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5 de Octubre de 2010

Nada se pierde, todo se renueva

Transcripción automática

0:00:00 Vamos a hablar hoy de arte e imitación. Es una charlita que tenemos preparada.
0:00:07 ¿Veis que pertenece al programa? Esta no es una charla.
0:00:11 Es un saqueo de libros de otro tipo que han dicho estas cosas antes y mejor.
0:00:19 En el renacimiento se llamaban los artistas plásticos monos de la naturaleza.
0:00:27 Tal apodo les habían sido atribuidos, pues su oficio consistía en el arte de imitar.
0:00:36 Dele aspirarse a copiar las cosas del mundo a la perfección.
0:00:41 Los elogios que hacía Vasari, que es el biógrafo de los grandes pintores, por ejemplo Miguel Ángel,
0:00:47 los elogios que hacía Vasari a las obras de arte estaban en este orden de cosas.
0:00:53 La ocupación principal era el realismo y aseguraba Vasari que las obras de arte parecían vivientes,
0:01:01 parecía que respiraban o que eran más naturales que la realidad misma.
0:01:06 También se hablaban maravillas en aquel entonces de un cuadro del veronés Girolá Moda y Libri
0:01:13 que estaba destinado a un altar.
0:01:16 Era un paisaje en el que había un árbol pintado con tal naturalidad
0:01:21 que la gente aseguraba que las golondrinas que anidaban en la iglesia trataban de posarse sobre las ramas
0:01:28 y chocaban contra la pintura una y otra vez.
0:01:32 Era tal la necesidad de procurar la perfección que la gente empezó a descreer de los bustos,
0:01:39 por ejemplo, ya que les parecía artificial que las obras no tuvieran mano ni pies.
0:01:45 Si en aquel entonces hubieran hecho cine, la película por ejemplo 55 días en Pekín
0:01:50 hubiera durado 55 días literalmente.
0:01:54 Pero esto no es cierto porque estamos hablando de la plástica y bien se conocía la elipsis
0:02:00 en las artes temporales.
0:02:03 No había cine, pero sí había teatro.
0:02:06 Y las obras de teatro no duraban 55 días.
0:02:10 Y en el comentario astuto debe ser tachado.
0:02:15 Volvamos a las artes estáticas.
0:02:18 Hubo a quien se le atribuyó con grandes esperanzas la imitación exacta de los cielos.
0:02:24 El Papa Julio II, Javi Choco, estaba desesperado por ver los resultados de los frescos
0:02:31 que Miguel Ángel estaba pintando en la capilla Sixtina.
0:02:35 Ángel tardó cuatro años y terminó su obra dos meses antes de que el Papa Julio se muriera.
0:02:42 Julio II ya en su lecho de muerte se declaró feliz, pues había podido haber terminado la obra
0:02:49 y conocer de antemano cómo era el Reino de los Sientes.
0:02:53 Luego de la época renacentista ya en el siglo XVIII, algunos pensadores discutieron acerca
0:02:59 de la conveniencia de postular para el arte una imitación de la naturaleza.
0:03:04 Pero ya más cerca de nosotros el amigo Todorov ha escrito al repreche.
0:03:10 La imitación artística es una noción paradójica, pues el arte desaparece en el mismo momento en que alcanza su perfección.
0:03:19 Si la imitación fuera la única ley del arte, debería también acarrear la desaparición del arte
0:03:26 para que el arte exista, la imitación no debe ser perfecta.
0:03:32 Otra de las posturas críticas al realismo extremo fue la de Schiller, que escribió en el siglo XVIII un tratado que se llamó
0:03:41 La imitación de la cosa imitada debe ser a veces desemejante. Así se llamaba el tratado.
0:03:49 Su argumentación consistía en lo siguiente.
0:03:52 Como ciertas cosas de la naturaleza no nos causan placer, el arte debe provocarlo.
0:03:58 Deben omitirse las partes desagradables de la realidad.
0:04:02 Si es posible obtener de esa manera más placer, de Schiller un poco envaludado con algunas cañas,
0:04:08 hay que introducirla de semejanza en la imitación. Esto no sería error sino proveza.
0:04:15 Para que el arte fuera verdadero, con toda su contundencia, debían agregarse a la obra aquellas cosas que faltaban en la naturaleza,
0:04:24 y lamentaba la imposibilidad de padecer la temperatura incrementa en una montaña pintada e incluso la imposibilidad de escalarla.
