Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos esta noche de mujeres hermosas que han sido perseguidas, acosadas o atropelladas en virtud de esa misma belleza.
0:00:09 Bueno, perseguidas por hombres, no perseguidas políticamente.
0:00:13 Cuenta nuestro amigo, Jacob Burhalt, que en los mitos clásicos aparecían en repetidas ocasiones esta línea episodica.
0:00:24 Una doncella hermosa es vista por un dios o por un mortal poderoso,
0:00:31 y esa sola contemplación desencadena una pasión tan desenfrenada que conduce al rapto o a unos planes absolutamente viles para unirse a la observada.
0:00:43 Así que vamos a contar no mucho, pero hay un par de historias.
0:00:47 Por lo general sucede esto con damas que se están bañando.
0:00:51 La observación de una dama enjuagándose es muy intensa y le saca una pasión muy urgente.
0:01:01 Así que dioses mortales observan a la dama en cuestión y la visión de la enjuagada enciende la pasión del observador,
0:01:12 porque ella también te pone manos a la obra, por decirlo así, y trata de unírsela.
0:01:19 De unírsela.
0:01:28 Sin embargo, la primera historia que, sin embargo, no sé por qué.
0:01:32 La primera historia que contaremos quizá la única es la de Orítia, la hermosa hija del rey Erecteo,
0:01:41 y bueno, esta hermosura había sido percibida por Bóreas, el hijo de Astreo y hermano de los vientos.
0:01:48 Era hermano de los vientos del sur y del oeste porque él era también un viento, el viento del norte.
0:01:53 Y también la vio a esta muchacha, Orítia, en un momento de higiene.
0:01:59 Y le gustó.
0:02:02 Bueno, Bóreas, o sea, el viento del norte, se enamoró de Orítia
0:02:07 y pidió su mano, una sinegro que por si no.
0:02:11 Aerecteo, el padre, en varias ocasiones lo hizo.
0:02:16 ¿Por qué? Bueno, porque el padre se negaba siempre.
0:02:19 No dice que más, bueno, de qué otro modo se va a negar.
0:02:23 No, habrá dicho.
0:02:25 Las características de Bóreas no eran muy alentadoras.
0:02:28 Parece que tenía cola de serpiente en vez de pies.
0:02:32 Es decir, que tendría a falta de una cola dos.
0:02:36 Bóreas habitaba, por lo demás, en una cueva del monte Hemo,
0:02:42 en los siete recovecos donde Ares guardaba sus caballos.
0:02:46 También podía ser considerado su hogar la orilla del río Strimón.
0:02:51 La verdad es que ni sus características físicas ni la ubicación de sus domicílios
0:02:57 se dusían al padre de Orítia.
0:03:00 Imagínense usted no va a casar a su hija con un señor que vive donde Judas perdió el poncho
0:03:04 y que, además, en vez de patas tiene cosas de serpiente.
0:03:08 Finalmente, Bóreas se enojó por esta negativa
0:03:11 y dijo que se yo, que el padre le había hecho gastar mucho tiempo con sus palabras
0:03:18 y recurrió a su violencia natural, desde el viento del norte naturalmente violento.
0:03:23 Y aprovechando esa circunstancia, esa condición eólica, de su naturaleza,
0:03:28 un día que Orítia bailaba a orillas del río Ilisos.
0:03:33 Bueno, también que ocurrencia, ¿no?
0:03:35 Y la bailar a orillas del río.
0:03:37 Bóreas la levantó, primero se levantó él.
0:03:41 Se levantó el viento del norte.
0:03:43 Y después la levantó aprovechando esta condición que acabamos de inventar.
0:03:48 Hace una roca del río Ergines y allí, envuelto en un manto de nubes oscuras, la tropeó.
0:03:59 Algunos dicen que Orítia llevaba una canastra en la procesión anual de la fiesta Tessmophoñas.
0:04:07 Es Tessmophorias, en realidad.
0:04:10 Cuando Bóreas la tomó y la arrebató sin servista por la multitud, que la rodeaba
0:04:15 y le llenó la canasta, como quien dice.
0:04:18 ¡Suspe! No lo quería hablar.
0:04:21 La cuestión fue que luego se la llevó a una ciudad en trasia, que no se dice cuál es.
