Transcripción automática
0:00:00 Nosotros estamos en Marder Plata iniciando la temporada 2013.
0:00:05 Mañana también estaremos aquí en el teatro Auditorium de Marder Plata la media noche.
0:00:11 Hablemos de tesoros enterrados. Atención a aquellos ocientes que tengan el sueño de hallar uno.
0:00:17 El pirata a Barba Negra, el 17 de noviembre de 1718, muy pocas horas antes de cantar para el carnero,
0:00:27 recibió la siguiente pregunta de un amigo.
0:00:30 El amigo le preguntó si su mujer sabía donde tenía él enterrado sus tesoros para el caso en que ocurriese algo.
0:00:37 Cosa que efectivamente estaba por suceder.
0:00:40 En realidad el amigo quería saber, él no quería saber si la mujer sabía, quería saber dónde estaban los tesoros.
0:00:47 El pirata le dijo, en lugar de que conocemos tan solo el diablo y yo, el que viva más de los dos, se quedará con el oro.
0:00:55 Cómo Barba Negra murió inmediatamente, se supone que aquel oro lo tiene el diablo.
0:01:00 Sin embargo no faltó el que afirmara que conocía aquel sitio, el sitio donde Barba Negra había enterrado el tesor.
0:01:09 Un señor llamado Silvestro, que había navegado en un barco de Barba Negra, habló del río York, Maryland,
0:01:17 cerca de la isla de Morderly, en la margen superior, de una pequeña bahía arenosa donde se alzaban cinco árboles.
0:01:28 Son datos muy cambiados, cinco árboles pueden ser mañana cuatro y pasado diez.
0:01:35 Es como decirle a un tipo, pasando el perro dos cuadras, ¿qué sé yo?
0:01:45 Los perros suelen moverse de los lugares.
0:01:48 El caso es que nadie encontró nada y nunca se supo del tesoro Barba Negra si es que enterró alguno.
0:01:54 En general suele creerse que el pirata enterraba un tesoro y tal vez no sea verdad.
0:02:01 Había un señor llamado William Reed, que recorrió los mares en su bergantín llamado The Armory, bautizado en memoria de la filigustera Mary Reed.
0:02:12 Este tipo no afanaba otros barcos, buscaba el producto de los rogos de otros, buscaba tesoros.
0:02:21 Entre 1818 y 1822 anduvo por la costa occidental de América del Sur, por México, por los Estados Unidos,
0:02:35 por la isla del Coco que pertenece a Costa Rica, anduvo desenterrando, moviendo la tierra a ver si encontraba algo.
0:02:44 Buscaba las barras de oro que se suponía había escondido en la isla del Coco nada menos que el capitán Kidd, el de los chicles.
0:02:53 Cabo en distintas partes de la costa del Perú terminó por encontrar un viejo cementerio vincáico en Jaucón situado a unos 300 kilómetros del Cusco.
0:03:05 Parece que descubrió allí unos cuantos cuerpos y algunas telas y curiosidades históricas, pero como no tenía este hombre ningún espíritu entropológico,
0:03:13 dejó abandonados aquellos descubrimientos y se fue.
0:03:17 Pero después se encontró con la historia del pirata holandés Joris van Spielberg, que había salido de la isla de Texel que pertenece a Holanda, que está en el Mar del Norte,
0:03:29 y que habían dado por todos los océanos, y después de un avío de pillaje regresó a Texel y parece que escondió allí su tesoro.
0:03:41 Después de este pirata, el van Spielberg, tuvo la precaución de morir en una riña de taberna, que es una forma de abandonar este mundo que tiene tantos piratas.
0:03:53 Cuando están hartos de vivir riñen en una taberna y se hacen matar.
0:03:57 Ahora bien, entirado en la historia de este señor Spielberg, que había enterrado su tesoro en Texel, excavó William Reed en la isla de Texel durante un año, que es mucho excavado.
0:04:09 En verdad, los lugares rocosos, fríos y alejados de las costas del Caribe no son muy aptos para ir a buscar tesoros.
