Transcripción automática
0:00:00 En el ex Mart, aquí mismo, hablaremos de El Abate Marciena en Francia.
0:00:24 de la literatura de la literatura
0:00:27 española, uno de los más
0:00:30 desconocidos y sin duda de los
0:00:34 que más controversias se
0:00:37 han hecho en el siglo XIX,
0:00:40 en el siglo XIX, en el siglo XIX,
0:00:44 en el siglo XIX, en el siglo XIX,
0:00:48 en el siglo XIX, en el siglo XIX,
0:00:52 de los que más controversias han causado.
0:00:55 Y la bate, ciertamente, no fue
0:00:57 a bate ni clérico, ni clérico
0:01:00 tampoco, ni diácono, ni nada, en
0:01:03 realidad. Se definía como revolucionario,
0:01:07 irondino, humanista, pequeño, feo,
0:01:11 almardiente y enérgica, estudiante
0:01:13 perdulario, medio loco, amante
0:01:16 excepcional y exaltado. La célebre
0:01:21 Madame d'Estel lo describía como
0:01:25 una falta de ortografía de la naturalidad.
0:01:28 Y Satovian lo consideraba un sabio
0:01:34 inmundo y un aborto lleno de ingenio.
0:01:38 Parece muy simpática.
0:01:42 El médico y pensador humanista
0:01:45 y amigo, a quien tengo que consultar,
0:01:49 por cierto, amigo de este programa,
0:01:52 Gregorio Maranion, considera que la figura
0:01:56 de, lo consideraba en vida, que la figura
0:01:59 de Marchena corresponde a cierta especie
0:02:03 de enanos en los cuales la exigüidad
0:02:06 de la Tália tiene otras compensaciones
0:02:09 anatómicas que les permiten extrañas
0:02:12 victorias en la ley Amorosa.
0:02:18 El título de heterodoxo se lo dio
0:02:22 Don Marcelino Mernende Sipelallo, uno de
0:02:25 sus primeros biógrafos y el responsable
0:02:28 de la imagen estereotipada que se tiene
0:02:31 de este personaje. Vivió la época crítica
0:02:34 de España en la que los intelectuales
0:02:37 se decantaban o se dividían.
0:02:39 Perdón, voy a venir esta copa de
0:02:41 champagne a la salud de todos ustedes.
0:02:46 Buen fin de cuantricito, ahí está.
0:02:52 Por tus ojos, Mabel, Alicia, por tu boca,
0:02:56 por la vida que pasa, por la gloria
0:02:59 que es loca, por el amor que ríe,
0:03:02 por vosotros, salud.
0:03:05 Bien, continuo.
0:03:12 Digo que en la época de este hombre
0:03:16 los intelectuales se dividían en España
0:03:20 entre enferborizados españoles o
0:03:23 afrancesados que padecían el desprecio
0:03:27 de sus compatriotas y eran perseguidos
0:03:30 bajo la acusación de traidores a la patria.
0:03:34 Ante esta disuntiva, este hombre se
0:03:37 declaró en favor de las corrientes de
0:03:39 libertad que venían de Francia por
0:03:42 considerar que este era el país más
0:03:44 civilizado de Europa y el que finalmente
0:03:47 iba a instaurar un gobierno del pueblo
0:03:50 que acabara por fin con el indeseable
0:03:53 antiguo resto de la vida.
0:03:56 Estamos en los momentos previos
0:03:59 de la Revolución Francesa.
0:04:02 El Abate Marchena consideraba en su juventud
0:04:05 que el pueblo podría ser el mejor de los amos.
0:04:08 En España sufrió la persecución
0:04:11 del Santo oficio, según el expediente
0:04:14 inquisitorial abierto a Marchena,
0:04:17 se lo acusaba de papel y lápiz, por favor.
0:04:20 Propagar ideas no acudió a la gente,
0:04:23 y por favor, propagar ideas no acorde
0:04:26 con la moral establecida.
0:04:29 Supuesta participación en una trama
0:04:33 republicana y finalmente
0:04:36 tener libros prohibidos.
0:04:39 En Madrid publicó un periódico para
0:04:42 expresar sus ideas libertarias y hacer
0:04:45 la crítica a la intolerancia y el
0:04:47 despotismo. Se llamaba el observador.
