Transcripción automática
0:00:00 Veneno en Roma. Venenos en Roma.
0:00:05 Se refiere a los envenenamientos que fueron muy frecuentes en Roma en tiempos del imperio.
0:00:11 Algunos historiadores dicen incluso que eran muchos más frecuentes,
0:00:18 las muertes por envenenamiento que los asesinatos comunes.
0:00:24 Por ejemplo, mandar un esbirro a que lo acuchillara uno no era tan frecuente como en envenenamiento.
0:00:29 En el año 328 a.C. también antes del imperio en la República,
0:00:34 se dio un suceso conocido como la conspiración de las damas,
0:00:39 en aquel año murieron en Roma unos 20 ciudadanos de entre los más ilustres y distinguidos,
0:00:47 cónsules, pretores, llenadores y otros macanudos.
0:00:52 Todos presentaban los mismos síntomas,
0:00:55 los médicos estaban desorientados, pero síntomas no,
0:01:01 ya que los muertos no presentan ningún síntoma,
0:01:04 pero presentaban indicios de haber muerto en forma parecida.
0:01:09 Los médicos estaban desorientados, pero nadie dudaba de que se trataba de una peste.
0:01:15 Vino a suceder, sin embargo, que una esclava se presentó ante el jefe de la guardia, Fabio Máximo,
0:01:23 y le ofreció revelar el secreto de la epidemia a cambio de protección.
0:01:28 Si ustedes me protegen, yo les voy a decir cómo es el asunto aquí.
0:01:32 Bueno, Fabio le dijo, yo le dije, soy yo,
0:01:35 y la chica contó con detalle cómo las más distinguidas señoras romanas
0:01:40 eliminaban a sus esposos por medio de venenos.
0:01:44 Y efectivamente la guardia pudo sorprender a unas 10 mujeres
0:01:50 que estaban cocinando con veneno,
0:01:53 ¿Qué mala onda?
0:01:54 que verdaderamente,
0:01:56 enseguida dijo Fabio Máximo,
0:02:00 y que tenían los tarros de veneno ocultos,
0:02:05 no es que tenían la cocina y decía,
0:02:07 la calabra con el balzo por otro, veneno,
0:02:11 no, los tenían bien encanutados abajo del monstra.
0:02:15 Bien, fueron conducidas al foro para tratar el asunto ante el pueblo.
0:02:25 Muy bien, dos de ellas, Cornelia y Sergio,
0:02:29 sostuvieron en su defensa que los gremajes encontrados eran en verdad
0:02:33 unas medicinas saludables.
0:02:36 Entonces para controlarlo,
0:02:38 los magistrados les obligaron a tomárselo,
0:02:42 se lo bebieron y tanto Cornelia como Sergio murieron en el acto.
0:02:48 Las otras mujeres enseguida denunciaron a quienes le habían enseñado
0:02:53 a preparar los venenos.
0:02:55 Finalmente fueron condenadas 170 mujeres,
0:02:58 nunca pudieron comprenderse bien las razones de esta confabulación.
0:03:04 Algunos historiadores encontraron algo así como reivindicaciones femeninas
0:03:10 y espirituales.
0:03:12 Otros han dicho que fueron víctimas de vendedores de pimientos peligrosos,
0:03:17 recomendados para asegurar el amor de sus esposos.
0:03:21 Los historiadores antiguos han dicho que se trató de una maldición divina
0:03:26 que cayó sobre aquellos patricios por la perfidia de sus prácticas.
0:03:32 Y esto es lo que me empieza a gustar más por ser más científico.
0:03:38 Los dioses se enojaron porque los patricios de aquel entonces
0:03:44 acometían prácticas perfidas.
0:03:47 ¿Cómo cuáles?
0:03:49 Como por ejemplo...
0:03:53 ¿Y otra?
0:03:55 ...tocamientos imprudentes en los amontonamientos,
0:04:04 sexo a la luz de la vela...
0:04:07 ...y ahí le mandaron la maldición para que fueran todos.
0:04:10 Y los dioses se enojaron, no puede ser esta degeneración,
0:04:13 y los maldijeron y se murieron todos.
0:04:16 Eso tiene más sentido.
0:04:21 Bien, continuo.
0:04:23 Siglos más tardes, algunos usaron también venenos,
0:04:27 pero tuvieron poca paciencia.
0:04:29 Por ejemplo, cuando el emperador Tiberius tenía 78 años,
0:04:32 se enfermó.
0:04:34 Él había designado como sucesor al joven Calibra.
0:04:38 Pero Tiberius no se moría.
0:04:41 Digo cómo es la cosa, ¿no?
0:04:43 Al te designan sucesor, yo no es yo.
0:04:45 ¿Cuándo arranco, maestro?
0:04:47 La bien.
