Encontrá todos los archivos de audio en MP3 del programa de radio La Venganza Será Terrible de Alejandro Dolina

24 de Octubre de 2012

Heimdallr, y un episodio de los mitos nórdicos

Transcripción automática

0:00:06 Continuamos en la venganza, será terrible, estamos en la matinée de los lunes,
0:00:11 día en que hacemos el programa a las ocho de la noche, aquí en el Multiteatro Corrientes 1283,
0:00:17 lo emitimos a la media noche como siempre, pero pueden venir los lunes a las veinte horas, todos los lunes estamos aquí.
0:00:24 Hablaremos hoy de Haimdal, que es un personaje de los mitos nórdicos, ir a vigilante de los dioses en aquellas mitologías.
0:00:35 La palabra vigilante entraña para nosotros una cotidianidad o un cierto desdén que más bien la aleja de los mitos,
0:00:46 pero justamente esa contradicción entre vigilante y dioses hace efectivo este enunciado.
0:00:54 Vigilante de los dioses funciona, funciona, casi como un oxímodo, porque podría suponerse que los dioses no necesitan quien vigile por ellos.
0:01:08 Los dioses son buenos, pero si los vigilan son mejores.
0:01:11 Parece que en el transcurso de un paseo por la orilla del mar, Odin, el príncipe de los dioses nórdicos,
0:01:18 vio una vez a nueve muchachas, las doncillas de las olas, se llamaban Gjallb, Greib, Eggea, Augegea, Ulfrun,
0:01:29 Aurgiafa, Sindur, Atla, o mejor dicho, Ijjarn Saksa.
0:01:36 El último nombre es un tanto dificultoso.
0:01:38 Ijjarn Saksa.
0:01:40 Estaban profundamente dormidas las chicas sobre la arena, como suele ocurrir.
0:01:46 Odin quedó tan enamorado de aquellas hermosas que tal como relata el Edda, se unió, por no decir otra cosa, a las nueve.
0:01:57 No a las nueve de la noche, ni tampoco a las nueve de la mañana, sino a las nueve niatas.
0:02:03 Una atrás de la otra, agregaría a John que no estoy seguro.
0:02:08 De un modo que no podemos imaginar, las doncillas se combinaron para dar a luz un hijo.
0:02:17 Nueve dieron a luz a uno.
0:02:20 Ya es raro que una de él usa nueve.
0:02:24 Pero que nueve en luz a uno es por lo menos incómodo.
0:02:29 El beso pertinente del Edda dice así.
0:02:32 Nací de nueve madres, hijo soy de nueve hermanas.
0:02:35 Esto, hijo de nueve hermanas, hijo de nueve madres, sin embargo a nosotros aquí en el río de La Plata,
0:02:42 no nos resulta tan extranjero.
0:02:44 Incluso a veces las hermanas de las cuales reputamos hijo a algún amigo, no son nueve, sino mil.
0:02:52 Así que la idea de ser uno hijo de una madre no es nueva para nosotros.
0:02:59 Hainal, del mismo modo que el Hermes clásico, era el mensajero de los dioses.
0:03:05 Y creció, en realidad creció completamente, tal como Hermes, el mismo día de su nacimiento.
0:03:13 Al día después de su nacimiento.
0:03:15 Cuando cumplió un día ya estaba grande como usted.
0:03:19 Y se lanzó a Lásgard a encontrarse con su padre.
0:03:23 Se hibió a los dioses que observaban con orgullo el puente Bifrost,
0:03:28 el cual acababan de construir con fuego, aire y agua.
0:03:32 Ese puente bien podía ser, si uno es poeta, el arco iris.
0:03:36 Sobre ese puente viajaban los dioses de un lado a otro de la tierra o de la tierra al cielo
0:03:41 o hasta el manantial Urdar que queda al pie del Fresno y Drázil donde solían reunirse para matear.
0:03:48 Era el manantial que custodiaba Mímir, de entre todos los dioses Thor, el dios del Trueno,
0:03:55 era el único que no pasaba por arriba el puente porque tenía miedo de que sus pasos pesados
0:04:00 entraran en resonancia y derrubaran el puente.
0:04:05 También temía que las espuelas que usaba para su floreo podían raspar los colores.
0:04:12 No sé qué es lo que tembía.
0:04:15 El único inconveniente que preocupaba realmente a los dioses era que los gigantes pudieran usar
