Transcripción automática
0:00:00 Hoy vamos en la venganza a Serata Rible desde el auditorio de Radio del Plata. Estamos en Gorriti 596.
0:00:08 Y tres mañana también estaremos aquí. El jueves también. El viernes no. El lunes sí y el martes también y así.
0:00:15 Era que lindo, ¿eh?
0:00:17 Sí, Che nos regalaron algo muy lindo de México.
0:00:20 ¡Masivino!
0:00:21 ¿Carta escribió de Aguayo?
0:00:23 Digamos que los oyentes no están bien mirando.
0:00:26 Son unas cartas, una loterilla, ¿eh?
0:00:29 La lotería criosa.
0:00:31 Señores, hablaremos de una señora, ¿eh?
0:00:34 De una señora muy hermosa y una crís, una cantante.
0:00:38 Ortencio Snyder se llamaba y fue muy famosa durante la época del segundo imperio en París,
0:00:45 la época de Luis Napoleón, Napoleón III.
0:00:48 Habían nacido en abril de 1833.
0:00:53 Era hija de un sastre.
0:00:55 Parece que tuvo una infancia feliz allí en el taller de su padre,
0:01:00 donde hacía toda clase de gracias para los visitantes que lo obligaban a cantar a veces.
0:01:06 Era hermosa.
0:01:07 Cuando llegó a crecer, tuvo un rostro casi perfecto.
0:01:14 Un cabello rubio tirando a rojo.
0:01:18 No sé bien cómo se puede tirar a rojo, pero está bien.
0:01:21 Y un busto esplendoroso también.
0:01:23 Es fantástico.
0:01:25 Su temperamento era osado y ardiente.
0:01:29 Cuando tenía 15 años, su padre la llevó al taller de una modista
0:01:34 con la esperanza que siguiera la tradición familiar.
0:01:38 Él era sastre y quería ser de su hijo una modista.
0:01:41 Parece que desde así a siglos los Snyder se dedicaban a la confección y arreglo de todo tipo de ropas.
0:01:50 Pero un día me jordó ya.
0:01:55 Me presentó en el negocio un muchacho bastante mayor que Ortencia,
0:02:00 que era cajero en una tienda de armas.
0:02:04 Se llamaba Zhang.
0:02:07 Y parece que hubo entre hilos, agujas y madejas,
0:02:11 el cajero Zhang se convirtió en el primer amante de Ortencia Snyder.
0:02:16 Parece que le hacía muchos regalos.
0:02:20 En un momento, faltándole dinero para completar el precio de algún regalo,
0:02:25 echó mano la caja del lugar para el cual trabajaba,
0:02:29 por lo cual fue a parar a la cárcel y nunca más vio a Ortencia,
0:02:33 que ni siquiera lo fue a visitar.
0:02:35 Bueno, ¿por qué lo iba a visitar?
0:02:37 Ella alternava las clases de modista con clases de música.
0:02:41 Tenía una voz bastante buena.
0:02:44 En Burdeos no había un teatro importante,
0:02:48 pero por unos pocos francos,
0:02:51 podían asistir a una sociedad llamada Latin,
0:02:55 en donde había todo tipo de espectáculos.
0:02:59 Y en aquella sociedad fomento, sería que es yo,
0:03:02 Ortencia participó en muchas actividades,
0:03:06 hizo todo tipo de papeles teatrales en distintos géneros,
0:03:10 como el film, ópera cómica, melodrama, empezó a bailar un poco, qué sé yo.
0:03:15 Un día la contrataron para ir a la capital con una compañía.
0:03:20 Llegó a París, era 1855, y quedó deslumbrada.
0:03:25 A los pocos días, un amigo llamado Berthelieu le presentó al músico Jacques Offenbach.
0:03:32 Vamos a detenernos, si usted me permite, por un ratito en Jacques Offenbach.
0:03:37 No se llamaba así. Se llamaba Jacob Everst.
0:03:42 Había sido un colonia muy joven, había migrado a Francia.
0:03:46 Tocaba bien el violonchelo, y había logrado que lo aceptaban en el conservatorio
0:03:51 por un acomodo con Quirubini, que era el director del conservatorio.
0:03:55 Offenbach tenía mucha facilidad para crear melodías,
0:03:59 también muy divertido tocando el instrumento,
0:04:03 invitaba a las gallinas, qué sé yo.
0:04:07 Se divertía tocando las partituras de un modo extraño, por él tocaba unas notas así y otras no.
0:04:12 Y eso le divertía mucho a los compañeros músicos.
0:04:16 Sí, difícil. Sí, muy difícil.
0:04:20 Formaba parte del Orquesta de la Ópera Cómica,
0:04:24 y ahí empezaron a conocerse sus composiciones que eran basecitos, sentimentales.
0:04:30 Era capaz de componer en cualquier momento y circunstancia.
