Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos esta noche de sucesos extraordinarios de la China. Había en la China clásica una repartición oficial, el departamento de las historias, el famoso Bai Guang, y hay un registro casi interminable de prodigios.
0:00:20 Hoy vamos a contar uno, dos o tres de ellos. El primero es este. En tiempos de la Dinastía Qing, que va desde el 221 al 207 a.C., creo que es la dinastía de Xiguantí, justamente aquel que mandó a edificar la muralla china.
0:00:44 En ese tiempo existió en el sur del imperio un pueblo que tenía unos habitantes dueños de la siguiente virtud. Sus cabezas podían desprenderse y volar.
0:00:57 Fuera de aquel pueblo se dio el caso de un general llamado Su, que tenía una criada que en cuanto caía dormida por la noche, su cabeza echaba a volar.
0:01:11 O sea, fuera por la ventana o por cualquier sitio que atravesara, la cabeza de la criada salía de la casa utilizando las orejas a modo de alas y regresaba justo antes del amanecer.
0:01:27 Esta criada había llegado hasta la casa del general Su desde la región surénea presitada. Una noche el general Su vio pasar por el cielo a la cabeza de su criada.
0:01:42 ¿Cuál no sería la sorpresa? Bueno, la sorpresa de cualquiera que ve pasar por el cielo la cabeza de su criada.
0:01:52 El general Su sospechó que algo anormal había en aquello.
0:01:59 Y entró una noche en el aposento de la dama y lo que vio en el lecho fue un cuerpo sin cabeza, ligeramente frío y que mantenía una levisima respiración.
0:02:11 El general Su lo envolvió en una manta al cuerpo y esperó.
0:02:17 Ocurrió entonces que cuando la cabeza regresó antes del amanecer y fue a coplarse con el cuerpo, soco contra la manta y cayó por tierra.
0:02:28 El general Su la vio rodar lanzando insultos.
0:02:33 El general corrió la manta, la cabeza se elevó del suelo y fue a posarse sobre su cuello.
0:02:39 Enseguida el cuerpo entero de la criada se incorporó.
0:02:44 Tan anormal le pareció al general Su todo lo que había visto que despidió a la criada.
0:02:53 Le dijo que no era conveniente para el orden de su casa que se produjeran esas recaptaciones cada noche.
0:03:02 Tiempo después el general Su vino enterarse por sus subordinados que cuando eran destinados a las provincias del Sur, no era extraño que se topasen con personas de esa especie, personas a las que veían perder la cabeza por las noches.
0:03:17 Cuenta el departamento de historias que se formaban constelaciones de rostros y mantenían divertidas conversaciones en las alturas.
0:03:30 Me encantó esta primera historia.
0:03:37 Otra historia.
0:03:38 Sucerió en tiempos de la segunda dinastía Han, un muchacho llamado He-Yu, dijo que conocía la región de los muertos.
0:03:51 Y dijo también que había presenciado una discusión entre los funcionarios del mundo de los muertos.
0:03:58 He-Yu, que era joven y fuerte, bueno, un día se murió.
0:04:03 Muy bien.
0:04:04 Nadie supo de qué.
0:04:06 Tras expirar llegó a buscarlo un heraldo de la región de los muertos y este heraldo condujo su alma hasta donde estaba Ximing.
0:04:16 Ximing, como ustedes saben, es en China el señor de las vidas.
0:04:20 Registra la duración de la vida de las personas y se encarga de enviar a los heraldos de la muerte una vez transcurridos los años de vida que el sillo concede a cada uno.
0:04:32 Una vez que He-Yu fue llevado hasta la región de los muertos, Ximing le preguntó al heraldo.
0:04:38 Y este guine.
0:04:40 El heraldo respondió que se trataba de He-Yu del pueblo de Nanyang.
0:04:46 Entonces, el Ximing buscó el nombre de He-Yu un buen rato en el libro de los vivos y los muertos y no lo encontró.
0:04:56 Entonces, indignado le gritó al heraldo que no tenía que buscar a He-Yu, sino a un tal He-Yee.
0:05:03 Había hecho pasar al mundo de los muertos al hombre equivocado.
0:05:07 Ximing le tranquilizó al prometerle que sería restituido a la vida.
0:05:14 Vean, es un error que se tranquilo. Lo vamos a volver al mundo de los vivos.
0:05:19 He-Yu regresó y contó esta historia.
0:05:23 Ha dicho, desengañado, que el mundo de los muertos es parecido.
0:05:28 ¡Hermosa! Esta historia es muy hermosa.
0:05:32 Y he dejado para el final esta última.
0:05:39 El Duque Ling era un cruel tirano del estado de Xim, que tenía la cosa de la ciudad de Nanyang.
0:05:47 Y el Duque Ling era un cruel tirano del estado de Xim, que tenía la cosa de la ciudad de Nanyang.
