Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza, será terrible, estamos estrenando esta nueva casa en el multiteatro,
0:00:10 estamos corrientes 1283, desde aquí serán de...
0:00:15 En este momento, nuestro amigo Jult está robándose una canilla.
0:00:22 Bueno, ya, ya, ya, después cambiamos de lado.
0:00:30 Bien, dije corriente 1283, ¿sí?
0:00:34 Entonces hablaremos de Miguel de Villegas y Pontevedra, el marqués ladrón.
0:00:40 Uy, qué bonos en Sevilla, digamos que los padres de Miguel eran Antonia Guadalupe de Pontevedra y Don Miguel de Villegas, marqués de casa vaquera.
0:00:52 Se cree que Miguelito nació en 1817, pero no se sabe con certeza.
0:00:59 En esos tiempos no existía el registro civil y sólo las parroques daban fe de los matrimonios, bautismos y defunciones.
0:01:06 Como la mayoría de las mansiones aristocráticas tenían capillas, guoratorios propios, era allí donde se consignaban los nacimientos.
0:01:15 Y se dejaba constancia en los libros de familia que todas las familias nobles tenían.
0:01:21 Pero el libro del marquesado de casa vaquera se destruyó por las razones que ahora vamos a contar.
0:01:27 La madre de Miguel murió en el parto y un año después se murió el padre, así que Miguel quedó como marqués de casa vaquera cuando tenía un año.
0:01:35 Era el único heredero de toda la fortuna, pero su tutor era un noble inescrupuloso que lo llevó a vivir con él y se agarraba toda la guita.
0:01:48 Miguel recibió una buena educación particular, aprendió mucho, pero se mezclaba con personajes de la peor condición, que eran amigos del tutor.
0:02:01 Dice la crónica que su juventud se deslizó entre orgías y derroche.
0:02:06 Tenía un grupo de amiguetes que vivían a su costa y que los llamaban el señor Marqués.
0:02:12 Y lo bien que hacían, como que era el señor Marqués, las juergas, los escolazos, los bailongos eran su pasatiempo preferido
0:02:21 y se la pasaba rodeado por gitanos, cantadores y guitarreros.
0:02:27 Una vida extraordinaria, verdaderamente.
0:02:30 Bueno, a Miguel de Villegas y Pontevedra se lo conoció como Miguelito Caparrota.
0:02:36 Y el apodo le quedó por el siguiente episodio.
0:02:41 Un día Miguel siguió a una gitana llamada aurona que le había gustado.
0:02:46 Al aproximarse a la casa de la mujer, observó que ella, una vez que había entrado, se asomaba una ventana.
0:02:56 Entonces, él se acercó y se posó a hablarle.
0:03:00 A los pocos minutos, justo llegó a la casa del padre de la gitana, o sea, el gitano viejo.
0:03:06 El tipo venía cargado de vino y era, parece un tipo bastante pesado.
0:03:12 Le llamaban el tío Canario, le llamaban.
0:03:15 Cuando el padre lo vio hablando por la ventana con la hija, se volvió loco.
0:03:20 Era un señor borracho y celoso.
0:03:22 Y se lanzó una baja en mano sobre Miguel de Villegas,
0:03:26 que en realidad recibió solo un corte enorme en su capa y pudo salir rajando.
0:03:34 Como Miguel era muy supersticioso, conservó aquella capa rota, como si fuera un amuleto,
0:03:40 y no se la sacó nunca más.
0:03:43 Pasó de algún tiempo, el marqués comprobó que se había gastado toda su fortuna.
0:03:48 Como era amigo de algunos vagos y ladrones, se le ocurrió la idea de empezar a robar.
0:03:53 Pero eso sí lo hizo conservando cierto decoro.
0:03:57 No sé cómo es robar conservando cierto decoro, lo haría el secreto.
0:04:02 Por el lugar que ocupaba en la sociedad sevillana, recorde, se creó un marqués,
0:04:07 que es Miguel conocía y frecuentaba las casas de la gente de Abolengo.
0:04:12 Primero, la aburó de entregador, le daba datos a otros chorros para que fueran afanadas.
0:04:19 Yo miraba a Fulano, tiene tal cosa.
0:04:21 Pero después se entró directamente él porque pensó que era mejor.
0:04:25 Deja mucho más, habrá pensado entrar uno mismo que andará dandole datos a otro,
0:04:31 que después ni siquiera te dan nada.