0:04:49 No te vas a morir enseguida, pero por lo menos ya que me designaste sucesor,
0:04:52 tener la delicadeza de no eternizarte, loco.
0:04:56 Terminó la vuelta, prontito por la salida, andas ya agarrando las cosas
0:05:00 y morite, pero en diáctaro no se moría.
0:05:03 Y Caligula quiso apurar su muerte.
0:05:06 Le dio un veneno.
0:05:08 Mal.
0:05:09 Resultó demasiado.
0:05:11 Le dio demasiado veneno, obviamente.
0:05:13 Entonces eso es peor.
0:05:15 Caligula entonces se impacientó.
0:05:17 Para determinar con el asunto, como todos sabemos,
0:05:20 lo que hace un día, que estaba polvindando,
0:05:22 le tapó la cabeza con un almohadero líquido.
0:05:25 ¡Pero asistimos directamente!
0:05:27 ¡Qué mal el sesor!
0:05:29 Y después, ¡voy mal!
0:05:32 Y esto es mucho peor.
0:05:34 Después de matarlo, pronunció sobre el cadáver de Tiberio un elogio fúnebre.
0:05:39 Apollándose en la misma almohada.
0:05:43 En verdad a Caligula le gustaban mucho los venenos y los coleccionaban.
0:05:48 Probaban las distintas clases de veneno en las personas para ver si funcionaban.
0:05:53 Tener una colección de veneno para no usarlo nunca.
0:05:56 Es un desperdicio.
0:05:58 En la reunidad un gladiador llamado Columbiano, que tal,
0:06:02 ganó un duelo pero quedó con una herida abierta.
0:06:05 Caligula se ofreció a curarlo y probó en herida un veneno nuevo que le habían traído.
0:06:11 El gladiador murió al instante.
0:06:13 ¡No, que mal! ¿No lo curó?
0:06:15 No, pero su nombre sobrevivió porque aquel veneno se usó por siglos
0:06:20 y se llamó el veneno columbiano.
0:06:23 Entonces, por lo menos no murió en vano.
0:06:28 Una famosa envenenadora romana fue Locusta,
0:06:32 que practicó o participó en el famoso envenenamiento del emperador Claudio,
0:06:37 que fue el sucesor de Caligula.
0:06:40 Era el tío de Caligula y sin embargo lo sucedió.
0:06:43 Claudio, después de la muerte de Mesalina, su mujer, su tercera esposa, en verdad,
0:06:47 se casó con Agrippina.
0:06:49 Agrippina se ha tenido un hijo, Dometius, que después usó el nombre de Nero.
0:06:55 Claudio se repintió de aquel casorio y también de haber adoptado al hijo de Agrippina, llamado Nero.
0:07:01 Pero Agrippina, dándose cuenta de que el tipo estaba repentino,
0:07:07 le encargó a Locusta preparar un veneno para envenenarlo a Claudio.
0:07:12 Se lo pusieron en un plato de hongos, un plato de cetas.
0:07:16 Pero el tóxico no tuvo buen efecto.
0:07:19 Y Claudio, después de un samburrio de padre y señor bien, empezó a mejorar.
0:07:24 Entonces Agrippina le ordenó a su médico, Genofonte, que terminara con Claudio,
0:07:30 de lo matar a alguien a vez.
0:07:32 Y el médico hizo que Claudio provocara sus bómitos,
0:07:37 cosa que era muy frecuente, siempre fue muy frecuente, por eso.
0:07:41 Y usaban unas plumas provocadoras de bómitos buenas tardes,
0:07:45 te las vendían, te metían la pluma en la garganta, te daban las cascobes y bómitaban.
0:07:50 Y la pluma estaba envenenada, con un veneno mucho más drástico que lo usado por la mujer de Claudio.
0:07:57 Cuando Claudio fue tocado por aquella pluma, cayó redondo, sin más trámite y despicho.
0:08:04 Así el hijo de Agrippina Nero se apoderó del trono imperial.
0:08:10 Más interesante aún es la participación de Locusta en la muerte del hijo de Claudio, británico.
0:08:18 Británico era bueno, era una amenaza para el trono de Nero, etc.
0:08:24 Era más lindo, más noble, total como lo mataron, y cantaba mejor para eso.
0:08:30 Locusta le proporcionó a Nero un brevaje cuyo efecto defraudó,
0:08:36 porque no produjo más que los resultados de un purgante.
0:08:40 No hubo que mal.
0:08:41 Así que Nero castigó a Locusta y la obligó a preparar en su presencia el veneno más activo que se pudiera conseguir.
0:08:51 Y seguir un veneno este que Locusta lo ensayó en un cabrito que sobrevivió al veneno unas cinco horas.
0:09:01 Entonces hizo concentrar todavía más el veneno, se lo dio un chancho y el chancho murió en el alto.
