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22 de Julio de 2016

Espiritismo, el fantasma de Enrique VIII y Ana Bolena

Transcripción automática

0:00:00 Apaguemos la luz, que es bueno este sonido.
0:00:07 Podríamos hablar de expertistas.
0:00:14 En 1917, un misionero británico que vivía en China,
0:00:21 se leyó en Noches de Aburrimiento,
0:00:25 una biografía acerca de Anna Bolen, Anna Bolen,
0:00:31 que había sido esposa de Enrique VIII,
0:00:34 y que fue, como saben todos ustedes, ejecutada en 1506 por adultera.
0:00:39 Le cortaron la cabeza, le cortaron.
0:00:42 Está todavía en la Torre de Londres,
0:00:45 el lugar en Sangrentadito, donde Anna perdió la cabeza.
0:00:50 Este misionero que leyó la biografía de Anna Bolen,
0:00:54 estaba William Pachenham,
0:00:57 y al principio estaba interesado únicamente por Anna,
0:01:01 pero luego fue estudiando con tanto fervor el tema
0:01:06 que terminó por convertirlo en el asunto central de sus investigaciones
0:01:14 y en aquello que más le interesaba en la vida.
0:01:17 La decapitación de Anna Bolen,
0:01:19 en manos de su esposo, Enrique VIII, también llamado Charles Lawton.
0:01:25 Cuando volvió a Inglaterra, recordemos que estaba en la China, el tipo,
0:01:30 se propuso rescatar la reputación histórica de una reina muy mal comprendida,
0:01:38 y se propuso hacerlo a través del perdón de su esposo.
0:01:44 ¿Cómo dirán ustedes? Su esposo estaba muerto, sí,
0:01:46 pero era la época del aguje del Espiritismo,
0:01:50 y se propuso convocar al espíritu de Enrique para que la perdonara.
0:02:00 Buscó eso sí históricamente también,
0:02:04 en busca de frases de perdón o momentos de arrepentimiento
0:02:08 que pudiera encontrar en las crónicas, pero no lo consiguió.
0:02:13 Y entonces trató de toparse con un fantasma,
0:02:17 con un fantasma que intercediera ante el fantasma del rey Enrique VIII
0:02:22 para pedirle perdón postrero para su rey.
0:02:26 Pero Pakenham no era médium,
0:02:29 de modo que consultó a otros para hablar con los fantasmas.
0:02:35 Pakenham, de aquel tiempo, el tiempo que estaba estudiando, el siglo XVI en Inglaterra.
0:02:39 Pakenham conoció a Miss Clegg, una médium que lo ayudó.
0:02:45 La primera sesión de las muchas que se realizaron marcó la pauta para las siguientes.
0:02:53 Se acumularon hechos absurdos, experiencias dudosas, apariciones equivocadas.
0:03:00 Parece que en una oportunidad apareció Merced al llamado de Miss Clegg.
0:03:09 El fantasma dio un viejo de pelo blanco.
0:03:14 Y dijo, mire, ¿quién es usted?
0:03:17 Y el fantasma dijo, soy el padre de Ana Bolena, dijo con voz de Mario Matas.
0:03:25 Pakenham pidió entonces a la espíritu una descripción de Ana.
0:03:29 Así que es el padre de Ana Bolena, hágame una descripción de Ana.
0:03:34 Y el espíritu dijo que Ana era más bien recordeta
0:03:37 y que entre otras cosas tenía manos muy bejas.
0:03:42 Entonces, indignado, el misionero quiso golpear al espíritu al que supo un impostor.
0:03:49 La erudición de Pakenham le indicaba que Ana Bolena no podía tener manos muy bellas, porque en una tenía seis dedos.
0:03:58 Es incutible si se puede o no tener manos bellas con un dedo supernumerario.
0:04:08 El espíritu antes de esfubarse hizo una confesión y una disculpa,
0:04:14 que me parece de lo más extraordinario que he escuchado en las últimas 24 horas.
0:04:21 El espíritu dijo que en vida se había dedicado a la impostura
0:04:26 y que en la muerte no podía evitar esa condición de impostor
0:04:30 y estaba condenado a presentarse por la eternidad fingiendo ser quien no era.
0:04:37 Es un personaje extraordinario y está condenado a presentarse diciendo que es una persona que no es.
0:04:47 La medium explicó a Pakenham que no era su culpa la intromisión de aquel fantasma impostor.
0:04:55 Bueno, al final Pakenham conprobó que Miss Clegg era un excelente medium, pero que convocaba a espíritus equivocado.
0:05:03 Así que no fue más.
0:05:06 En diciembre de 1922 Pakenham recibió una carta.
