Yo en mi niñez era la típica alumna que, por haber aprendido las canciones patrias a partir de la audición y la repetición (más q nada por no saber leer aún), cantaba cualquier verdura. De hecho, me resultaba un tanto extraños los versos que decían: "jurando a Marte, como así defenderte..." o bien "a su luna a la", o peor aún: "el clarín, el jinete sonó".
Luego, la tortura habitual de nuestra maestra de música eran los ensayos del HNA: para hacerla renegar le cantábamos "las Provincias sunidas de Sud"
Y sí. Los niños hacen estas calamidades.