0:04:19 No se trata de que haya o no haya un tesoro, se trata de lo que cuesta acabar, entiende lo que digo.
0:04:25 Es decir, si vamos a buscar un tesoro inexistente, lo mejor es ir a buscarlo en la arena, por lo menos es fácil hacer un agujero.
0:04:32 O sea, para obtener el mismo resultado, decir nada, entre una isla cercana y arenosa o una lejana rocosa y fría, prefiero excavar, pongamos por caso, en Santa Teresa.
0:04:45 Claro, totalmente.
0:04:47 Ahora bien, eso es el criterio para la búsqueda de tesoros de cualquier orden.
0:04:53 ¿Tesoros en doblones de oro?
0:04:57 O tesoros del Espíritu del Saber, por ejemplo.
0:05:00 ¿Qué se hace? A ver qué criterio. Buscarlos en el lugar más fácil y cercano o buscarlos en el lugar lejano y difícil.
0:05:08 Repuesta. Buscarlos donde está.
0:05:12 Algunos que conozco, algunos amigos, buscan sus verdades en la esquina de su casa, donde llegan enseguida.
0:05:20 Y otros que también conozco, prefieren irse al lugar donde más cuesta encontrarlos.
0:05:27 Las dos cosas están mal.
0:05:30 Hay que buscarlos donde está. Salvo, y hay objetos yo mismo también, que uno crea que la búsqueda dignifica.
0:05:38 Y entonces vienen los alquimistas y dicen, bueno, el tesor es la búsqueda.
0:05:42 Siempre hay alquimistas de cinco pesos en todas las piscirías, que cada vez que uno no encuentra algo le dicen que lo que uno buscaba era la búsqueda.
0:05:50 Digo yo que sí sé lo que busco, pero la búsqueda la tengo, busco algo que se llama de determinada manera y que si lo no encuentro,
0:05:57 no me habrá de consolar su búsqueda, ¿me entiendes?
0:06:01 Pero bueno, esto lo dicen alquimistas que cambian de alquimistas a filósofos rápidamente, como si fuera misma cosa.
0:06:08 Sin embargo, el varón de Montaigne decía una frase tan hermosa.
0:06:11 Decía que la persecución de una cosa es esa la cosa.
0:06:18 Está muy bien, eso me gusta.
0:06:21 Bueno, entonces el caso es que William Reed escavó la isla de Texxon durante un año.
0:06:27 Algunos dicen que tuvo suerte porque después de salir de aquella isla vivió millonario toda la vida.
0:06:33 No lo saben.
0:06:35 Hay dos hechos.
0:06:36 El tipo fue a escavar en busca de tesoros y después vivió millonario toda su vida.
0:06:42 El nexo determinista hay que imaginárselo.
0:06:46 Pero puede usted pensar si quiere que encontró así tesoros.
0:06:51 Se conocen muchas islas que han sido recomendadas para buscar tesoros.
0:06:57 Ahí está la isla de Malpelo, que pertenece a Colombia, la isla Galápagos, la isla de Clipperton,
0:07:04 y las mexicanas islas de Revil y Ajijedo.
0:07:08 Hay quien dicen que los piratas enterraron sus tesoros con mucha menos frecuencia de lo que la gente anda diciendo.
0:07:15 La verdad es que la mayoría de los piratas no tenían tanta idea.
0:07:19 Y menos para molestarse en cabal siquiera un minúsculo agujero.
0:07:24 Fueron sobre todo los bucaneros del Caribe, si no no se usaba tal y se escondía.
0:07:29 Pero esa sí, yo le voy a explicar.
0:07:31 El problema era el océano pacífico.
0:07:34 Si vos ibas a afanar del Caribe al Pacífico, cruzabas por tierra el ritmo.
0:07:43 No estaba el canal de Panamá, claro.
0:07:45 No estaba el canal de Panamá.
0:07:47 Ibas a Afanabas y cuando volvía tenías que cruzar de nuevo a pie, un lugar dificilísimo.
0:07:55 Con cielo, amortito.