0:04:20 a aquel puente para acceder a Lásgard.
0:04:22 Los gigantes eran los enemigos de los dioses de Lásgard.
0:04:26 Muy bien, los dioses habían estado deliberando acerca de la conveniencia
0:04:31 de asignarle al puente un guardián.
0:04:35 Y el puesto fue otorgado al recién llegado Haimdall que había crecido enteramente con sólo un día de vida.
0:04:41 Y desde entonces Haimdall veló día y noche sobre el puente Bifrost.
0:04:46 Para permitir que Haimdall detectara la proximidad de cualquier enemigo,
0:04:51 los dioses le otorgaron sentidos tan agudos que se dice que era capaz de oír la hierba crecer en las colinas
0:04:58 y oír como la lana crecía en los lomos de las ovejas.
0:05:03 Haimdall podía también ver extraordinaria distancia, tan claramente de día como de noche.
0:05:10 Tenía unos ojos que todo lo penetraban.
0:05:13 Además no dormía.
0:05:15 Y como si fuera poco, podía convertirse en cualquier cosa,
0:05:19 ya que le había sido asignado el don de la metamorfosis.
0:05:22 También se le dio una espada y un maravilloso corno,
0:05:27 el corno que se llamaba Jalajor.
0:05:42 Esto me dirá, esos son dos cornos.
0:05:44 Pero vienen así por sindicatos.
0:05:47 Por Haimdall.
0:05:50 Este corno se llamaba el Jalajorn.
0:05:54 O sea, Jalaj era el nombre del corno.
0:05:56 Los dioses le ordenaron que cuando registrase la posibilidad de un enemigo tocar el corno.
0:06:02 Dice modo, el sonido del Jalajor despertaría todas las criaturas del cielo y la tierra.
0:06:08 Para tener siempre a mano el instrumento, Haimdall lo colgaba de una rama de Lig Drasil, el Fresno Mundial.
0:06:18 Para cuando lo sumergía en las aguas del Marantial de Mímir,
0:06:23 digo, cuando lo sumergía, me lo pregunto,
0:06:25 bueno, cuando quería pegarlo enjuagada.
0:06:27 Lo limpiaba así.
0:06:29 ¿Qué es lo que viene?
0:06:30 Le limpiaba la saliva enjuagándolo en la fuente de Mímir,
0:06:35 allí donde estaba el ojo de Odín,
0:06:37 que ya hacía en las profundidades de aquel Marantial.
0:06:41 Odín había pagado con ese ojo el don de la sabiduría.
0:06:44 Haimdall tenía un palacio, se llamaba Kimmingsburg,
0:06:48 y estaba situado en el punto más alto del puente, como una garita.
0:06:52 Claro, en México.
0:06:53 Ahí lo visitaban a menudo los dioses,
0:06:56 bebían una hidromiel deliciosa que él utilizaba para gasejarlos.
0:07:01 Haimdall lo distinguía por su dentadura de oro,
0:07:05 que destellaba naturalmente cuando sonreía,
0:07:10 pero me parece que este era obra de milagro y no de dentista.
0:07:13 También era propietario de un caballo...
0:07:16 Se va pareciendo que era más un mafioso.
0:07:19 ...de crinesáureas, viente de oro, caballo de carrera.
0:07:22 Se llamaba Gultop, y andaba a caballo de aquí para allá sobre el puente.
0:07:27 Caballo regalado.
0:07:28 La verdad es que Haimdall, durante su custodia,
0:07:31 debió estar más atento a los desmanes de algún integrante de Lásgar,
0:07:34 que no a la llegada de un gigante.
0:07:36 Una de las vigilancias de Haimdall fue la siguiente.
0:07:40 Una noche lo molestó el suave sonido de lo que parecían ser pasos de gato
0:07:46 en dirección al Palacio de Freya, que era la diosa de la belleza y del amor.
0:07:51 Este palacio, llamado Césrúnir,
0:07:55 Césrúnir, Césrúnir, lo dije bien la primera vez.
0:08:00 Quiere decir el espacioso de asientos, como todos sabemos.
0:08:04 El idioma nórdico es muy fácil.
0:08:09 Césrúnir quiere decir el espacioso de asientos y todo por el estilo.
0:08:14 Bueno, todos los dioses estaban enamorados de Freya,
0:08:19 y le dieron un lugar en donde podía acomodar fácilmente a todos sus huésperes.
0:08:27 La cuestión fue que Haimdall visitó la oscuridad,
0:08:30 o fue a ver qué pasaba con ese ruido de pasos de gato,
