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14 de Octubre de 2011

Kirchnerismo para armar

Transcripción automática

0:00:00 Continuamos desde el Multiteatro de Buenos Aires por Radio Nacional. Les recordamos que mañana
0:00:09 haremos el programa Emma del Plata en el Teatro Auditorium en Horario Especial. A las 10 de la
0:00:15 noche estaremos haciendo la venganza desde allí. Acabamos de recibir una vez más. Sí,
0:00:21 aquí ayer hablamos de este libro Quilsinarismo para Armar, un libro de Peña Lillo, el mismo editor
0:00:30 de Don Arturo Jauretche, cuyo subtítulo es 26 miradas jóvenes sobre el movimiento político
0:00:39 que cambió la Argentina. Y está... aquí han venido a traerlo el amigo Castañeda y nuestra querida
0:00:50 amiga Julia Mengolini. Vamos a aplaudirlos. Que son personas que admiramos mucho además y que
0:01:07 citamos mucho. Que ellos no lo sepan porque probablemente no escuchan el programa, son personas
0:01:11 de trabajo. A esta hora estarán durmiendo. No, no, todo lo contrario. Vamos a...
0:01:17 Es sería todo lo contrario. Jamás están durmiendo. Jamás están durmiendo. Nunca duermen. Como pincas.
0:01:22 Bien, tal como habíamos prometido o como no habíamos prometido en realidad.
0:01:29 No, no, nunca prometimos casi nada. Tenemos un informe con curiosidades. Curiosidad es una palabra
0:01:37 tan poco prometedora, ¿no? Acerca de coches y carruajes, querido Barton. Atención. Hay un dato
0:01:46 interesante para comenzar y es que la invención de los coches cerrados, es decir, con techo,
0:01:54 ¿no? Con techo, puertas, ventanas, no, no data más atrás del siglo XVI. Es dato curiosísimo.
0:02:05 Antes de esa época, inclusive las personas distinguidas viajaban como mucho en literas,
0:02:11 querían esos vehículos para una o dos personas sin techo, con dos varas o unas tablas paralelas
0:02:22 para sentarse, una cosa muy elemental. El nombre coche admite la discusión filológica, ¿no?
0:02:30 Algunos sostienen que ha sido tomado del verbo francés, que no me atrevo a decir,
0:02:37 que quiere decir acostarse, entre otras cosas, kuscher, porque existe la posibilidad de hacerlo
0:02:44 dentro del habitáculo. Pero están los que dicen que la palabra deriva de una voz alemana,
0:02:51 que significa lecho de reposo, ¿sabes? ¿A quién les puede importar?
0:02:56 En febrero de 1519 hizo su entrada en Barcelona, el noble Don García de Toledo, junto a su mujer
0:03:04 Victoria Colón, nada menos. Iban en un magnífico coche, que según dicen fue el primero que se vio en Europa.
0:03:11 Ya poco después, en tiempo de Francisco I, en París, nuestros amigos franciscos de Valóano,
0:03:18 no había más que tres carruajes en Francia.
0:03:21 Él de la reina Claudia, el de Diana de Poitiers, que era la hermana del hijo de Francisco I, o sea, Enrique II.
0:03:30 Y el tercer coche pertenecía al noble René de Laval, que según las crónicas el pobre no podía ir a Caballón
0:03:37 y caminando porque estaba muy gordo. Allá por 1600 carrojas y carruajes ya cundían.
0:03:47 Y las consecuencias fueron interesantes. Por ejemplo, las calles europeas no estaban preparadas para que el tránsito de carruajes.
0:03:56 Y muchas ciudades sostenían, como sucede también ahora, su aspecto medieval
0:04:01 y estos nuevos coches ocupaban toda la calle. Incluso, había algunas calles donde no se podía meter.
0:04:07 En Francia había calles señaladas especialmente porque no eran ni muy anchas ni muy angostas.
0:04:14 Entonces no estaba claro si cabía el coche o no. ¿Qué dice la calle difícil?
0:04:21 La calle donde cabe el coche fenómeno. La calle donde no cabe, la se visto fenómeno.