0:05:10 Tris mediums muy importantes de Londres, Elin Orkely, Frederick Blythe Bond y Manchester Dowling,
0:05:19 sabedores del interés de Pakenham, lo citaron para conversar.
0:05:24 Y le dijeron que a través de ellos iba a poder contractar a los espíritus
0:05:31 según el método que los espírititas llaman escritura automática.
0:05:36 Según este método, el medium, en trance, se transformaba en una especie de amanuense describiente del final.
0:05:46 Bueno, empezaron una sesión en la casa de Miss Dowling en Chelsea.
0:05:53 Y parece que el lápiz de Miss Dowling voló sobre una libreta de apuntes y quedó escrito.
0:06:01 Estó en aquí, firmado a Enrique Octavo.
0:06:10 La señora continuó escribiendo mientras Kelly y Bond continuaban hablando con el rey, con el Espíritu.
0:06:19 Empezaron a hacerle preguntas. Primera pregunta al espíritu del rey, Enrique Octavo.
0:06:25 Le preguntaron si sabía que estaba muerto.
0:06:30 Y el rey contestó, sí lo sé, es horrible.
0:06:35 Bueno, algunos le dieron el pésame allí.
0:06:39 Es curioso que le den a uno el pésame por uno mismo.
0:06:44 Lamento mucho su muerte, su majestad.
0:06:48 Bueno, gracias.
0:06:50 Dijo también el rey.
0:06:54 Quiero que me digan qué es lo que ha pasado, porque no sé bien.
0:07:00 Pero básicamente por qué estoy todavía en un lugar tan oscuro, dijo el rey.
0:07:05 Pa que en Jancre, yo quería certificar a leer eso.
0:07:09 Digo a leer porque eso era lo que escribía la mano servil de la medium.
0:07:17 Pero Pa que en Jancre certificó entonces que Enrique estaba castigado por sus crímenes.
0:07:25 El lápiz continuó y el rey dijo que su hija Isabel, la hija de Ana Molena, no significaba nada para él.
0:07:32 Lo dijo así, ya empezó a convertirle cualquier cosa.
0:07:35 Cuando se le advirtió que esa hija se había convertido en una reina extraordinaria, contestó que no lo podía creer.
0:07:42 Bueno, usted sabe que los espíritus suelen andar como los personajes de los sueños atrasados de noticias.
0:07:50 No saben que uno se ha muerto, no saben que el otro ha sido rey.
0:07:54 Los personajes de nuestros sueños también.
0:07:57 No saben ni que se han muerto ellos mismos.
0:07:59 Ya hablan, siguen su vida cotidiana y uno está en el sueño ahí, se encuentra con el finado pulano.
0:08:05 ¿Qué hago? Le digo.
0:08:06 Bueno, Pa que en Jancre dijo a Enrique que el derecho divino de los reyes no tendría peso el día del juicio final,
0:08:20 así que era conveniente que se arrepintiera de haber mandado a cortar la cabeza de su mujer.
0:08:25 Y el rey se enojó, escribió contrastos muy gruesos a través de la medio.
0:08:30 Yo no lo oiré, usted es un estúpido, un bribón de taberna que se divierte a mi sepensa porque estoy muerto.
0:08:39 Ajá, que así se impiola porque estoy muerto.
0:08:42 De no otro gallo nos cantara.
0:08:44 Me gustaría mucho mandarlo ejecutar, dijo por ahí.
0:08:47 Pa que en Jancre explicó a sus compañeros que Ana Bolena había dicho en el cadalzo, Dios salve al rey.
0:08:54 Y explicó que él como canónigo, aunque hubieran pasado 400 años, estaba obligado a responder a esa súplica.
0:09:03 Le parecía que el hecho de haber dicho Ana Bolena, Dios salve al rey, significaba como un pedido de perdón para el rey.
0:09:11 Yo tengo malas noticias para Packenham.
0:09:13 No estaba hablando de Enrique, Ana Bolena, sino de la institución real.
0:09:18 Dios salve al rey significa Dios salve a la monarquía inglesa, eso quería decir.
0:09:24 Pero no importa, sigamos adelante con esta historia.
0:09:28 Pero la comida la tengo acá.
0:09:31 Bueno, el caso es que siguieron las sesiones de espíritismo, pero no tenían suerte.
0:09:36 Cada vez que hacían contacto con Enrique, el rey en vez de pedir perdón, de arrepentirse de alguna manera, aparecía insultante, no quería salir de su oscuridad,
0:09:45 no reivindicaba la figura de Ana Bolena de modo alguno.