0:04:34 Sus amigos dicen que lo hicieron incluso en medio de un baile en su casa, en un rincón.
0:04:41 Acá dice que era muy frío lento, lo que no tiene nada que ver con su facilidad para la composición, pero no importa.
0:04:47 Andaba siempre envuelto en abrigos de piel, salía la calle con frasada, qué sé yo.
0:04:53 Un día se incendió la casa.
0:04:56 Y podían ir por la estufa.
0:05:00 Es una casa que había comprado con enormes sacrificios, intentó salvar el piano y lo tiró por la ventana.
0:05:08 Acción que, según sus propias palabras, lo destruyó de forma patética.
0:05:14 Es muy raro que eso.
0:05:17 Luego tomó una silla, se sentó en el jardín y tranquilamente presenció el espectáculo de la casa devorada por las llamas.
0:05:25 Bueno, pero volvamos al encuentro de Ortenzias Schneider con Jacques Offenbach.
0:05:30 Parece que el compositor, cuando la vio, le tiró una partitura a cualquiera con dejen y le pidió que la descifrara.
0:05:40 La muchacha medio temblorosa empezó a cantar y Offenbach quedó fascinado y la contrató.
0:05:46 A partir de ese momento Ortenzias Schneider y Jacques Offenbach formaron un binomio muy exitoso en el teatro de París.
0:05:57 Al mismo tiempo ya empezó con aventuras amorosas, pero lo con Offenbach.
0:06:02 Se convirtió un favorito del duque de Gramón.
0:06:07 Era el dandy más encantador de París.
0:06:10 Era el arquetipo de la época.
0:06:13 Rey de los restaurantes, Iguales-Messon-Doré, Al-Tortoni.
0:06:18 No, al de acá. Al de Francia.
0:06:22 Era socio-jockey-clou, pero no al de acá.
0:06:25 A los 25 años ya de tanto andar por fiestas y franca-chella,
0:06:33 me estoy hablando del duque de Gramón, ya estaba medio desgastado.
0:06:39 Era famoso por su duelo, se batía siempre a duelo.
0:06:42 El tipo, por ejemplo, era tío, pero un día se batió con uno que había injuriado a la virgen
0:06:47 y después dijo que no lo había hecho por crecente, sino porque no podía soportar que insultaran a una mujer.
0:06:53 Ese era el conde de Gramón.
0:06:55 Ortenzias estaba muy enamorada del duque, en realidad, de Gramón
0:06:59 y tuvo con él un hijo que resultó ser un desastre.
0:07:03 Profesaba a todos los vicios si había hecho chorro.
0:07:08 Bueno, como si este no fuera de más un vicio.
0:07:11 Por ahí se enfermó el duque de Gramón.
0:07:13 Le agarró una fulería, tuerculosis, que se lo viajó Egipto para mejorar su condición en aquel clima.
0:07:20 No pudo y murió en París tríctima y melancólico a los 30 años de edad.
0:07:26 Se murió y le dejó toda Ortencia.
0:07:28 Ella se olvidó de todos sus contratos y se la dejó mi carrera para que ir con toda la guita que tengo.
0:07:34 Offenbach, a quien lo había dejado ahí, con una amistad nada más, nunca había sido el amante.
0:07:41 Claro, se desesperó porque quería que la mina cantara con él.
0:07:46 Offenbach había querido sumarse a la lista de amantes.
0:07:51 Él decía que Ortenzias hacía demasiado ruido y resultaba demasiado espectacular,
0:07:56 pero nunca aclaró el significado de estas palabras.
0:08:00 Él la trataba afectosamente con cierta autoridad paterna y nada más.
0:08:05 A mí me parece que ella no le daba bolilla, que es el de las obras.
0:08:08 Disculpe que se lo diga aquí.
0:08:10 Un día retirada Ortencia en Burdeos, recibió un telegrama de Offenbach,
0:08:15 en que le invitaba a participar en una de sus obras.
0:08:18 Y así se creó la Veselena, que luego dio la vuelta al mundo.
0:08:23 Y todas las óperas cómicas de Offenbach, interpretadas por Ortencia,
0:08:30 recorrieron en el mundo, fueron muy ochitosas.
0:08:33 La más famosa es la Gran Duqueza de Geraltang, que coincidió con la exposición mundial de París.
0:08:44 Es una exposición mundial que reunió a las personalidades más célebres del mundo, las más importantes.
0:08:49 Cuando usted era importante, tenía aquí la exposición internacional de 1867.
0:08:54 Allí fue el que vive de Egipto, los emperadores de Rusia, de Rumania, fueron todos.
0:09:00 Respecto de la Gran Duqueza de Geraltang, la Opereta,
0:09:04 el reinado de Geraltang no existió nunca, sino la imaginación de sus autores.