0:04:30 A ojo no más, si esto es apenas una rajadura. Pero la calle que está ahí justo en el límite, es peligrosísima.
0:04:43 Porque puede ser que cuando entres con el coche este quepa, pero cae adelante, a 50 metros más allá,
0:04:53 le ponen una maceta, una mano de pintura, por ejemplo, un nuevo revoque y el coche se atasca
0:05:01 y ya no puede volver porque el caballo no recula con tanta eficacia.
0:05:08 ¿Con un carro atrás?
0:05:10 Han quedado coches allí con los esqueletos de los caballos.
0:05:16 Como hemos cortado alguna vez que sucede, cuando calculan demasiado al milímetro, el túnel por el cual discurren los subterráneos.
0:05:26 Hemos denunciado que en los últimos tramos que se están construyendo ahora, es muy justo
0:05:31 y a veces tienen que lijar los vagones para que entren e incluso a veces enjabonarlos.
0:05:37 Y tienen que enjabonar el vagón y a veces el piloto, el motorman, entra un poco y después sale de nuevo,
0:05:48 y le vuelve y así le ponen otra mano en jabón y así le da un vaibén.
0:05:55 Eso porque por mezclar.
0:05:59 Después lo llaman trabajo y salud.
0:06:03 En Francia estaban marcadas con un cartel que decía, ojo, estas calles, dudosas.
0:06:07 Y entonces el coche se bajaba y medía.
0:06:10 Primero medía el carro y después medía la calle.
0:06:13 Incluso se podía hacer el procedimiento de inversos.
0:06:16 Y luego procedía en consecuencia, me imagino.
0:06:19 Estas mediciones son de gran importancia, como sabe cualquiera.
0:06:28 Este mismo problema que tenían los cocheros en Europa en aquellos años,
0:06:36 se tiene en muchos órdenes de la vida, pero que no viene al caso.
0:06:42 Había tantos coches nuevos, allá por 1600, que los caminantes protestaban ante el peligro de haberse atropellado.
0:06:49 Las viejas especialmente.
0:06:51 Una vieja es un ser que tiene miedo de ser atropellado por un carruaje con caballo.
0:06:58 Todo ser humano tiene miedo.
0:07:00 El miedo principal de una vieja.
0:07:02 En japonés la palabra vieja quiere también decir ser que vive atemorizado por el peligro de ser atropellado por un carro con caballo.
0:07:12 Así de extraño es el idioma japonés y así de extrañas son las viejas.
0:07:17 Bueno, había tantos coches y la gente todavía no había desarrollado la atención necesaria para saltar y ponerse a salvo ante la aparición de aquellos bolidos.
0:07:29 Bueno, todos estarían acostumbrados a las literas que venían a mano, la llevaban, o a los huelles, y pronto aparecen estos caballos y estos carros.
0:07:42 Pero además aumentó la dosis de tiercol y orines.
0:07:46 Disculpenme, disculpen, en estos momentos se está retirando.
0:07:50 No, venga, señor.
0:07:51 La vieja, la vieja en cuestión.
0:07:55 Bien, provenientes justamente de los caballos.
0:08:00 Y hubo entonces problemas de limpieza también en las calles.
0:08:03 Aunque como se sabe la limpieza municipal en aquellos años, y especialmente en años anteriores, al 1600, hablo de la de media,
0:08:11 se dejaba librada las lluvias y también a los chanchos.
0:08:15 En el siglo XXI también.
0:08:16 Sí, los chanchos andaban por la calle y se morfaba la basura que la gente tiraba.
0:08:21 Cuenta Paul Johnson, otro amigo Paul Johnson, que durante siglos la gran línea de visoria entre los opulentos y los demás, digo ya dejando de lado los chanchos, ¿no?
0:08:35 Fue la posesión de un carruaje.
0:08:38 Uno era gente de carruaje o no lo era.
0:08:41 Ingresar en el grupo poseedor de carruajes era el signo más obvio de que uno había llegado a la más alta jerarquía social.
0:08:50 Bueno, esto sucedió, ya voy.
0:08:52 Esto sucedió hasta hace relativamente poco de todos modos.
