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28 de Abril de 2011

Algunos verdugos célebres

Transcripción automática

0:00:00 Bien, vamos a hablar tal como hemos prometido y algunos verdugos célebres.
0:00:07 Empecemos por el antiguo Egipto.
0:00:10 Allí las ejecuciones solían ser muy crueles.
0:00:16 Muchas veces el condenado era despidazado por el verdugo.
0:00:22 También había, para los culpables, el suplicio de Maat.
0:00:26 Se cenaba un recipiente de barrococido con estopa empapada en Alquitrán.
0:00:33 Se lo metía allí con ropa también empapada en Alquitrán y luego le prendía un fuego.
0:00:41 Crudellísimo.
0:00:43 Otro castigo terrible, pero en otro lugar, era el que se aplicaba entre los hebreos a las mujeres.
0:00:51 A las mujeres indiscretas.
0:00:54 Parece que se las encerraba en una bolsa y se las arrojaba al agua con una gran piedra.
0:01:02 En la legislación hebrea existía también la lapidación donde todos arrojaban piedras.
0:01:08 La lapidación se realizaba fuera de las murallas de la ciudad y el que arrojaba la primera piedra era el denunciante mismo.
0:01:18 Y una pena también, había pena de muerte, sobre todo para los delitos contra la cosa pública.
0:01:25 Antes de la ejecución tenían por costumbre arrasar la casa del culpable, el sentenciado.
0:01:35 Hasta tal punto no debían quedar rastros del criminal que antes de llevar la víctima al sitio de ejecución se borraba su nombre del cuadro de Ciudadanos.
0:01:46 Y este paso previo constituye también un recurso legal para que la infamia no recaliera sobre su familia.
0:01:53 Bueno, pero le hicieron sonar la casa.
0:01:56 Las penas principales en Atenas eran decapitación por medio de espadas o lapidación.
0:02:06 Los magistrados que habían conseguido las evidencias estaban obligados a arrojar la primera piedra, en el caso de la lapidación,
0:02:19 como prueba de la sinceridad de su acusación.
0:02:22 El juez en persona era quien era el verdugo.
0:02:26 A veces usaban veneno, como en el caso de Sócrates que fue obligado a beber cicuta.
0:02:33 Y existía también el apaleamiento del culpable hasta que moría y también el abismo, una fosa profunda, donde arrojaban a las víctimas.
0:02:45 La manera de pronunciarse los fallos en casos penales fue variando desde luego, según las épocas.
0:02:53 Muchas veces estoy refiriendo a Atenas.
0:02:57 En un principio cada juez tomaba una pequeña piedra y la depositaba silenciosamente y de modo secreto, en una de dos urnas depositadas en la asamblea.
0:03:09 La urna de la muerte o la de la misericordia.
0:03:13 Votosecreto, iban todos, metían una piedrita y después contaban las piedras, del modo que ustedes ya están previendo.
0:03:22 Este sistema de votar ofrecía garantía de seguridad.
0:03:26 Pero durante la época de los 30 tiranos se cambió esta metodología y se decidió que los jueces depositaran a la vista del público sus votos.
0:03:40 Voto cantado.
0:03:42 Entonces en realidad cambiaron las piedras por unas fichas de Nácar que se entregaban a los miembros del tribunal en momento de entrar en sesión.
0:03:52 Más tarde fueron piezas de metal llamadas póndilos, de las cuales las que significaban condena eran negros y agujereados en el medio y los otros eran blancos y enteros.
0:04:07 Antes de proceder al voto le preguntaban al juzgado, al sentenciado, o mejor dicho al culpable de un delito, qué castigo pensaba él que merecía.
0:04:23 Solía ocurrir que si el acusado decía que merecía un castigo muy duro, el tribunal se mostraba indulgente.
0:04:32 Recordemos lo que pasó con Sócrates que ante esta pregunta respondió que tenían que ponerle una casa y mantenerlo hasta que muy era.
0:04:44 En tiempos medievales recordemos también que estas piezas de Nácar eran por ahí mejillones, que decidían la suerte del que estaba juzgado.
0:05:06 Cuando se votaba un destierro se votaba también con estas ostras y por eso todavía hoy se conoce el destierro con el nombre de Ostrasismo.
0:05:23 En tiempos medievales la mayoría de las ejecuciones en París o gestadas en París verificaban en un lugar vecino llamado Montpuaçon,
0:05:35 y los acusados se dirigían al lugar del suplicio a pie. Sin embargo en el camino se detenían en un convento y ahí había una mesa con pan y vino para que los sentenciados disfrutaran de su última comida.
0:06:00 En el que allí en Montpuaçon había un tablado con 60 orcas. Desde los tiempos de San Luis, Luis Noveno, y hasta la Revolución Francesa los verdugos de París trabajaban en la famosa picota de los mercados.
