Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza, será terrible, estamos en la ciudad de Mar del Plata, en el teatro Auditorium.
0:00:06 Mañana será la última presentación aquí en el Auditorium, pero el sabado estaremos en el espacio
0:00:11 un sue, así en Río Negro y la Costa. A la costa de la noche.
0:00:15 Sí, señor. Hemos recibido un obsequio de radioresidencias, la FM que nos trapite aquí en Mar del Plata.
0:00:22 96.5. Radioresidencias.
0:00:26 Ah, y te lo viendo, los amigos de acá. Bueno, muchísimas gracias, muy lindo, sé que realmente, muy agradecidos.
0:00:36 Bien, hablaremos de las historias de tesoros, de las que comenzamos a hablar en el comienzo de nuestro viaje, de nuestra gira aquí en Mar del Plata.
0:00:47 Atención, los que están buscando tesoros.
0:00:50 Ayer, por el siglo XVIII, había en Alemania un grupo de estafadores que se aprovechaban de la superstición de algunas personas para enriquecerse.
0:01:02 Se enriquecían con unos fingidos rituales, eran unos tipos de con rudimentos de formación académica,
0:01:12 y significaban para otros unos actos impresionantes en los que recitaban fórmulas mágicas, en un lenguaje incomprensible,
0:01:22 y para despertar mayor temor en sus víctimas y mejor engrupirlas, se ocupaban, por ejemplo, de hacer marcas, movimientos,
0:01:35 toda clase de actos que luego atribuían a causas sobrenaturales.
0:01:39 Por ejemplo, sin que los vieran, hacían huellas raras cerca de las casas de los incautos, pasaban cerca de ahí a la noche,
0:01:49 y se mandaban unos gritos espeluznantes, prendían fuego y sabían corriendo, y después decían que habían sido los demonios.
0:01:57 Después de estos falsos indicios, aparecían ellos y vendían conjuros, talismanes, amuletos y municos de la suerte para ausentar a los demonios que ellos mismos creaban,
0:02:10 pero no eran esas las únicas actividades para embaucar.
0:02:14 Estos hombres también se hacían pasar por descubridores de tesoros.
0:02:19 Lo único que parecía hacer falta para ejercer aquella profesión, la de falso descubridor de tesoros,
0:02:26 era la habilidad para convencer a la gente de la existencia de tesoros y de la dificultad de dar con ellos.
0:02:33 Entonces inventaban historias de señores que habían abandonado sus capillos durante una guerra y en su huida enterraban sus riquezas, etc.
0:02:43 Y decían que ellos tenían datos para encontrar esos tesoros y vendían los datos.
0:02:50 Se me dirá, ¿por qué mejor no buscaban ellos mismos los tesoros de los que hablaban?
0:03:01 Bueno, no lo sé. La respuesta es por qué no había tal esencia.
0:03:06 Porque era mentira, claro.
0:03:08 Se me ocurrió una respuesta.
0:03:10 Los estafazores no decían nada, pero en cambio los estafadores decían que los tesoros se hallaban bajo la protección de espíritus malignos
0:03:20 y que necesitaban un anticipo de dinero para comprar elementos destinados a consultar, a conjurar y a convocar a esos antales espíritus.
0:03:34 Ya se sabe que los elementos destinados a la convocatoria de espíritus malignos son carísimos.
0:03:40 Y andaban ellos con talismanes. Por ejemplo, solían usar la Biblia de Weimar de 1505.
0:03:47 Bien sabemos que esa Biblia de Weimar es una edición muy extraña y más poderosa que cualquier otra edición.
0:03:55 También decían o fingían convocar a demonios y les preguntaban la ubicación de los tesoros que ellos, que los demonios custodiaban.
0:04:06 Ya se sabe que un demonio en general custodia mal que mal algún tesoro.
