Transcripción automática
0:00:06 Continuamos en la venganza, será terrible, estamos en la matinée de los lunes,
0:00:11 día en que hacemos el programa a las ocho de la noche, aquí en el Multiteatro Corrientes 1283,
0:00:17 lo emitimos a la media noche como siempre, pero pueden venir los lunes a las veinte horas, todos los lunes estamos aquí.
0:00:24 Hablaremos hoy de Haimdal, que es un personaje de los mitos nórdicos, ir a vigilante de los dioses en aquellas mitologías.
0:00:35 La palabra vigilante entraña para nosotros una cotidianidad o un cierto desdén que más bien la aleja de los mitos,
0:00:46 pero justamente esa contradicción entre vigilante y dioses hace efectivo este enunciado.
0:00:54 Vigilante de los dioses funciona, funciona, casi como un oxímodo, porque podría suponerse que los dioses no necesitan quien vigile por ellos.
0:01:08 Los dioses son buenos, pero si los vigilan son mejores.
0:01:11 Parece que en el transcurso de un paseo por la orilla del mar, Odin, el príncipe de los dioses nórdicos,
0:01:18 vio una vez a nueve muchachas, las doncillas de las olas, se llamaban Gjallb, Greib, Eggea, Augegea, Ulfrun,
0:01:29 Aurgiafa, Sindur, Atla, o mejor dicho, Ijjarn Saksa.
0:01:36 El último nombre es un tanto dificultoso.
0:01:38 Ijjarn Saksa.
0:01:40 Estaban profundamente dormidas las chicas sobre la arena, como suele ocurrir.
0:01:46 Odin quedó tan enamorado de aquellas hermosas que tal como relata el Edda, se unió, por no decir otra cosa, a las nueve.
0:01:57 No a las nueve de la noche, ni tampoco a las nueve de la mañana, sino a las nueve niatas.
0:02:03 Una atrás de la otra, agregaría a John que no estoy seguro.
0:02:08 De un modo que no podemos imaginar, las doncillas se combinaron para dar a luz un hijo.
0:02:17 Nueve dieron a luz a uno.
0:02:20 Ya es raro que una de él usa nueve.
0:02:24 Pero que nueve en luz a uno es por lo menos incómodo.
0:02:29 El beso pertinente del Edda dice así.
0:02:32 Nací de nueve madres, hijo soy de nueve hermanas.
0:02:35 Esto, hijo de nueve hermanas, hijo de nueve madres, sin embargo a nosotros aquí en el río de La Plata,
0:02:42 no nos resulta tan extranjero.
0:02:44 Incluso a veces las hermanas de las cuales reputamos hijo a algún amigo, no son nueve, sino mil.
0:02:52 Así que la idea de ser uno hijo de una madre no es nueva para nosotros.
0:02:59 Hainal, del mismo modo que el Hermes clásico, era el mensajero de los dioses.
0:03:05 Y creció, en realidad creció completamente, tal como Hermes, el mismo día de su nacimiento.
0:03:13 Al día después de su nacimiento.
0:03:15 Cuando cumplió un día ya estaba grande como usted.
0:03:19 Y se lanzó a Lásgard a encontrarse con su padre.
0:03:23 Se hibió a los dioses que observaban con orgullo el puente Bifrost,
0:03:28 el cual acababan de construir con fuego, aire y agua.
0:03:32 Ese puente bien podía ser, si uno es poeta, el arco iris.
0:03:36 Sobre ese puente viajaban los dioses de un lado a otro de la tierra o de la tierra al cielo
0:03:41 o hasta el manantial Urdar que queda al pie del Fresno y Drázil donde solían reunirse para matear.
0:03:48 Era el manantial que custodiaba Mímir, de entre todos los dioses Thor, el dios del Trueno,
0:03:55 era el único que no pasaba por arriba el puente porque tenía miedo de que sus pasos pesados
0:04:00 entraran en resonancia y derrubaran el puente.
0:04:05 También temía que las espuelas que usaba para su floreo podían raspar los colores.
0:04:12 No sé qué es lo que tembía.
0:04:15 El único inconveniente que preocupaba realmente a los dioses era que los gigantes pudieran usar
0:04:20 a aquel puente para acceder a Lásgard.
0:04:22 Los gigantes eran los enemigos de los dioses de Lásgard.
