Transcripción automática
0:00:00 Bien, hablaremos de personajes de los mitos que han entregado algo importante de sí para obtener algún otro don.
0:00:07 En algún caso, el personaje ofreció su trabajo, su sabiduría, que sé yo, a cambio de cierto beneficio.
0:00:14 Vamos a ver qué pasa. Digamos para empezar algo acerca de Fineo.
0:00:18 Fineo tiene muchas leyendas, pero esta es la que más nos conviene para el catálogo de hoy.
0:00:23 Fue un rey de Tracia que cambió con las moiras. ¿Se acuerda de las moiras? Aquellos seres implacables encargados del destino.
0:00:31 Cambió con las moiras, Fineo, la vista por la larga vida.
0:00:37 Dice, prefiero ser ciego y vivir mucho que lo contrario.
0:00:43 Quíteme entonces la vista y a cambio de esta quita, déeme muchos años de vida.
0:00:49 Fineo dijo, a las moiras y las moiras.
0:00:53 Las moiras están acá.
0:00:56 Las moiras, también llamadas las horas, lo complacieron.
0:01:02 Pero a alguien, uno de los dioses, un dios subalterno, se ofendió con este cambio.
0:01:08 Era él dios el que todo lo ve.
0:01:12 Para él no había otra cosa más importante que la vista.
0:01:16 Pero se propuso saber que Fineo había resignado aquel don.
0:01:21 Envió entonces a las arpías, unos demonios alados que atormentaban a Fineo de diversos modos.
0:01:31 Le afalaban la comida o se le ensuciaban cuando trataba de injerirla.
0:01:37 Es mucho peor que se la ensuciaban.
0:01:41 Pero a los de las arpías se sostuvo hasta que Calais, no Calais, como dicen algunos franceses,
0:01:47 sino Calais y Cetes ayudaron a Fineo.
0:01:52 Estos muchachos mataron a una arpía, alejaron a la otra y lo liberaron así del castigo
0:01:59 que Helios le había impuesto por desprenderse del don que Helios más apreciaba.
0:02:08 Me gustó, Titolía.
0:02:14 Unas de vos y más al final.
0:02:17 Está el mito de la civilia de Cuma, que tiene una versión amorosa y trágica.
0:02:25 En este caso, el truque no alcanzó a producirse del todo.
0:02:29 Civil es el nombre de una sacerdotisa encargada de anunciar los oráculos de Apolo.
0:02:36 Tal vez no es anunciar.
0:02:39 La más célebre de la civilia fue la civilia de Cuma.
0:02:43 Parece que, inmediatamente después de su nacimiento, creció de golpe, como algunas.
0:02:49 Y se puso a profetizar en verso.
0:02:52 Formulaban sus oráculos en una gruta, lo cual es muy conveniente.
0:02:57 Apolo parece... Dios Apolo, ¿no?
0:03:00 Se puso a la civilia de Cuma, que había tomado la satisfacción del primer deseo que expresara.
0:03:10 Y ella pidió la inmortalidad.
0:03:14 Apolo cumplió con su pedido.
0:03:17 Pero sucedió, y este es un olvido recurrente en los mitos griegos,
0:03:21 que la civilia no le había pedido además, eterna juventud.
0:03:28 Y eso, entonces, una nueva exigencia dijo,
0:03:31 ¡Ah! Quiero también eterna juventud.
0:03:34 Y esta vez Apolo pidió algo a cambio.
0:03:36 Dice, bueno, momento.
0:03:39 Y el caso es que Apolo le daría la juventud eterna solo si la civila le entregaba su virginidad.
0:03:45 Y la civila no quiso pagar con lo que consideraba de gran valía.
0:03:52 Y entonces, con el tiempo, llegaron las consecuencias.
0:03:56 Y la exigencia, la civila se volvía más flaca y seca,
0:04:00 hasta que la encerraron como un pájaro, una una jaula en el templo de Apolo.
0:04:04 Y allí le preguntaban cada día cuál era su deseo,
0:04:08 y la civila contestaba que deseaba morir.
0:04:12 Esa es el brillo comienzo, que es la cápita de la tierra valdía de Tomas el Dio.
0:04:18 Es muy bonita.
0:04:20 Podríamos decir, y eso es por no tener cuidado,
0:04:23 lo que pasa es que con esta objeción se derrumba toda poesía.
0:04:27 Es una objeción propia de un consejal de Vicente López.
0:04:31 O sea, la objeción burguesa al tema poético.
0:04:36 ¿Y por qué fue? ¿Por qué no se acordó?
0:04:38 ¿Por qué miró para atrás si sabía que...
0:04:40 Si iba a volver estatua de sal.