0:04:51 Conseguió sacar seis números y no son pocos
0:04:54 si tenemos en cuenta la osadía de sus proposiciones.
0:04:58 En sus editoriales se declaraba
0:05:01 independiente del lujo y del favor
0:05:04 de los poderosos y criticaba las
0:05:07 costumbres de los españoles.
0:05:09 Dictaminaba sobre el amor y los afectos
0:05:12 y concluía que la razón última de todo
0:05:15 sentimiento era la búsqueda del placer
0:05:18 y la satisfacción personal.
0:05:20 ¿Qué le dije esta mañana?
0:05:22 Exactamente esas palabras personal.
0:05:25 Marchena satiriza la intolerancia religiosa
0:05:28 a los vicios de la Universidad Española
0:05:31 y la actitud de los militares.
0:05:34 Por último, hace burla del casticismo
0:05:37 y de la literatura escolástica.
0:05:40 Marchena saludó con júbilo la sangrienta
0:05:43 revolución francesa y quiso romper
0:05:46 la fuerza a los lazos de la superficie
0:05:49 política en España.
0:05:51 Realizó con algunos camaradas
0:05:54 una descabeliada tentativa de conspiración
0:05:57 republicana que terminó inmediatamente.
0:06:00 El abate fue de los más comprometidos
0:06:03 en aquella intentona y como además tenía
0:06:06 cuentas pendientes con la inquisición
0:06:09 se refugió a un gibraltar y desde así
0:06:12 viajó a Francia. En Francia duplicó
0:06:15 la receta de la revolución.
0:06:18 La revolución se repugnaba extraordinariamente
0:06:21 y ya se había producido la revolución.
0:06:24 Como le repugnaban los crímenes
0:06:27 comenzó a disgustarse con Robespiar.
0:06:30 Personaje con quien había simpatizado
0:06:33 en un principio. Al poco tiempo lo abandonó
0:06:36 y aconsejado por el dirigente revolucionario
0:06:39 Brissau se pasó al bando de los irondinos
0:06:42 en Teresa al ser perseguido por el partido
0:06:45 oficial La Montaña.
0:06:48 Sobre este periodo de la vida de Marcena
0:06:51 escribió su amigo y compañero de cautividad
0:06:54 el Marseillais Rieufe.
0:06:57 Junto fueron presos en burdeos
0:07:00 el 4 de octubre de 1793
0:07:03 y allí los condujeron a París
0:07:06 y los encerraron en los calabozos de la Cosa Ulleri.
0:07:10 Escribió Rieufe.
0:07:13 Me habían encarcelado justamente con un español
0:07:16 que había venido a buscar la libertad a Francia
0:07:19 bajo la garantía de la fe nacional.
0:07:22 Perseguido por la inquisición religiosa de su país
0:07:25 había caído en Francia en manos de la inquisición política
0:07:28 de los comités revolucionarios.
0:07:31 No he conocido un alma más verdadera y más enérgicamente enamorada
0:07:34 de la libertad ni más digna de gozar de ella.
0:07:37 He venido por la causa de la República y amarle a cada vez más.
0:07:40 Contar mis desgracias es contar las suyas.
0:07:43 Nuestra persecución tenía las mismas causas.
0:07:46 Los mismos hierros nos habían encadenado.
0:07:49 En las mismas prisiones nos encerraron.
0:07:52 Y un mismo golpe debía acabar nuestras vidas.
0:07:58 El calaboso donde fueron encerrados Rieufe,
0:08:01 Marcena y otros gilondinos era el número 13.
0:08:04 Allí escribían, discutían y se solazaban
0:08:07 con farsas de pésimo gusto.
0:08:10 Todos ellos eran ateos y para diversión de ellos
0:08:13 vivía ahí mismo un pobre benedictino,
0:08:16 un santo y paciente varón,
0:08:19 a quien se complacían en atormentar de mil exquisitas maneras.
0:08:23 A veces le afanaban el breviario,
0:08:26 otras le apagaban la lluvia,
0:08:29 y otros le afanaban el barrio.
