Daniel Centrone: no sé a quién se le ocurrió esa traducción. ¿Al modesto Ernest Hemingway tal vez?
Pero creo que en este caso yo hubiera hecho lo mismo que el traductor; siendo imposible mantener el juego de palabras del inglés, "La importancia de llamarse Ernesto" no está tan mal, tal vez sea la traducción al español menos mala posible. No es una traducción literal, pero en la obra llamarse Ernesto era importante, porque podría casarse con la protagonista que tenía fascinación por ese nombre.
Cosas peores se han visto en el mundo de las traducciones de títulos. Por ejemplo, me gustaría conocer al que tradujo "The Thorn Birds" ("Los Pajaros-Espino", el nombre de un tipo de pájaro) como "El pájaro canta hasta morir". ¿Y qué tiene de malo "Little House on the Prairie" (La Casita de la Pradera) para que alguien creyera que era mejor ponerle "La Familia Ingalls"?
En fin, como dicen los italianos: "traduttore-traditore" (expresión que podría traducirse como "El enigma del traductor misterioso").