Transcripción automática
0:00:00 Muy bien, continuamos en la venganza.
0:00:05 Será terrible desde nuestro galponcito aquí en Radio El Plata, en la calle Gorriti 5963.
0:00:11 Este programa se hace con público presente y la entrada es libre y gratuita.
0:00:15 A los que están allá tras parados, si alguien quiere venir a sentarse aquí adelante en el piso, hay lugar.
0:00:20 Y si abren el pasillo, no bloqueen el pasillo.
0:00:23 No pisen a la señora.
0:00:24 Así pueden pasar.
0:00:26 Pobre señora, se gana la vida.
0:00:29 Ya, ya, ni eso.
0:00:31 Sí, haciendo ponchos.
0:00:35 Hablaremos esta noche de nuevas sustituciones amorosas.
0:00:43 Digo nuevas porque hemos hablado de muchas.
0:00:46 La sustitución amorosa en los mitos y aún en la historia es un procedimiento clásico.
0:00:52 Es decir, el tipo, el amante, invasor, el usurpador, ocupa el lugar del amigo,
0:01:02 el lugar del novio, del marido, golpea la puerta y disfrazado con las ropas de fulano,
0:01:11 dice, soy fulano y ayudado por las sombras, por una caracterización o incluso por una mujer
0:01:19 que no es demasiado minuciosa, ahora de revisar quién es quien gobe a la puerta,
0:01:23 bueno, finalmente termina amando a la tipa.
0:01:26 Y después viene el otro fulano.
0:01:28 Quizá la clásica sustitución es la del Príncipe de los Dioses, Zeus, que se presentó en la casa de Alcmena,
0:01:43 diciendo que era su marido anfitrión que volvía de la guerra.
0:01:48 Aprovechó también esa habilidad proteica que tienen los Dioses de los limpos que les permite
0:01:52 tomar el aspecto de cualquiera.
0:01:54 Claro, así que piola.
0:01:55 El tipo era el hombre, era anfitrión.
0:01:58 Pero piola por qué quién es, soy tu marido anfitrión que vuelve la guerra.
0:02:02 Ah, dejo la mera, entra.
0:02:04 Y seguir como te fue con la guerra, ganamos.
0:02:06 No sabés, se lo que me pasó, bla, bla, bla, bla, bla, bla, era Zeus.
0:02:12 Era Zeus, pero en verdad era anfitrión porque si tenía el aspecto pleno.
0:02:17 Sí, tiene razón, pero era Zeus porque incluso hizo durar aquella noche, tres noches.
0:02:24 Le dijo al sol que no saliera y que prolongara aquella noche, como si fueran tres, y así dale que dale.
0:02:34 Lo que sucedió después fue lo gracioso, porque al otro día cayó el verdadero anfitrión.
0:02:40 El tipo empezó a encontrar las mismas cosas.
0:02:44 Y la mera dijo, este está loco, qué le pasa.
0:02:48 Esa es la sustitución clásica.
0:02:50 El primero de esta noche es un Dios de la India.
0:02:56 En el Ramayana hay un episodio donde se encuentra el pecado que se ha hecho en el mundo.
0:03:03 Y por cuya voluntad caen las lluvias, etcétera.
0:03:07 Indra montaba como casualmente, y dijimos ayer, al leer una lista de animales montados por dioses.
0:03:15 Montaba el elefante Airaavata, que es un dios de la India.
0:03:21 En el Ramayana hay un episodio donde se encuentra el pecado de Indra, el dios del firmamento,
0:03:29 montaba el elefante Airaavata.
0:03:32 En alguna oportunidad, Indra quiso seducir a la mujer de un funcionario llamado Gautama,
0:03:40 un apellido célebre, ya que se le ha apagido el apellido del Buda.
0:03:44 El Buda original, el Siddhartha Gautama.
0:03:46 El Buda histórico, el Siddhartha Gautama.
0:03:49 La mujer se llamaba Ahalia y era hermosa.
0:03:54 Para seducir la Indra tomó la forma del funcionario Gautama.