0:07:56 Carpado, lleno de pieras, enfermedades.
0:07:59 Entonces por lo general no podías llevártelo todo.
0:08:04 Tenías que venir muy ligeros, muy ligeros.
0:08:08 Incluso los barcos de los piratas eran rápidos.
0:08:12 Pero bueno, cuando ibas por tierra tenías que no llevar demasiado.
0:08:17 Y claro, te daban, no sé qué, 300 kilos de oro.
0:08:21 ¿Cómo los llevo?
0:08:23 Bueno, llevo 30.
0:08:25 ¿Qué hago con nosotros 70?
0:08:28 Y los enterro.
0:08:30 Entonces sí los enterraba.
0:08:32 Los enterro y después vuelvo y los rayo.
0:08:35 Ahí se enterraba algún tesor.
0:08:41 Un clavo de Francis Drake llamado Diego, al que se le había otorgado la libertad, le dijo un día al pirata, le dio un dato.
0:08:54 ¿Cómo podía apoderarse en una serie de barcos españoles que llevaban tesoros,
0:09:01 llegados de Sudamérica por el Golfo de Panamá?
0:09:04 Y Drake planeó el ataque que fue en la costa del Pacífico y tuvo éxito.
0:09:10 ¿Consiguió robar una carga de alrededor de 190 mulas?
0:09:14 No, consiguió robar 190 mulas.
0:09:17 La carga que podrían llevar 190 mulas en oro y plata.
0:09:23 Y bueno, como no podía trasladarlo, enterró mayor parte del botín
0:09:28 y después cargados de oro hasta donde pudieron,
0:09:31 bajaron por la jungla hasta llegar a la costa, enterraron tesoros por ahí.
0:09:38 Pero cuando Drake logró llegar a buen puerto, solo quedaban con vida 30 de los 74 hombres que lo habían acompañado,
0:09:46 y entre ellos un cocinero llamado Ocksham, que no pudo olvidar aquel tesoro enterrado.
0:09:54 Todos regresaron en Greta y un año después Ocksham volvió a donde habían enterrado el tesorado.
0:10:03 ¿La que pasó? Se las contaría si no fuera por lo largo que ha sido de intervalo publicitario.
0:10:11 El caso es que llegó, llegó ahí, y encontró lo peor que podía encontrar.
0:10:19 Los agujeros ha sido. Otro se le había anticipado.
0:10:25 El buscador de tesoros tiene que pasar rápidamente a la acción.
0:10:31 No puede demorarse. Ocksham se volvió loco.
0:10:36 Empezó a buscar tesoros sin tener ningún indicio.
0:10:40 El tipo abría donde, en cualquier lado, abría un agujero y buscaba.
0:10:46 Y hasta que una hueste española lo apresó, fue llevado a Lima y así lo ahorcaron.
0:10:53 Probablemente por buscar tesoros.
0:10:58 Bien. La verdad es que es muy difícil encontrar tesoros.
0:11:06 Es desagradable también encontrar agujeros donde el tesoro estuvo.
0:11:15 Se necesitan dos para que funcione una historia de tesoros enterrados.
0:11:21 Él que lo entierra y él que lo desentierra.
0:11:25 En realidad, en una relación normal con un tesoro, el que lo desentierra es el mismo que lo enterró.
0:11:33 Si me permite. Claro, el lenguaje que estoy utilizando.
0:11:37 Pero es muy raro. La historia de Juan enterró un tesoro.
0:11:42 Y cuando tuvo necesidad de pagar unas cuentas fue lo desenterró.
0:11:46 Es una historia lógica pero muy infrecuente.
0:11:49 El ejemplo inverso en cambio, Juan lo entierra y Raúl lo desentierra, es el más frecuente.
0:11:56 En los libros de lectura de Primero y Inferior de los Buscadores de Tesoros está lleno de esta frase.
0:12:02 Juan enterró un tesoro, Roberto lo desentiró.
0:12:08 Juan y enterrame se fueron a conquistar el claro.