0:04:26 Muy bien, los dioses habían estado deliberando acerca de la conveniencia
0:04:31 de asignarle al puente un guardián.
0:04:35 Y el puesto fue otorgado al recién llegado Haimdall que había crecido enteramente con sólo un día de vida.
0:04:41 Y desde entonces Haimdall veló día y noche sobre el puente Bifrost.
0:04:46 Para permitir que Haimdall detectara la proximidad de cualquier enemigo,
0:04:51 los dioses le otorgaron sentidos tan agudos que se dice que era capaz de oír la hierba crecer en las colinas
0:04:58 y oír como la lana crecía en los lomos de las ovejas.
0:05:03 Haimdall podía también ver extraordinaria distancia, tan claramente de día como de noche.
0:05:10 Tenía unos ojos que todo lo penetraban.
0:05:13 Además no dormía.
0:05:15 Y como si fuera poco, podía convertirse en cualquier cosa,
0:05:19 ya que le había sido asignado el don de la metamorfosis.
0:05:22 También se le dio una espada y un maravilloso corno,
0:05:27 el corno que se llamaba Jalajor.
0:05:42 Esto me dirá, esos son dos cornos.
0:05:44 Pero vienen así por sindicatos.
0:05:47 Por Haimdall.
0:05:50 Este corno se llamaba el Jalajorn.
0:05:54 O sea, Jalaj era el nombre del corno.
0:05:56 Los dioses le ordenaron que cuando registrase la posibilidad de un enemigo tocar el corno.
0:06:02 Dice modo, el sonido del Jalajor despertaría todas las criaturas del cielo y la tierra.
0:06:08 Para tener siempre a mano el instrumento, Haimdall lo colgaba de una rama de Lig Drasil, el Fresno Mundial.
0:06:18 Para cuando lo sumergía en las aguas del Marantial de Mímir,
0:06:23 digo, cuando lo sumergía, me lo pregunto,
0:06:25 bueno, cuando quería pegarlo enjuagada.
0:06:27 Lo limpiaba así.
0:06:29 ¿Qué es lo que viene?
0:06:30 Le limpiaba la saliva enjuagándolo en la fuente de Mímir,
0:06:35 allí donde estaba el ojo de Odín,
0:06:37 que ya hacía en las profundidades de aquel Marantial.
0:06:41 Odín había pagado con ese ojo el don de la sabiduría.
0:06:44 Haimdall tenía un palacio, se llamaba Kimmingsburg,
0:06:48 y estaba situado en el punto más alto del puente, como una garita.
0:06:52 Claro, en México.
0:06:53 Ahí lo visitaban a menudo los dioses,
0:06:56 bebían una hidromiel deliciosa que él utilizaba para gasejarlos.
0:07:01 Haimdall lo distinguía por su dentadura de oro,
0:07:05 que destellaba naturalmente cuando sonreía,
0:07:10 pero me parece que este era obra de milagro y no de dentista.
0:07:13 También era propietario de un caballo...
0:07:16 Se va pareciendo que era más un mafioso.
0:07:19 ...de crinesáureas, viente de oro, caballo de carrera.
0:07:22 Se llamaba Gultop, y andaba a caballo de aquí para allá sobre el puente.
0:07:27 Caballo regalado.
0:07:28 La verdad es que Haimdall, durante su custodia,
0:07:31 debió estar más atento a los desmanes de algún integrante de Lásgar,
0:07:34 que no a la llegada de un gigante.
0:07:36 Una de las vigilancias de Haimdall fue la siguiente.
0:07:40 Una noche lo molestó el suave sonido de lo que parecían ser pasos de gato
0:07:46 en dirección al Palacio de Freya, que era la diosa de la belleza y del amor.
0:07:51 Este palacio, llamado Césrúnir,
0:07:55 Césrúnir, Césrúnir, lo dije bien la primera vez.
0:08:00 Quiere decir el espacioso de asientos, como todos sabemos.
0:08:04 El idioma nórdico es muy fácil.
0:08:09 Césrúnir quiere decir el espacioso de asientos y todo por el estilo.
0:08:14 Bueno, todos los dioses estaban enamorados de Freya,
0:08:19 y le dieron un lugar en donde podía acomodar fácilmente a todos sus huésperes.
0:08:27 La cuestión fue que Haimdall visitó la oscuridad,
0:08:30 o fue a ver qué pasaba con ese ruido de pasos de gato,
0:08:34 y vio que el sonido era producido por Loki,
0:08:38 presentado casi siempre como el de las maldades, del cielo nórdico.
