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0:00:08 Continuamos, en la venganza será terrible, hoy estamos sin público presente aquí en los estudios de AM750,
0:00:15 pero estamos nosotros de cuerpo presente.
0:00:17 Así es. Hablaremos esta noche de Paulina, la hermana de Napoleón, que según todos dicen, marcaba 1.33 la medida.
0:00:26 Así que, ubiquémonos en París, allá por el año 1811, Paulina se había casado con el general Leclerc,
0:00:35 aquel que viajó a Santo Domingo y que murió de fiebre amarilla.
0:00:40 Poco después de haber enviudado, Paulina se casó con el magnate romano Camilo Borgesse
0:00:48 y dicen que con Camilo Paulina se aburría mucho.
0:00:52 Y entonces, tenía vamos, yo lo voy a decir.
0:00:56 Dígalo. Sí, sí, sí, tenía algunos amantes.
0:00:59 Por esos tiempos andaba con el alemán Friedrich, el italiano Félix Blanquini,
0:01:05 Blanquini esa en realidad, que era músico y componía dubos para cantar especialmente con ella.
0:01:11 Eso es muy delicado.
0:01:13 Andaba también con el general Canovil, con el capitán Aquiles de Télrouton,
0:01:18 con los coroneles rusos Chernychev y Khablukov y con el Conde de Mont Roix.
0:01:24 Cuánto registro de los amantes.
0:01:27 Además, como contamos alguna vez, a Paulina la asistía en su aceo un morocho Herculio,
0:01:37 nombre de raza negra.
0:01:41 Muy fornido.
0:01:42 Un negro Herculio que se había llevado de Santo Domingo.
0:01:48 Bueno, durante el verano de 1811 Paulina quiso ir a las aguas termales de la Chapelle
0:01:55 para tranquilizarse un poco.
0:01:57 Claro, pobre.
0:01:58 Pero se equivocó de sitio porque las ciudades de aguas termales siempre tuvieron muy mala reputación.
0:02:06 Entre los romanos, la estación termal de Basilea era llamada por Sénica el refugio del vicio, vamos.
0:02:14 En la edad media, Baden, gracias a sus fuentes, se convirtió en uno de los mayores lupanares de Europa.
0:02:23 Entonces, un verdadero enfermo que se aventurase entre los bañistas era considerado como un intruso
0:02:30 a quien poco así, muy pronto, lo echaban, lo dejaban morir para que no molestara.
0:02:36 Bueno, en el siglo XVI Plombier estaba ahí donde los hombres y mujeres se bañaban desnudos, en Plombier.
0:02:45 Bueno, todo con el pretexto de combatir, que colicone fritico, que se yo.
0:02:55 Bueno, Plombier fue teatro de numerosas orgías.
0:02:59 Bueno, en la chapel, Paulina, Paulina sedujó al hombre que volvía locas a todas las mujeres del país.
0:03:08 Se trataba del mayor trágico del siglo, el único actor a quien Napoleón concedía genio.
0:03:17 Hablamos de Francois Talma, a quien todos conocían como el príncipe del gesto.
0:03:26 Qué demonios es eso.
0:03:28 Esa es la tarjeta para el actor, es esa.
0:03:31 Francois Talma, príncipe del gesto.
0:03:36 Bueno, el tipo tenía 48 años y Paulina 30. Era una buena edad para los dos.
0:03:42 Parece que Paulina se lo seborra rápidamente a la habitación de La Posada,
0:03:46 una habitación que había alquilado para pasar algunos días en las termas.
0:03:50 Talma se enamoró perdidamente de Paulina y eso se notaba mucho.
0:03:56 Incluso en la cama expresaba su dicha sensual, declamando versos de racín o de voltear.
0:04:04 Luego de algunos días de amor, Paulina y Talma volvieron juntos a donde vivía Paulina.
0:04:12 Talma, aunque estaba muy enamorado de ella, tenía miedo de que lo descubriera.
0:04:17 Nada menos calcule que con la hermana del emperador, que encima era casada.
0:04:22 Y ese miedo le impedía a Talma ser tan ardiente como Paulina deseaba.
0:04:29 Dicen los cronistas, una vez mientras nuestro actor gritaba unos pasajes de molier,
0:04:38 resonaron unos pasos en el corredor.
0:04:42 Qué pasos además de él.
0:04:45 Paulina, que no quería perder ni un segundo de placer, le pidió que continuase.
0:04:52 Con el recitado o con lo que estaba haciendo, no sé qué sería.
0:04:57 El desdichado trató de continuar, pero la naturaleza se negó a ayudarlo.
0:05:03 Paulina, entonces furiosa, le pidió que fuese a buscar al negro Herculio para que lo reemplazara con ventaja.
0:05:13 Y así que Talma llamó a este señor Herculio y se fue cabiz bajo.
0:05:19 ¿Y por qué no estaba directamente con el negro Herculio?
0:05:22 No, pero porque el negro Herculio por ahí no recitaba con tanta eficacia.
0:05:27 Luego de aquel episodio, Paulina, harta de los amplulosos párrafos que Talma introducía en cada momento de amor,
0:05:34 perdió todo interés por el actor. Pero Talma seguía enamorado.
0:05:42 Mientras tanto, Paulina se había convertido en la amante de un jefe de artillería
0:05:47 y comenzó a hacer todo lo que tuvo su alcance para alejar al enamorado trágico.
0:05:55 Y apareció entonces el malentendido clásico.
0:05:58 Cada cosa que Paulina hacía para separarse de Talma, que soburlas, gestos de Bébén,
0:06:05 eran interpretadas por Talma como gestos amorosos y de correspondencia a su amor.
