Transcripción automática
0:00:30 Continuamos en la venganza, será terrible. Hoy estamos en la ciudad de La Plata, en el teatro El Teatro.
0:00:45 Les decimos a los que están aquí presentes que aquí adelante verán que hay unas cajas, creo.
0:00:50 No sé si hay uno o dos, no llegó a haber de detrás. Hay dos.
0:00:53 En las que pueden depositar mensajes.
0:00:56 ¿En esta?
0:00:57 Ah, bien.
0:00:58 Y pedidos para el sordo y lo que quieran decir.
0:01:02 Los de arriba no sé qué tienen, los papeles para abajo y así.
0:01:05 Hablaremos esta noche de milagros fallidos, de milagros que salieron mal.
0:01:14 ¿Saben ustedes que existieron algunos hombres que lo mismo que Simón el Mago, de quien hemos hablado alguna vez aquí,
0:01:29 quisieron reivindicar sus poderes, incluso por encima del mismo Cristo.
0:01:35 Y para demostrar su validez como mensajeros divinos, procuraron gestar milagros,
0:01:42 incluso más contundentes, más espectaculares o más cinematográficos para usar este anacronismo.
0:01:51 Así que el primero de estos milagros anacrónicos es este.
0:01:58 Poco después de la aparición de Cristo, algunos quisieron imitar la salida de Moisés de Egipto
0:02:07 y hacer que algunos cursos de agua se abrieran para dar paso a sus tropas.
0:02:12 No recuérdese que el mar rojo, el mismo mar rojo vino a Cerceaulau
0:02:17 para permitir el paso de las jueces de Moisés, como hace pocos minutos lo acaba de recordar nuestro amigo Patricio Barto.
0:02:26 Pues bien, el amigo Teudas, conocido como el Moisés del Jordán, así les llamaban, intentó algo parecido.
0:02:35 No hay seguridad sobre el año exacto en que nació, pero sí se sabe que lo mataron
0:02:42 cuando Cuspio Fado, que era el procurador de Judea, el procurador romano de Judea,
0:02:49 allá por el año 45 de la era cristiana, lo enfrentó.
0:02:54 Teudas tenía poderes de mago, tenía.
0:02:58 Bueno, podía transformarse en animal y a veces conseguía volverse invisible, además de que volaba.
0:03:08 Tuvo un séquito de 400 hombres y algunos dicen que era celote.
0:03:14 Y yo te recuerdo a ustedes que fue una organización judía muy religiosa
0:03:19 que se constituyó militarmente para ponerse a la ocupación romana.
0:03:25 Para sus sectos de guerrilla usaban los celotes un puñal llamado la Sica.
0:03:32 Y en Roma pronto empezó a hablarse de los sicarios en referencia, en realidad a cualquier asesino.
0:03:39 Se usó aquella palabra sicario para designar a los asesinos en general.
0:03:44 Participaron mucho los celotes de aquel episodio de Masada, aquella meseta,
0:03:50 en donde unos pocos judíos resistieron a las tropas de los romanos hasta que murieron todos.
0:03:58 Uno de los apóstoles del Cristo parece que era celote, ¿no?
0:04:02 Bueno, este Teudas había convencido a un gran número de personas para que lo siguieran hasta el río Jordán.
0:04:10 Y dijo que llegado el caso para cumplir mejor con dispositivos estratégicos,
0:04:18 el Jordán se abriría para dar paso a las tropas como el mar rojo se había abierto ante Moisés.
0:04:26 De todos modos, vamos a decirlo acá ante nosotros, parece más fácil abrir el Jordán,
0:04:34 que es un curso de agua más bien modesto, que no el mar rojo, que es un mar finito, pero es un mar.
0:04:40 Ah, bueno, a mí se me dan a elegir entre abrir el Jordán y abrir el mar rojo, yo prefiero abrir el Jordán.
0:04:48 Bueno, Teudas llegó hasta allí, perseguido por la Legión, era cuspiofado, ¿no?