0:08:42 Loki había entrado sigilosamente en el palacio
0:08:45 y se había aproximado al lecho de Freya.
0:08:51 Su propósito era, sin embargo, afanarle el collar de oro,
0:08:55 Bresingamen, así se llamaba, todas las cosas tenían.
0:08:59 Tienen un nombre, eso está bien.
0:09:01 Era el emblema de la fertilidad de la tierra.
0:09:03 El collar que habían fabricado los enanos,
0:09:06 era además de beso poderoso, aumentaba los encantos del poseedor.
0:09:12 Vos te comprabas ese collar, te lo ponías,
0:09:15 y resultabas mucho más atractivo de lo que ya era sin collar.
0:09:19 Muy bien, eso fue lo que vio Haimdall.
0:09:22 Y Loki codiciaba ese collar y se disponía a afanarlo.
0:09:27 Haimdall vio que la diosa se encontraba dormida
0:09:30 en una posición que, si es imposible,
0:09:32 abrir su collar sin despertarla.
0:09:34 Vio cómo se duerme uno a veces.
0:09:36 Loki permaneció dubitativo al lado de la cama durante unos momentos.
0:09:40 Y entonces hizo lo siguiente.
0:09:43 Recitó una frase que permitían a los dioses cambiar de forma.
0:09:48 Entonces Loki quedó convertido en una pública.
0:09:52 Se deslizó bajo las sábanas, picó a Freya,
0:09:56 y ella cambió de posición el cierre del collar que doa la vista.
0:10:01 Loki volvió a asustar el natural y robó el collar.
0:10:04 Hasta un niño puede hacerlo.
0:10:06 Pero entonces el vigilante Haimdall se lanzó a una persecución
0:10:11 que estuvo llena de transformaciones.
0:10:13 Haimdall, desenvainoso espada y el dios Loki, se convirtió en una llama.
0:10:18 Entonces Haimdall se transformó en nube
0:10:21 y envió una subya para pagar aquella llama.
0:10:23 Sin embargo, Loki alteró su forma para parecer comunoso,
0:10:27 que abrió sus fauces para beberse el agua de la lluvia.
0:10:30 Haimdall se endejó a intimidar, se volvió oso pero más grande,
0:10:34 y atacó ferozmente a Loki.
0:10:36 Bueno, ya cuando la lucha amenazaba a terminar mal para Loki,
0:10:40 Loki volvió el collar.
0:10:42 Bueno, entonces más, llevártelo.
0:10:44 Y otra vez lo pusieron en el cuello de Freya.
0:10:47 Por aquella vigilancia atenta, Haimdall fue felicitado por los dioses muchas veces.
0:10:52 Un día Haimdall hará sonar el ya al arjón
0:10:56 y el sonido del corno mágico despertará a todos.
0:11:00 Será en realidad la única vez que sonará el corno.
0:11:03 Haimdall lo hará sonar cuando perciba
0:11:06 que las peores bestias y los gigantes se están acercando a luchar con los dioses.
0:11:11 Será el comienzo de la batalla final, el Ragnarok, el oraz, el ocaso de los dioses.
0:11:17 El orazio de los dioses no tenía mal tampoco.
0:11:22 Esta es la historia de Haimdall, el vigilante de los ojos penetrantes,
0:11:28 que veía todo lo que estaba sucediendo.
0:11:36 Es una historia...
0:11:38 Me gusta mucho el collar a mí, antes que usted diga nada.
0:11:43 Porque yo creo que existe ese collar.
0:11:47 Ese collar que hace que uno se vea más atractivo y más bello.
0:11:52 Ese collar es el amor del otro.
0:11:55 El amor del otro no se hace más atractivo.
0:11:59 Lo que no hay que hacer es sacárselo en el momento de la conquista.
0:12:04 No hay que sacarlo.
0:12:06 Ni al otro ni sacárselo uno si es que no se lo apue.
0:12:09 Porque es lo que hacen muchos.
0:12:12 Al día siguiente de Casorio se sacan el collar y aparece como son.
0:12:18 Pero es que no son, pero todavía.
0:12:22 ¿A quién quiere dedicar esta historia de Haimdall, del vigilante, de sus sentidos,
0:12:29 del puente bifrós que conduce directamente al cielo?