0:08:56 Lo importante de poseer carruaje propio, sin embargo no era tanto el costo del vehículo, costo que igual podría ser enorme.
0:09:05 Si no, mantener a los...
0:09:11 Al personal.
0:09:13 A los caballos, etcétera, era muy costoso.
0:09:17 Sin embargo, un coche caro podía valer una fortuna porque había que ir al artesano, darle las especificaciones, comprar una de segunda mano, estaba mal visto.
0:09:31 No podía comprar una de segunda mano, pero después tenía que pintarlo para que nadie lo reconociera porque cada coche era atribuido a un dueño.
0:09:40 Ya se...
0:09:41 Mirá, ahí va el auto de Fulano, ¿no?
0:09:43 El auto no, el coche de Fulano.
0:09:45 Bueno, en los barrios era igual.
0:09:48 La gente conservaba los autos durante tanto tiempo que vos decías, mirá, yo era la camioneta 40.
0:09:54 Y él era la camioneta 40 porque primero había pocos autos.
0:10:00 No había muchos 40.
0:10:01 No había muchos... Sí, eran muchísimos los 40.
0:10:03 Sí, eran muchos.
0:10:05 Se ve que andaba mucho con la camioneta 40.
0:10:07 Pero digo que lo más costoso, tal como se ha dicho, era mantener la marcha del carroaje, dos caballos, cuatro para los viajes largos, se hacían postas después de la primera estapa, decirse, alquilaban caballos en las posadas.
0:10:21 Y si uno conservaba los propios, tenían que darle descanso cada dos o tres días, esto retrasaba mucho cada viaje, ¿no?
0:10:27 Tenías que tener un establo, uno o dos palafreneros, además ningún caballero y mucho menos una dama conducía en su carroaje.
0:10:36 Así que necesitabas un cocheero.
0:10:38 Pero el cocheero en un empleado de cierta dignidad, un empleado superior, si se quiere, en consecuencia, costoso de mantener.
0:10:46 El cocheero nunca condescendía a realizar la tareda de los palafreneros o de los mozos de establo.
0:10:54 Los que tenían coche en la ciudad también necesitaban un lacallo que iba detrás del coche para estabilizarlo, como los tipos de las carreras de Sácaras que van con la moto y del otro lado del tipo, así que se tira y va con el casco sacando chispa.
0:11:10 Qué lindo laburo.
0:11:11 Eso hacía el lacallo.
0:11:13 Tenían que moverse incluso con elegancia cuando el coche giraba y hacer de contrapeso.
0:11:20 Contaré una historia de Alejandro Dumas, Alexandre Dimas.
0:11:27 Padre, Alejandro Dumas, padre, que era un tipo muy vanidoso.
0:11:32 Y cuando empezó a ganar fama con sus libros empezó a darse algunos lujos, pues siempre había sido un tipo muy, muy pobre, el amigo Dimas.
0:11:42 Muchos conocían su carruaje, pero a él no lo conocían tanto.
0:11:50 Sucede que don Alejandro Dumas, padre, era mulato.
0:11:55 Y él mismo iba colegado en la parte trasera.
0:11:59 Adentro no iba nadie.
0:12:01 Y hacía creer a la gente, que pensaba que él estaba adentro, que tenía un criado negro.
0:12:09 Es una de las formas de racismo más curiosas que he conocido.
0:12:13 Ponerse uno mismo como criado negro para darse a alguien.
0:12:23 Otro trabajo del lacallo, no de Alejandro Dumas, el lacallo en general,
0:12:32 consistía en bajarse, desplegar una especie de escalinata y abrirle la tapuer al macanudo con una reverencia.
0:12:41 Los carrojes apropiados no tenían manejas del lado de adentro, porque la nobleza jamás se abría puertas.
0:12:50 Así que, de afuera las manejas.
0:12:54 Qué confiados.
0:12:55 Sí, como un heladera, siempre del lado de afuera.
0:12:58 Una dama, otra especificación.
0:13:00 Si una dama lleva de visita a algún sitio, el lacallo se bajaba primero y golpeaba la puerta.
0:13:08 El golpe de los lacallos de carroajes era siempre el mismo, según Paul Johnson.