0:04:33 Los autores del siglo XVIII hablaban de la necesidad de no imitar a la naturaleza, sino a la naturaleza bella,
0:04:42 elegida y corregida en función de un ideal invisible.
0:04:47 El arte, decían, es en parte eso, elegir un sector de la realidad, recortarlo y descartar el resto.
0:04:56 Richardson, una esteta inglés, quería que se diera un lugar dominante en la obra de arte a los rasgos más importantes del objeto imitado
0:05:05 y que se renunciara a los demás, la sinéctoque, el todo por la parte, o mejor dicho, la parte por el todo.
0:05:12 Ya no elige usted un pedazo de la realidad, sino unos rasgos, los rasgos predominantes.
0:05:18 Si el arte llegara a someterse a la imitación, seguía diciendo Schiller sin darse cuenta de que ya no se habíamos ido,
0:05:24 y por lo tanto lograr copias perfectas, sería difícil precisar en qué consiste su interés.
0:05:31 No sabríamos, en todo caso, diferencial cuál es la obra de arte y cuál es la realidad.
0:05:39 El abat, Bato, fue, según Todorov, el campeón de esta idea de la falta de interés en la imitación perfecta.
0:05:48 Bato escribió, nada es copiar la naturaleza.
0:05:52 La imitación debe ser tal que la naturaleza no se vea como es en sí misma, sino como podría ser y como podría concebirla el espíritu.
0:06:04 Las opiniones de Tídero al respecto fueron contradictorias.
0:06:08 A veces pasaba como defensor de la imitación. Escribió, por ejemplo, lo siguiente.
0:06:14 La perfección del espectáculo consiste en la imitación de la acción,
0:06:18 a tal punto exacta que el espectador ininterrumpidamente engañado crea que es la acción misma.
0:06:26 El actor se escucha sí mismo en el momento en que os conmoeve y todo su talento no consiste en sentir como lo suponéis,
0:06:33 sino en transmitir los signos exteriores del sentimiento, con tal rigor que logra engañaros.
0:06:41 Él hablaba de teatro. Después vino el método, que es lo contrario de esto.
0:06:48 Es decir, el actor debe tratar de sentir aquello que trata de comunicarnos.
0:06:53 Y ahora se está de nuevo más cerca de este dictamen de Tídero.
0:07:00 El actor actúa y con signos exteriores nos hace suponer que está sintiendo.
0:07:06 Era por entonces famosa la anécdota de un príncipe dinamarqués que había asistido en el teatro a una representación de la crucifición de Cristo.
0:07:15 En el momento en que uno de los actores que hacía de Romano,
0:07:19 como le llamaba, no me diré de aquella que no me acuerda, el nombre del soldado, de supuesto,
0:07:28 del soldado que insertó al Cristo, donde clavó la lanza en el costado.
0:07:36 Bien, el actor que hacía ese papel, cortaba con la lanza el costado de Cristo
0:07:44 y el príncipe horrorizado tomó su espada, subió el escenario y descapitó al actor.
0:07:50 Es muy bien.
0:07:52 Otras veces, Tídero reconoció la imposibilidad de una reproducción perfecta,
0:08:00 si cambiando de posición, decía, en toda producción poética hay siempre un poco de mentira,
0:08:07 cuyo límite no está ni estará nunca determinado.
0:08:11 La imitación es rigurosa o libre, quien imita rigurosamente ese historiador
0:08:16 y el que exagere y compone o dispone de ella su antojo ese poeta.
0:08:22 Luego de sus primeros escritos, en los que postulaba la imitación perfecta,
0:08:27 Tídero estuvo más cerca de Platón y dijo que la imitación que debía perseguirse
0:08:32 no era la de la naturaleza, sino la de un modelo ideal,
0:08:36 explicó que la naturaleza misma ya era una imitación imperfecta de su propio modelo ideal.
0:08:44 Así cuando los artistas comenzaron a alejarse de la imitación de los objetos sensibles,
0:08:51 se atribuyó su obra a la imitación de un modelo invisible que el artista llevaba en su genio.
0:08:58 Pero creer que existe un mundo ideal a representar o agregar cosas a la naturaleza insuficiente
0:09:05 no son justificaciones que hagan al artista.
0:09:09 El artista ni imita perfectamente ni imita imperfectamente,
0:09:14 pero todo esto ha venido a saber, se iba a sentirse mucho tiempo después,
0:09:20 porque se veía en los primeros concepciones del arte mucho más interesantes como la de Ortega,
0:09:25 que explicaba la evolución del arte de la pintura, un ensayo muy muy gracioso,
0:09:31 según el lugar desde donde se miraba,
0:09:35 se miraba desde cerca de los ojos del artista,
0:09:39 incluso hasta por detrás de los ojos del artista.
