Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza Serata Ribles.
0:00:08 Estamos en el auditorio de Radio del Plata, aquí en la calle Gorrite 5963.
0:00:13 Entre radio y anilla de Valu.
0:00:16 Hola, hola.
0:00:17 Hola, cómo le va?
0:00:18 Si, en tu programa de radio.
0:00:19 Qué dice.
0:00:20 Cómo le va?
0:00:21 Cada vez mejor.
0:00:24 Tenemos un asunto difícil, eh.
0:00:27 Porque es un tema, y ya no es más adecuado para un día como hoy, que es un día con
0:00:33 muchos visitantes y poco de folgório.
0:00:36 Y es un tema en fascículos cerrados.
0:00:41 El hambre en las expediciones a América.
0:00:45 Bueno, cuando los españoles o los portugueses llegaban a las costas americanas, se encontraba
0:00:55 muchas veces, querido Dorio, con pobladores que tenían, podríamos decir, agriculturas
0:01:02 muy primitivas.
0:01:04 El principal alimento de la mayoría de los pueblos de Centroamérica y de Sudamérica
0:01:11 era el Chasab, una especie de torta de harina de mandiocca.
0:01:17 Esta comida era de trabajosa elaboración y muchas veces no alcanzaba para alimentar
0:01:23 a los recién llegaban.
0:01:24 Claro, obviamente.
0:01:25 Apenas se alcanzaba para alimentar a los pueblos que estaban ya instalados allí.
0:01:29 Calcule.
0:01:30 Venían miles de españoles.
0:01:32 No, no había forma alcanzada.
0:01:34 Los expedicionarios, hasta que pudieron cultivar ellos mismos la tierra, digamos por sus propios
0:01:40 medios, se dedicaron principalmente al saqueo.
0:01:43 Natural.
0:01:44 O a buscar otros lugares.
0:01:46 Y ver un rato a cada lugar a ver qué pasaba.
0:01:49 Pero en la búsqueda padecían hambre.
0:01:53 En algunas ocasiones como el acelva, por ejemplo, los recursos alimenticios eran mínimos.
0:02:00 Además no podían adaptar a las regiones tropicales lo que traían, como el trigo, la
0:02:06 virus, el olivo, etcétera.
0:02:10 Tampoco tenía sentido amontonar alimentos porque los calores de aquellas latitudes así
0:02:17 que se pudriera el bizcocho.
0:02:19 El bizcocho era un pan cocido dos veces.
0:02:21 ¿Qué quiere decir bizcocho?
0:02:23 Cocido dos veces.
0:02:25 Era un pan que soportaba mejor las inclemencias del tiempo, pero se pudría igual.
0:02:33 Porque hasta la carne salada se pudría en aquellos lugares.
0:02:36 Bueno, ante aquellas situaciones había que pensar cualquier clase de repugnancia.
0:02:42 Podía ver si aquellos hombres buscando bichos, raíces, o rascando frenéticamente la tierra
0:02:48 para encontrar algo que comer.
0:02:51 Y también se producía nuestro querido amigo Ulrich Schmidel, cronista de la fría de la
0:02:55 Taca primero, que los conquistadores devoraban plantas sin saber si eran venenosas y que
0:03:01 muchos terminaban retorciéndose como esfuerzos y muriendo abandonados de su familia.
0:03:09 Cuando encontraban alguna población solidaria, entonces se producían unos atascos que también
0:03:16 eran peligrosos.
0:03:17 Cuenta Germán Arciniega, autor de más y un libro muy interesante acerca de las Américas,
0:03:25 que los hombres se inflaaban, comían tanto que se inflaban como globos y después se
0:03:31 desinflaban violentamente y la debilidad posterior al artajgo era total.
0:03:36 Esto debería ser una enseñanza para todos nosotros, pero no lo es.
0:03:43 Viembros de la expedición de Hernando de Soto, aquel en cuyo honor un automóvil de
0:03:49 la fábrica Chrysler, lleva como marca de Soto.