0:04:42 Si iba a volver estatua de sal.
0:04:44 ¿Quién le mandó a comer? ¿Quién le mandó a comer a aquella manzana?
0:04:47 ¿Qué ganó? Bueno, así se arruina toda poesía.
0:04:50 No estaría mal hacer un espectáculo teatral con objeciones burguesas.
0:04:55 No había más minas en Verona, Romeo.
0:05:00 Un foro de objeciones burguesas.
0:05:04 Momento, salta el tipo.
0:05:08 Mirá si un tipo va a ir caminando hasta Amsterdam,
0:05:11 nada más que pariera de buscar a la mujer que le gustaba.
0:05:13 Y sigue.
0:05:15 Mirá si el tipo va a elegir una vida más corta y más heroica,
0:05:18 en vez de una más larga y más tranquila.
0:05:21 Yo elegiría una larga y tranquila.
0:05:24 Mirá si un señor sargento con su suelo todo vez
0:05:27 se ve con un gaucho a torreltima martinfiérida.
0:05:29 Tomártela, a ver con los indios, por favor.
0:05:32 Y cada objeción es acompañada de una mirada al público, así.
0:05:36 Con las palmitas para arriba.
0:05:39 ¡Pero que es!
0:05:42 Y todo el público hace que...
0:05:46 Se está viendo en algunos programas periodísticos últimamente.
0:05:52 Bueno, si a Quiles, por ejemplo, hubiera preguntado a muchos de nuestros amigos,
0:05:58 la Iliada no se hubiera escrito nunca.
0:06:01 ¡Haga menor, no te metas, quédate acá!
0:06:04 Las miras son todas iguales.
0:06:06 ¿Y qué te apetecen en los líos como Cunyada?
0:06:09 No te casé con Elena de Troya, es linda, pero sabes cuánto líos.
0:06:15 Bueno, otro asunto.
0:06:17 Había una muchacha hermosa llamada Mestra,
0:06:20 de quien el Dios Poseidón, Dios del mar, se había enamorado.
0:06:23 Mestra solicitó al Dios un don a cambio de sus favores.
0:06:28 Era nada menos que el de poder convertirse en cualquier cosa a placer.
0:06:33 Poseidón no lo dudo, hoy aceptó el cambio.
0:06:36 Se unió a Mestra, por decirlo así,
0:06:39 y le dio lo pedido, como acabo de decir.
0:06:45 Recuerde, si a Cassandra, otra muchacha que recibió ciertos poderes,
0:06:50 a cambio del amor, el Dios Apolo estaba enamorado de ella
0:06:54 y le prometió enseñarle a adivinar el porvenir.
0:06:58 Pero ella tenía que entregarse a él.
0:07:01 Y Cassandra aceptó el pacto.
0:07:03 Entonces el tipo Apolo le enseñó a adivinar,
0:07:09 pero ella después se negó a unirse al Dios,
0:07:11 y Apolo, enojado, le escupió la boca, le escupió.
0:07:15 De este modo, no le quitaba el don de la profecía,
0:07:19 pero sí el de la persuasión,
0:07:21 de modo que las profecías de Cassandra jamás las creyó nadie.
0:07:26 Último cambio.
0:07:30 Las amadríades eran una categoría de ninfas de los árboles.
0:07:36 Nacían con el árbol que protegían y compartían su destino.
0:07:41 Por eso eran consideradas seres mediadores entre los mortales y los inmortales.
0:07:46 Se ponían contentas cuando las lluvias regaban sus árboles
0:07:50 y estaban de luto cuando los árboles perdían el follaje o algo así.
0:07:54 Las amadríades eran hermosas.
0:07:57 Y es por eso que pastores y héroes buscaban apuntalar viejas encinas o árboles
0:08:04 que peligraban para obtener favores.
0:08:07 Siempre favores amorosos, ¿no?
0:08:10 Y uno que aprovechó esta circunstancia fue un señor llamado Reco, casualmente.
0:08:19 Parece que las amadríades se le habían acercado para que Reco, con su saber,
0:08:25 recuperara una encina viejísima que estaba a punto de caerse.
0:08:29 Reco propuso entonces un truque.
0:08:32 La recuperación del árbol por el amor de todas las amadríades
0:08:37 y ellas aceptaron el pacto.
0:08:39 Pero lo previnieron contra toda infidelidad que pudiera cometer.
0:08:44 Le dijeron que una beja lo vigilaría siempre.
0:08:47 Reco aceptó y fue amado por cientos de ninfas, el tal Reco.
0:08:54 Pero parece que una vez con la aparente misión de llevarle un mensaje de las amadríades,
0:08:59 la beja, esta beja, buchona, esta beja corre veidile,
0:09:05 sorprendió a Reco, precisamente durante la unión con una muchacha de ninos.
