Miguel de Villegas y Pontevedra, el marqués ladrón

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0:00:00 Hablaremos hoy de Miguel de Villegas y Pontevedra el Marqueladrón. Atención.
0:00:08 Vamos a ubicarnos en Sevilla. Los padres de Miguel eran Doña Guadalupe de Pontevedra y Don Miguel de Villegas, Marqués de Casa Baquera.
0:00:20 Yo creo que Miguelito nació en 1817, pero no se sabe con certeza. Como no existía el registro civil en aquella época, los nacimientos, los bautismos, los matrimonios y las defunciones eran registrados por la Iglesia.
0:00:36 Como la mayoría de las mansiones aristocráticas tenían capillas u oratorios, era allí donde se consignaban los nacimientos.
0:00:46 Y se dejaba constancia en los libros de familia, que era el libro que estaban ahí en las capillas. Pero el libro del Marquésado de Casa Baquera se destruyó.
0:00:56 La mamá de Miguel murió en el parto y un año después murió el padre. Miguel quedó como Marqués al al año y como único heredero de toda la fortuna.
0:01:08 Pero su tutor era un noble inescrupuloso que lo llevó a vivir con él y se quedaba con el dinero. Miguel recibió una buena educación particular, aprendió mucho,
0:01:22 pero se mezclaba con personajes de la peor condición, que eran los amigos del tutor.
0:01:28 Dice la crónica que su juventud se deslizó entre orgías y derroches, estupendo aceite para que la juventud se deslice.
0:01:38 Tenía un grupo de amiguetes que vivían a su costa y que los llamaban señor Marqués, por lo menos que podían hacer.
0:01:47 Las juergas, los bailongos, los escolazos eran su pasatiempo preferido y se la pasaba rodeado de gitanas, cantaores y guitarreras.
0:01:59 A Miguel de Villegas y Pontevedra se lo conoció como Miguelito Caparrota y el apodo le quedó por el siguiente episodio.
0:02:11 Un día Miguel estaba siguiendo a una gitarna, una gitarna que se llamaba Aurora.
0:02:17 Le había gustado la gitarna y la seguía.
0:02:21 Cuando se aproximaban a la casa de la mujer observó que ella había entrado a la casa y se asomó una ventana.
0:02:32 Miguel se puso a hablarle a través de la ventana y en ese momento se fue el padre de la gitarna que venía cargado de vino.
0:02:41 Era un tipo pesado al que llamaban el tío Canarios.
0:02:49 El padre, cuando le había vuelto el tío Canarios, se volvió loco, se lanzó una baja en mano sobre Miguel
0:02:57 y este rajo inmediatamente y sólo recibió un tajo enorme en su capa y pudo escapar.
0:03:04 Y como era muy supersticioso, Miguel conservó una capa rota como si fuera un amuleto y no se la sacó más.
0:03:11 Pasado algún tiempo, el marqués comprobó que ella se había gastado toda su fortuna.
0:03:17 En realidad se le había gastado el tutor, como era amigo de vagos y ladrones, se le ocurrió la idea de empezar a robar.
0:03:25 Y si no tengo cómo ganarme la vida, voy a robar.
0:03:29 Pero lo hizo conservando cierto decoro y sin que nadie sospechara de él.
0:03:35 Por el lugar que ocupaba en la sociedad de Sevilla tenía acceso a las casas de la gente de abolengo.
0:03:43 Primero laburó de entregador, laburó, le daba datos a otros.
0:03:48 Pero luego empezó a fanar directamente él.
0:03:52 Uno de sus robos más famosos fue al alcalde mayor de Sevilla, Don Mariano, Riva d'Agua.
0:03:59 Miguel tenía una amiga llamada Esperanza, a la que le pidió que se insinuara ante el alcalde.
0:04:11 La dama lo provocó sin otorgar sus favores, que es la manera de provocar.
0:04:17 Decileraba negativas que encendían.
0:04:21 Hasta que fin una noche la mujer le dijo al pretendiente que lo aceptaba.
0:04:26 Le dijo, más se aceptó.
0:04:29 Y el alcalde llevó a la dama a su habitación.
0:04:35 Mientras mantenían sus debates amorosos, Miguelito Caparrota entró a la casa y se afanó toda la plata.
0:04:44 Nadie en Sevilla sospechaba que el marqués de Visega se ponte vedra pudiera ser el culpable.
0:04:50 A este robo sigieron cuatro más, muy parecidos.
0:04:54 La aristocracia sevillana lo recibía con agrado.
0:04:58 Él se comportaba muy correctamente, hasta demostraba amplias erudiciones, pero era chorro.
0:05:08 Bueno, en un momento ya afanada la mayoría de las casas de Sevilla, Miguelito decidió salir de la ciudad para afanar en otro sitio.
0:05:16 Se le exigió entonces a hombres con los que formó una partida, una banda.
0:05:21 Estos fueron Juan el Visco, el Bermejillo, Zapato Viejo, el Troncho, Espárragos y el Señorito.
0:05:33 En la Academia Nacional de Líceras.