0:06:16 Allí eran expuestos los comerciantes de sonetos que vendían sus productos con pesos falsos o ponían flores de caléndula a la manteca para hacer la masa amarilla.
0:06:26 Alrededor de la picota la multitud se burlaba de los condenados y les arrojaba inmundicia.
0:06:36 Las condenas a la picota eran a veces tan prolongadas que los atrapados allí morían de hambre.
0:06:47 Allí en la picota de los mercados un señor Bouvain había propuesto a Luis XIV la creación de un impuesto proporcional a la fuerza de cada uno, al poder de cada uno.
0:07:04 Aplicar un impuesto equitativo a la tierra y a las artes o oficios en relación con la ganancia.
0:07:10 Miren la idea que tengo Luis. Aplicamos un impuesto en relación con la ganancia de cada uno.
0:07:17 El rey tomó muy mal aquel proyecto y un libro que había escrito Bouvain fue condenado a la exposición en la picota de los mercados.
0:07:27 Pusieron al libro en la picota y el pobre Bouvain murió de pena.
0:07:32 Había en el antiguo régimen en Francia un ejecutor por cada distrito.
0:07:40 Las provincias del este tenían incluso un verdugo por pueblo.
0:07:44 El 10 de junio de 1793 la convención ordenó a todos los verdugos que fueron distribuidos en el territorio de la República que aprendieran a usar una nueva máquina de bazar.
0:08:01 El decreto provocó entre los verdugos un verdadero pánico y hay en los archivos nacionales de Francia muchísimas cartas de verdugos que jamás habían tenido que ejecutar a nadie
0:08:18 y que se excusaban de aprender a usar la guillotina alegando incapacidad.
0:08:24 Entonces no quedó en Francia más que un grupo de verdugos.
0:08:28 Había una familia, la familia Jean-San, que había entrado en la historia de ejecutores en 1668.
0:08:37 Bajo el Reina de 2014 Jean-San era oficial.
0:08:42 Tuve un accidente y entonces fue trasladado a su casa y fue atendido y cuidado por una muchacha.
0:08:52 En realidad lo llevaron a una casa que no era la de él, la casa de un vecino.
0:08:59 Fue atendido y cuidado por una familia, la familia tenía una hija que se llamaba Margarita y Jean-San se enamoró.
0:09:07 Bueno, se hicieron amantes, como es cuando uno lo vieren y lo lleva en una casa de vecindad.
0:09:14 Que lo cure Margarita.
0:09:16 Y lo cura Margarita y uno se enamora de Margarita.
0:09:18 Y se asesó a Amante.
0:09:19 Una vez curado Jean-San dejó la casa, pero continuó viendo a Margarita.
0:09:26 Pero lo hacía cuando el padre de Margarita se iba de viaje.
0:09:30 Mire, qué sonso Jean-San.
0:09:32 Y este hombre misterioso, el padre de Margarita, cada tanto viajaba, unos viajes que no se sabía dónde eran,
0:09:41 pero a este muchacho Jean-San que le importaba.
0:09:44 Exacto, tal vez que no estés.
0:09:45 Bueno, además era curioso porque nadie sabía cómo se llamaba en realidad el padre de Margarita.
0:09:52 Se negaba a dar su nombre, incluso a precisar el carácter de sus ocupaciones, o a explicar por qué viajaba tanto.
0:10:00 Un día el oficial Jean-San atravesaba una plaza y vio al padre de Margarita decapitando a un señor.
0:10:09 Era verdugo.
0:10:11 Ah, justo.
0:10:15 Su nombre real era Pedro Jean.
0:10:19 Jean quiso romper la relación. Imagínense cómo va a andar uno con la hija de un verdugo.
0:10:26 Sobretodo porque ella empezó a cantar.
0:10:28 Todo bien con vos, ¿viste Margarita? Pero tu papá...
0:10:30 Me da no sé qué, mirá si...
0:10:34 Todo tiene un límite.
0:10:36 Sí, se me pone la piel de gallina Margarita.
0:10:38 Sí, pero también quién se atreve a romper la relación de la hija de un verdugo.
0:10:42 Bueno, pero estaba muy enamorado y entonces decidió no romper la relación y casarse con Margarita.
0:10:50 Pero debió dejar su rango militar, recordemos que era capitán Jean-San, porque las autoridades militares estigmatizaban a quien se fuera a casar con el familiar de un verdugo.
0:11:06 Cuando se enteraron que se iba a casar con la hija de un verdugo lo echaron del ejército.
0:11:10 Una noche, Jean-San le propuso a Margarita huir directamente.
0:11:17 Pero era tarde, ya el padre se había enterado de la conducta de su hija y justo entró en la habitación cuando los amantes estaban juntos por no decir otra cosa.