0:05:53 Era un cruel tirano del estado de Xim, que tenía la costumbre de cazar a sus súbditos como si fueran animales salvajes.
0:06:03 Súbitamente entusiasmado por las artes, convocó a su palacio a los mejores pintores de la región y los obligó a trabajar día y noche.
0:06:14 Era su intención que las obras de aquellos artistas fueran las más perfectas de los estados chinos.
0:06:20 Todos los días el Duque inspeccionaba las pinturas. Jamás las encontraba de su gusto.
0:06:29 Se complacía en señalar a cada pintor la diferencia entre las ilustraciones y la realidad.
0:06:37 ¿Por qué el ruiseñor parece más grande que el perro? preguntaba con ironía.
0:06:43 ¿Dónde has visto soles verdes?
0:06:45 ¿Por qué no puedes pintar la lluvia con cada una de sus gotas?
0:06:51 Ese mandarín jamás podrá entrar por la puerta de la pagoda que se divisa en el fondo.
0:06:58 Muy frecuentemente los pintores pagaban su incompetencia con la vida.
0:07:04 Finalmente hizo traer desde Chu al pintor y talígrafo Wih, que tenía un prodigioso dominio del pincel y el estilete.
0:07:12 Sus obras reproducían la realidad de un modo tan fiel que muchas veces se confundían con ella.
0:07:19 Las abejas solían acercarse a los jazmines que dibujaba Wih.
0:07:24 También realizaba estupendos trabajos de escultura y orfebrería.
0:07:29 Había construido una jaula de plata con dos pájaros de oro en su interior tan perfectos que los servidores del palacio les acercaban mijo para alimentarlos.
0:07:39 Las frutas de cera también engañaban hasta a los mirlos más atutos.
0:07:46 El tirano Link, asombrado ante aquellas imitaciones, le ordenó que le hiciera un retrato.
0:07:53 Wih, apartándose de las reglas tradicionales de la etiqueta y el dibujo que recomendaban disimular las asimetrías del modelo, terminó la obra con la mayor exactitud.
0:08:06 Parecía tan real que los cortesanos tomaron por costumbre hacer una reverencia al pasar frente al retrato.
0:08:14 Todos dijeron que los dibujos de Wih formaban parte de la naturaleza y que cualquier intento de mejora en ello sería una grave falta.
0:08:23 Una tarde, el sabio consejero y ministro Chautun se atrevió a cuestionar seriamente esta clase de realismo.
0:08:34 Dijo, en presencia del duque, que el arte debe diferenciarse de la realidad, ya que esas diferencias son precisamente las que producen placera a los espíritus sensibles.
0:08:47 Es el artista y no la naturaleza el que decide el rumbo a seguir.
0:08:53 Es el poeta y no la flor el que elige las palabras que serán para nosotros.
0:08:58 Una rosa.
0:08:59 El tirano Ling expulsó a Chautun de la corte, pero no pudo impedir que sus preceptos fueran seguidos por todos los artistas.
0:09:12 Y a partir de entonces, para pintar una mariposa se pintaba una joven.
0:09:19 Para aludir al tiempo se dibujaba un santo.
0:09:22 Para nombrar un diamante se hablaba de una estrella.
0:09:26 Los historiadores del estado de Tsing comprendieron aquellas lecciones, y cuando el tirano fue estrangulado por un pariente, escribieron que el arquero celeste había aclavado una flecha en el retrato de Ling y que éste había muerto al instante.
0:09:46 Ahora mismo, yo les cuento esta historia para decir que la noche es fría y que nadie me ama.
0:09:57 Son historias que hemos traído de una institución que es el Bai Wang, el Departamento de las Historias, de la China medieval.
0:10:15 Vamos a escuchar una canción china que se llama Alejana Tierra Mía.
0:10:22 Es China.
0:10:23 Desde luego que es China, por un cantante también nacido en la China, por más...
0:10:32 Antes se creía que era francés o argentino, pero los orientales han hecho los suyos.
0:10:53 No sé si al contemplarte, al regresar, sabrá en rey no usóro.
0:11:15 Silencio de Tía Latéa que sólo quiebra la serenlada.
0:11:24 De un ardiente ropero bajo una dulce luz lo de pelada.
0:11:31 En un balcón florido se oye el murmulo de un purameneto.
0:11:39 De la brisa llevó con el rumor de otras cuitas de amor.
0:11:51 Si el purameneto es balcón con su flor y su sol, tú lo estás, faltas tú con mi amor.
0:12:10 Alejana Tierra Mía, de mis amores como te nombró.
0:12:18 En mil noches insuendios con las futilas se garde asombró.
0:12:25 Dime, Teresa Mía, que no son vanas ni se esperanza.
0:12:32 Y el sabés tú que pronto puede volver a mi viejo buquera.
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