:38 Acriqué que alguna vez fue capaz de convocar a espíritus y que ahora no convoca.
0:19:42 Se lo está diciendo uno que antes convocaba más que ahora.
0:19:46 Hay una clase de espíritus.
0:19:49 Este...
0:19:52 Y entonces oiremos el tango que se llama nostalgia.
0:19:55 Nostalgias de los tiempos en que Slade era capaz de hablar con los muertos.
0:20:00 Oiremos la estupenda versión de Hugo del Cardio.
0:20:06 Adelante Hugo, nostalgia es un tango escrito en memoria de los desaparecidos poderes de Henry Slade.
0:21:06 Nostalgias de escuchar su risa loca y sentir culpa de boca como un juego.
0:21:22 Su respiración.
0:21:27 Su tango.
0:21:30 Su respiración.
0:21:33 Su respiración.
0:22:21 Solo el gris que le daba noche en noche en verra y sin espera.
0:22:29 Si las copas traen consuelo que aquí estoy conmigues de los para hogar los ladrones.
0:22:37 Quiero enhorra echar al corazón para después poder brindarles.
0:22:43 Por los huracán los del amor.
0:22:48 de escuchar su risa loca y sentir junto a mi boca como un pueblo, su respiración.
0:23:01 Ambulpíad, de sentir de abandonado y de pensar que tras un lado, pronto, pronto,
0:23:12 te hablará de amor.
0:23:17 Hermano, eso no quiero retacarme ni pedirle mis horarios ni decirle que no puedo más vivir.
0:23:33 El verte de soledad de la rosa puerta de mi fuma.

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