0:04:33 Uno de sus robos más famosos fue el que se perpetró en la casa del alcalde Masor de Sevilla,
0:04:40 Don Mariano, Riva d'Agua.
0:04:42 Miguelito tenía una amiguita llamada Esperanza,
0:04:49 y culpame de esta risa,
0:04:52 a la que le pidió que se le insinuara al alcalde.
0:04:56 Deja andar e insinuátele al alcalde.
0:04:59 La llama provocó al funcionario, primero sin otorgar sus favores,
0:05:05 estas negativas encendieron todavía más al hombre,
0:05:09 hasta que al final una noche, siempre siguiendo las instrucciones de Caparrota,
0:05:13 la mujer le dijo a su pretendiente que lo aceptaba,
0:05:16 y el alcalde llevó a la mina a la casa, a su habitación,
0:05:20 y mientras el alcalde y Esperanza mantenían sus debates amorosos,
0:05:25 yo hoy se panó toda la vida, todas las cosas, las cosas, qué sé yo.
0:05:29 Nadie en Sevilla podía suponer que Don Miguel de Villegas y Pontevedra fuera el ladrón.
0:05:35 A este robo le siguieron cuatro más, todos muy parecidos.
0:05:39 La aristocracia sevillana, bueno,
0:05:44 recibía con mucho agrado a este muchacho,
0:05:48 y como se comportaba con mucha corrección,
0:05:51 incluso era un hombre inteligente y instruido,
0:05:56 estaba bien considerado, pero era chorro.
0:06:00 Ahora bien, en un momento ya se habían afanado la mayoría de las casas de Sevilla,
0:06:05 las casas aristocráticas,
0:06:07 entonces Miguel decidió salir de la ciudad para afanar en otro lugar,
0:06:10 como ésto, seleccionó a hombres con los que formó una partida,
0:06:15 una banda, estos fueron Juan, el visco,
0:06:20 el vermejillo, zapato viejo,
0:06:23 espárrago, el troncho y el señorito.
0:06:28 Salieron, pasaron por un lugar llamado el Madronio,
0:06:33 se internaron en el monte,
0:06:36 y desde allí dieron comienzo una serie de robos,
0:06:39 porque metía miedo en toda la comarca.
0:06:43 Nunca los pudieron agarrar,
0:06:45 pero Miguel se cansó de aquellas andanzas de bandolero
0:06:48 y regresó a Sevilla.
0:06:50 Allí se enamoró de una muchacha llamada Rosario,
0:06:52 que era hija de otro alcaldes,
0:06:54 el alcaldes de Llevilena,
0:06:56 una localidad bastante cercana.
0:06:58 Le pidió casamiento,
0:07:00 él aceptó,
0:07:01 y hubo fiesta.
0:07:03 Pasadas las dulzuras de los primeros días,
0:07:06 Miguel de Villegas volvió a reunirse con algunas sus amigas gitanas
0:07:11 y con algunos hombres de su partida,
0:07:14 y parece que armaban unas orgías deslumbrantes.
0:07:18 Mientras tanto, los funcionarios de la Administración de Justicia
0:07:22 iban reuniendo datos,
0:07:24 cortejando coincidencias,
0:07:26 e incluso recibiendo alcahueterías de los soplonas.
0:07:30 Todo apuntaba al señor Miguel de Villegas.
0:07:33 Sin embargo,
0:07:34 los superiores de estos investigadores
0:07:37 ordenaron buscar por otro camino,
0:07:39 porque el marqués era para la sociedad de Sevilla
0:07:41 un hombre de conducta intachable.
0:07:43 Pero la que en verdad se dio cuenta de las andanzas amorosas
0:07:46 y delictivas de Miguel,
0:07:48 fue Rosario, la mujer.
0:07:50 Se dio cuenta,
0:07:52 y se sintió tan abrumada
0:07:54 que se mató.
0:07:59 Y entonces empezó el infortunio de Caparrota.
0:08:04 Parece que,
0:08:07 avisado por los vecinos,
0:08:09 el alcalde Mariano Ribadagua,
0:08:12 justamente aquel que había sido afanado por Caparrota,
0:08:17 y rompió la casa,
0:08:18 llegó hasta la pieza donde estaba Rosario muerta,
0:08:21 y ahí se encontró con algunas de las joyas
0:08:23 que le habían afanado.
0:08:25 Miguel de Villegas
0:08:27 no pudo soportar la muerte de su mujer,
0:08:30 y ya ha quebrado tanto todo.