0:04:57 El tipo le mandó una Legión de caballería para atacarlo a Teudas,
0:05:02 y el tipo dice, tranquilo, tranquilo, dejalo que vengan, dejalo que vengan, dejalo que vengan.
0:05:08 Y en determinado momento pidió a las aguas del Jordán que se corriera para darle pase.
0:05:14 Y ya, ahora nosotros pasamos y cuando están por pasarlos de capio, le cerramos el Jordán.
0:05:21 ¿Estás seguro? Sí, sí, sí, dejalo venir más cerca.
0:05:25 Dejalo, déanme un poquito más, ahí lo tenemos.
0:05:27 Dice, Jordán, ábrete, pero el Jordán no se abrió.
0:05:34 Y entonces Teudas fue decapitado y su cabeza fue expuesta en Jerusalén, expuesta a una sola.
0:05:48 No era para tanto.
0:05:51 Y además los seguidores de Teudas fueron apresados y por otra parte quedaron todos más bien desencantados
0:05:59 ante esa traición del río Jordán.
0:06:04 Sí, ¿qué le pare?
0:06:06 Algo parecido, pero todavía más absurdo sucedió con un tal Moisés de Creta.
0:06:11 Esto ya era en la Era Cristiana, bueno, lo otro también, pero esto ya en el siglo V.
0:06:16 Basándose en unos cálculos talmúdicos que preveían la llegada del Mesías entre el año 440 y el 471,
0:06:27 Moisés de Creta dio en pensar que el Mesías era él y se autoproclamó un giro de Dios
0:06:37 y pretendió convencer a los judíos que vivían en Creta para que se embarcaran en un nuevo éxodo,
0:06:49 esta vez rumbo a Israel.
0:06:52 Entonces le dijo a sus fieles que vendieran todos sus bienes, y vendieron todo.
0:06:58 Un buen día se reunieron en lo alto de un promontorio vecino al mar y Moisés de Creta les explicó,
0:07:06 miren dice, acá el Mediterráneo se va a abrir ya no el mar rojo,
0:07:12 sino el mar Mediterráneo que es un mar evidentemente menos proclive a la apertura que el mar rojo.
0:07:21 Bien, y de este modo regresaremos a Israel.
0:07:27 De un modo curioso, por otra parte ya que nada les costaría emprender el camino de Estambul.
0:07:36 Claro, darle a huele más andón.
0:07:38 Ya la huele está y en Estambul sí tienen que cruzar el estrecho del bóforo, pero se puede hacer en bote.
0:07:43 Así que no hay necesidad de milagros, pero el tipo estaba emperrado.
0:07:50 Moisés de Creta dijo que no había nada que temer, ordenó a sus súbditos saltar desde el promontorio al mar,
0:08:00 diciendo que el mar haría a los suyos llegado el caso.
0:08:03 El mar se encargará de nosotros, nos va a llevar hasta Palestina.
0:08:07 Y así 300 cretences se sambulleron, incluso con sus armas y pertenencias.
0:08:15 El Mediterráneo no se dio por enterado de aquel milagro que se le pedía y murieron todos ahogados,
0:08:23 incluso el propio Moisés de Creta.
0:08:26 El cronista de este milagro, que es Volter, dice, no sin cierta alegría malevolente,
0:08:35 dice Volter, y no se produjo ni siquiera una miserable bajamar.
0:08:45 Hablemos ahora de Eudes de la Estrella, era Bretón,
0:08:51 y sus milagros se conocieron allá por el siglo XII.
0:08:56 Eudes se declaró abiertamente el Cristo del Segundo Advenimiento.
0:09:02 Yo, buenas tardes, soy el Cristo del Segundo Advenimiento,
0:09:06 y a partir del año 1145 empezó a predicar.
0:09:11 Justamente en esos años, en el 44, 45 y el 46,
0:09:18 en Bretanya fueron tiempos de enorme escasez.