0:04:12 Después de llevar algunas prácticas extrañas y declarar que habían estado en contacto con los guardianos infernares de los tesoros, etcétera,
0:04:21 le indicaban al interesado en este caso usted, el lugar en que se hallaba enterrado el tesoro.
0:04:30 Me pedían un dinero, mire dame tantas gritas, pero no.
0:04:33 Bueno, sé para que el tesoro está enterrado en este lugar.
0:04:37 Y ahí lo dejaban buscando a usted.
0:04:40 Desde luego salían rajando para no estar presente cuando allá después de un año de cavar hoyos
0:04:46 El interesado empezara a sospechar que los tesoros no aparecerían camados.
0:04:51 Se había peces salidas allá.
0:04:53 Para mí que no hay nada dice un señor todo sudado.
0:04:57 Las crónicas dan cuenta de dos breves historias a este respecto.
0:05:02 Historias de clientes de estos embarcadores.
0:05:07 Un campesino llamado Hans Trasse, nunca supo que era víctima del siguiente engaño.
0:05:16 Aquel hombre cavó con gran entusiasmo alrededor de un lugar que le habían indicado sus victimarios.
0:05:24 Y lo hizo durante 15 años hasta que murió.
0:05:28 O sea, no cavó hasta que encontró algo, sino hasta que murió.
0:05:32 Y no encontró nada.
0:05:35 Poco antes de morir indicó a su esposa en dónde debía cavar para que la búsqueda continuase aún después de su muerte.
0:05:45 Los nietos de Hans Trasse también cavaron.
0:05:49 Y en total los integrantes de la familia Trasse hicieron pozos en vano durante 60 años.
0:05:58 Hasta que ya no había donde hacer un ojo.
0:06:02 Y es culpa que se lo diga de esta manera.
0:06:06 Otro caso.
0:06:08 El sembrador Karl Heindl fue embaucado por uno de los grupos presitados.
0:06:14 Y se supo estafado, un día dijo.
0:06:17 Esto me está estafando.
0:06:19 Pero de todos modos lleno de entusiasmo continúa buscando.
0:06:23 Advertió a los que se burlaban de su insistencia que un verdadero obstinado buscaba siempre tesoros
0:06:30 y que la haber sido engañada una vez no impedía la continuación de esa búsqueda.
0:06:34 Bueno, Heindl nunca encontró nada, pero este es un dato absolutamente secundario.
0:06:39 Fuera de Alemania existe un lugar que fue famoso por la multiplicidad de tesoros que podían ser encontrados.
0:06:46 Trata de la pequeña localidad francesa del renele Chateau.
0:06:50 Qué es famosa por otras cosas además.
0:06:54 Tiene que ver esta localidad con la leyenda del Cristo Marsella,
0:06:58 con la piocesión, con una sociedad secreta de un gran maestro,
0:07:04 de una sociedad que detentaba el secreto justamente de la familia que Jesús había creado en Marsella,
0:07:10 que no era otra que la de los merovingios, etcétera.
0:07:14 En este caso hablaremos de esta localidad como un lugar donde se encontraron muchos tesoros.
0:07:20 Un señor llamado Berenguer soñe que era parro.
0:07:25 Allá fue párraco de aquella iglesia entre 1885 y 1917, mucho tiempo.
0:07:35 Como tantos otros hijos de campesinos modestos había sido consagrado al sacerdosio
0:07:41 más que por vocación por imposición patada.
0:07:44 Vaya y haga secura, canejo.
0:07:47 En realidad soñe era aficionado a la buena vida, a los placeres de la mesa.
0:07:53 Qué gracia me causa los placeres de la mesa.
0:07:57 No estoy seguro de que sea gastronómico.
0:08:00 Si es el vino o los dados.
0:08:04 Acá me confirman.
0:08:06 No fue indiferente a los impulsos del amor carnal, incluso sobre la mesa.
0:08:14 A poco de llegar ahí a René Chateau, como párraco,
0:08:19 como a su servicio a una hermosa mujer, Marie de Nardot,
0:08:23 que se convirtió en amante del párroco.