0:03:53 Se trata de ese mismo de Soto.
0:03:55 ¿Que cruzó del Atlántico al Pacífico?
0:03:58 Si no sé si llegó al Pacífico de Soto, sí que murió allí mismo en el Golfo de México,
0:04:03 mientras buscaba la fuente de la Juventud.
0:04:07 Bien, miembros de la expedición de Soto solían pelearse por la posesión de cizos de caballo
0:04:17 y lenguas de caballo, aun cuando llevaban mucho tiempo muertos y se los comían.
0:04:23 La sangre de los caballos también podía ser un buen recurso.
0:04:26 Incluso con el caballo vivo, sangraban.
0:04:31 Los hombres de Pizarro, que quedaron en tierra cuando Oriana se aventuró por el Amazonas,
0:04:37 remediaban el hambre sangrando a los caballos una vez a la semana.
0:04:40 Bebían esta sangre, mezclaba con hierbas.
0:04:44 Los caballos comían hierbas.
0:04:47 Tampoco se despreciaban igualas ni serpientes.
0:04:51 Pero venía lo que hemos mencionado creo que ayer o antes era la carencia de vitaminas
0:04:56 debido a la ausencia de verdura y fruta.
0:04:58 ¿Qué trae el escorbuto?
0:05:01 Y el escorbuto produce, disculpeme, un olor fétido, que enseguida preguntan quién fue el que contrajo el escorbuto.
0:05:11 Los barcos estremendo.
0:05:13 Los dientes se caían.
0:05:15 La mejor forma para saber si uno tiene escorbuto es ver que se caen.
0:05:19 Encontrar dientes en el piso.
0:05:26 Te se levanta y ve dientes que reconocen como propias.
0:05:32 ¿Qué es el escorbuto?
0:05:33 Digo, aquí dice, debo tener el escorbuto, debo tener.
0:05:37 Hermosa imagen.
0:05:39 En una segunda fase, a la que hay que llegar, se te ponían las piernas negras.
0:05:49 Es otro indicio.
0:05:51 Sí, más fuerte.
0:05:52 Te se levanta y además de dientes en el suelo.
0:05:55 Ve que las piernas se les pusieron negras y dice, debo tener el escorbuto, debo tener.
0:06:03 Otro problema es la sed.
0:06:05 No en el escorbuto, sino en la Conquista América.
0:06:08 A nuestro querido Alba Núñez, cabeza de vaca, le sucedió lo siguiente.
0:06:13 En aquel famoso naufragio.
0:06:14 Así se llama el libro de Alba Núñez.
0:06:16 Naufragio.
0:06:17 Él naufragó con la expedición de aquel enemigo de Cortés, que su nombre se me escapa ahora,
0:06:27 frente a las costas de Estados Unidos.
0:06:29 Se salieron muy pocos.
0:06:31 Y resulta que se lanzaron al mar en barcas improvisadas y se les pudió el agua.
0:06:37 Habían guardado el agua en unas botas que habían fabricado desollando patas de caballo.
0:06:45 Después de cinco días, sin probar gota de agua, la que tenía estaba podrida,
0:06:51 me dijeron, más, yo me tomo el agua del mar.
0:06:53 Toma mal hecho.
0:06:55 Ahí murieron todos.
0:06:57 Murieron todos.
0:06:59 Cuando tomas algo de mar te morís.
0:07:01 Te morís y me dio, también, retorciéndote.
0:07:04 Abandona por tu familia.
0:07:08 Ahora viene la parte más dramática, porque en aquellas situaciones de hambre se producieron casos de antropofagia.
0:07:14 Uno es el que cuentan algunos cronistas como tibó de la Máster Mendambruna,
0:07:19 que se desató aquí mismo en la ciudad de Buenos Aires, en la Buenos Aires de Don Pedro de Mendoza.
0:07:25 Dice Schmidel, que fue testigo de aquel suceso, lo sigue.
0:07:29 La gente no tenía nada que comer.
0:07:32 Era tanta la misión de el hambre que no había serpiente, rata y otros bichejos y mundos para aplacarlo.