0:05:35 Salieron pasando por un lugar llamado El Madronio y se internaron en el monte.
0:05:42 Y desde allí dieron comienzo una serie de robos que aterrereizaron a toda la comarca y nunca los encontraron.
0:05:49 Pero se cansó de aquello sandanza de bandolero y regresó a Sevilla.
0:05:55 Allí se casó, se casó con un natal rosario, hija de otro alcalde, el Arcárdel de Viliena, una localidad cercana.
0:06:05 Pasadas las dulzuras de los primeros días, ¿vio cómo es esto?
0:06:09 Miguel volvió a reunirse con sus amigas gitanas y sus amigos ladrones y armaban unas orgías deslumbrantes.
0:06:18 Mientras tanto, los funcionarios de la Administración de Justicia iban examinando datos, confirmando coincidencias y recibiendo alcahueterías de los soplones.
0:06:29 Todo apuntaba al señor Miguel de Villegas.
0:06:33 Los superiores ordenaron, sin embargo, que buscaran por otros caminos.
0:06:37 El marqués era para la sociedad de Sevilla un hombre de conducta intachable.
0:06:43 Pero la que en verdad se dio cuenta de las sandanzas amorosas y delictivas de Miguel fue Rosario, su mujer.
0:06:51 Se dio cuenta y se sintió tan abrumada que se mató.
0:06:59 Y entonces empezó el infortunio de Caparrota.
0:07:02 Avisado por los vecinos, el alcalde Mariano Riva d'Agua irrumpió la casa, llegó hasta la pieza donde ya sea Rosario Muerta, urgó y encontró las joyas que le habían afanado a él.
0:07:19 Miguel de Villegas no pudo soportar la muerte de su mujer y quebrado cantó tutti.
0:07:26 Vartió todo. Hubo un juicio en la Real Cancillería de Granada.
0:07:30 Se dictó pena de muerte y la extinción del marquesado de Casa Vaquera.
0:07:36 Por lo que se quemó el libro de familia que consignaba la historia de este tipo y que habíamos mencionado al principio.
0:07:44 Incluso se degradó ese apellido, se borró el apellido del libro de la realeza española.
0:07:52 Miguel de Villegas y Pontevedra fue colgado el 20 de marzo de 1845 ante un gentío que no creía del todo lo que el hombre había hecho.
0:08:07 Yo dedicaría esto a la pobre mujer que lo quería.
0:08:12 Él también la quería, en realidad, porque cuando ella murió ya no le importó más nada.
0:08:18 Fuimos a la discoteca, contamos esta historia un mil veces, a un discotecario que estaba durmiendo.
0:08:27 Sí, sí, la verdad que cada vez veo la atención.
0:08:31 Así que tuvimos que conformarnos con algo que no tiene mucho que ver con la historia, pero tal vez sí, porque es una historia de Sevilla.
0:08:39 Tenemos aquí una sevillana, que es Sevillana del Espartero, que escucharemos en la versión de Don Miguel de Molina dedicado a todos los sevillanos que hay en esta sala que se cuentan por unidad.
0:08:55 O menos.
0:09:00 Bueno, adelante Don Miguel de Molina y vamos a la Sevilla.
0:09:09 Las mujeres de Sevilla merecen que se compongan.
0:09:14 Menetequiste con todas las mujeres de Sevilla merecen que se compongan.
0:09:24 Menetequiste con todas las mujeres de Sevilla merecen que se compongan.
0:09:27 Menetequiste con todas las mujeres de Sevilla merecen que se compongan.
0:09:34 Baña una sevillana, que ruide los poderos de luz.
0:09:38 Todas las serían serán serían.
0:09:40 Señor, soy uno de los de negro con la cidadera.
0:09:48 Ya el hijo del Espartero lo quiere meter a Freyland.
0:09:54 Lo quiere meter a Femina y el niño del Espartero.
0:09:59 Ya el hijo del Espartero lo quiere meter a Freyland.
0:10:04 Lo quiere meter a Freyland y el niño del Espartero.
0:10:09 Ya el hijo del Espartero lo quiere meter a Freyland.
0:10:14 La nuestra ancha de abuelo es solito su balcón y la pantera media.
0:10:19 La ancha de abuelo es solito su balcón y la pantera media.
0:10:22 La ancha de abuelo es solito su balcHH
0:10:29 Los toritos de miura ya no tienen miedo a nada.
0:10:35 Ya no tienen miedo a nada los oritos de miura.
0:10:40 Los oritos de miura ya no tienen miedo a nada.
0:10:45 Ya no tienen miedo a nada que se muere.
0:10:47 Que se ha muerto de partero, ay, ay, ay, ay, ay,
0:10:50 Que se ha muerto de partero, que pejo, que lo mata.
0:10:55 Y arsebamos, ay, que te metiste en la cocina, ay, que te llenaste de la araña, ay, que te
0:11:01 Pusindo una bombina, ay, no nos las conexes, canyales.
0:11:05 MIGUEL DE MOLINA
0:11:14 Miguel de Molina, la venganza será terrible, sevillanas del espartero.