Como siempre, me quedo enganchado con algo y sigo pensando.
Aclaraciones:
Quizá algún fulbolero, se enoje conmigo, pero bueno. No soy muy seguidor del futbol, me gusta mucho, pero lleva mucho tiempo ver los partidos y seguir un campeonato, así que casi no veo futbol, porque si no me engancho.
Bueno, me pasa que tengo queridos amigos de Boca, River, San Lorenzo, etc y sé que se ponen tristes y mal cuando pierden sus equipos. Así que hasta cuando gana mi equipo y pierde el de ellos, me pongo un poco triste en mi alegría. Esto hace que no me den ganas de cargarlos, ni cargar a otro del mismo cuadro... hay amigos que se han ido y transfirieron parte del afecto que les tuve a sus equipos, me sigo alegrando y entristeciendo con y por ellos.
Por eso, las cargadas solo las tolero si son una o dos, atinadas y originales, pero cuando se repiten, cuando se vuelven carteles, me parecen agresivas e injustificadas.
Al fin, esta pertenencia un cuadro específico, parece como un número de lotería que uno se sacó cuando era chico (en la edad de definir el cuadro) y ahora, ya grandes, no lo podemos cambiar, pero en definitiva, da un poco lo mismo de que cuadro es uno.
Un amigo decía que el cuadro era más importante que su mujer, su religión y su partido político, porque todos estos los podía cambiar y su cuadro no. Yo creo que precisamente, uno no cambia el cuadro por ser más importante, sino por ser menos, porque el cuadro no necesita de ninguna aceptación de morales, conductas, esfuerzos... parece algo así como un lunar o una mancha de nacimiento (Dolina habló de esto alguna vez).
Perdón por ser largero.
Saludos.