0:09:08 Entonces en Nero, ya sabía que la vianda de británico era probada por un esclavo.
0:09:14 Yo como era antes que todos teníamos un esclavo, dice, probame este turrón.
0:09:20 Por seguridad hizo traer a británico la comida sin veneno, pero muy caliente.
0:09:26 Entonces el probador la probó, se quemó, pero no murió.
0:09:30 Británico también se quemó y se enojo.
0:09:34 El chaval esclavo y pidió que templaran su comida con agua fría.
0:09:38 Y ahí le puso el veneno.
0:09:42 Y británico cayó muerto bajo la mesa.
0:09:44 Mejor dicho, habrá caído, después habrá arrastrado bajo la mesa, porque caer bajo la mesa difícil.
0:09:50 Dijeron que era víctima de un ataque de epilepsia, pero nadie lo creyó.
0:09:54 Porque esto dejaron para mí que lo embenenaron.
0:09:58 De todos modos, a mí el que más me gusta, la historia que más me gusta no está aquí.
0:10:04 Es la historia de Mitridate, un rey al quien...
0:10:10 Aquí en el oráculo le dijo que por ahí lo iban a embenenar, que tuviera cuidado con los venenos.
0:10:14 Entonces, desde chico se adiestró ir probando todas las clases de venenos para acostumbrar su cuerpo a tales drogas y sobrevividas.
0:10:30 Pero años se estuvo, ¿eh?
0:10:32 Se asinmune a todos los venenos, a todos los conocidos.
0:10:36 Y lo agarraron un día, estaba en el baño y lo liquidaron.
0:10:43 Para una cabeza.
0:10:45 Este veneno, para este no tenés remedio.
0:10:49 Para este no, con un jogur por ahí, se moría.
0:10:52 Habrá pensado, mientras subió un día, que la muerte no siempre llega por la misma puerta.
0:10:59 Un pensamiento tardío.
0:11:02 Bien, hemos sido...
0:11:05 No hay disco, ¿verdad?
0:11:07 No hay disco, teca, no hay disco.
0:11:09 No hay disco de veneno.
0:11:10 No hay nada, porque todos disimulan cuando hay venenamiento.
0:11:17 Yo he conocido en mi barrio, mucha gente se moría.
0:11:20 Para mí, envenenada y todo, o sea, no, comieron, se intoxicaron, decía.
0:11:25 Para mí la mujer los mataba.
0:11:28 ¿Cómo va a matar una mujer al marido que la tiene podrida?
0:11:32 ¿De un hachazo?
0:11:33 No, muchos cándalos.
0:11:36 Y chale, que se yo, detén la sopa y no croba más al tiempo.
0:11:42 Se sintió mal, me calló pesada.
0:11:45 Me llamo, no me llamo, que sintió mal, que yo no creo que hay un malo sopo.
0:11:48 Se descompuso.
0:11:49 Y la tipa le metió, no sabe qué me sale.
0:11:53 ¿O en el café no?
0:11:55 No, en el café no.
0:11:58 No, no puede ser en el café también, pero me parece que mejor en la pizza.
0:12:03 Porque en un tiempo la gente que comía pizza y tomaba helado se intoxicaba.
0:12:09 Era muy frecuente, porque estaban todas las cosas en mal estado.
0:12:12 Era una época muy sucia, ¿no?
0:12:14 Y les pido.
0:12:15 Especialmente si uno vivía en el gran Buenos Aires, si, si caían las cosas al piso y la gente la juntaba y la comía.
0:12:20 Entonces por ahí habían estado viviendo.
0:12:22 No existe ando, no se le ponen a rata y te morías ahí mismo.
0:12:25 No había nada, no hay que ir a otra casa.
0:12:27 ¿O esos carritos que hayan acostado a la ruta, por ahí el camino de cintura, donde...
0:12:33 Venden choripán, donde venden sequestras.
0:12:35 Ah, ahí, en eso, sí, que se caían al piso también y lo agarraban del piso.
0:12:41 A mí me contó un médico que cuando algo se caía al piso y lo agarraste, lo comiste, morí.
0:12:46 Bueno, depende de qué piso.
0:12:47 Millones de bacterias se suben.
0:12:48 Ah, y en el piso usted no sabe, me dijo del médico, mientras se rascaba contra una puerta.
0:12:54 Y se la millonada de bacterias que hay, dice en el piso, y cada vez más dice el tipo, ya le lloraba un ojo.
0:13:01 ¿Y el discotecario que le dio entonces?
0:13:04 El discotecario, viendo que era tarde, me dio más rápido que lejero el último café,
0:13:09 haciendo ese eco de la sugestión suya de veneral marido mediante gamaxane en el café.
0:13:15 Así que escucharemos el último café de y por Héctor Estampone, un amigo de este programa.
0:14:54 Y ya sabéis, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el día de hoy, el
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