0:12:12 ¿A quién quiere dedicar esta historia de tesoros enterrados, desenterrados?
0:12:19 Estaba pensando, sabe que en algunos de esos viajes que me tengo.
0:12:23 Seguiremos, en estos días seguiremos hablando el tema y daremos datos porque hay gente que ya está...
0:12:27 Con la palita en la mano.
0:12:29 Con la misma que usaron esta tarde para ser enterrar ellos mismos.
0:12:34 Creyéndose por otro.
0:12:36 Creyéndose para tiempos más difíciles.
0:12:39 En estas tensiones periodísticas me he tocado hacer confundir algún momento la palabra tesor.
0:12:45 Mejor yo voy a la palabra tesor y voy a ver la palabra barba negra, una espirata.
0:12:49 Siempre hay algunas islas vigiles donde nunca hubo un tesoro de barba negra.
0:12:52 Si él folle todo, pero hay una...
0:12:54 Pensé un té porque se hundió por ahí.
0:12:56 Y recordí varios lugares y en general son islas de no tesoros.
0:13:00 Son islas que dicen, bueno, aquí estuvo Francis Rea y barba negra, Jean Lafitte.
0:13:05 Mal hubieran hecho enterrar justo en un lugar donde salió un pilote y entraba otro.
0:13:13 Y como poner corderos en la isla de los locos.
0:13:17 Bueno, exactamente.
0:13:18 Que no le pasó a los aztecas, por ejemplo.
0:13:20 Estaba pensando que el tipo que está habido de riquezas en general no se contenta con dejarlas esperando.
0:13:26 Los hombres de Cortés en aquella noche triste que se habían enfrentado a Moctezuma se...
0:13:36 Y se miran los aztecas como se ponen en Zarecas cuando no nos ven a los dos.
0:13:40 Pero se pusieron, se guardaron ese tesoro que estaba allí para nada.
0:13:43 Y se hundieron en las aguas y se murieron.
0:13:46 Casos semejantes a los que usted narraba recién.
0:13:49 Nuestro querido amigo Edmundo de Antés, el conde de Montecristo,
0:13:52 que recibe el relato de un tesoro.
0:13:54 Y ahí se da otra vez este asunto.
0:13:56 Ahora, un tipo preso y que no va a ser nunca dueño de aquello que enterró,
0:14:00 es tan generoso como para dárselo a otro.
0:14:02 Un desconcierto en la condición humana, Alejandro.
0:14:04 Lo que se me ocurre en realidad es que el pozo funcionaría como un banco.
0:14:08 Los piratas no tenían ideas de banco.
0:14:10 Entonces tampoco tenían ideas de pozo.
0:14:12 Creo que el tesoro nace de la pretensión, de la humanidad,
0:14:16 de... primero, cierta inmortalidad y cierto futuro en el cual aquello que lo está acosando en ese momento
0:14:22 no va a estar, por ejemplo, la policía.
0:14:24 Esto es demasiada confianza en el futuro.
0:14:27 Eso es muy animal.
0:14:29 Los animales tienen esa que...
0:14:30 Por eso, justamente, por eso los animales,
0:14:32 calientes de toda noción del tiempo encierran su hueso,
0:14:35 solo la porquería que se les ocurre.
0:14:37 En cuanto a esto de la búsqueda del tesoro,
0:14:39 esto que decía Montaing, que la búsqueda, etcétera,
0:14:42 hay dos opciones.
0:14:43 Uno está en la esquina, como decía usted.
0:14:45 Y ese es el tipo decidioso, el fíjense a quien va a buscarlo ahí.
0:14:48 Pero qué quiere decir del otro, que se va a la Santipoda,
0:14:51 así en la ciudad de Yangai.
0:14:52 Ahí va caminando, bueno, se consigue un ricio,
0:14:54 vuelve 10 años después y descubre que el tesoro estaba en la esquina.
0:14:58 Muchos cuentos son así.
0:14:59 Sí, casi todos los de Pablo Coelho.
0:15:02 Pablo Coelho, exactamente.