0:09:43 El arte es un juego de combinaciones que se realizan en distintos niveles,
0:09:48 la obra es poco verosímil porque en ella las familias se pelean cantando,
0:09:53 en negar la ópera, en negar el arte mismo.
0:09:56 El arte no es a ningún nivel una reproducción de la realidad,
0:10:00 la reproducción existe, pero no se puede, bajo ningún concepto,
0:10:04 partir de la imitación para explicar la emoción artística.
0:10:09 Y, sin embargo, hemos leído este informe, tal vez,
0:10:13 que alguna vez vamos a ocuparnos en serio de este asunto,
0:10:17 y para contar la négrota del príncipe danés que decapita al actor.
0:10:25 Cuando hacíamos lo que me costó el amor de Laura,
0:10:28 muchos espectadores esperaban afuera al personaje del malo, que era Guillermo Fernández,
0:10:34 para afajarlo.
0:10:36 Pero como necesitaba que yo...
0:10:38 Guillermo Fernández era el malo, el traidor, y lo esperaban afuera, las personas para pegarle.
0:10:42 Así que, no, venimos a descubrir que, en verdad, esta gente ya lo conocía,
0:10:48 y quería afajarlo por motivos personales que no tenían nada que ver con el argumento del agosto.
0:10:55 Y a partir de allí pedimos, por favor, al público,
0:10:58 que quisiera pegarle a Guillermo, no fingiera hacerlo por motivos artísticos,
0:11:06 sino que lo afajaba.
0:11:10 Bueno, esto está dedicado a quienes fajan a los artistas que hacen papeles de villanos,
0:11:18 porque entienden que algo de villanía hay en aquel que condesciende afingirse malo.
0:11:27 Y también aquellos que intervienen, como los justicieros,
0:11:32 que formaban parte del público, intervenían en las obras para defender a los débiles,
0:11:39 a los devalidos, a las mujeres hermosas, y a los pobres.
0:11:45 Entonces, cuando alguien era víctima y un tirano subían los justicieros
0:11:50 y se la daban al actor, que hacía el papel de despotismo.
0:11:56 Pero bueno, es un poco lo que hablamos aquella vez de la incredulidad.
0:12:02 La subvención de la incredulidad de la que hablabas córreres, en la misma manera.
0:12:06 Pero acá aplicada al realismo, un realismo llevado a tal punto
0:12:10 que el espectador, el espectador, el espectador,
0:12:15 se hacía cargo absolutamente de ese realismo
0:12:19 y no alcanzaba a captar que estaba frente a un hecho artístico.
0:12:25 Es decir, la demasiada suspensión de la incredulidad lesiona las mismas de poética.
0:12:33 Si uno va demasiado lejos, si uno va demasiado lejos,
0:12:36 si uno va demasiado lejos, si uno va demasiado lejos,
0:12:40 si uno va demasiado lejos, si uno va demasiado lejos,
0:12:44 si uno va demasiado lejos, aceptando el consejo de Colleris,
0:12:48 también invalida al arte.
0:12:50 Porque entonces ya no cree que hay unos estupendos actores representando Hamlet,
0:12:56 sino cree que un señor está asesinando al hermano.
0:13:01 Y ahí ya no siente una emoción artística, sino indignación ante la injusticia.
0:13:09 Y no es lo mismo.
0:13:12 Otra cosa que suele ocurrir, incluso con gente habituada a consumir arte,
0:13:20 pero cuando se toma demasiado en sergüador, todo demasiado realista,
0:13:24 es el chantaje sentimental.
0:13:27 Usted escribe una poesía acerca de madres abandonadas
0:13:31 y casi le está reclamando al lector que se emocione.
0:13:38 El mensaje es este, le estoy hablando señor Mioñón y una madre abandonada,
0:13:42 que usted no se emociona, es un canal.
0:13:45 Pero eso no tiene que ver con el arte, eso no es el arte, es otro amor.
0:13:52 Los chicos, los adolescentes, los estudiantes de 14 años
0:13:59 que escriben poesías a sus amadas lo hacen con tanto amor
0:14:05 que una vez terminada la poesía incluso antes lloran
0:14:10 y calculan erroneamente que la poesía es buena.
0:14:15 Y se debe ser muy buena esta poesía porque me hace llorar.
0:14:18 ¡Mentira! Lo que te hace llorar es que la mera no te da bolilla.