0:04:27 Y así la convirtió en su esposa, probablemente también de prepo, porque ya estaba...
0:04:32 Se vao el hombre.
0:04:34 Y tuvieron dos hijos famosos, Kalaís, y no Kalei porque era griego sino francés,
0:04:40 y en otros llamaban Cetes, dos hijos voladores.
0:04:44 Sin embargo, siendo niños todavía no le habían crecido las salas.
0:04:48 Al llegar a la virilidad, vieron que les crecían las salas.
0:04:54 Así que ya de grandes volaron.
0:04:57 También tuvieron dos hijas.
0:05:00 Una fue Tiones, que fue amante del Pozirón y otra fue Cleopatra, no la que ustedes suponen.
0:05:07 Sino otra que se casó con Fineo.
0:05:09 Fineo es nada más los que aquel ciego que pronosticaba las carreras.
0:05:14 Y a quienes estos dos hermanos, hijos de Kalaís y hijos de Oritía,
0:05:23 le jugaron una mala pasada en otra ocasión que no viene a caso Cinta.
0:05:27 Un detalle de la estirpe de Bóreas, de este señor que era al viento del norte,
0:05:33 en una ocasión se convirtió en un caballo, disculpe, me, cubrió, por así decirlo,
0:05:43 a doce yeguas que pertenecían a Eritonio.
0:05:48 Y de esas uniones nacieron doce potrancas que como buenas hijas del viento,
0:05:54 marcaban uno treinta y cuatro la milla y podían galopar sobre las espigas de trigo sin romperlas.
0:06:01 Incluso algunos decían que podían galopar sobre las crestas de las olas.
0:06:07 Y esta es la historia que yo quería contarles.
0:06:10 Pero hay otra que quizá la que más me gusta y que siempre contamos en ti.
0:06:15 Y que es la del pobre Tiresias, que vio a la diosa, tenia desnuda también, bañándose.
0:06:24 Pasó por ahí, la diosa se estaba bañando.
0:06:29 La Mero perdió la vista. La diosa castigó esa indiscreción.
0:06:38 Esa casualidad, verdad que el pobre activón, todo eso, que se iba a dar ese voto y perdió.
0:06:43 Muy bien, lo privó de la vista.
0:06:46 Pero otros intercedieron por él, consideraron que a cambio le dieran el don profético.
0:06:54 Pero otro día recuperó la vista.
0:06:59 Y hizo dos serpientes acoplándose.
0:07:01 Y hizo dos serpientes que estaban acoplándose y ese hecho le devolvió la vista.
0:07:05 Y hasta que otra vez la perdió porque otra vez ve cosas así.
0:07:09 Y también se dice que Tiresias, y esta es la parte que más me gusta de la historia,
0:07:15 en realidad no perdió la vista por ver serpientes acoplándose ni diosas bañándose.
0:07:22 Bañándose solamente.
0:07:26 Sino que cuando vio el primero de los dos fenómenos ante dichos, o sea, de las culebras,
0:07:34 se volvió mujer.
0:07:37 Eso sucede.
0:07:39 Que te digo, incluso para el gobierno de todos ustedes,
0:07:43 aten de no ver serpientes así en dolor porque si uno es hombre se convierte en mujer.
0:07:50 ¿En mujer si es da o en mujer?
0:07:52 No, en mujer. Nadie habló de ceguera.
0:07:54 No, como antes dijo que era que era una cuestión.
0:07:57 No te hagas el pio.
0:07:59 Tiresia dijo ahora soy mujer y fue mujer durante unos años,
0:08:06 hasta que después volvió a ver otras culebras, no las mismas.
0:08:10 Y no siempre hablaba.
0:08:12 Aunque quien vio una culebra las vio todas.
0:08:16 Siempre es la misma culebra.
0:08:19 Y volvió a convertirse en hombre.
0:08:22 Entonces fue consultado, porque una discusión entre los digoces,
0:08:28 se discutía, mire usted, si es el hombre o la mujer,
0:08:32 la que disfruta más un acto venéreo.
0:08:35 Entonces los llamaron a Tiresia, que había sido hombre y mujer.
0:08:39 Y él dijo, si de diez partes se compone el placer el óptico,
0:08:44 nueve son para la mujer y tan solo una para el hombre.