0:04:01 Desentió a la tierra, fue a buscarla, ya ha convertido en Gautama.
0:04:05 Un cacho antes de que el funcionario volviera al hogar, a la tardesita poner.
0:04:11 Así, compartió en Gautama, Indra tenía esperanza de unirse a aquella mujer.
0:04:18 Cuenta la historia que Ahalia supo en ese instante que la persona que se había presentado
0:04:25 era Indra.
0:04:27 ¿Cómo lo supo?
0:04:30 Para mí porque vio al elefante Airaavata estacionado en la puerta.
0:04:37 Está ahí, sí.
0:04:39 Para mí dice, sí, Indra, dijo.
0:04:42 Pero bueno, se hizo la autaria y se unió al Dios lo más contenta.
0:04:49 Sin obstáculos.
0:04:51 Claro, habrá pensado si se descubre una supuesta falta, podría yo explicar que he sido engañada.
0:05:01 El tipo tenía el mismo aspecto que mi marido, el Gautama.
0:05:06 Al rato chequena parece el verdadero Gautama.
0:05:11 Se encontró nada menos que con él mismo seduciendo a su esposa.
0:05:15 Eso es, sí.
0:05:17 Dijo.
0:05:18 Bueno, en el mismo momento en que fue descubierto el Dios Indra, volvió a su forma inmediatamente
0:05:25 y entonces el verdadero Gautama profirió una maldición sobre el Dios y su esposa.
0:05:34 La consecuencia de esto,
0:05:40 el Dios Indra perdió su virilidad.
0:05:46 Y a Jalia fue condenada a vivir invisible durante muchos años en un bosque.
0:05:54 ¿Por qué en un bosque si era invisible?
0:05:56 Después, ¿dígese lo que dice aquí?
0:06:00 El Gautama la encontró y la ayudó a ser visible otra vez.
0:06:03 ¿Cómo la encontró si era invisible?
0:06:05 No sé, estaba de bien.
0:06:07 ¿La habrá tanteado?
0:06:10 Con un palo iba a tocar más.
0:06:12 Otra versión de este maleficio, cuenta que Indra fue obligado a llevar mil marcas de sonrosas.
0:06:18 Ay, por Dios, mire lo que dice aquí.
0:06:24 Mire cómo escriben de sonrosas.
0:06:26 Está más cerca de sonrisa que de sonrosas.
0:06:29 Las personas que se reciben en la Universidad de Buenos Aires.
0:06:40 Bueno, fue obligado a llevar marcas de sonrosas para que todos pudieran ver el pecado que había cometido.
0:06:48 Y ahí terminó la historia.
0:06:50 Esa es una historia bastante ordinaria, diría yo.
0:06:55 Sí, además me parece forzada.
0:06:57 Hay una intención de ejemplificar, de dictar moral.
0:07:01 Eso está mal.
0:07:02 Claro, pero muy forzado.
0:07:04 Mire lo que hizo, mire lo que hizo.
0:07:07 El Ramayana es un poco así.
0:07:08 Vamos a los mitos griegos.
0:07:10 El rey Salmoneo de Tesaldia era aquel que pretendía ser Zeus.
0:07:15 Recorría las calles cargados con unos cacharros de bronce, unas cacerolas atadas a su carro
0:07:23 para imitar el trueno de Zeus.
0:07:29 Y al mismo tiempo tiraba al aire unas flechas encendidas,
0:07:33 algunas de las cuales caían y quemaban a la gente.
0:07:37 Y se hacía la ilusión de que estas flechas eran los rayos de Zeus.
0:07:43 Al final, el verdadero Zeus lo reventó con un rayo, pero un rayo verdad.
0:07:48 Bueno, este es Salmoneo.
0:07:49 Este era Salmoneo.
0:07:51 Salmoneo tenía una hija hermosa llamada Tiro.
0:07:57 Se había enamorado la muchacha de un río.
0:08:00 Mire, mire que hay para las ruedas.
