Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos entonces de Miguel Alexandrovich, que era el hermano menor del último Sar de Rusia,
0:00:13 cuando uno dice, me caigo en el Sar de Rusia, es una expresión familiar,
0:00:21 la preferida de mi padre, por ejemplo, en realidad no se está refiriendo a Nicolás II,
0:00:28 si es que tiene la prioridad de decir, me cache en el último Sar de Rusia, se está refiriendo a otro.
0:00:37 El último Sar de Rusia fue Miguel Alexandrovich, y ya veremos de qué manera.
0:00:45 Al producirse la declaración de guerra a Alemania en agosto de 1914,
0:00:50 los partidos de la oposición en Rusia, excepto los mencheviques y los bolcheviques, es decir, la mayoría y la minoría.
0:01:02 Eso quiere decir, el ruso menchey y bolshoy, un grande chico.
0:01:06 Se declararon dispuestos a dejar de lado dispuestas, disputas internas,
0:01:14 y prestar su apoyo al Sar Nicolás, pero no le fue bien.
0:01:19 Tras la derrota rusa en Galicia, por falta de fusiles, se acusó al gobierno de ineficiencia y de fracasar en las tareas de aprovisionamiento.
0:01:30 Entonces, en un gría, de lo mejor decir.
0:01:32 Claro, la situación se agravó cuando en septiembre de 1915 el Sar decidió asumir personalmente el mando del ejército
0:01:43 y dejó como gobernadora a la emperatriz, Alexandra Feodorovna, de quien hemos hablado muchas veces.
0:01:52 Se encontraba como sabemos esta chica bajo el dominio de Rasputin, aquel monje,
0:02:00 y solamente usaba su tiempo en prácticas supersticiosas para salvar a su hijito, el Sadevich, Alexis, que estaba muy enfermo.
0:02:09 Teníamos filia.
0:02:11 El gobierno cayó en un completo desprestigio.
0:02:15 Por otra parte, el Sar Nicolás II tampoco era un buen militar, no conocía mucho de estrategia, ni tampoco tenía un gran valor personal.
0:02:25 Así las cosas, después del asesinato de Rasputin en marzo del 17, ya hemos contado cuánto trabajo dio matarlo, no se moría nunca.
0:02:36 Pero el caso es que estallaron huelgas y disturbios en petrogrado, hubo amotinamientos de tropas.
0:02:43 El ministro del exterior, Pablo Miliukov, creyó que la única forma de salvar a la monarquía era con la abdicación del Sar.
0:02:53 Pero debía subsistir una autoridad zarista.
0:03:00 Según se pensaba, era el único elemento que podía dominar el poder de los obvias.
0:03:05 Y naturalmente el sucesor de Nicolás II sería el Sadevich, el pequeño Alexis.
0:03:11 Pero Alexis tenía 12 años.
0:03:13 Se pensó que tenía que tener un regente, su tío, el duque Miguel Aleksandrovich.
0:03:21 Así que se redactó un documento para que lo firmara el Zar.
0:03:25 Nicolás II estaba en Pskov, que era su cuartel general.
0:03:30 Los mensajeros le presentaron la propuesta del ministro y el Zar, que verdaderamente estaba convencido de que debía abdicar.
0:03:38 Decidió sin embargo modificar el documento de tal forma que el nuevo Zar pasase a ser directamente su hermano Miguel, sin regencia ninguna.
0:03:47 Él sabía que la hemofilia de su hijo era incurable y sostuvo que un hombre con esa enfermedad no podría regir el Imperio Ruso.
0:03:55 Tenemos aquí la carta que dictó Nicolás II.
0:03:58 Ah, mismo como está.
0:04:01 ¿Está en Ruso?
0:04:03 Sí, nos la trajo a nuestro espía en Ruso.
0:04:05 A revolución de algunas cosas enteras.
0:04:07 Un espía en Ruso, sí.
0:04:10 No queriendo separarnos de nuestro amado hijo, legamos al gran duque Miguel nuestra herencia y lo bendecimos con su advenimiento al Estado ruso.
0:04:21 Firmado Nicolás.
0:04:24 Era de los arrabales del Moscú, el tipo.