0:08:32 Eso sí, efectivamente, eso soy el chorro.
0:08:34 Yo era el ladrón de aquella noche,
0:08:36 yo soy el hijo de Carlos Argueyes de todos.
0:08:39 Un juicio en la Real Cancillería de Granada
0:08:42 se dictó pena de muerte.
0:08:44 Pena de muerte es la extinción del marquezado
0:08:47 de Casa Baquira.
0:08:50 Desde ahora el género no existe más este marquezado.
0:08:53 Por lo cual se quemó el libro de la familia,
0:08:56 que consignaba la historia de esa estirpe,
0:09:00 e incluso se degradó ese apellido
0:09:03 del libro de la nobleza española.
0:09:05 Por eso lo sabíamos cuando nació.
0:09:08 Miguel de Villegas y Pontevedra fue colgado
0:09:11 el 20 de marzo de 1845,
0:09:14 ante un gentío que no creía del todo
0:09:17 lo que el hombre había hecho.
0:09:19 Y esa es la historia de Miguel de Villegas y Pontevedra,
0:09:22 el marquez ladrón.
0:09:24 Tuve un final demasiado cruel, pero bueno,
0:09:26 que quiera ladrón.
0:09:28 No sé a quién dedicar esto.
0:09:34 Hay ladrones peores con vengamos.
0:09:37 A la mujer, a Rosario, porque lo quería,
0:09:40 me cayó simpática.
0:09:43 Cuando se dio cuenta el ocho roquera,
0:09:45 se mató.
0:09:47 Él también la quería, no?
0:09:50 Porque cuando se dio cuenta que ella se había matado,
0:09:53 confesó.
0:09:55 Bueno, toda una tragedia.
0:09:57 ¿Cuál es la moraleja de esta...?
0:10:00 ¿Cuál es?
0:10:01 Todo siempre termina mal.
0:10:03 No hay una sola historia que termina bien,
0:10:07 es el de la moraleja.
0:10:09 Hemos ido a buscar discos, a la discoteca.
0:10:15 como estábamos entre gitanos,
0:10:19 el discotecario me dio este disco,
0:10:22 que se llama Testamento Gitano.
0:10:24 Testamento Gitano.
0:10:26 ¿Le va a cantar otro, Miguel?
0:10:28 No, no, Miguelito Caparrota, sino Don Miguel de Molina.
0:10:32 Una divertida canción que ilustra
0:10:35 estas extrañas andanzas
0:10:38 de un aristócrata
0:10:41 metido al ladrón, no sería el primero,
0:10:43 pero este, por lo menos, robaba a los ricos
0:10:45 y robaba en forma individual.
0:10:47 A veces el...
0:10:49 el delito asume unas formas
0:10:52 que no son tan visibles para el diario
0:10:55 o para el noticiero,
0:10:57 pero que tienen un costo social mucho mayor.
0:11:00 Este comete un delito económico, conforme al cual
0:11:03 siete millones de personas
0:11:07 quedan sin trabajo, están haciendo mucho más daño
0:11:10 que Miguelito, que entra en la calle de la alcaldía
0:11:13 y la Fana de la Jolla.
0:11:18 es preferible no ser chorro de ninguna clase, pero...
0:11:21 Testamento Gitano es lo que vamos a escuchar
0:11:24 por Don Miguel de Molina.
0:11:28 ¡Adelante!
0:11:58 Ajuste usted, señor escribano, apuntemos...
0:12:01 ¡Ajuste usted!
0:12:03 ¡Ajuste usted!
0:12:05 ¡Ajuste usted!
0:12:27 Apuntemos tu un salor en su que se me fuerzan
0:12:29 tu saque de agua el dienso.
0:12:31 Apuntemos usted, señor escribano, apuntemos...
0:12:43 ¡Ay apuntemos tu una pistola
0:12:45 que ve a los chimiles y dispara sola!
0:12:47 Apuntemos usted, señor escribano, apuntemos...
0:12:52 Apuntemos usted, de jatina, que es más decente
0:12:54 que toda mi vecina.
0:12:56 Señor y escribamos a este museo
0:12:59 Y apunte a usted, sin coduro que se inmen los presta
0:13:02 Me sacan de puro, ajúdeme usted
0:13:04 Señor y escribamos a este museo
0:13:26 Eh, 🎵
0:13:29 Era Miguel de Molina en la venganza
0:13:33 será terrible生er
No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!