0:09:12 A todo esto dicen que Reco recibió el insecto con grandes templares, imagínense.
0:09:18 ¿O qué es lo que haría cualquiera de nosotros?
0:09:20 Usted está con una muchacha de ninos, lo mostrándoles su afecto
0:09:23 y aparece una beja a importunarlo a uno con su zumbido
0:09:27 y no solamente con la molestia propia de un insecto, sino también con la posibilidad
0:09:31 de ir a ortibar a nuestras cien novias nuestra infidelidad.
0:09:36 El caso es que a los pocos días la beja otra vez se presentó,
0:09:40 pero esta vez picó en los ojos a Reco y le dejó ciego.
0:09:45 Este fue el castigo a su traición.
0:09:49 Es el último de los truques que quiero contar esta noche.
0:09:58 Es curioso, hay dos que pagaron con la vista los dos los recibieron.
0:10:06 ¿Quién quiere dedicarle?
0:10:08 Estaba pensando Alejandro que la operación, esta que consiste en cambiar algo, cualquier cosa sea,
0:10:13 no cosas tan inaprensibles como la virginilado tan prensible como la visión,
0:10:18 ha cambiado un determinado don, nunca puede ser un buen negocio.
0:10:22 Allí donde los hombres pueden negociar algo en términos marcantiles con los dioses,
0:10:25 hay algo de los equilibrios del mundo que falla.
0:10:27 Me gustan más los tipos que se oponen a una voluntad divina,
0:10:31 prometí a un amigo de este programa por ejemplo, y hacer de las suyas no negociando,
0:10:36 sino arriesgándose y enfrentándose.
0:10:38 ¿Prometeó si robó el fuego?
0:10:40 Claro, nada vera.
0:10:41 Que me andan negociando y después querés el hígado, quedá telópero.
0:10:45 Digamos que da la impresión de que en realidad los verdaderos bienes que uno más añora,
0:10:51 más de eso son aquellos que se han perdido, y en ese sentido no hay dioses que lo puedan ayudar a uno.
0:10:56 Piensemos, sino en cualquiera de los muchos personajes enamorados que hemos nombrado aquí,
0:11:01 que no darían por postergar, por dongar indefinidamente aquel momento por ejemplo en que sus ojos se cerraron,
0:11:07 y eso sí sería un pacto interesante, pero ahí los dioses nunca aparecen.
0:11:11 Bien, sus ojos se cerraron y lustra esta charla en la que dos cerraron.
0:11:17 Cerraron los ojos incluso sin morir.
0:11:21 Claro, es una manera fiel.
0:11:24 Canta desde luego Carlos Gardela. Adelante.
0:11:46 Pagaron los ecos de su reír solón y es cruel este silencio que me hace tanto mal.
0:11:54 Pues mía la piadosa dulzura de su mano que dieron a mis penas carillas de bondad.
0:12:03 Y ahora que la evoco, fúndima en mi tetrato la lágrima estrenzada,
0:12:09 se niega a notar y no tengo el consuelo de poder llorar.
0:12:16 Porque tu sal tan fuerte, monavida, porque esta muestra siniestra de la suerte
0:12:24 quise abrigar la rima por la muerte.
0:12:29 ¿Cómo me duele y aún la querida?
0:12:33 Yo sé que ahora vendrán caras extrañas.
0:12:37 Con tu limón la vía libre a mi torberto.
0:12:41 Todo es mentira, mentires del aberto.
0:12:45 Hoy está solo un mi corazón.
0:12:49 Como perros de pereza la pena traicionera.
0:12:53 Celando su cariño galopaban de serán.
0:12:58 Y escondidas las aguardes su vida abuela.
0:13:02 La muerte agasapada marcaba a tu compadre.
0:13:06 En vano yo alentaba a beber y una esperanza.
0:13:11 El agua en mi carne viva a sus garras del dolor.
0:13:15 Y mientras en las calles el local garabía,
0:13:19 el carnaval del mundo gozaba y te reía,
0:13:23 burlándose el destino, me robó su amor.
0:13:28 ¿Por qué tu sal es tan cruel como la vida?
0:13:33 ¿Por qué esta vuelta al diéstrato de la suerte?
0:13:37 Quise abrigar la rima por la muerte.
0:13:41 ¿Cómo me duele y aún la querida?
0:13:45 Yo sé que ahora vendrán caras extrañas.
0:13:49 Con tu limón la vía libre a mi torberto.
0:13:53 Todo es mentira, mentires del aberto.
0:13:57 Hoy está solo mi corazón.
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