0:07:39 No quedaron ni zapatos.
0:07:41 Todos se comían.
0:07:42 Lo único que se guardaban eran los caballos.
0:07:45 Eso se dio luego que tres españoles robaron un caballo y se lo comieron.
0:07:50 Fueron atrapados y bajo tormentos confesaron la falta y los ahorcaron.
0:07:58 Y aquella misma noche otros españoles se juntaron,
0:08:01 fueron al cadazzo donde todavía colgaban los cuerpos y se los comieron.
0:08:06 También ellos fueron ajusticiados, pero en este caso se procuró esconder los cadáveres.
0:08:11 Diego González Baito, soldado de la impresión de Pedro de Mendoza,
0:08:15 se comió a su hermano durante la sello indígena en julio de 1536.
0:08:20 Otro que la pasó mal fue Álvaro de Aguilar,
0:08:24 que en 1513 se dirigía de Santo Domingo al Arian y su nave encalló.
0:08:32 Unos días más tarde, unos indios se encontraron a Aguilar junto a sus hombres.
0:08:37 Les ofrecieron algo de morfar y durante casi dos meses los alimentaron.
0:08:42 Era una trintena de náufragos.
0:08:45 Yo creo que empezaron a sospechar que estos de los indios se los querían morfar o algo pasó.
0:08:51 El caso es que decidieron crear una barca para partir.
0:08:55 Empezaron a navegar, pero la travesía fue un desastre.
0:08:59 Iban dos meses en navegación y andaban perdidos.
0:09:02 La mitad de los pasajeros se habían muerto.
0:09:04 Y un día, una nave española comandada por Pedrarias Dávila,
0:09:10 uno de los hombres más malos del mundo,
0:09:13 encontró la balsa de Aguilar con los pocos que quedaban.
0:09:16 Ese mismo día en la balsa habían jugado a los dados
0:09:20 quién iba a ser comido por los otros.
0:09:23 Y le había tocado justamente Álvaro de Aguilar.
0:09:25 Así que se salvó con el hilo de una persona.
0:09:30 Había un grupo de soldados, otra historia,
0:09:34 de Jiménez de Quezada.
0:09:36 No fue uno que fue a buscar el dorado.
0:09:39 Estaban perdidos en la celua.
0:09:42 Desesperado por el hambre, se comieron a sus auxiliares indios.
0:09:48 El escopetero Cristóbal Martín, o Martín, debe ser.
0:09:53 Le borró a un muchacho, Juan Ramos Cordero,
0:09:57 y cosas así.
0:10:00 También lo mismo, sucedió con Inigo de Vascuña.
0:10:05 Eso fue peor.
0:10:07 No había sido vencido por los indios en una batalla
0:10:10 y escapaba herido con los pocos soldados
0:10:12 que le quedaban a través de la celua.
0:10:14 Y no tenían más alimento que unos palmitos amargos
0:10:18 que tanto encontraban por el Camino, una porquedilla.
0:10:21 En un momento Vascuña no resistió más
0:10:24 y le pidió a sus soldados que acamparan junto a él
0:10:27 y no lo abandonaban.
0:10:29 Acamparon tres días y Vascuña no se recuperaba.
0:10:33 Entonces le comunicó a sus tropas que podían ir.
0:10:37 Se le dijo, pueden rajarse.
0:10:39 Se quedaron solo dos guardias con él,
0:10:42 junto con algunos sirvientes indios.
0:10:45 Al mando de la tropa siguió Juan Portillo y se las tomaba.
0:10:49 Los soldados se habían recorrido un par de kilómetros
0:10:53 cuando se dieron cuenta de que se habían olvidado el jequero,
0:10:56 el chipero.
0:10:58 Y Portillo mandó a dos enviados a buscarlo.
0:11:02 Mandar a dos enviados...
0:11:04 Es casi una redundancia, pero está bien.