0:15:03 Y ahí le da ganas de asesinar a Pablo Coelho por segunda vez,
0:15:06 no solo por la literatura, sino porque se va a decir
0:15:08 para quién le fui a Santai.
0:15:09 No aprendí nada del medio.
0:15:11 Pero finalmente creo que la cuestión tiene que ver,
0:15:15 justamente con saber qué va a ser uno con el tesoro.
0:15:18 No vas poco a buscar un tesoro y eventualmente encontrarlo.
0:15:21 Enterrarlo, por supuesto.
0:15:22 Enterrarlo.
0:15:23 Eso es media.
0:15:24 ¿Para qué sueño yo con encontrar un tesoro?
0:15:27 Sino para enterrarlo.
0:15:29 Porque pretendían que uno tiene una idea correcta del futuro,
0:15:32 una idea correcta, por ejemplo,
0:15:34 del valor de la porquería que haya enterrado el día de mañana,
0:15:36 se parece a las historias que ocurren con el avión del correo que se cae, por ejemplo,
0:15:41 porque todo en el hombre está marcado por algo que es superior a él
0:15:46 y que no es ni el poder, ni una otra cosa que no sea el tiempo.
0:15:49 Entonces, así como en esas historias que le decía el correo perdido,
0:15:53 un tesoro enterrado sin saber en qué va a ser usado
0:15:56 y sin saber si uno siquiera lo va a encontrar,
0:15:58 es igual que aquello que fue la promesa de un gran amor,
0:16:01 por ejemplo, cuando alguien escribió una misiva amorosa,
0:16:03 y que al cabo de los años no es otra cosa que un montón de cartas viejas.
0:16:08 Cartas viejas, como los mapas de los tesoros.
0:16:11 Los mapas de los tesoros son cartas viejas.
0:16:13 Pero sirven.
0:16:14 Y en ese sentido, Karina Beorlegi ha cantado este tango que vamos a escuchar ahora.
0:16:18 Cartas viejas.
0:16:23 Cartas viejas, aventuras del pasado.
0:16:33 Ven pasado que ya nunca volverá.
0:16:38 Me pregunto para qué las he guardado.
0:16:43 Para qué si va a tener esa recordar.
0:16:47 Inusiones que no dieron la fregancia.
0:16:51 Que llenaba el corazón primaveral.
0:16:56 De la lumia que tuvimos en la infancia.
0:17:00 De la única que no nos hizo mal.
0:17:04 Cartas viejas.
0:17:07 Nadie sabe las historias.
0:17:10 Y aquí dentro hay encerrada que jamás renacerá.
0:17:16 De mujeres que eran buenas.
0:17:18 De mujeres que eran malas.
0:17:20 Y que nunca pude amar.
0:17:23 Cartas viejas.
0:17:26 Cómo tu amor entre mis manos.
0:17:29 Cuánto beso, cuántas citas que ya nunca volverán.
0:17:35 Sin embargo, de la ingrata que amé tanto.
0:17:38 Ni una carta que me pueda consolar.
0:17:46 Esta carta dice angustia que pasaron.
0:17:50 Esta otra de un amor que regresó.
0:17:55 Grandes ojos que rieron y soraron.
0:17:59 Todo dice de esta carta que pasaron.
0:18:03 Ya en mi ocaso con la sien encanecida.
0:18:07 Quiero ver en una obera tanto amor.
0:18:12 Que es un sama de igual dodo que en la vida.
0:18:16 Me acompañe hoy que ha muerto el corazón.
0:18:24 Nadie sabe las historias.
0:18:26 Y aquí dentro hay encerrada que jamás renacerá.
0:18:32 De mujeres que eran buenas.
0:18:35 De mujeres que eran malas.
0:18:37 Y que nunca pude amar.
0:18:43 Cómo tu amor entre mis manos.
0:18:46 Cuánto beso, cuántas citas que ya nunca volverán.
0:18:51 Sin embargo, de la ingrata que amé tanto.
0:18:55 Ni una carta que me pueda consolar.
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