0:06:11 Una noche en un salón Talma estaba sentado sobre Paulina en actitud reptil.
0:06:19 Ella dijo solo con la intención de ponerlo en cómodo.
0:06:23 Bueno, ahora Talma nos hará reír, ¿verdad?
0:06:26 Que vas a delectarnos con una escena cómica, le pidió.
0:06:30 Era como pedirle a un cantante de ópera que entonase un cuyanito.
0:06:34 Claro, una ofensa.
0:06:37 Talma palideció, pero Paulina le acareció a la cabeza y él terminó por aceptar.
0:06:44 Durante media hora, ante un auditorio burlón, se esforzó Talma por interpretar escenas de comedia.
0:06:52 Su ridículo fue tremendo, pero él, orgulloso,
0:06:57 pensó que Paulina, que lo amaba, según él creía, había recurrido a su talento para impresionar a sus amistades.
0:07:05 Al día siguiente hizo saber eso a Paulina, le agradeció su muestra de amor y la invitó a dar un paseo.
0:07:14 Ella no le contestó, pero él renovó esta invitación cada día.
0:07:20 Y estaba tranquilo porque pensaba que Paulina no respondía a causa de sus ineludible compromiso de protocolo.
0:07:29 Al cabo de unos días, Paulina organizó un paseo en barco.
0:07:34 Y Talma fue, se coló.
0:07:36 Pero a la tarde estalló una tormenta que obligó a todo el mundo a refugiarse bajo un toldo.
0:07:42 Y de repente se oyó la voz de Paulina.
0:07:46 Talma, ¿por qué no recitas la tempestada?
0:07:52 Y el enamorado salió del toldo, se puso bajo la lluvia y empapado recitó.
0:07:59 Algunos párrafos de aquella tragedia.
0:08:03 Bueno, allá en septiembre de 1812 el actor recibió una carta que lo perturbó.
0:08:11 El organizador de unas giras, con que él tenía un contrato, le errogaba que fuera a Ginebra porque allí debía actuar en la semana siguiente.
0:08:21 Creciendo que Paulina seguía enamorado de él, se preguntó de qué manera le diría las terribles noticias de su viaje.
0:08:29 Bueno, finalmente se arrodilló a sus pies y con la mirada fija en el techo y el brazo derecho extendido,
0:08:37 recitó un discurso que había escrito y que decía,
0:08:40 O mi reina y señora, los dioses no se paran, los lazos que tejido hemos con tanta paciencia serán mañana víctimas de un destino terrible e implacable.
0:08:58 Ella trató de comprender qué le pasaba al tipo, ¿no?
0:09:02 Paulina le dijo que se fuera nomás.
0:09:05 Tal más se imaginó que Paulina se sacrificaba por él, rompió a llorar, abrazó las rodillas de su amada, etc.
0:09:14 Por la mañana tal más subió un coche y se fue.
0:09:17 No sospechaba que su bella amiga estaba ya en brazos del ya citado artillero.
0:09:25 Ah, el artillero, sí.
0:09:28 Al cabo de dos días, tal mal empezó a escribir a Paulina, le decía cosas como,
0:09:33 te abandonado, eme aquí, separado de ti por mucho tiempo, tu bondad, tus lágrimas, qué sé yo.
0:09:40 Paulina tiró la carta y le llegaron varias docenas y no contestó ninguna.
0:09:46 Tal más se desesperó, pero su desesperación tampoco se acercó a la verdad.
0:09:51 Él pensó que Paulina había dejado de amarlo por su abandono.
0:09:55 Pero apenas pudo, regresó y deambuló por los alrededores de la mansión de Paulina,
0:10:01 penando y escribiendo más cartas.
0:10:04 Paulina ya lo había olvidado y tampoco leyó esas cartas.
0:10:08 Tal más continuó amando a Paulina y cuando ella murió muy joven en junio de 1825,
0:10:16 tal más cayó en una profunda depresión y se murió un año después.
0:10:24 Hemos ido a la discoteca y en virtud de todas las cartas que escribí a este hombre,
0:10:30 vamos a escuchar ahora tarjeta postal, que voy a cantar yo mismo,
0:10:36 acompañado por el conjunto de Fernando Marzano.
0:10:55 Verdejaron dolor de cosas viejas, deja el mano llorar de la correa.
0:11:06 Un sonido de balce que se queja, me despierta la palabra insierta de la ser mejor.
0:11:16 Hoy saquito, un deshoyo se dio olvido con tu ruido,
0:11:24 de sapo sin el sanjo y en la fiesta que tuve aquella puerta,
0:11:31 la mano blanca y puerta que muera al damo.
0:11:36 Sabar los hormidos mecases que sueñan en una tarjeta postal,
0:11:46 por canto su harina en la casa nos hace la luna su vieja señal.
0:11:56 La casa del patio querido, la gente sencisa y el viejo rostal,
0:12:05 me devuelve en el barrio perdido como una malisa tarjeta postal.
0:12:15 Tu camino abierto entre verros con vecinos charlando en un portón
0:12:35 y los grisos moviendo a sus encerros son recuerdos que regresan lerdos con el acordeón.
0:12:48 Hoy saquito de sus ojos que su añoro con el zoro pequeño desde más,
0:12:58 en la esquina, hermosa que no existe tu voz pequeña y triste me vuelve a buscar.
0:13:07 Sabar los hormidos mecases que sueñan en una tarjeta postal,
0:13:17 por canto su harina en la casa nos hace la luna su vieja señal.
0:13:26 La casa del patio querido, la gente sencisa y el viejo rostal,
0:13:36 me devuelve en el barrio perdido como una malisa tarjeta postal.
0:13:56 Era Alejandro Dolina, en la venganza será terrible tarjeta postal.
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