0:12:33 En principio, el Haimdall se merece un poco de nuestra tolerancia,
0:12:37 porque no contento con ser vigilante, era mensajero.
0:12:40 Que a los efectos de nuestra mitología es ser buchón también.
0:12:43 Son dos funciones ciertamente inhóspitas para una vida.
0:12:47 Pero después estaba pensando que es muy interesante que las cosas tengan nombre.
0:12:52 ¿Por qué? ¿Qué significa que las cosas tienen nombre?
0:12:54 Aquí el que conoce ese nombre tiene protestas.
0:12:57 Esto explica también esa situación del amor en que uno autiza.
0:13:00 Y esa especie de mote permite ese espacio de intimidantes.
0:13:04 En algún momento uno sabrá que esa palabra deja de funcionar,
0:13:08 porque quizás esa persona empezó a llamarse de otro modo porque alguien la volvió a autizar.
0:13:12 Con las cosas pasa lo mismo, casi siempre según parece.
0:13:15 El puente bifrós tiene un problema a los efectos de nuestra charra mirada de seres humanos,
0:13:21 porque este hecho de fuego, de aire y de agua.
0:13:24 Y entonces está privado de aquellos placeres y de aquellas miserias,
0:13:27 pero también de aquellas grandizas que solo permiten la tierra,
0:13:30 como solo sabemos los humanos que no los dioses.
0:13:32 Y después uno piensa que así como son diversas las vidas de los hombres,
0:13:36 Alejandro, las de los dioses no parecen tan diversas.
0:13:39 Digamos, Freya bien puede ser Venus, los gigantes bien pueden ser los titanes,
0:13:43 el ásgar bien puede ser el olimpo y así todo.
0:13:46 Y esto lleva uno a pensar que quizás ese cielo, ese cielo canónico, ese cielo ordenado,
0:13:53 quizás es un poco menos interesante que un cielo más chico, más pequeño,
0:13:57 de cada uno que uno le imagina como quiere, le imagina la medida que quiere.
0:14:01 Y que además tiene un gato terrible.
0:14:04 Cuando uno conoce ese cielo, después cuando lo pierde,
0:14:07 porque muchas veces los cielos se pierden, entonces todo lo demás va a ser un infierno.
0:14:11 Y uno puede pensar, pues sí, en el cielo de la trascendencia,
0:14:15 pero ahí viene un amigo de este programa como Martin Hagen,
0:14:17 que dice no, después de eso no tenés otra cosa.
0:14:19 Así que tenéis que buscar acá un momento de felicidad tal
0:14:23 que vos también puedes tener, si es que te lo mereces, aunque sea un pedacito de cielo.
0:14:28 Y pedacito del cielo va a cantar inmediatamente, Horacio Molina.
0:14:34 La casa tenía una reja pintada con quejas y cantos de amor.
0:14:52 La noche llenaba de hojeras, la reja, la hiedra y el viejo balcón.
0:15:03 Recuerdo que entonces reías, si yo te leía mi verso mejor.
0:15:13 Y ahora capricho del tiempo, leyendo esos versos, lloramos los dos.
0:15:22 Los años de la infancia pasaron, pasaron, la reja está dormida de tanto silencio.
0:15:32 Y en aquel pedacito de cielo se quedó tu alegría y mi amor.
0:15:41 Los años han pasado terribles, malfados, dejando esa esperanza que no ha de llegar.
0:15:51 Y recuerdo tu gesto a través, después de aquel beso robado al azar.
0:16:02 Tal vez se enfrió con la brisa tu cálida risa, tu límpida voz.
0:16:22 Tal vez escapó a tus hojeras la reja, la hiedra y el viejo balcón.
0:16:31 Tus ojos de azúcar quemadas traían distancias doradas al sol.
0:16:41 Y hoy quieres allá como entonces la reja de varón se temblando de amor.
0:16:49 Los años de la infancia pasaron, pasaron, la reja está dormida de tanto silencio.
0:17:00 Y en aquel pedacito de cielo se quedó tu alegría y mi amor.
0:17:09 Los años han pasado terribles, malfados, dejando esa esperanza que no ha de llegar.
0:17:18 Y recuerdo tu gesto a través, después de aquel beso robado al azar.
0:17:39 Era Horacio Molina en la venganza, será terrible, pedacito de cielo.
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