0:08:02 El río Enipeo, o más bien de su personificación.
0:08:07 Vagaba entonces día tras día por las orillas del río, llorando su soledad.
0:08:12 Pero el dios fluvial Enipeo, a pesar de sentirse halagado y divertido por la pasión que desataba,
0:08:20 no le daba a Bolilla.
0:08:22 Vio cómo son los ríos un poquitín indiferentes.
0:08:28 Cuenta Grebs que un día el dios Poseidón, que era el dios del mar,
0:08:31 decidió aprovecharse de este estado de ánimo de tiro.
0:08:37 Y entonces tomó la forma de Enipeo.
0:08:41 Pero así no se puede salir ahí extremamente.
0:08:43 Todos toman la forma.
0:08:44 Con dioses griegos así.
0:08:46 ¿De qué piola?
0:08:48 Le diré que hay damas que no precisan.
0:08:53 No hay ningún milagro para acercarse a esa.
0:08:56 Bien, el caso es que el dios Poseidón tomó la forma de Enipeo
0:08:59 y, o mejor dicho, él invitó a tiro a un encuentro.
0:09:05 Dice, vamos a hacer un tiro.
0:09:06 Cuando ella se presentó encantada, Poseidón no sostuvo su figura impostora.
0:09:14 Pero la sumió en un sueño mágico, que es más o menos lo mismo.
0:09:17 Mientras tanto, una enorme ola se levantaba como una montaña
0:09:22 para ocultar esta fechoría.
0:09:25 Y así Poseidón la amó.
0:09:27 Lo que es el poder, eh.
0:09:29 Sí, lo que es tener el mar a mercer.
0:09:32 Cuando tiro despertó, Poseidón le dijo que tendría estupendos mellizos.
0:09:40 Ella le dijo, qué puntería.
0:09:45 No sé si me quedo con estupendo o con mellizos.
0:09:48 Bueno, hijos de un padre mejor que un simple dios fluvial
0:09:54 y esos hijos fueron pelias en el leo.
0:09:57 Ahí terminó bien.
0:09:59 Lo dutillaron Pirulo y eran felícilos tres.
0:10:02 La última historia es China.
0:10:04 Y figura en el libro de las historias extraordinarias
0:10:08 citadas por Ganbao en aquel libro del siglo VI.
0:10:12 Yudin, era un hombre extraordinariamente hermoso
0:10:17 que vivía en la localidad de Yudin.
0:10:22 O sea, vivía en una localidad que se llamaba igual que él.
0:10:28 Tenía un puesto en la administración.
0:10:33 Y así también vivía en el mismo pueblo la familia Zhu.
0:10:38 La hija menor era hermosa.
0:10:41 Hermosa como ninguna otra mujer de la región.
0:10:44 Un día los Zhu recibieron una visita inesperada.
0:10:49 Era el funcionario Yudin.
0:10:54 Bueno, el padre lo trató con gran cortesía
0:10:57 y estuvo agasajándolo un rato largo.
0:11:00 Le rogó al terminar la conversación
0:11:03 que no regresara a su casa, puesto que era muy tarde,
0:11:07 y le pidió que lo honrara durmiendo bajo su techo.
0:11:12 El funcionario Yudin aceptó.
0:11:17 Pero inmediatamente le habló con franquiza,
0:11:21 a Zhu, al tipo,
0:11:24 y le confesó que su hija le había parecido muy bella
0:11:28 y que estaba enamorado.
0:11:31 Finalmente, ya jugado el tipo,
0:11:33 preguntó si no podía quedarse con la mina hasta el día siguiente.
0:11:36 Pero hasta el día siguiente.
0:11:38 Y se despió la piola.
0:11:41 Vamos a decir, si ya que estoy, ya que hizo 30, haga 30 años.
0:11:45 Pero señor, estas ha venido a cabíldole.
0:11:48 El padre ofendido un poco por lo inmoral de la propuesta,
0:11:54 pero también considerando el gran prestigio y poder de Yudin,
0:11:58 aceptó el trato.