0:11:28 El padre exigió inmediatamente una reparación.
0:11:32 Y bueno, ¿de qué sentido le habrá dicho el vestido?
0:11:39 Que rompimos.
0:11:41 Sí, vala.
0:11:43 Dijo, ningún hombre se casará con mi hija, a menos que sea verdugo él también.
0:11:49 Esto dijo Pedro Jean.
0:11:51 Y dice, vos habéis deshonrado a Margarita, o la desposáis y te conviertas en mi ayudante y sucesor, o bien yo mataría a mi hija.
0:12:02 Si la virginidad es el único bien que la hija de un verdugo puede aportar a su esposo.
0:12:10 Parece como que fuera a seguir, pero no sí.
0:12:13 Jean-San no tuvo más remedio que aceptar, imagínense.
0:12:17 El maldipo tenía un hacha en la mano.
0:12:21 La primera vez que debió ayudar a su suegro cayó desmayado, pero después se acostumbró, obvio, como él.
0:12:29 Y así toda la familia y también los hijos y nietos que vinieron se dedicaron a ser verdugos.
0:12:37 Todos verduguitos.
0:12:39 Poco a poco la línea de aquella familia se reprodujo en todos los distritos de Francia.
0:12:45 Carlos Juan Bautista, que era nieto del primero verdugo, reunía una vez por año a sus primos y sobrinos, todos verdugos.
0:12:53 Hacían una gran mesa, si hacían llamar por sus criados, por el nombre de la ciudad donde ejercía.
0:12:59 Señor de París, señor de Lyon, que es eso.
0:13:02 El más célebre señor de París fue Carlos Sanrique, que en 1788 estaba a punto de justiciar a un niato en la rueda,
0:13:11 pero una sublevación impidió el castigo y la rueda fue detenida.
0:13:16 Luis XVI, asustado, ordenó que se suprimiera el castigo de la rueda.
0:13:21 El condenado tenía derecho a reclamar la muerte por medio de la espada o el hacha.
0:13:26 Fue este Carlos Sanrique, el mismo que años más tarde, debió ejecutar nada menos que al rey y a María Alcorrieta.
0:13:36 Así que eso es todo lo que tengo que decir acerca de esta familia.
0:13:46 Esta familia de verdugos, qué cosa.
0:13:49 Curioso, eso es verdad.
0:13:51 Verdugo viene además de esas ramas verdes del árbol que se arranca y sirven para castigar.
0:13:56 Viene de verduguear también y todo eso, pero se hace difícil, eso es, que va a estar arriba, dedicar esto a alguien del gremio.
0:14:03 Se ha dicho que hubo algunos verdugos que se especializaron sobre todo en la Inglaterra del siglo XVII,
0:14:09 allí donde una mañana de 1649 Carlos I, estuardo, el rey caballero, perdió la cabeza.
0:14:16 Sonriendo.
0:14:18 Sonriendo lo había hecho tantas veces.
0:14:20 Y dicen que le dio a la espada, con lo que se lo iba a decapitar, un golpe con una bala de mimbre,
0:14:25 diciéndole, espero que seas tan gentil y rápida como soy yo saludándote.
0:14:29 Efectivamente, rodó la cabeza del...
0:14:30 Pero del verdugo no se conservó de todas maneras, ni el nombre, ni el honor ni nada.
0:14:35 Le da la impresión a Alejandro que es mejor quizás pensar una dedicatoria para aquellos que han enfrentado los ojos ocultos,
0:14:42 siempre por una máscara, una antifaso, una capucha del verdugo,
0:14:46 aquellos hombres que supieron enfrentar la muerte con dignidad y que en general fueron víctimas de cierto tipo de complots.
0:14:52 No Carlos I, pero sí pienso en nuestro Manuel Dorrego, en nuestro general Valle, en tantos otros,
0:14:57 sabiendo que para ellos había un minuto, un minuto de esos obras, que el que significa el traspaso de un mundo al otro,
0:15:04 pero en cambio, al tipo que tenían en frente, no esperaba un infierno en el que se iba a coser seguramente a fuego lento.
0:15:10 Y a fuego lento es un tango que ponemos cada vez que la cosa se pone pesada
0:15:14 y lo escucharemos en la versión de Horacio Salgan y Hugo Aldo de Lío. Adelante.
0:15:27 La música es muy importante, porque es un poco más importante que la música.
0:15:33 La música es muy importante, porque es un poco más importante que la música.
0:15:38 Y la música es muy importante, porque es un poco más importante que la música.
0:15:43 Y la música es muy importante, porque es un poco más importante que la música.
0:15:48 Y la música es muy importante, porque es un poco más importante que la música.
0:15:52 La música es muy importante, porque es un poco más importante que la música.
0:17:52 ¡Gol!

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