0:09:22 Precisamente en esa fecha de yomería y de fulería rantifusta apareció este enviado.
0:09:30 Eudes de la Estrella tuvo miles de seguidores que creían en sus milagros.
0:09:36 Se habló de la aparición de alimentos, vacas, o mejor que aparecer vacas.
0:09:45 Tocaban las vacas y las hacía parir varias crías.
0:09:49 Curaba, hacía curaciones insólitas, y, bueno,
0:09:55 tenía facilidad para producir toda clase de encantamiento.
0:10:00 El arzobispo de Lyon le mandó un ejército,
0:10:07 o bien como son los arzobispos cuando uno hace muchos milagros,
0:10:09 le agarra envidia.
0:10:11 Y de envidia le mandó un ejército, y fue capturado en 1148.
0:10:18 En el mismo momento en que lo capturaban, un cometa pasó por el cielo.
0:10:25 Atención, ojo, ojo.
0:10:29 Yo no creía hasta acá.
0:10:33 Pero ahora acabo de convertirme al budismo.
0:10:36 Esto es verdad, loco.
0:10:39 Bueno, este acontecimiento, desde luego, reforzó la fe de sus partidas.
0:10:46 Eudes compareció ante un sínodo celebrado en la Catedral de Rhymes
0:10:52 por el Papa Eugenio, y lo condenaron a morir bajo el hacha del verdugo,
0:10:58 por milagro.
0:11:00 Ahora bien, lo llevaron ahí, vamos a matar lo que sé yo.
0:11:04 En el momento de la ejecución sucedió algo muy extraño.
0:11:08 El verdugo perdió el equilibrio de un modo tan ostensible
0:11:14 que fue a dar con el hacha al suelo.
0:11:18 Hizo un nuevo intento y sucedió lo mismo.
0:11:23 Hubo un moso general.
0:11:31 ¡Cucha!
0:11:35 El Papa...
0:11:37 El Papa pensó que se trataba de un verdadero milagro.
0:11:46 Estaba ahí el Papa, viendo cómo le cortaban la cabeza.
0:11:49 Y se dice, ¡che, debe ser un milagro!
0:11:51 Y dijo el Papa.
0:11:53 Y también lo creyó.
0:11:55 Eudes de la estrella, que desde su incómodo lugar ahí
0:12:01 vio que le estaban por cortar el mate,
0:12:03 y se sugirió, habló y dijo que nadie podría ejecutarlo nunca.
0:12:10 Y entonces hicieron un nuevo sínodo,
0:12:13 y se convocó a otra prueba más difícil.
0:12:16 Obligaron a Eudes a saltar desde una torre.
0:12:24 Eudes saltó desde una torre.
0:12:29 Usted no va a querer creerlo.
0:12:31 ¡Muyó!
0:12:33 Sí, sí, no.
0:12:35 Ahí sí, estaba por convertirme también.
0:12:38 No hubo prodigio.
0:12:40 Se cayó al suelo y se mató.
0:12:42 Con lo cual, si verdaderamente hubo antes un milagro,
0:12:45 fue un milagro perfectamente inútil.
0:12:48 O algo en la economía celestial que desconocemos,
0:12:52 hacía preferible que este hombre muriera al caer de una torre,
0:12:57 y no con la cabeza separada del tronco por un hacha.
0:13:01 O tal vez lo que estaba en juego era su alma,
0:13:05 o el alma de los verdugos.
0:13:07 Sí, no se sabe.
0:13:08 No lo puedo saber.
0:13:09 Y bueno, no hay que insistir con el milagro.
0:13:11 Una vez que se puede, lo jeta.
0:13:13 Bueno, pero, ojo, si no fuera por el papa que dijo momento,
0:13:16 porque otro cualquiera dos veces y enseguida ya dice un milagro,
0:13:19 milagro, no, no, no.
0:13:21 Vamos a ver.
0:13:22 Ahora lo vamos a tirar de una torre.
0:13:24 A ver qué clase de milagrosas.
