Nico-Nico,
Por supuesto que en gran parte uno es lo que sus maestros le inculcaron.
Es el ejemplo de un niño, que aprende de lo que le enseñan sus mayores.
Pero a medida que el niño crece va experimentando por si mismo lo enseñado, y si esto concuerda con su propia personalidad, él, lo incorpora a su experiencia y a sus convicciones.
Te repito, que es bueno hacer la distinción entre idolatrar y admirar, ya que lo primero fanatiza, mientras que lo segundo, enriquece.
Cuando alguien (el niño tal vez), copia al maestro (al grande), mas que una falta de consideración, esta manifestando un reconocimiento.
Una buena idea es siempre una buena idea, sea que sea propia o ajena. No hay derecho de autor para lo bueno, solo se divulga.
Lo patológico, repito, seria sentirse mal siendo lo que uno es; aunque uno parezca el fiel reflejo del otro. Y qué? Si nunca hay dos seres iguales