0:08:26 De haber sido de Nardie, otro gallo le hubiera cantado.
0:08:30 Sin embargo era Marie de Nardot y fue amante del párroco.
0:08:35 En 1891 soñe decidió emprender las obras de restauración
0:08:42 de la iglesia parroquial que se encontraba en un estado penoso.
0:08:47 Se levantó una loza que había frente al altar mayor
0:08:50 y apareció una bolsa llena de cunidad.
0:08:56 Parece que en la cara oculta de la loza había un bajo relieve bisigótico.
0:09:05 Se trataba según secreto un antiguo tesoro de los tiempos del rey Alarico.
0:09:09 Soñe despidió inmediatamente a los albañeles.
0:09:13 Lo primero que hizo fue despedir a los albañeles.
0:09:17 Tómensela y restó importancia al descubrimiento.
0:09:22 Dijo, ¿qué poca importancia tiene esta bolsa de monedas
0:09:27 que acabamos de encontrar, señores albañeles?
0:09:31 A partir de entonces el párroco observó una extraña conducta.
0:09:35 Comenzó por hacer extenuantes expediciones arqueológicas.
0:09:40 Imagínense con tantas x.
0:09:45 Un día decidió remover todo el cementerio parroquial.
0:09:49 ¡Ay, se me cansé!
0:09:52 A ver si encontraba alguna otra cosa.
0:09:55 Y según parece encontró más tesoros.
0:09:59 La gente de aquel lugar, me imagino yo,
0:10:02 enterraba todos sus tesoros en el cementerio parroquial.
0:10:06 Todas las piezas de oro que encontró el párroco fueron fundidas
0:10:11 para no tener que andar dando explicación.
0:10:13 Esta queta de agua.
0:10:15 Empezó a edificar entonces un palacio,
0:10:18 una hermosa torre en la que instaló una surtida biblioteca
0:10:22 cujos volúmenes hizo encuadernar lujosamente un artesano
0:10:26 traído al pueblo exclusivamente para eso.
0:10:29 Marí vestía a la moda de París.
0:10:31 Bueno, por lo menos no se gastaba la guita en pavá.
0:10:37 Y el párroco temeroso de alguna investigación dijo,
0:10:42 acaba de venir alguno y va a decir,
0:10:45 ¿de dónde la saca este?
0:10:47 ¡Tabando ropa la hizo!
0:10:50 Buscó otro modo de ganar dinero
0:10:53 y justificar de este modo sus gastos.
0:10:55 Pero lo hizo con tal torpesa
0:10:58 que el modo que encontró también era poco escrupuloso y ilegal.
0:11:03 Vamos vendía misas privadas a los ricos de la región.
0:11:08 Entonces, en 1901, el obispo quiso conocer el origen
0:11:12 de los recursos del párroco de Sonía.
0:11:14 Y como Sonía no quiso decir la verdad,
0:11:17 a saber que había encontrado un tesoro,
0:11:20 terminó confesando su tráfico de misas.
0:11:23 Y lo mandaron en Canelos como vulgaron.
0:11:26 Y Sonía no toleró el año que pasó en la cárcel.
0:11:29 Un año a cárcel le dieron nomás,
0:11:31 pero para él fue demasiado y murió poco después de ser liberado.
0:11:35 La bella Marie de Nardó
0:11:37 continuó viviendo con lujo,
0:11:40 utilizando la guita que provenía de una cantera inagotable.
0:11:45 Es decir, este sí que es uno que encontró un tesoro.
0:11:54 Sí, le detuvo un rato porque casi nadie lo encuentra.
0:11:59 Alguna vez tuve la idea, Jorge, de escribir,
0:12:02 no sé si es un ensayo o algo,
0:12:04 acerca del procedimiento del tesoro.
0:12:07 El tesoro enterrado, la duda acerca del regreso
0:12:10 de que entró el tesoro.