0:04:27 Era el 15 de marzo de 1917.
0:04:31 Bueno, hay que decir que este muchacho, Miguel Alexandrovich, era un dandy.
0:04:46 Bueno, importante.
0:04:48 Era un dandy que no estaba enterado en absoluto de lo que le había tocado.
0:04:52 No estaba en Cans, ahí en la costa azul, ahí vivía.
0:04:57 Siempre había estado alejado las preocupaciones políticas, pero recibió la comunicación que decía,
0:05:06 Che sos sara.
0:05:08 Sí, dijo, bueno, qué va a ser.
0:05:14 En 1911, su propio hermano lo había exiliado, lo había sacado de Rusia.
0:05:20 Fue por lo siguiente.
0:05:22 Y, por lo que, sin pedirle permiso, Miguel se casó con Natalia Sergeiherna Cherémetekebiasca,
0:05:29 una burguesa divorciada dos veces.
0:05:33 Hubo un escándalo, la emperatriz Alexandra se puso furiosa,
0:05:37 y ella fue la que obligó a Nicolás a echar a su hermano, le dijo, echáalo.
0:05:42 Nicolás lo echó y en su desgracia, pobre, se fue a Cans, donde vivía como un camba.
0:05:50 Con su esposa, naturalmente, con la burguesita.
0:05:53 En 1913 tuvieron un hijo, Jorge Romanov.
0:05:57 Lo siento que cuando aceptó instalarse en el trono, regresó a Rusia.
0:06:03 En el gobierno, bueno, esperaban grandes aclamaciones de la gente, pero se equivocaron.
0:06:09 El pueblo ya no quería ningún Romanov.
0:06:12 Las rebeliones, los amontenamientos, amontenamientos no, sería mejor amontinamiento.
0:06:18 Pero qué lindo amontonamiento.
0:06:21 Sí, más para la medida.
0:06:23 Bueno, los amontonamientos suelen ser amontonados también.
0:06:26 En la cárcel de Alcatraz hubo un amontonamiento.
0:06:33 Como su nombre.
0:06:36 El alcaide dijo que no iba a permitir ningún amontonamiento.
0:06:44 El montón del quén, ¿se acuerda la pregunta?
0:06:47 El botín del quén, John Friedrich Bogart.
0:06:51 Señores, por dónde andaba, por el amontonamiento.
0:06:58 El caso vino, la gente no hizo ninguna gracia de esto.
0:07:02 Los hombres de la Duma, o sea, en la Asamblea, entre ellos Kerencki, líder de la República,
0:07:10 hicieron discursos indignados.
0:07:14 Y al día siguiente de asumir, Miguel Alexandrovich, tuvo que abdicar.
0:07:20 Duró un día como estar.
0:07:23 Lo peor del caso es que no pudo volver a Kahn.
0:07:26 Quedó entrampado ahí por la maquinaria gubernamental sin poder salir de Rusia.
0:07:33 Entonces tuvo que retirarse de una residencia, allá donde Judas perdió el poncho.
0:07:38 Y después del levantamiento definitivo de octubre fue deportado a Perm, un frío.
0:07:45 Y después del 13 de junio de 1918 desapareció para siempre.
0:07:51 Nunca más se supo de él.
0:07:53 No sé si lo asesinaron, si lo enterraron en algún lugar desconocido.
0:07:58 No lo vieron más.
0:08:00 Ahora bien, en 1928, diez años después, un impostor que decía ser el último Zar, Miguel Alexandrovich,
0:08:11 apareció en la región de Poltoba, en Ucrania.
0:08:15 En poco tiempo consiguió que los campesinos lo creceran el verdadero Zar.
0:08:21 Es que por esos tiempos empezaba la Ingeniería Social Agraria impuesta por Stalin.
0:08:29 Bueno, este hombre que se hacía pasar por Miguel logró armar un movimiento promonárequico que tuvo muchos seguidores.
0:08:41 Y algunos campesinos lo escondían en sus casas, se tornaban, no, para esconderlo en sus casas.
0:08:47 Los cambiaban de lugar cada noche.