0:08:48 En virtud de ese juicio era la mujer de Zeus se enojo.
0:08:54 Y a qué nos han que hizo.
0:08:57 Lo privó de la vista.
0:08:59 Era un hombre que no podía andar tranquilo por allí.
0:09:03 Y cuando era tranquilo se podía perquillar.
0:09:05 Sin embargo obtuvo a cambio de esta pérdida,
0:09:11 el don de la profecía y también el de la longevidad,
0:09:14 ya que vivió varias generaciones el Mago Tiresias.
0:09:18 ¿A quién quiere dedicar Dório esta charla acerca de mujeres
0:09:24 acosadas, perseguidas, fatidadas por los hombres en virtud de su vez?
0:09:30 En realidad a todos nosotros, quizás,
0:09:32 pero no estaba pensando en algunas categorías,
0:09:35 que estaba pensando en la pobre mujer de los Ríos Arturo,
0:09:39 que se convierte en mujer de Arturo a través de una cosa
0:09:42 a través de las acusas, las acusas del Mago Merlín.
0:09:45 Le hice Arturo a vos, que era...
0:09:47 Yo estoy empezando por el padre de Arturo,
0:09:51 que era Azor Pendragon,
0:09:54 como lo diría alguno de los futores amigos.
0:09:57 En vez de que Arturo se quería invocar a una señorita
0:10:01 y estaba casada, entonces que hace Merlín
0:10:03 le da la imagen del Dorima al tipo a Uter.
0:10:06 Y Uter entra y dice, a cambio de esto,
0:10:08 vas a regalar a tu hijo Arturo,
0:10:10 entra vestido, o sea, transformado en el marido de esta lama
0:10:15 y cierne, es el nombre que nos venía a la cabeza.
0:10:18 Y viendo a su marido, cercándose al talamo,
0:10:21 qué hace, bueno, se deja amar, poseer y qué se llama.
0:10:26 Lo curioso es que el otro día, cuando se despierta,
0:10:28 la mira, ve que es otro, que es Uter.
0:10:30 Claro, habrá dicho que ha pasado aquí.
0:10:32 Claro, ya se hace Uter, la viola, pertinentemente.
0:10:35 Claro, como marido la presuade,
0:10:38 como extraño, naturalmente la ropeda.
0:10:41 Digo que la culpa no siempre la tiene el trancho del marido,
0:10:44 sino también, digamos, aquellos que le dan enjerir.
0:10:47 Por ejemplo, ¿cómo se le va a negar después
0:10:50 después de hacer la otra amiga de Uter?
0:10:52 Bueno, al tipo se había cometido ya la primera infamia.
0:10:55 ¿Por qué se queda por ídago?
0:10:57 Que no se queda uno con la novia, que estuvo todo legísimo.
0:11:00 Se va a quedar el papá que venía...
0:11:03 Que venía de engaño.
0:11:05 La acción de muy mañana.
0:11:07 Para poner a una casa y se quedan mirando la tela.
0:11:13 Estaba pensando también en este programa, que era pobre Cassandra.
0:11:16 Cassandra también fue, digamos,
0:11:18 un brujo con su imagen nada más,
0:11:20 que le pide a Polo, y después, por esta especie de negativa,
0:11:23 estos amores, y que se yo, la obliga a esta situación espantosa,
0:11:26 que nos pasa tantos analistas políticos,
0:11:29 de predecir la verdad que nadie le crea.
0:11:31 Así nos va tan bien.
0:11:33 Lo peor es predecir la mentira y que todos te crean.
0:11:36 Esto puede.
0:11:37 Eso es mucho peor.
0:11:38 Eso me va a barbaro, algunos de esos.
0:11:40 Cassandra fue dotada por a Polo.
0:11:45 Cassandra, digamos, no era la hija de la historia.
0:11:49 Bueno, entonces a Polo le dijo,
0:11:51 mirá, si venís conmigo, yo te voy a dar el don profético.
0:11:54 Y ella le prometió que sí,
0:11:56 pero una vez que recibió el don profético, dijo que no.
0:11:58 Son todas.
0:11:59 Y entonces a Polo le escupió en la boca,
0:12:02 y dijo, no, no alcanzó a rebocar el don,
0:12:05 sino que hizo algo peor.
0:12:07 La condenó a que nadie crecía las sus predicciones.