0:13:13 Sonaba como dos tresillos rápido.
0:13:24 Sí, no sé si fueron dos tresillos.
0:13:27 Tener que guardar el carroaje, disculpe, me...
0:13:32 Si está emocionado.
0:13:33 Estoy muy emocionado.
0:13:36 Es un tema que les opone así, lo de los carroajes.
0:13:39 Signo y me equivoco de decadencia vender el carroaje.
0:13:43 Cuando vendías el carroaje se corría a la Uri de Uri, se ve que Barton vendió el carroaje.
0:13:48 Debe estar arruinado.
0:13:51 Bueno, contemos para terminar algunas reglas extrañas que se impusieron a los dueños de costes.
0:13:59 Felipe III, allá por 1611, el Felipe III de España, estoy hablando.
0:14:04 Ordenó que sólo pudieran transitar en carroajes los que tenían licencias reales.
0:14:10 Bueno, registro que en Bromar.
0:14:11 Las mujeres sólo podían ir dentro de los habitáculos con el rostro descubierto,
0:14:16 de manera que se las pudiera reconocer.
0:14:19 Nada de andar con máscaras venecianas, con bufándal, o con velos, cosas que no se supieran.
0:14:27 Tenías que ir como diciendo soy la duquesa de Galba.
0:14:32 Ya nada de polarizado, no.
0:14:34 Después los coches no podían prestarse.
0:14:37 Una excusa para no prestarlo, para los miserables.
0:14:41 Dice yo te lo prestaría, ¿viste?
0:14:43 La famosa excusa de la marrete.
0:14:47 Después otra cosa, Bartón.
0:14:49 Ninguna prostituta podían dar en coche.
0:14:53 Si lo hacía, la mandaban al deshierro, la mandaban.
0:14:57 Los hombres con licencias sólo podían, digo, con licencias conducidas,
0:15:01 con licencias vacaciones, sólo podían llevar a sus esposas, hijas, o madres.
0:15:07 O madres.
0:15:11 Jamás podían andar con otra mina que no tuviese ese lazo para evitarse, según decía,
0:15:17 toques imprudentes.
0:15:19 Así que no existía eso de pasearse uno en carruaje, sacar el marote por la ventanilla y gritarle a las minas.
0:15:26 O parario presencia, llevarla.
0:15:29 Ahora, asume el cronista, que los toques imprudentes con la mujer eran imposibles.
0:15:35 Imposibles.
0:15:36 Porque dice, prostituta no sé, la mujer puede llevarla para el toque imprudente.
0:15:40 Pero no podía levantar minas desde el carro.
0:15:45 Algunos lo hacían bajar al lacallo.
0:15:48 Dicen, al lacallo, bájese y pregúnteles a mina que va caminando ahí, si quiere que la rima verá Santé.
0:15:54 Y el lacallo se bajaba, qué sé yo.
0:15:57 Salvo Alejandro Duma, que se bajaba el mismo.
0:16:00 Siento de su propio lacallo.
0:16:02 Decía, mando decir yo mismo, etcétera.
0:16:06 Es fantástico darle a uno un mensaje de uno mismo fingiendo ese intermediario.
0:16:15 Ser uno, al mismo tiempo, el mensajero, el remitente, ¿no?
0:16:21 El intermediario.
0:16:23 Y para completar esto, también sería bueno ser uno el destinatario.
0:16:27 Mh.
0:16:28 Eso es todo lo que quería hacer.
0:16:30 Tiene una gran ventaja, sí, ¿no?
0:16:33 Si se llama solipsismo, no sé cómo se llama.
0:16:36 Señores, esto es todo lo que tenía que decir acerca de los carruajes.
0:16:42 Creí que iba a seguir con los toques imprudentes o...
0:16:46 Con los toques imprudentes.
0:16:47 Ah, a usted le gusta todo eso.
0:16:52 Sí, bueno, no se podía, estaba prohibido.
0:16:55 Imagínense cómo iban a nivelar los lacallos, ¿no?
0:16:58 Los toques imprudentes.
0:17:00 El trabajo es algo.
0:17:01 El imprudente con el coche en marcha no tiene mucha gracia.