0:08:50 En Moscú, las autoridades que habían sido acabueteadas,
0:08:56 había enviado emisarios para detenerlo, pero aún así en secreto y de noche,
0:09:05 llegaban personas de toda la región para saludarlo y prestarle acatamiento en sus sesivos tiempos.
0:09:11 Al padecito, como se le decía, sabe este, sus tiempos.
0:09:15 Finalmente, la Canaveri, la Secreta, la NKBD, no me acuerdo cómo se llamaba el 28, pero probablemente así.
0:09:24 ¿La chica?
0:09:25 Sí, sí, la chica. Lo encontró.
0:09:28 Y fueron fusilados. Él y un centenar de sus partidarios.
0:09:34 Y para seguir la consigna de Lenin, además que era terminar con todo vestigio de la diastía.
0:09:42 Lo curioso es que las autoridades dijeron que el muerto era, efectivamente, el duque Miguel,
0:09:48 que había escapado de Pern, hacía 10 años.
0:09:51 La verdad es que en los últimos momentos, el imposter...
0:09:57 El imposter...
0:10:00 ¡Improbinaio!
0:10:01 ¡Es un felicidad!
0:10:02 Todo el imposter que usó.
0:10:04 El imposter ha montonado.
0:10:06 Bueno, juro que no era, que era un pobre diablo, que nada tenía que ver con los romanos.
0:10:13 Pero los captores, con toda astucia, se hicieron los crédulos.
0:10:19 Fue una resolución terrible, pero estratégica, propia de la gran astucia.
0:10:25 ¡Crueldad de Stalin!
0:10:27 Porque de este modo, ejecutado el duque Miguel, se sepultó la posibilidad de que aparecieran nuevos impostores.
0:10:35 Es decir, si al revés resolviéramos que éste no era, era admitir que el verdadero andaba por ahí.
0:10:44 Y podía aparecer en cualquier momento.
0:10:46 Así que dijeron, ustedes, no, no dice el tipo, mire que no soy, es.
0:10:52 Y lo fusilaron.
0:10:54 ¡Eretí los posmortes!
0:10:56 ¡Crueldad!
0:10:58 Bueno, no supimos más él, ni del verdadero, ni del falso, ni de otro Miguel Romanov.
0:11:06 Esta fue la triste historia del que verdaderamente fue el último sal de Rusia, no Nicolás II.
0:11:13 Por un día, pero fue el último. Un día solo le duró.
0:11:17 Más negocio hizo el hombre que vivía en Kant tranquilamente, en compañía de una burguesa dinerada,
0:11:23 y corrió para pagar con su vida ese día de príncipe.
0:11:27 Hemos contado tantas veces la historia de Álex, la princesa, la princesa alemana,
0:11:32 que la nieta de la reina Victoria, que se casó con el sárnico II,
0:11:38 y viajó para ser la mujer del sal de Rusia y convertirse en Alexandra Feodorovna,
0:11:46 mujer que también pagó con su vida aquí el casamiento,
0:11:50 o sea que fue asesinada junto con toda la familia real.
0:11:54 Un pequeño cuarto de una cabaña, junto con toda la familia.
0:11:59 Un excepto posiblemente una de las hijas, Anastasia.
0:12:04 Estábamos buscando alguna cantarilla en Nueva York.
0:12:13 Estábamos pensando a Alejandro en esos que los que les toca ocupar por un instante,
0:12:20 además que ellos saben desde el comienzo de Fugaz,
0:12:23 ese lugar en la historia que en algún momento en ese asismo tuvo algún personaje destacado.
0:12:28 Pensaban nuestro amigo Cuauhtemoc a quien le tocó ocupar para estar en el estado.
0:12:32 ¿Ustedes ya que hoy pensaba mientras leía esto en otro, justamente en este,
0:12:36 que también fue último, no último?
0:12:39 Último, no último.
0:12:40 Cuéntate quién fue, claro.
0:12:42 Cuauhtemoc era el heredero del Moctezuma,
0:12:44 y es el que cuando Moctezuma se ha pedriado por su propio pueblo va y asume este.
0:12:49 A ver, los destinos a la conducción de los títulos en México y de todo ese imperio.
0:12:54 Y que se ve obligado a que, a terminar con lo suyo, con lo propio.