0:11:06 Bueno, cuando llegaron a campamento los enviados
0:11:09 o llenó los gritos de Vascuña, oyeron,
0:11:12 ay, ay, ay.
0:11:14 Se apuraron y al llegar encontraron a uno de los guardias
0:11:17 que estaba cortando a uno de los sirvientes para comerse.
0:11:20 Bueno, los enviados de Portillo,
0:11:22 huyeron y contaron al resto de la tropa lo que habían visto
0:11:27 y al resto, ¿qué hizo?
0:11:30 Sí, yo soy su acce, soy su acce.
0:11:33 Don, solo tengo una dedicatoria,
0:11:36 que es a Mujica Láines, que ha escrito
0:11:39 uno de los bellos cuentos de mi estrés.
0:11:42 ¿Qué es el que cuenta el episodio?
0:11:44 ¡El hombre!
0:11:46 Sí, realmente.
0:11:48 Estaba pensando, Alejandro, hace bastante poco tiempo,
0:11:50 que le hablaba de la Fauna local.
0:11:52 A mí me pudo estar en Nicaragua,
0:11:54 donde después de la guerra,
0:11:56 si bien el primero y las guerras de accesorias
0:11:58 para llamarlas de algún modo,
0:12:00 había desaparecido todo el ganado de vacuno.
0:12:02 Nicaragua era como el gran corral de Centroamérica
0:12:04 y los pollos también, estaseaban mucho.
0:12:06 Y la única fuente de proteínas eran
0:12:08 algo que los locales llamaban Garrobo.
0:12:10 En el interno de comer Garrobo, dije, sí,
0:12:12 que se llamaban las iguanas.
0:12:14 Hasta el tonto funciona esto,
0:12:16 que ahora en toda Centroamérica
0:12:18 hay creaderos de iguanas, de iguana verde,
0:12:20 y esto sirve para alimentarse
0:12:22 y mucho más. Tengo a decir con esto
0:12:24 que las serpientes también hemos comido
0:12:26 con los amigos de la huea,
0:12:28 mucho tiene que ver con una cuestión cultural.
0:12:30 Fíjese, por ejemplo, que a muchos indígenas americanos
0:12:32 de este continente
0:12:34 les llamaba la atención
0:12:36 el horror de los europeos
0:12:38 ante la entropofagia
0:12:40 porque decían, después de todo, cuando escuchaban
0:12:42 Tomádi y Comet, que este es mi cuerpo,
0:12:44 decía, la religión misma,
0:12:46 estos hombres, empieza por ahí
0:12:48 y no había forma de explicarle la metáfora.
0:12:50 Hay una cosa que se llama metáfora.
0:12:52 De todos modos,
0:12:54 también nos cuenta más,
0:12:56 pero a mí me rompieron el corazón muchas veces.
0:12:58 Sí, claro, y esto no significa, etcétera.
0:13:00 Aquí estoy, vivito y coleando
0:13:02 cuando puedo.
0:13:04 Marguerita, rido, se explica que hay una entropofagia.
0:13:06 Y otra que es económica,
0:13:08 que es tener proteínas, a veces
0:13:10 estos pueblos pasan por ahí.
0:13:12 Al respecto, hay un libro que usted debe conocer
0:13:14 que es, ¿cómo se llama?
0:13:16 Marvin, el autor de...
0:13:18 Marvin Harris.
0:13:19 Ahí está, el autor de Bueno para Comear.
0:13:21 Sí, exacto.
0:13:22 Un libro extraordinario.
0:13:23 Maravilloso.
0:13:24 Y cuando te habla de los tabúes de la comida también,
0:13:26 y qué cosa lo se trata.
0:13:27 Y habla de la comida en el sentido antropológico,
0:13:29 el sentido antropofágico, podría decir.
0:13:33 Y es un libro que yo recomiendo,
0:13:35 calurosamente,
0:13:37 a todos los que alguna vez han comido.
0:13:41 Y después, digamos, está la petición de...