0:09:11 El autor era Eugenio Suélt, el de los Misterios de París.
0:09:15 Ahí en esta obra aparece el miedo a la guerra que se aproximaba.
0:09:19 Pronto en 1870 se desató la guerra francoprusiana, etc.
0:09:23 Era una farsa militar cortesana, una porquería, me imagino.
0:09:27 Está alejando a segundo de Rusia si había hecho reservar un palco para ver la Gran Duqueza de Geraltang.
0:09:35 Se cuenta que durante sus días en París, por ahí desapareció repentinamente de una cena.
0:09:44 Lo buscaron por todas partes, por ahí pensaron que lo habían raptado los patriotas polacos,
0:09:49 que siempre andan por ahí raptando seres de Rusia.
0:09:54 Pronto se averiguó que su magistrado imperial, si había hecho llevar al hotelito que tenía,
0:09:59 el petío Tels, que tenía Ortencia en la calle Saint Denis,
0:10:03 y que así pasaba las noches en lugar del palacio que le habían asignado para la exposición.
0:10:10 También visitaron Ortencia el Duque Constantino, el Rey Luis I de Portugal, el Príncipe de Gales,
0:10:17 el Conde de Flanders, el Marajá de Capurtá, la Minita de Artegar.
0:10:25 La Minita lo espilanizaba un poco a todos con sus caprichos.
0:10:30 Las crónicas dicen que pasaron con el Sarder Rusia, por el hotelito,
0:10:36 y compartieron el composo lecho de aquella mujer.
0:10:41 Anote.
0:10:42 Tres emperadores.
0:10:45 Siete reyes.
0:10:46 No se da demasiado.
0:10:47 Un birrey.
0:10:48 Nueve grandes duques.
0:10:50 Dos archivos, 22 príncipes.
0:10:54 Y una cantidad indeterminada de personas particulares.
0:10:57 Envido.
0:10:58 No bajemos el nivel.
0:10:59 De todos se toma canudo.
0:11:01 El único que estableció con ello una relación más o menos duradera fue el que vive de Egipto, Ismael, Bey.
0:11:08 Bey era medio verdoso de pie, como este que habla.
0:11:11 Rechoncho y Vibaracho.
0:11:14 Bueno, era un enamorado de París y de voto de Ortencia.
0:11:19 Caprichoso, como ven, que vive y le infarraba el dinero a cuatro manos.
0:11:27 Un día mientras descansaba en un balneario de Bixín, estaba aburrido el caribe de Egipto
0:11:33 y mandó un telegrama a la Policía Francesa.
0:11:39 Tenía a mi, uno de los, uno de los.
0:11:41 Dice, por favor, mándenme a Schneider, firmado el caribe de Egipto.
0:11:49 Y los tipos de la cara estaban ahí, en el departamento de la Policía, en el pueblo Orzá, y qué es eso?
0:11:59 Los funcionarios pensaban que era un tipo que se llamaba un industrial, llamado Schneider,
0:12:08 director y fabricante de la industria pesada de la guerra.
0:12:11 Pensaron que el que vive de Egipto iba a cruzar un pedido importante de armas.
0:12:17 Lo mandaron a buscar al tipo, se llamaba Henry Schneider, y lo mandaron al balneario.
0:12:23 Y fue allá al tipo, imagínense, por un avalije, lo encontró al bajar, el que vive, ¿no?
0:12:30 Y abrió la puerta con una toalla en la cintura.
0:12:33 Soy Schneider, dice el tipo.
0:12:36 Dice que no prosperó la reunión.
0:12:38 Bueno, bueno, este...
0:12:43 Y llegó la guerra de 1870, que arrasó con el segundo imperio.
0:12:50 Y no solo con el segundo imperio, sino que le arruinó todo el tema de su carrera a Ufemba.
0:12:56 Se arruinó también la carrera de Ortencia-Schneider.
0:12:59 Los tiempos cambiaron, ella se retiró de la vida pública.
0:13:02 Y cosa curiosa, se casó con un falso Conde italiano, un goruta que le iba de Conde,
0:13:10 un gigolo de ojos almendrados, al que al final lo abandonó en Florencia cuando se dio cuenta
0:13:16 que el Thanos se había casado con ella solamente por la guita.
0:13:19 En cuanto a Ufemba, lo último que musicalizó fueron los famosos los cuentos de Hofmann, ¿no?
0:13:26 Que todos ustedes conocen.
0:13:28 Murió en 1880, atacado por la gota.
0:13:32 Y, fíjate, qué interesante este episodio.
0:13:36 Ortencia llegó corriendo para preguntar por la salud del maestro y encontró al portero llorando.
0:13:43 Y el portero le dijo,
0:13:45 Mezie Ufemba ha fallecido sin sufrir, casi sin darse cuenta.