0:12:00 Y a la hija le gustó el tipo.
0:12:03 Así que esa noche, chau,
0:12:06 durmieron juntos.
0:12:08 A partir de entonces,
0:12:10 a Yudin se le dio juego a seguidilla
0:12:13 y empezó a ir cada tanto a morfar a casa de los suds.
0:12:18 Y entre vinos y salamines,
0:12:20 Yudin se quedaba polillando con la hija menor de Zhu.
0:12:24 Un día incluso, el funcionario le declaró a Zhu
0:12:27 que, a modo de agradecimiento,
0:12:29 podía ayudarlo con cualquier tema
0:12:31 en que la administración pudiera molestarle, digamos.
0:12:35 El caso es que pasó el tiempo
0:12:38 y un día el señor Zhu fue convocado por el Estado por una deuda.
0:12:44 El hombre fue a buscar entonces al funcionario Yudin
0:12:48 para pedirle ayuda.
0:12:50 En cuanto se presentó la respuesta del funcionario,
0:12:56 fue la siguiente.
0:12:58 ¿Cómo se atreve a pedirme ayuda si yo no lo he visto en mi vida?
0:13:05 ¿Cómo se atreve a pedirme ayuda si yo no lo he visto en mi vida?
0:13:11 ¿Cómo se atreve?
0:13:16 El señor Zhu, estupefacto,
0:13:19 le contó con todo detalle en qué circunstancia lo había visto.
0:13:23 El funcionario lo miró con mucha extrañeza
0:13:26 y finalmente le dijo,
0:13:29 si vuelvo a aparecer en su casa, mátenme.
0:13:38 Pocos días más tarde,
0:13:40 Yudin se presentó en la casa del señor Zhu
0:13:44 y el señor Zhu lo amenazó de muerte.
0:13:47 Y en pocos instantes,
0:13:49 Yudin dejó de ser Yudin
0:13:52 y luego fue el señor Zhu y fue tigre,
0:13:57 fue zorro, fue perro, fue grito
0:14:00 y se disolvió en el aire.
0:14:03 El verdadero funcionario Yudin
0:14:06 nunca se interesó en la hija de Zhu que sufrió mucho.
0:14:11 Esta es la única historia que tiene sentí.
0:14:20 Sin embargo hay que decir que en todos los casos que contamos,
0:14:24 no.
0:14:29 Hay como una sustitución descendente.
0:14:34 Todos han devenido en algo menos de lo que en verdad era.
0:14:39 El Zeus pasó a ser el marido de Almena,
0:14:45 anfitreón, inmortal.
0:14:48 Posidón pasó a ser un Dios fluvial,
0:14:54 una divinidad inferior en esta jerarquía.
0:15:00 Y acá no sé,
0:15:06 y acá no sé.
0:15:09 Sí, pero de todas maneras delata que...
0:15:12 Pero sí, porque si era una entidad poderosa,
0:15:16 capaz de transformarse en alguien,
0:15:18 descendió, con descendió,
0:15:21 a ser un simple funcionario de provincia.
0:15:24 Es que delata que el beneficio de la sustitución
0:15:26 está más cercano al poderoso que al tipo de pies.
0:15:30 ¿Quién sabe? Porque fíjese que,
0:15:33 sobre todo el poderoso,
0:15:36 bajo su propio aspecto,
0:15:39 bajo su verdadero aspecto,
0:15:41 no gana lo que gana fingiéndose peor de lo que es.
0:15:45 Y esto puede dejarnos casi una enseñanza.
0:15:54 ¿Cuántas veces una o uno,
0:15:57 para mejor enamorar a alguien,
0:16:02 debe presentarse un poco peor
0:16:05 de lo que en realidad es?
0:16:08 Porque a veces el glamour necesita
0:16:12 que uno descienda algunos escalones.
0:16:15 Yo nunca he hecho esa experiencia porque
0:16:17 mi escalón es el último.