0:08:34 y vio que el sonido era producido por Loki,
0:08:38 presentado casi siempre como el de las maldades, del cielo nórdico.
0:08:42 Loki había entrado sigilosamente en el palacio
0:08:45 y se había aproximado al lecho de Freya.
0:08:51 Su propósito era, sin embargo, afanarle el collar de oro,
0:08:55 Bresingamen, así se llamaba, todas las cosas tenían.
0:08:59 Tienen un nombre, eso está bien.
0:09:01 Era el emblema de la fertilidad de la tierra.
0:09:03 El collar que habían fabricado los enanos,
0:09:06 era además de beso poderoso, aumentaba los encantos del poseedor.
0:09:12 Vos te comprabas ese collar, te lo ponías,
0:09:15 y resultabas mucho más atractivo de lo que ya era sin collar.
0:09:19 Muy bien, eso fue lo que vio Haimdall.
0:09:22 Y Loki codiciaba ese collar y se disponía a afanarlo.
0:09:27 Haimdall vio que la diosa se encontraba dormida
0:09:30 en una posición que, si es imposible,
0:09:32 abrir su collar sin despertarla.
0:09:34 Vio cómo se duerme uno a veces.
0:09:36 Loki permaneció dubitativo al lado de la cama durante unos momentos.
0:09:40 Y entonces hizo lo siguiente.
0:09:43 Recitó una frase que permitían a los dioses cambiar de forma.
0:09:48 Entonces Loki quedó convertido en una pública.
0:09:52 Se deslizó bajo las sábanas, picó a Freya,
0:09:56 y ella cambió de posición el cierre del collar que doa la vista.
0:10:01 Loki volvió a asustar el natural y robó el collar.
0:10:04 Hasta un niño puede hacerlo.
0:10:06 Pero entonces el vigilante Haimdall se lanzó a una persecución
0:10:11 que estuvo llena de transformaciones.
0:10:13 Haimdall, desenvainoso espada y el dios Loki, se convirtió en una llama.
0:10:18 Entonces Haimdall se transformó en nube
0:10:21 y envió una subya para pagar aquella llama.
0:10:23 Sin embargo, Loki alteró su forma para parecer comunoso,
0:10:27 que abrió sus fauces para beberse el agua de la lluvia.
0:10:30 Haimdall se endejó a intimidar, se volvió oso pero más grande,
0:10:34 y atacó ferozmente a Loki.
0:10:36 Bueno, ya cuando la lucha amenazaba a terminar mal para Loki,
0:10:40 Loki volvió el collar.
0:10:42 Bueno, entonces más, llevártelo.
0:10:44 Y otra vez lo pusieron en el cuello de Freya.
0:10:47 Por aquella vigilancia atenta, Haimdall fue felicitado por los dioses muchas veces.
0:10:52 Un día Haimdall hará sonar el ya al arjón
0:10:56 y el sonido del corno mágico despertará a todos.
0:11:00 Será en realidad la única vez que sonará el corno.
0:11:03 Haimdall lo hará sonar cuando perciba
0:11:06 que las peores bestias y los gigantes se están acercando a luchar con los dioses.
0:11:11 Será el comienzo de la batalla final, el Ragnarok, el oraz, el ocaso de los dioses.
0:11:17 El orazio de los dioses no tenía mal tampoco.
0:11:22 Esta es la historia de Haimdall, el vigilante de los ojos penetrantes,
0:11:28 que veía todo lo que estaba sucediendo.
0:11:36 Es una historia...
0:11:38 Me gusta mucho el collar a mí, antes que usted diga nada.
0:11:43 Porque yo creo que existe ese collar.
0:11:47 Ese collar que hace que uno se vea más atractivo y más bello.
0:11:52 Ese collar es el amor del otro.
0:11:55 El amor del otro no se hace más atractivo.
0:11:59 Lo que no hay que hacer es sacárselo en el momento de la conquista.
0:12:04 No hay que sacarlo.
0:12:06 Ni al otro ni sacárselo uno si es que no se lo apue.
0:12:09 Porque es lo que hacen muchos.
0:12:12 Al día siguiente de Casorio se sacan el collar y aparece como son.
0:12:18 Pero es que no son, pero todavía.
0:12:22 ¿A quién quiere dedicar esta historia de Haimdall, del vigilante, de sus sentidos,
0:12:29 del puente bifrós que conduce directamente al cielo?
0:12:33 En principio, el Haimdall se merece un poco de nuestra tolerancia,
0:12:37 porque no contento con ser vigilante, era mensajero.