0:13:52 Y ella le contestó que su sorpresa tendrá cuando se entere.
0:13:57 Y no se presentó nunca más.
0:14:02 El hijo que había tenido con el duque de Gramón murió joven.
0:14:09 Ella se fue a vivir al departamento de la madre, se dedicó a obras benéficas.
0:14:14 Murió ya cerca de nuestros días, el 19 de mayo de 1920 a los 86 años.
0:14:20 Y esta es la historia de esta falsa Condeza y falsa princesa enamorada de Ruckes,
0:14:25 de Salsidú, que marquese, Condez y personas de toda Índole.
0:14:32 A mí me gusta para dedicar esta charla ella misma y también el bueno de Ofenbach.
0:14:40 Ofenbach, que fue el único que no se anotó en esta numerosa bola de aristócrata.
0:14:48 Hace una música encantadora.
0:14:54 Algunos lo acusan de hacer una música con paciente, pero está bien.
0:15:03 Está bien compuesta, está bien arreglada, es correcta, no tiene que ver con la mala música.
0:15:13 Por ahí hay gente que prefiera algunas complejidades, pero está muy bien.
0:15:21 Entonces dedicamos a esta charla Ofenbach.
0:15:24 Y al querido Egipto, que estaba ahí en el bañario esperando la menel, le cayó todo...
0:15:30 Un tipo de chasón.
0:15:31 Un señor Snyder dispuesto a venderle armas.
0:15:33 El querido no quería, no quiero armas, estoy prendo una mina, dijo.
0:15:37 Bueno, fuimos ya al discotecario.
0:15:43 Sí, al discotecario y...
0:15:46 ¿Le dio algo de Ofenbach?
0:15:48 No, no tenía.
0:15:51 No tenía, me dijo.
0:15:55 ¿Y qué le dio algo vinculado al derrotero de esta muchacha?
0:16:03 No, me dijo lo siguiente.
0:16:05 Dice, mire, la victoria de esa muchacha no es nada comparada con mi hermana.
0:16:13 El día que se levanta mal se duce a cinco tipos.
0:16:21 Eh, bueno, señor.
0:16:23 En un día flojo.
0:16:25 Dijo así.
0:16:28 Es una trituradora de hombre.
0:16:29 Así les daman.
0:16:31 Bueno, pero esta mujer le digo, sedujo...
0:16:36 Reyes, Reyes y Pes.
0:16:38 Dice, mi hermana, sin él más lejos, sedujo a un tipo,
0:16:44 ese que es el bufetero, el hospital pirobano.
0:16:48 Y conoce muchos médicos.
0:16:51 Y una vez le dio la mano a Sergio Maravilla Martí.
0:16:57 Pero qué tiene que decir eso?
0:16:59 Me dijo, le digo todo, me dice el tipo y se queda mirando.
0:17:02 Es poco igual, no es mucho.
0:17:05 Eso le dije yo.
0:17:07 Se puso eso.
0:17:08 Saco una lista, lista de amantes de mi hermana.
0:17:11 ¿Y qué lleva la estadística?
0:17:12 Alpabética, ayer Carlos, con el quivero.
0:17:17 Y me dice, los muñecos que se volteó mi hermana.
0:17:25 Qué forma también.
0:17:27 Y sacó el bolsillo de atrás de un disco, en su mierda.
0:17:31 Se llama Estevalz.
0:17:34 Que parece compuesto por Offenbach, pero no.
0:17:37 Se llama Muñecos.
0:17:39 Y lo va a cantar Ruth Atague.
0:17:44 ¿La hermana del discotecario?
0:17:46 La hermana del discotecario, efectivamente.
0:17:49 Y esta música también es sentimental, pero está muy bien.
0:17:55 Escuchemos.
0:18:02 Mi hermana es un híndate del viejo vinyo, héroes de mi niñez.
0:18:09 El lado al guerrero la da maldraidor, mis amigos de ayer.
0:18:16 Mi muñeco que canta y sabe bailar, y habla la vez de amor.
0:18:23 Y a veces su corazón se deshaz de tanto llorar.
0:18:31 El tiempo pasa, la niñez se alejó.
0:18:38 Y los muñecos van perdiendo el color.
0:18:45 Cobres alvitas que no tienen edad, siguen cantando.
0:19:02 La vida nos mueve como en un viño, teatro de la ilusión.
0:19:08 Los tíos del alma los tira el compás, en destino fugaz.
0:19:15 Reímos, cantamos, lloramos de amor, tras de la felicidad.
0:19:22 Los hombres muñecos son, y deshazen la fatalidad.
0:19:30 El tiempo pasa, la niñez se alejó.
0:19:37 Y los muñecos van perdiendo el color.
0:19:44 Cobres alvitas que no tienen edad, siguen cantando.
0:19:59 La ruta taguile en la venganza será terrible, muñecos.
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