0:12:59 Pensaba también en Von Ribentrop,
0:13:02 porque creo que fue el último que le tocó después de que Adolf Hitler se suicida en su búnker,
0:13:08 y que van pasando a Ghering y todo lo demás,
0:13:11 Von Ribentrop se tiene que firmar la rendición.
0:13:13 Digo, triste papel de esas personas que aún sin estar de todo el centro de la escena,
0:13:18 porque él estaba en un costado, ciertamente, tiene que asumir esto.
0:13:21 Pensaba en el pobre Francisco Fernando,
0:13:23 que hubiera estado destinado a ser el último duque del Imperio Austro-Húngaro,
0:13:27 y que por casarse con una plebella, matrimonio amorganáctico,
0:13:30 suele dar una gira para mostrar lo democrático que era,
0:13:33 y se lo cargaron en Sarajevo, y ahí empezó la Primera Guerra Mundial.
0:13:36 Digamos, esta especie de casi suplentes en el medio de la historia.
0:13:40 Y pensaba en aquellos que no se resignan a dejar el primer plano.
0:13:43 Estuve, ahora cuando estuvimos de viaje en España,
0:13:46 recordando mi primer viaje a España,
0:13:48 donde me contaron aquel chiste que cuando se estaba,
0:13:50 siquiera era un chiste, una historia tremenda,
0:13:52 muriendo el generalísimo por la gracia de Dios,
0:13:55 Dios lo perdone, que nosotros no, Francisco Franco,
0:13:58 estaba aferrado al brazo incorrupto de Santa Teresa,
0:14:02 y uno de sus cerejanes le dijo,
0:14:04 generalísimo está el pueblo de Madrid abajo,
0:14:06 y qué quieren, vienen a despedirse,
0:14:08 y Franco dijo, ¿a dónde se van?
0:14:10 Yo que a veces a uno también le pasa en el terreno del amor,
0:14:15 y del mismo modo que con la vida,
0:14:17 uno que es de esa religión de la desesperanza, como decía Slover,
0:14:20 no acepta que sea verdad,
0:14:22 aquí esa terrible sentencia, que creo que es mucho más dura,
0:14:25 cuando proviene del amor que cuando proviene del destino.
0:14:27 Escuchar una voz seguramente femenina que le diga,
0:14:30 no nos veremos más.
0:14:33 No nos veremos más,
0:14:35 es el bares que escucharemos ahora,
0:14:38 por el trío argentino.
0:14:59 Saber por ti con los sonrisos florecidos
0:15:06 y del marido, el sueño de toda la vida,
0:15:11 aguantar la voz, morder la angustia que nos guíe,
0:15:16 después, adiós, y el alma de un rosal, te mueve.
0:15:29 Déjame otra vez, siento que después,
0:15:33 no nos veremos más.
0:15:37 Se caen las erras son, pero la ilusión no vendrá jamás.
0:15:42 Sombré entre los dos, un dolor a otro, no por una colarina,
0:15:47 amor que se abra en cruz, al cuñal de luz,
0:15:51 de toda la cestella.
0:15:55 Voy por distintas huellas, no sé ya la vida,
0:16:02 amor que nunca olvidas, no sabe llorar.
0:16:11 Déjame otra vez, siento que después,
0:16:14 no nos veremos más.
0:16:16 Se caen las erras son, pero la ilusión no vendrá jamás.
0:16:22 Por un querer, partir sin lágrimas ni agravios,
0:16:46 y del placer, devorar la copa flor de labios,
0:16:51 en un cantar, rimar el nombre bienvenido,
0:16:56 después, marchar hacia la ausencia sin olvida.
0:17:22 Sombré entre los dos, un dolor a otro, no por la claridad,
0:17:30 amor que se abra en cruz, al cuñal de luz,
0:17:34 de toda la cestella.
0:17:38 Voy por distintas huellas, no sé ya la vida,
0:17:44 amor que nunca olvidas, no sabe llorar.
0:17:54 Déjame otra vez, siento que después,
0:18:00 Se caen las erras son, pero la ilusión no vendrá jamás.
0:18:14 Era el trío argentino, la venganza será terrible,
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