0:12:40 Que a los efectos de nuestra mitología es ser buchón también.
0:12:43 Son dos funciones ciertamente inhóspitas para una vida.
0:12:47 Pero después estaba pensando que es muy interesante que las cosas tengan nombre.
0:12:52 ¿Por qué? ¿Qué significa que las cosas tienen nombre?
0:12:54 Aquí el que conoce ese nombre tiene protestas.
0:12:57 Esto explica también esa situación del amor en que uno autiza.
0:13:00 Y esa especie de mote permite ese espacio de intimidantes.
0:13:04 En algún momento uno sabrá que esa palabra deja de funcionar,
0:13:08 porque quizás esa persona empezó a llamarse de otro modo porque alguien la volvió a autizar.
0:13:12 Con las cosas pasa lo mismo, casi siempre según parece.
0:13:15 El puente bifrós tiene un problema a los efectos de nuestra charra mirada de seres humanos,
0:13:21 porque este hecho de fuego, de aire y de agua.
0:13:24 Y entonces está privado de aquellos placeres y de aquellas miserias,
0:13:27 pero también de aquellas grandizas que solo permiten la tierra,
0:13:30 como solo sabemos los humanos que no los dioses.
0:13:32 Y después uno piensa que así como son diversas las vidas de los hombres,
0:13:36 Alejandro, las de los dioses no parecen tan diversas.
0:13:39 Digamos, Freya bien puede ser Venus, los gigantes bien pueden ser los titanes,
0:13:43 el ásgar bien puede ser el olimpo y así todo.
0:13:46 Y esto lleva uno a pensar que quizás ese cielo, ese cielo canónico, ese cielo ordenado,
0:13:53 quizás es un poco menos interesante que un cielo más chico, más pequeño,
0:13:57 de cada uno que uno le imagina como quiere, le imagina la medida que quiere.
0:14:01 Y que además tiene un gato terrible.
0:14:04 Cuando uno conoce ese cielo, después cuando lo pierde,
0:14:07 porque muchas veces los cielos se pierden, entonces todo lo demás va a ser un infierno.
0:14:11 Y uno puede pensar, pues sí, en el cielo de la trascendencia,
0:14:15 pero ahí viene un amigo de este programa como Martin Hagen,
0:14:17 que dice no, después de eso no tenés otra cosa.
0:14:19 Así que tenéis que buscar acá un momento de felicidad tal
0:14:23 que vos también puedes tener, si es que te lo mereces, aunque sea un pedacito de cielo.
0:14:28 Y pedacito del cielo va a cantar inmediatamente, Horacio Molina.
0:14:34 La casa tenía una reja pintada con quejas y cantos de amor.
0:14:52 La noche llenaba de hojeras, la reja, la hiedra y el viejo balcón.
0:15:03 Recuerdo que entonces reías, si yo te leía mi verso mejor.
0:15:13 Y ahora capricho del tiempo, leyendo esos versos, lloramos los dos.
0:15:22 Los años de la infancia pasaron, pasaron, la reja está dormida de tanto silencio.
0:15:32 Y en aquel pedacito de cielo se quedó tu alegría y mi amor.
0:15:41 Los años han pasado terribles, malfados, dejando esa esperanza que no ha de llegar.
0:15:51 Y recuerdo tu gesto a través, después de aquel beso robado al azar.
0:16:02 Tal vez se enfrió con la brisa tu cálida risa, tu límpida voz.
0:16:22 Tal vez escapó a tus hojeras la reja, la hiedra y el viejo balcón.
0:16:31 Tus ojos de azúcar quemadas traían distancias doradas al sol.
0:16:41 Y hoy quieres allá como entonces la reja de varón se temblando de amor.
0:16:49 Los años de la infancia pasaron, pasaron, la reja está dormida de tanto silencio.
0:17:00 Y en aquel pedacito de cielo se quedó tu alegría y mi amor.
0:17:09 Los años han pasado terribles, malfados, dejando esa esperanza que no ha de llegar.
0:17:18 Y recuerdo tu gesto a través, después de aquel beso robado al azar.
0:17:39 Era Horacio Molina en la venganza, será terrible, pedacito de cielo.

Comentarios (0)

No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!


Tenés que Iniciar sesión para comentar.
Podés darle estilo y formato al texto utilizando Markdown