0:13:28 Hemos hablado aquí muchas veces del Magdi,
0:13:31 que vivió no lejos de estos tiempos a fines del siglo XVIII en Sudán.
0:13:36 Creo que en Jartum lo llamaban el Magdi de Egipto, lo he dicho.
0:13:41 Una especie de mesías musulmán.
0:13:44 Según sus partidarios, no nació,
0:13:48 sino que cayó milagrosamente del cielo en 1799,
0:13:52 en Trípoli, en Italia.
0:13:55 Un día estaban todos ahí y cayó el Magdi del cielo.
0:13:59 Y yo qué sé, toque cayó.
0:14:01 Soy yo, dice el tipo, el Magdi.
0:14:04 Enseguida organizó un ejército antifrancés.
0:14:08 ¿Por qué eso hacen las personas que caen del cielo?
0:14:11 Organizan ejércitos antifrancés.
0:14:13 Y se alzó naturalmente contra las filas de Napoleón.
0:14:17 No por nada personal, sino porque era antifrancés.
0:14:22 Este hombre misterioso decía que su cuerpo era visible pero inmaterial,
0:14:29 y que por lo tanto era totalmente invulnerable a las balas.
0:14:33 Dicía, yo acá donde me ven, soy invulnerable a las balas.
0:14:39 Todos los días, ante una multitud,
0:14:42 mojaba los dedos en una jarra de leche, disculpeme,
0:14:48 y se humedecía con ellos los labios.
0:14:51 Y este era al parecer su único alimento.
0:14:54 Ah, sí, de hecho.
0:14:55 Ahí viene, mírelo.
0:14:57 Todas las mañanas me mojo los dedos, me los chupo,
0:15:02 y estoy hecho para todo el día.
0:15:05 Era una persona muy frugal, como se ve.
0:15:08 La carrera del Magdi fue más bien breve.
0:15:13 Sorprendió y mató en Damanhur a 60 soldados franceses,
0:15:18 con lo cual aumentó su prestigio.
0:15:21 Dicen los cronistas que estropeaba el mecanismo de los cañones e enemigos,
0:15:26 volando sobre ellos y a Alejandro polvo por su boca.
0:15:32 El Magdi aseguraba que bajo su protección, su ejército era sagrado e invencible.
0:15:40 El general Lefebre atacó finalmente al Magdi con 400 hombres.
0:15:47 Y entre los seguidores de este hombre invulnerable, se contaron mil muertos.
0:15:54 Los sobrevivientes se pusieron locos de rabia,
0:15:58 y se revelaron contra su jefe diciendo que no se veía muy claramente
0:16:03 cuál era la invulnerabilidad de aquí el ejército donde había mil muertos.
0:16:09 Pero el Magdi explicó enseguida que sólo se era invulnerable
0:16:14 si se tenía una fe inquebrantable.
0:16:22 Así que los muertos no habían creído en él lo suficiente.
0:16:27 Bueno, alguno habrá arguably o habrá dicho
0:16:32 que todo eso debió explicárseles antes, antes de la batalla,
0:16:37 antes de morir mil.
0:16:40 Bueno, para qué?
0:16:42 Bueno, incluso para que los que no tenían mucha fe empezaran a correr para atrás.
0:16:49 Bien, el Magdi consiguió, sin embargo, organizar sus filas nuevamente
0:16:56 y para demostrar la validez de su milagro y el poder de su invulnerabilidad,
0:17:03 salió directamente, en la primera carga salió el dice, nadie se mueva,
0:17:08 voy a ir yo solo, yo solo voy a ir y le haré frente a las varas.
0:17:12 Salió, cayó muerto a los tres pasos.
0:17:15 Pero sus partidarios deseosos de creer dedujeron de él
0:17:22 yo que había considerado más útil luchar desde lo alto del cielo
0:17:28 para lo cual le había resultado inevitable morirse
0:17:34 y creyeron certificar aquel razonamiento cuando poco después Napoleón abandonó Egipto.