0:12:12 Me pareció que había una estructura interesante
0:12:15 para examinar, ¿no?
0:12:17 Un conocimiento que se pierde,
0:12:19 otro que trata de encontrarlo,
0:12:21 alguien que encuentra una revelación de un modo casual,
0:12:24 entierra un tesoro y muere,
0:12:27 el lugar del tesoro queda desconocido,
0:12:30 pero ve, lo encuentra,
0:12:33 o hay otros que buscan un lazo entre A y B.
0:12:36 Bueno, qué es eso.
0:12:38 El deseo de enterrar,
0:12:40 la pulsión inexplicable de enterrarlo todo,
0:12:43 pero yo me cansé.
0:12:47 Me cansé de seguir.
0:12:49 A la segunda página,
0:12:51 hay una descripción de mis estados de alma.
0:12:54 No está mal, por una novela.
0:13:04 que cuando uno piensa en tesoros,
0:13:06 habitualmente, tiende a pensar en islas y en tierros.
0:13:09 Es cierto que esto no siempre se cumple,
0:13:11 de hecho, aquí en los años más oscuros,
0:13:13 lo que se enterraban eran libros,
0:13:15 que de algún modo son tesoros, por cierto,
0:13:17 pero los que los encontraban no iban a saber aprovecharlos,
0:13:20 en cambio, son en sí mismas una especie de formulación,
0:13:23 esperanzada de algo que le va a pertenecer solo a uno,
0:13:26 igual que un tesoro.
0:13:27 Nuestro amigo Isaac Asimov dice que todas son islas,
0:13:29 con lo cual cada uno tiene un destino garantizado.
0:13:31 Pero otro día hablábamos del conde de Monte Cristo
0:13:33 y estaba pensando en el escarabajo de Oro,
0:13:35 de Garrelampo, la isla del tesoro,
0:13:37 de su amigo Robert Louis Stevenson.
0:13:39 Y hay una forma ingeniosa,
0:13:41 o que a mí me pareció ingeniosa,
0:13:43 seguramente si la leyera de nuevo no me parecía tanto,
0:13:46 que es como empieza a descifrar el personaje,
0:13:50 el código secreto, el escarabajo de Oro.
0:13:54 La letra más frecuente, la vocal más...
0:13:56 La letra, la vocal más frecuente, la E.
0:13:58 La E en el inglés, hermano.
0:14:00 Ahí, con ese dato, empieza.
0:14:02 Cuando yo era chico,
0:14:04 no supo aprovechar aquel consejo
0:14:07 y lo puse en tela de juicio,
0:14:09 empecé a contar las letras,
0:14:11 para ver si era cierto.
0:14:13 Si el tipo como yo jamás encuentran tesoro.
0:14:19 Y finalmente digo,
0:14:21 ahí yo también otra cuestión lateral,
0:14:23 y es si los tesoros son construidos por demonios.
0:14:25 Mala cosa anda por ahí,
0:14:27 una debería estar prevenida a eso.
0:14:29 Pero además, para encontrar un tesoro hace falta un mapa
0:14:31 y referencias externas.
0:14:33 Y ahí sabemos, Alejandro,
0:14:35 que el mundo no es igual para todos.
0:14:37 De Molgue, cuando uno ve, por ejemplo,
0:14:39 dice, al lado de una bellísima casa
0:14:41 que va a hacer un pozo y encontrarás el tesoro.
0:14:43 Resulta que uno ve una tapera y una vía.
0:14:47 Y lo que es peor, Alejandro, todavía,
0:14:49 aquello que puede ser un tesoro para uno,
0:14:51 también como decíamos el tesoro.
0:14:53 Una magatela para el otro.
0:14:55 Imagínense, termina la guerra civil norteamericana.
0:14:57 El que encuentra el tesoro en los confederados,
0:14:59 ¿para qué quiere ese montón de billetes que ya no tienen valor?