0:08:32 Otras le apagaban la luz,
0:08:35 o interrumpían sus devotas oraciones
0:08:38 con el estribillo de alguna canción obscena.
0:08:41 El monje los soportaba con resignación,
0:08:45 ofreciendo a Dios
0:08:48 aquellas triburaciones precisamente.
0:08:51 Sin perder nunca la esperanza
0:08:54 de convertir a alguno de aquellos desarmados.
0:08:57 Y esos para contestar a sus sermones y argumentos,
0:09:00 levantaron un altar,
0:09:03 ahí voy, y fundaron un nuevo culto
0:09:06 con himnos, fiestas y música.
0:09:10 Al flamante Dios los llamaron Ibraya,
0:09:14 y Ryuf dibujó el símbolo de la nueva secta
0:09:19 cuando un sosaño después...
0:09:23 Redactó sus memorias,
0:09:29 aseguró que aquella religión
0:09:32 valía tanto como cualquier otra,
0:09:35 y que sólo parecía puerir a los espíritus superficiebles.
0:09:38 Las ceremonias de nuevo culto comenzaron
0:09:41 con gran estrépido.
0:09:43 Entonaban a medianoche el coro
0:09:46 de los adoradores de Ibraya,
0:09:49 y el pobre monje quería superar el bochinche
0:09:52 con el de Profundis.
0:09:54 Pero débil y achacoso,
0:09:57 enseguida se resignaban los cánticos
0:10:00 de aquella turba desajorada.
0:10:03 A ratos quería derribar la puerta
0:10:06 de aquel improvisado santuario,
0:10:08 pero ellos le gritaban
0:10:11 sacrílego incrédulo.
0:10:14 En medio de esta situación
0:10:16 la salud de Marchena decayó gravemente,
0:10:20 tanto que estuvo en peligro de muerte,
0:10:22 casi agonizada.
0:10:24 Entonces el benedictino apuraba
0:10:27 sus esfuerzos para convertirlo.
0:10:29 Pero Marchena, a las cristianas
0:10:32 de exhortaciones, respondía con el grito
0:10:35 de mi yu ayu brasha.
0:10:38 La mayoría de sus compañeros de prisión
0:10:41 fueron subiendo uno tras otro al cadalzo.
0:10:44 Pero Marchena salió
0:10:47 un cólume de la proscripción
0:10:50 de los filondinos,
0:10:53 se sentía ofendido por el perdón.
0:10:56 Entonces se le escribió a Robespierre.
0:10:59 Pirano, me has olvidado.
0:11:02 El otro no lo billotinaba
0:11:05 y él le escribía, ¿qué haces que no me billotinas?
0:11:08 Otra le dijo,
0:11:10 o mátame, o dámeme de comer, Pirano.
0:11:13 A Robespierre le gustó la budacia de Marchena.
0:11:16 Es más, quiso atraer y comprar su pluma,
0:11:19 a lo cual Marchena se negó con altibés.
0:11:22 Permaneciendo en la cárcel siempre,
0:11:25 bajo la amenaza de la cuchilla revolucionaria,
0:11:28 hasta que le dieron la libertad.
0:11:31 Pero después de la caída
0:11:34 y de la muerte de Robespierre
0:11:37 en aquel 27 de julio 1764.
0:11:40 La fortuna pareció sonreírle.
0:11:43 Entonces le dieron un puesto en el comité
0:11:46 de la cuchilla de la cuchilla de la cuchilla de la cuchilla.
0:11:49 Y empezó a redactar un periódico
0:11:52 que llamó el amigo de las leyes,
0:11:55 pero los termidorianos vencedores
0:11:58 se dividieron al poco tiempo
0:12:01 y Marchena agarró el partido de Tallinn
0:12:04 de Leandre y de Fradérone
0:12:07 que fueron los que se quedaron con el poder.
0:12:10 Escribió contra ellos, perdió su empleo,
0:12:13 lo que se quedaron, tuvo que ocultarse
0:12:16 y otra vez lo que usaron de conspirador
0:12:19 fue denunciado y proscrito en 1795.
0:12:22 No se ha quieto su ánimo.
0:12:25 En 1797 hizo una crudísima oposición al directorio,
0:12:29 que para deshacerse de él
0:12:32 le aplicó la ley contra los extranjeros sospechosos
0:12:35 y lo mandó a Suiza.