0:17:09 Si no maneja, sí.
0:17:11 Y si maneja.
0:17:12 Pero sí uno siente que...
0:17:16 Tiene medio la...
0:17:18 No, sí, sí, me gusta.
0:17:22 Pero yo suelo, prácticamente tengo intimidad con mi novia.
0:17:29 Algunamente, únicamente en vehículo.
0:17:31 En vehículo, ese movimiento.
0:17:32 Sí, yo vivo en una casa, somos muchos de familia.
0:17:35 Dormimos todos en la misma pieza, así que no puedo.
0:17:38 Y las mujeres que condescienden a salir conmigo generalmente tampoco tienen ningún bulín.
0:17:44 Entonces, tengo una pequeña camioneta.
0:17:51 Doy rienda suelta a mi rujo.
0:17:53 Pero la puedes estacionar, igual la camioneta.
0:17:55 Sí, la estaciono.
0:17:56 Ah, no, pero hablábamos del coche-movimiento.
0:17:58 No, no, no, movimiento, no, la estaciono, la estaciono.
0:18:01 La camioneta no es la misma del reparto de huevos.
0:18:03 Y la misma, sí.
0:18:04 La estaciono y le digo, ahora mira,
0:18:07 porque no soy de los que estacionan con un pretexto.
0:18:10 Y después la balanza sobre la mía.
0:18:12 No, digo, amada mía.
0:18:15 Ahora, si tú lo permites, voy a estacionar acá en la avenida Santa Fe.
0:18:20 Pero no dejo de esta.
0:18:21 Y daré rienda suelta a mi lujuria.
0:18:24 La lujuria Santa Fe, que está muy transitada, doble mano.
0:18:27 Busca algo más íntimo.
0:18:29 Pero justo voy para Núñez.
0:18:34 Si ya tengo de andar haciendo un trayecto.
0:18:38 Total, el que quiere mirar, que mire.
0:18:40 ¿Por qué? ¿Usted es una exhibicionista?
0:18:43 No, pero qué quiere que le haga.
0:18:46 Además, por otra parte, todos estamos condenados al exhibicionismo.
0:18:50 Porque la Aldea Global tiene un sistema muy parecido al del gran hermano de Orwell.
0:18:58 Entonces todos estamos sujetos a una vigilancia perpetua.
0:19:02 Bajo la forma de satélites artificiales, cámaras de vigilancia, vecinos, buchones, correveidiles y alcahuetes.
0:19:11 Así que te están mirando todo el tiempo.
0:19:14 Cuando uno comprende que lo están mirando, qué hace?
0:19:18 No se cuida más.
0:19:20 Basta de que ya me escondete y actí.
0:19:23 Venía a entrar ahora que no pasa.
0:19:26 En la avenida Santa Fe, ahí, con tu amante.
0:19:29 Y igualmente te van a ver.
0:19:32 No, toda nuestra vida privada es pública.
0:19:37 Bueno, está bien eso, de aflojar un poco, decir.
0:19:42 Que miren.
0:19:43 Igual si todos miran y todos son mirados.
0:19:46 Ya la mirada pierde peso también, ¿no?
0:19:49 Y todo pierde peso.
0:19:51 Fíjese, cuando un tipo está en cana, qué es lo primero que pierde?
0:19:57 Peso.
0:20:03 Lo primero que pierde es eso.
0:20:09 Me estoy arrepintiendo de todo.
0:20:13 Hemos ido a la discoteca y hablando de carros, carruajes y medios de transporte,
0:20:19 el tipo me dio un balsecito que se llama el aeroplano.
0:20:23 El aeroplano también es una especie de carruaje, pero qué vuela.
0:20:27 Además, es único que tenía.
0:20:29 Por un conjunto que tiene su gracia musical, que es el de Domingo Rullio,
0:20:33 que es un flautista, tiene un conjunto que imita la manera de tocar
0:20:37 de los primeros años del siglo XX.
0:20:41 El aeroplano se ve, se llama este bals de Pedro Data.
0:22:41 Era Domingo Rullio y pa' que bailen los muchachos el aeroplano.

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