0:14:22 Eso es lo que te hace llorar.
0:14:24 No la poesía, que por ahí dice, o tú que no me das bolilla,
0:14:28 o tú que no me das bolilla no está tan mal.
0:14:33 Pero las hojas son verdes, las rosas son rojas
0:14:37 y el cariño de mi vecina Matilde Boncignore nunca se pierde.
0:14:45 Ah, no, al revés. Las rosas son rojas, las hojas son verdes
0:14:50 y el cariño de Matilde Bencignore nunca se pierde.
0:14:54 Eso es mal.
0:14:55 Sin embargo el adolescente llora porque en realidad lo que lo hace llorar
0:15:00 es Matilde Bencignore y su rechazo terco.
0:15:05 Es decir, la realidad se ha hecho presente ahí
0:15:09 y produce una emoción que se confunde con la emoción artística
0:15:13 y el tipo que lee que se yo...
0:15:19 No quiero nombrar la lengua, pero hay algunos autores que son así,
0:15:24 que son los que se yo enfermo y le pide una moneda,
0:15:32 la mujer amada y la mujer amada que pasaba con otro.
0:15:36 Sí, sí, gracias.
0:15:38 Claro, ¿cómo no te como ves?
0:15:40 Una gran siete y me das el premio Nobel.
0:15:47 Hemos sido de la discoteca y hemos explicado todo esto...
0:15:50 Es muy linda historia para la discoteca.
0:15:52 Es un asunto que el discotecario debería...
0:15:56 Esa es la verdad.
0:15:57 Especialmente porque un disco es una imitación perfecta
0:16:00 de una interpretación.
0:16:03 Y sin embargo el disco no es arte, lo que es arte es la interpretación.
0:16:08 Que a los efectos del disco la interpretación es la realidad
0:16:12 y el disco sería la imitación.
0:16:14 Pero la interpretación alude o no alude, la música no alude nada.
0:16:20 Pero es una cosa artística, que no se propone duplicar la realidad,
0:16:25 crear algo que produce emoción artística.
0:16:29 Todo esto fue negado por el discotecario del modo más canallero.
0:16:35 Para mí que lo pusieron la discoteca.
0:16:37 Me pegó una trompada creyendo que yo tenía algo que ver
0:16:39 con una cuneada azucra.
0:16:42 ¿Por qué es un hombre que estaba en otra área de la radio
0:16:45 y lo mandaron ahí?
0:16:47 En el área Patos Bica.
0:16:50 Estaba de Patos Bica en la puerta,
0:16:54 fajando a todas las personas que entraban a esta radio.
0:16:57 Incluso las que trataban de hacerlo de buena manera.
0:16:59 Buenas, dice, vengo a ver a Orlando Franklin
0:17:02 para que me adivine la suerte.
0:17:04 ¡Tompada!
0:17:05 Me pegó una trompada.
0:17:09 ¿Y no le dio disco?
0:17:11 ¿No le dio nada?
0:17:13 No, de manera que he traído una brevísima canción
0:17:16 que grabó Karina Berlegui con Ruth Atagell
0:17:19 y en la que hizo canto una frase.
0:17:23 Se llama moneda falsa.
0:17:26 Moneda falsa es también un asunto del arte.
0:17:30 El arte es una moneda falsa.
0:17:32 Una moneda evidentemente falsa.
0:17:35 Una moneda que no pretende ser igual
0:17:38 a las monedas que circulan por ahí.
0:17:41 Sino que es otra, evidentemente otra moneda.
0:17:44 Moneda falsa dura muy poco, así que no da tiempo a dormirse.
0:17:51 Canta Karina, Ruth, la acompaña Miroji, moneda falsa.
0:17:56 ¡Monoeda falsa de mi voz!
0:18:03 Palabras que no entenderán
0:18:09 Cuando yo te jure que sí
0:18:14 Tal vez te lo hará
0:18:19 Cuando yo te jure que sí
0:18:25 Tal vez te renate ya me fui
0:18:30 Ya no soy la de ayer
0:18:35 Ya no soy la de hoy
0:18:41 Soy una extraña para vos
0:18:47 Soy una extraña para mí
0:18:53 Nunca podrás saber
0:18:59 Cómo resuelan mis
0:19:04 La voz de tu entretenece
0:19:07 Tu deseo, tu despedo
0:19:12 Y tu ilusión
0:19:18 Nada es lo que parece ser
0:19:24 Ni siquiera esta canción
0:19:35 Y la ruta taguile y Karina Biorlegi, moneda falsa.

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