0:09:49 Finalmente, después de mucho cinchar, meses después, con gran esfuerzo, en una sesión, se juntaron un montón de tipos de aquella época.
0:10:01 Enrique VIII, toda su rey, Nala VI, Wulsi, que era suministro, Tomas Moro, que también fue su víctima, todos ahí.
0:10:12 Entonces, empezaron los expertistas, ya no con un lápiz, sino con varios.
0:10:18 Y copiaban voces del más allá.
0:10:22 Y se le dijo a Paik Enham, le dijeron los tres médios, ¿no?
0:10:26 Enrique VIII quería ser público sus arrepentimientos frente a sus esposas, sus funcionarios.
0:10:34 Pero que eso le iba a costar un dinero.
0:10:36 Paik Enham abrazó emocionado a los médios y seguro de haber cerrado un hecho, un esto de la historia.
0:10:44 Ben dijo a todos los espíritus presentes, otorgó a Enrique como canónico el perdón.
0:10:50 Y más tarde pagó muy contento la ayuda que le habían brindado los expertistas.
0:10:55 Sabedor de que ese dinero era poca cosa al lado de la resolución póctuma de aquel problema histórico.
0:11:03 Bueno, se gastó bien la plata.
0:11:06 Se gastó bien la plata.
0:11:08 Después se fue a su casa y empezó a escribir un libro acerca de este episodio, que venía a clausurar la historia de Enrique con sus seis esposas.
0:11:16 El libro de Paik Enham se llamó La historia de los Tudor.
0:11:20 Y aunque se publicó a mediados del siglo XX, ya no lo recuerda nadie.
0:11:26 Y esta es la historia del pobre Paik Enham y su intento por redimir a Ana y perdonar a Enrique.
0:11:33 Yo voy a dedicar a esto a Svedenburg, que nos trajo esta idea de que los muertos, cuando mueren, creen que están vivos.
0:11:42 Svedenburg, ustedes saben, visitó el cielo.
0:11:46 Fue abordado en Londres por Dios mismo.
0:11:50 Un día venía caminando, la noche tarde, se le acerca un tipo y le dice, soy Dios.
0:11:59 ¿Qué suerte tienen algunos?
0:12:01 También me gusta de esta historia que acabamos de contar.
0:12:07 El fantasma que estaba condenado a ser siempre un impostor, a presentarse siempre como uno que no era.
0:12:15 Tal vez me gusta ese personaje porque me identifico bastante con él.
0:12:21 Y a la mejor de todas, la médium.
0:12:24 La médium que de verdad tenía poderes, pero convocaba a espíritus que nada tenían que ver con la historia.
0:12:31 Estaba hablando con Enrique VIII y se presentaba el mariscal Rommel, que en ese entonces ni siquiera estaba muerto.
0:12:42 Me pregunto ahora, ¿lo habrán perdonado, Enrique?
0:12:49 ¿Estará en el cielo o en el infierno?
0:12:54 Diana Bolen se habrá reunido en el más allá con su esposo, pregunto, y con su cabeza también.
0:13:06 ¿A cuál de las seis esposas quería Enrique realmente?
0:13:10 A todas.
0:13:12 Y sé, ¿por qué elegir una?
0:13:15 Bueno, qué cosa es.
0:13:18 Son muchas preguntas, me parecen. Demasiadas preguntas.
0:13:28 Incluso hay otras. No seremos nosotros también personas equivocadas.
0:13:33 Personas que están contando esta historia, y es una historia que no deberíamos haber contado.
0:13:40 O tal vez somos personas que ustedes no estaban esperando, o tal vez somos personas que no somos quienes creemos.
0:13:51 Demasiadas preguntas, preguntas cuya respuesta, sólo Dios.
0:13:58 Sólo Dios sabe.
0:14:00 Uno, dos, tres, y...
0:14:30 Pregúntale a las esprellas, ¿qué sería de mí sin ena?
0:14:39 Sólo Dios sabe nuestros destinos.
0:14:47 Si alguna vez te fueras, a una vía primavera, la vida continuaría.
0:15:00 Pero ya sin pago decía, Dios es quien cruza nuestros familiares.
0:15:31 Dios es quien cruza nuestros caminos.
0:15:38 Si alguna vez te fueras, a una vía primavera, el mundo no muestra nada.
0:15:46 Si alguna vez te fueras, a una vía primavera, el mundo no muestra nada.
0:15:57 Son los ojos sin mirada, sólo Dios sabe nuestros destinos.
0:16:10 Sólo Dios sabe nuestros destinos.
0:16:14 Sólo Dios sabe nuestros destinos.
0:16:22 Sólo Dios sabe.
0:16:27 Sólo Dios sabe.

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