0:12:38 Buscó refugio en la casa de Cunca,
0:12:41 buscó refugio en la casa de Campo de una antigua amiga
0:12:44 que era Madame de Stel.
0:12:47 La había conocido en los salones de tertulia
0:12:50 de Madame Necker, en París.
0:12:53 Ella le brindó hospedaje,
0:12:56 pero con escasas muestras de cordialidad,
0:12:59 bueno, al poco de día se pelearon.
0:13:02 Él se vengó de ella con espantosas murmuraciones
0:13:05 que no vienen al caso.
0:13:08 Y cuando la Revolución de 1820
0:13:11 abrió las puertas de España a los afrancesados,
0:13:14 Marchena volvió a Madrid, muy esperanzado,
0:13:17 de ver premiados sus antiguos servicios
0:13:20 a la causa de la libertad,
0:13:23 pero nada logró.
0:13:26 Aquel antecedente de haber sido
0:13:29 tenido portrallidora a la patria
0:13:32 les cerró todos los caminos.
0:13:35 Los afrancesados huían de Marchena,
0:13:38 usó radicalismo, político y religioso,
0:13:41 bastaba para comprometer
0:13:44 cualquier partido de que se afiliar.
0:13:47 Así que lo dejaron morir
0:13:50 en el abandono
0:13:53 y la miseria.
0:13:56 Y ahí murió en 1821
0:13:59 este simpático revolucionario,
0:14:02 que tenía
0:14:05 sentido de humor.
0:14:08 Era un buen preso.
0:14:14 Y además, digamos que la vida de un hombre así,
0:14:17 Alejandro, no se mide solamente
0:14:20 el que dirán de las dos o tres semanas
0:14:23 que dura la existencia de un hombre,
0:14:26 sino el que dirán de los siglos.
0:14:29 Obtó por ese partido que era
0:14:32 de la posición políticamente correcta
0:14:35 ante la historia, es decir, aquel que se indignaba
0:14:38 ante el exceso de nacionalismo,
0:14:41 que se oponía a la revolución francesa.
0:14:44 Tengo para mí que uno que puede tener la suerte
0:14:47 por mirar esos momentos decisivos de la historia
0:14:50 con un poco más de distancia y de tranquilidad,
0:14:53 quizás también lo miraba a Martín como un traidor.
0:14:56 Porque la patria no está allí donde están las bellas ideas.
0:14:59 La patria son las bellas ideas. Tengo para mí.
0:15:02 Y lo llevo al respecto de la bate.
0:15:05 Estaba pensando también que es curioso el trayecto
0:15:08 que hace Martín, así como usted contaba el nombre a Gibraltar.
0:15:11 Gibraltar es una especie de capricho del tratado de Utrecht,
0:15:14 donde los ingleses hacen como siempre, le dicen a los españoles,
0:15:17 bueno, mira, esto para mantener la fiesta en calma,
0:15:20 dándelo a mí, te lo cuido 30 años, después te lo devuelvo.
0:15:23 Esto fue en 1700, sí pico.
0:15:25 Y una vez más allí donde está en Granterra,
0:15:28 hay una causa de la libertad comprometida.
0:15:30 Martina sabía a dónde estaba oyendo.
0:15:32 Estaba pensando después en la otra chica que usted nombró ahí,
0:15:35 que es Madame de Steyer.
0:15:37 Madame de Steyer es curioso porque fue una de las pocas mujeres
0:15:40 que lograron decir más que la frase final.
0:15:42 Madame de Steyer hacía chistes todo el tiempo.
0:15:44 Por ejemplo, en la época de Napoleón le preguntaban por qué los hombres
0:15:47 optaban más por las mujeres bellas que por las inteligentes.
0:15:50 Y ella decía, mire, mal qué es, seguramente porque hay menos ciegos que estúpidos,
0:15:54 y entonces se iba contenta.
0:15:56 Y cuando ya se había puesto de muera, va a pulgar en la Napoleón,
0:15:58 buena parte, cuando estaba a punto de coronarse,
0:16:00 el plena de los emperadores recuerdo un bello diálogo
0:16:02 en que todo el mundo sabía que se era antivolapartista.