0:15:01 La montona de billones de billetes que no valen nada.
0:15:03 Incluso, si uno está tan afortunado
0:15:05 como para tener guítega, estar en un tesoro,
0:15:07 cree que va a encontrar esa especie de piedra preciosa
0:15:09 que va a ser la felicidad de uno.
0:15:11 Y cuando uno empieza a ver un resplandor,
0:15:13 el resplandor es perdoso.
0:15:15 Y, en realidad, uno está buscando una esmeralda.
0:15:17 Pero al final, ese color verde
0:15:19 se torna de un color rojizo.
0:15:21 Y lo que encuentra apenas es un rubí.
0:15:25 No hay peor cosa que encontrar una esmeralda.
0:15:27 Una esmeralda, encontrar una esmeralda
0:15:29 siempre es bueno, salvo que uno esté
0:15:31 buscando un rubí, en cuyo caso es una degrada.
0:15:35 Escucharemos ahora el tango rubí.
0:15:37 En la versión de Horacio Molina.
0:15:41 Ahí la voy.
0:15:43 No te va.
0:15:45 Te juro en el saliendo.
0:15:49 Pa' que el ambiente estive y afuera está lloviendo.
0:15:51 Ya te he devuelto a tus cartas,
0:15:53 tus retratos.
0:15:55 Ya le hemos otorrado
0:15:57 total después.
0:15:59 Te vas.
0:16:01 Te vas.
0:16:03 Te vas.
0:16:05 Ya nada tú.
0:16:07 Yo me quedo al separarnos.
0:16:09 Es cruel, la despedida
0:16:11 y triste el distanciarnos hoy.
0:16:13 Bebé, no.
0:16:15 Lloremos.
0:16:17 Que las lágrimas conmueven.
0:16:19 Y nada debe detener
0:16:21 tu decisión.
0:16:25 Acuérdate de mí.
0:16:27 No imploro tu perdón.
0:16:29 No te voy.
0:16:31 No te voy.
0:16:33 No imploro tu perdón.
0:16:35 Más de tu corazón.
0:16:37 No me arrojes rubí.
0:16:39 ¿A dónde irás sin mí?
0:16:43 Cuando no estés conmigo
0:16:45 quién podrá quererte así.
0:16:51 Rubí en este instante gris.
0:16:53 Un último dolor.
0:16:55 Me causará tu adiós.
0:16:57 Después la noche con su frío
0:16:59 y con su lluvia
0:17:01 pondrá su broche
0:17:03 sobre mi corazón.
0:17:07 Vas a dejarme
0:17:09 sin duda sufriremos
0:17:11 con nuestros insabores
0:17:13 por senda aparte iremos.
0:17:15 No has de olvidarme
0:17:17 por más que no te veas.
0:17:19 Yo viviré en tu idea
0:17:21 y tú en mi corazón.
0:17:23 No te voy.
0:17:29 Mi corazón
0:17:33 en que la lluvia
0:17:35 afuera no ha cesado.
0:17:39 La noche es cruel y es fría
0:17:41 no salgas de mi lado amor.
0:17:43 Voremos
0:17:45 todo
0:17:47 amada mía que esta escena.
0:17:51 Ha sido sólo
0:17:53 un episodio sin valor.
0:17:55 Rubí
0:17:59 acuérdate
0:18:01 de mí
0:18:03 no imploro
0:18:05 tu perdón más de tu corazón.
0:18:07 No me arrojes Rubí
0:18:09 a dónde irás sin mí.
0:18:13 Cuando lo estés
0:18:15 conmigo
0:18:21 Rubí
0:18:23 y en este instante gris
0:18:27 un último dolor
0:18:29 me causará tu adiós
0:18:31 después
0:18:33 la noche con su frío
0:18:37 pondrá su proye
0:18:45 Era Horacio Molina en la venganza
0:18:47 será terrible Rubí.
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