0:17:40 Así que dijeron, es el Mago, el Magdi.
0:17:45 Que desde el cielo ha dominado la voluntad de buena parte
0:17:49 y lo ha obligado a abandonar Egipto, etcétera, etcétera, etcétera.
0:17:53 Cuando ganas de creer.
0:17:55 Sí, usted tiene ganas.
0:17:56 Cualquier cosa es un milagro, diría nuestro amigo Volter maliciosamente.
0:18:02 Y este era el último milagro fallido.
0:18:06 No son tan graciosos porque la mayoría de ellos le han costado la vida mucho.
0:18:12 Ahí tiene el caso de Teude, todos sus seguidores fueron capturados
0:18:18 cuando el cordón no se le abrió.
0:18:22 En fin, después el cretense que los obligó a todo tirarse del peñazco,
0:18:29 el Magdi que los obligó a enfrentar al ejército napoleónico, bueno, no está bien esto.
0:18:39 Hemos ido a la discoteca en busca de algún milagro.
0:18:47 No hay ningún milagro registrado en la discoteca.
0:18:50 No, pero hay discos que hablan de ellos.
0:18:52 Esos pueden ser.
0:18:54 Y se...
0:18:57 Mire...
0:19:00 Yo conocí a un amigo, dijo el descotecario,
0:19:03 que esa noche se habían valorado con dos cañas y estaba un poco poético.
0:19:09 Y me dijo cada vez que este amigo mío pasaba con una mujer bajo las estrellas,
0:19:16 así que ella miraba hacia las constelaciones
0:19:20 y con un solo pase mágico conseguía hacer llover un polvo finísimo como de oro.
0:19:30 Era un polvo de estrellas que caía sobre la dama y la enamoraba.
0:19:37 Me dijo yo, ese es un lindo, un lindo milagro.
0:19:42 ¿Quién pudiera tener ese polvo de estrellas para hacerlo llover sobre la cabeza amada de las mujeres que nos enamora?
0:19:53 Dice, vamos a escuchar una canción que fue compuesta en honor a este milagro
0:19:59 y que se llama justamente Polvo de Estrellas.
0:20:05 Es un milagro que teníamos preparado para ustedes.
0:20:10 Cantará Fransinatra con la orquesta de Tomidorsi
0:20:15 y yo creo que no hay nada mejor que desear ese milagro.
0:20:22 Ese milagro es mucho mejor que abrir el cordano.
0:20:25 ¿Pá qué quiere abrir el cordano?
0:20:27 De gusto.
0:20:29 ¿Pá qué quiere tirarse de arriba un peñaco para ir a Palestina?
0:20:32 No, no. No, no, no.
0:20:35 ¿Pá qué quiere salvarse de que le encajen un hachazo en la cabeza
0:20:39 si total al rato lo van a tirar desde arriba una torre?
0:20:43 Lo mejor es hacer llover sobre la mujer que nos gusta, Polvo de Estrellas.
0:21:32 Un beso y inspiración.
0:21:38 Wow, pero eso fue mucho tiempo atrás
0:21:43 y ahora mi consolación
0:21:48 está en el círculo de una canción.
0:21:52 Y el lado de la cadena de los guiñones
0:22:00 cuando los estados fueron abiertos
0:22:05 tú estuviste en mis ojos
0:22:09 la noche en la caída
0:22:12 fue su cerritura
0:22:16 he escuchado a nosotros donde los rosas creen
0:22:22 aunque me traigo en vaino
0:22:28 mi corazón siempre lo reí
0:22:35 mi melodía de cincuenta
0:22:40 la memoria de los amantes
0:22:58 y la música de los amantes
0:23:04 y la música de los amantes
0:23:11 y la música de los amantes
0:23:16 aunque me traigo en vaino
0:23:22 mi corazón siempre lo reí
0:23:30 mi melodía de cincuenta
0:23:35 la memoria de los amantes
0:23:43 The memory of love's refrain
No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!