0:16:23 En la discoteca
0:16:27 hemos buscado una milonga,
0:16:32 que cuenta la duda que tiene la enamorada
0:16:36 o el enamorado, cuando el novio o la novia
0:16:39 vienen a la distancia.
0:16:41 Y esa misma duda que a veces tiene uno
0:16:43 cuando espera en la esquina,
0:16:45 nadie espera allá en la esquina.
0:16:47 Y ahora con los celulares.
0:16:49 El celular ha abolido prácticamente
0:16:51 la espera en la esquina.
0:16:53 Pero ver venir...
0:16:57 Tiene mucho sentido en las citas ciegas,
0:16:59 esto que voy a decir.
0:17:01 Uno hace una cita ciega.
0:17:03 Me dirá, ¿quién hace cita ciega?
0:17:07 Sí, se hace.
0:17:09 Y entonces usted no sabe cómo es.
0:17:11 La mujer que está esperando,
0:17:13 o el tipo que está esperando.
0:17:15 Y entonces lo voy a venir
0:17:19 y ojalá que sea que...
0:17:21 Ojalá que sea que...
0:17:23 Que linda, que linda, que linda, que linda en el paso del arco.
0:17:27 Que no sea él.
0:17:29 Ojalá que no.
0:17:31 Que no sea él.
0:17:33 Paso del arco.
0:17:35 Pero es un juego hermoso.
0:17:37 Tan lindo que cuando viene
0:17:39 la verdadera...
0:17:41 Uno se fastidia porque tenía ganas
0:17:43 de jugar otro rato.
0:17:45 Porque mientras que no viene
0:17:47 todas son posibles.
0:17:49 Y la llegada de alguien
0:17:51 clausura el abanico
0:17:53 de posibilidad.
0:17:57 La canción que escucharemos hoy
0:17:59 también responde a esa estructura.
0:18:01 Una mujer
0:18:03 ve llegar a un jinete
0:18:05 y se pregunta,
0:18:07 ¿será él?
0:18:09 Y será él, es el título
0:18:11 de esta hermosa canción.
0:18:13 Que vamos a escuchar,
0:18:15 que pertenece evidentemente
0:18:17 a la colicción
0:18:19 de Envilongas de la China.
0:18:21 No sabía que había tal cosa.
0:18:23 Yo tampoco, pero sí.
0:18:25 Está ilustrando esta última historia
0:18:27 de
0:18:29 el funcionario
0:18:31 Yu Ding.
0:18:33 Evidentemente debe ser
0:18:35 una mironga de la China.
0:18:37 La escucharemos
0:18:39 en la versión de Victoria Morán.
0:18:55 Envilongas de la China.
0:18:57 Envilongas de la China.
0:18:59 Envilongas de la China.
0:19:23 Una flor, el flor alerta,
0:19:26 la vieja cuella, de cierta,
0:19:30 donde no asoma el ausente.
0:19:43 Mientras cada mirada atrás
0:19:46 un suspiro baullendo,
0:19:49 un clavel se va durmiendo,
0:19:52 Miendo sobre una calida alhuana, Ya el sol la eres de la humana,
0:20:00 Lo oculta y ella batida, Mira la flor prometida,
0:20:07 Mientras humanos nerviosas Torturan los moños rosas
0:20:14 De sospeza renegrida.
0:20:33 Pero de pronto calmando su sin quietude divisa,
0:20:40 A un gilete que de feriza viene el camino acortando,
0:20:47 Entonces como jugando, Reisa con ansia el clavell,
0:20:54 Y aunque ya el instinto fiel le promete su ventura,
0:21:00 Supirando con ternura, Se pregunta será el.
0:21:17 Y lo demás para que decirlo si ya he sabido,
0:21:24 El reproche no ha existido y la tristeza se fue,
0:21:31 Solo al mirarlo la vez que no es posible el enojo,
0:21:38 Hay tanto amor en sus ojos que solo pierde terreno,
0:21:44 Mientras temblando en su seno, Reive el clavell,
0:21:52 El marrojo.
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