0:12:10 Y ahí estaba la pobre Cassandra,
0:12:12 en la bellísima, grande y excumulante ciudad de Timosal,
0:12:14 y se dice, no es caballo, no tiene que entrar.
0:12:16 Y nadie le crea.
0:12:18 Y ella le dice, mirá si me van a dar un creí,
0:12:20 contigo adentro.
0:12:21 ¡Ah, es un piachito!
0:12:23 Bueno, y pensaba finalmente en el problema de los juicios de bellísima,
0:12:26 porque lo que genera todo esto,
0:12:28 aparentemente, es la excesiva bellísima de una damara.
0:12:30 La bellísima, vamos.
0:12:31 Y en la conmoción que provoca.
0:12:33 Y pensaba en la dura teoría de esos espejos,
0:12:36 que de alguna manera están marcados por la masculinidad.
0:12:38 Qué otra cosa que un galán es,
0:12:40 puede ser el espejo de la madrastra de Blancañeres, por ejemplo.
0:12:43 Que le pregunta, quiere la madre, llegue, no.
0:12:46 Bueno, un día el tipo se puede decir la verdad,
0:12:48 mirá en la primista, ¿es?
0:12:50 Y esto es un psychoanálisis.
0:12:52 Eso es lo que ha generado justamente.
0:12:54 Claro, el espejo en principio,
0:12:56 dice lo que es políticamente correcto.
0:12:58 Claro, por supuesto.
0:12:59 La viola, se y tú.
0:13:01 Hasta que, de tanto preguntar a la otra,
0:13:03 le sale de adentro, le hace un cienzo.
0:13:05 No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no.
0:13:07 Pero Blancañeres, dice.
0:13:09 Y le sale, le prego, por las comisuras del mango,
0:13:12 le sale baba el espejo.
0:13:15 Y después, bien, lo que ya todos sabemos,
0:13:17 en la asesidad de las jóvenes suelas,
0:13:18 después de ser abusadas por los enanos,
0:13:20 y después de eso, el cuento,
0:13:22 a ustedes, que a usted les causa gracias, pero pobrecita.
0:13:24 Ella, y finalmente digo,
0:13:26 ese momento clave,
0:13:28 ese momento culminante del cariño,
0:13:30 le digo, un poeta amigo,
0:13:32 en que uno tiene que oscilar entre,
0:13:34 a la verdad, con todas sus consecuencias,
0:13:36 o eso que no es hipocresiar o mentir,
0:13:38 no es corrección política,
0:13:40 sino quizás en la forma de no meterse
0:13:42 con los asuntos que solo le corresponden a los dioses.
0:13:44 Algo así como,
0:13:46 si uno obseviese siempre en la necesidad
0:13:48 de responder una frase,
0:13:50 aunque no siempre fuera a hablar.
0:13:52 Cuando esa le pregunta, bueno,
0:13:54 y quién es la mujer que tú más amas,
0:13:56 el espejo, el ciruno,
0:13:58 resopla,
0:13:59 y mira dónde dice,
0:14:01 quién sino tú.
0:14:03 Y quién sino tú,
0:14:05 es la canción que escucharemos ahora,
0:14:07 en la voz
0:14:09 del mundo river.
0:14:25 Quién sino tú,
0:14:27 ha podido en mi mente curgar,
0:14:31 y ha salido también despertar,
0:14:35 esta dulce ilusión,
0:14:39 que hoy he echado a volar,
0:14:41 desde mi corazón,
0:14:43 transformada en cantar.
0:14:49 Quién sino tú,
0:14:52 ni la sola cambiante del mar,
0:14:55 ni la luna en su dulce illa,
0:14:59 ni los crudos al poder,
0:15:03 ni la veriza al pasar.
0:15:08 Tien infernales rayos,
0:15:11 y la tierra erviera,
0:15:14 o en vuelta entre las sombras,
0:15:17 destrevesiera,
0:15:19 la fe en mi dios seguro,
0:15:22 no perdería,
0:15:24 solón de estrés y oto,
0:15:27 la materia.
0:15:32 Quién sino tú,
0:15:36 quién sino tú,
0:15:40 quién sino tú.
0:15:53 quién sino tú,
0:15:57 quién sino tú,
0:16:01 quién sino tú.
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