0:16:04 Y estaban todos hablando pestes en su propia casa.
0:16:06 Y en un momento nos mandó callar a todos y les dijo,
0:16:08 tan insignificante a decir a ese tipo que la mejor noveleza de Francia
0:16:11 que se ha pasado la noche hablando de él,
0:16:13 tengo mis sospechas.
0:16:15 Hay quienes en que se acostó antes con la Napoleón, antes que con Marchena.
0:16:17 Y se me sabía que había salido con Marchena.
0:16:19 Pero hay una especie de vuelta final en esto.
0:16:24 La cárcel, en estos tiempos antes sería claramente la muerte.
0:16:27 Durse galaba una parte de muerte en la cárcel.
0:16:29 Y recuerdo una historia arabica, tanto católico, en ello bien bien,
0:16:34 algún musulman perdido, en que cuentan que un camello y una mula
0:16:39 iban discutiendo que la mula estaba muy indignada y le decía,
0:16:41 ¿cómo se esboja eso tan aparato?
0:16:43 Y se dijo, para ir siempre al mismo pasito, y que es yo,
0:16:45 y yo que confíen, tengo más fuerza, siempre me tropiezo.
0:16:48 Y el camello le dijo, lo que pasa es que yo miro para arriba y lejos.
0:16:51 Y vos estás mirando siempre el lugar donde vas a pisar,
0:16:54 siempre me viviendo, y esa mezcla en tal, es la que finalmente te hace tropesar.
0:16:58 La mula dijo, ¡ah, qué bueno, qué bueno!
0:17:00 Y cinco pasos después se había olvidado lo que habían dicho
0:17:03 y seguía mirando hacia abajo.
0:17:05 Tengo para mí entonces que frente a este tipo de cosas,
0:17:09 ¿qué pide un hombre en el momento culminante del cariño y de la justicia?
0:17:13 Ciertamente hay cosas que uno pretende.
0:17:16 Si uno fue muy vacular en la vida, quiere ser dejado de lado por la historia.
0:17:20 Si uno se creció malo en la vida, quiere ser perdonado.
0:17:23 Sospecho que a la hora de los bifes, un hombre como este,
0:17:26 habrá sabido decir para escarnio de todos los demás
0:17:29 y aún con su condición de traidor que no me gusta, pero sí da de insistente,
0:17:32 para mí ni perdón ni olvido.
0:17:36 Y olvido, ya que no perdón,
0:17:39 es el tango que va a cantar nuestro querido Charlo.
0:18:15 No sé si hay una cosa que me da la pena,
0:18:19 pero no sé si hay una cosa que me da la pena.
0:18:23 No sé si hay una cosa que me da la pena,
0:18:27 pero no sé si hay una cosa que me da la pena.
0:18:31 No sé si hay una cosa que me da la pena,
0:18:35 pero no sé si hay una cosa que me da la pena.
0:18:44 mira lo será porque delaté mi pobreza de hoy
0:18:49 y en esos tráficos de la gente, cuánto valgo y quién soy.
0:18:53 Pero no importa para mí que lo he vivido,
0:18:56 yo sé todo lo que he sido, lo que nunca más seré,
0:19:02 es por eso que mi boca no dio el secreto de un pasado qué perdí.
0:19:11 El pego en un tío que a veces me niega el par
0:19:17 Y en lo pura caravana del olor
0:19:21 De los hombres que perdieron el hogar
0:19:26 Siempre hace mar sin un rancor, voy solo
0:19:33 Con mi canción nadie pregunta lo que si ven el pasado
0:19:39 Si fui rico, si fui hundrado, si hubo cenas en mi cuna
0:19:44 A nadie importa quién soy yo de donde vengo
0:19:47 Y si alguno se me acerca me pregunta cuánto tengo
0:19:52 Miran los perapos que de la tan mi pobreza de hoy
0:19:56 Y en esos perapos le la gente cuánto valgo y quién soy
0:20:01 Pero no importa para mí que lo he vivido
0:20:06 Yo sé todo lo que he sido, lo que nunca más se ve
0:20:18 Era charlo la venganza, será terrible, olvido
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