0:13:43 Bueno, tenemos un amigo de este programa,
0:13:45 que es Barton, no, este, Patricio,
0:13:47 sino Richard Barton, que cuenta
0:13:49 que deja deslizar que alguna vez
0:13:51 incurrió en estas prácticas al ser cautivo
0:13:53 de los nativos del Daumay,
0:13:55 así donde le hicieron las cicatrices en el otro lado.
0:13:57 Pero pensaba en las otras formas
0:13:59 del hambre, cuando el hambre es impuesto
0:14:01 por otros.
0:14:02 El caso tremendo de Ubolino, en la divina comedia,
0:14:04 rogiéndolo en el traño de sus propios hijos,
0:14:06 encerrado.
0:14:08 Y también, bueno, este asunto de...
0:14:10 Para que negarlo, hace muy poco tiempo,
0:14:12 en Nápoles, cuando Nápoles estaba
0:14:14 bajo el bombardeo aliado,
0:14:16 antes de los exantes que llegaran los norteamericanos,
0:14:18 dicen que se produjeron escenas
0:14:20 que eran tan
0:14:22 ajenas a la condición humana
0:14:24 como a las mismas crímenes de guerra
0:14:26 que se habían cometido antes en toda la transagencia.
0:14:28 Le llama la atención eso
0:14:30 y no que murieran 50 mil millones de pesos.
0:14:32 50, claro, exactamente.
0:14:34 Pero en todo caso, creo que lo que a uno
0:14:36 le aparece en la cabeza
0:14:38 a leer esta cuestión es,
0:14:40 es qué precio tiene las cosas que uno da
0:14:42 para seguir adelante.
0:14:44 En este caso se trata de la supervivencia.
0:14:46 Y uno dice, me puedo convertir en un antropófago
0:14:48 en un caníbal que viene de caribe,
0:14:50 por otra parte de la palabra,
0:14:52 para seguir viviendo.
0:14:53 Valdrá la pena la vida.
0:14:55 Después, si he tenido que hacer eso.
0:14:57 Y creo que en ese punto donde uno evalúa
0:14:59 las cosas de la cultura, las cosas que quizás
0:15:01 tengan que hacer, ya que esas cosas
0:15:03 les deja cada vez que uno pone en juego
0:15:05 algo de sus principios.
0:15:07 Creo que es muy, afortunadamente
0:15:09 muy difícil que hoy en día se pregúzcan estos extremos.
0:15:11 Pero todos los días se produce
0:15:13 alguna contingencia por la cual
0:15:15 uno debería pensar si es preferible
0:15:17 morir de hambre o seguir adelante.
0:15:19 A veces
0:15:21 uno tiene que saber que
0:15:23 toda la dignidad le va en aquello que se está
0:15:25 por comer, aunque más no sea
0:15:27 un pacherito de gallina.
0:15:29 Y pacherito de gallina es el tango
0:15:31 que va a ilustrar esta pequeña charla en la interpretación de Don Edmundo Rivero.
0:16:01 Hace aprendido que ser un caradera me enseñaron que nunca hay que fallar
0:16:09 me hice una vida mi tonga mi sensiblea y entre otras cosas me daba por cantar
0:16:16 cabare tropezo era la eterna rutina
0:16:24 un chelito de gallino con viejo vino Carlos
0:16:31 cabare me dejó un amor en cada esquina
0:16:39 unos se miran la mina para tomar el chocolate y otro factura con mate o el rajé para el convoz
0:16:48 canten el viejo barriete del parque gordo y en los ánsites al bajo le andró al le
0:16:55 donde llegaban chicas mal de casas bien con esas otras chicas bien de casas mal
0:17:03 con veinte a diez me vine para el centro y le bujo en corriente si va a incul
0:17:11 hoy han pasado los años y no encuentro el calor de un arco a mi y a mi juventud
0:17:19 cabare tropezo era la eterna rutina
0:17:27 un chelito de gallino con viejo vino Carlos cabare me dejó un amor en cada esquina
0:17:42 unos se miran la mina para tomar el chocolate y otro factura con mate o el rajé
0:17:52 para el convoz
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