El tercer integrante que yo necesito es un intelectual. Alguien con cultura y vuelo. Incluso celebraría con beneplácito la presencia, al menos esporádica, de Dorio. Estaría dispuesto a tolerar su bajada de línea, sus chistes chuscos de connotación sexual, sus vulgares exabruptos, con tal de escuchar tan solo una cita, una evocación, una reminiscencia, una referencia al vasto mundo de la cultura, de la filosofía, de la historia, de la ciencia, del arte, de la literatura, incluso del programa mismo, plagado de historias y de anécdotas, que ya lo configuran como un mundo en sí mismo. Alguien que tire centros que inspiren a Dolina a realizar un comentario de esos que hacía antes, reflexivos, meditativos, que terminaban siempre en aplausos. Nostálgico de eso, ¿por qué no? ¿Es mucho pedir? ¿Mucho soñar? Me voy a poner a llorar acá mismo.