Sin ser para nada un estudioso del tema, estuve tratando de explicarme un poco cómo funciona el mecanismo del humor en el diálogo que trascribí.
Decía que es un diálogo “surrealista” porque parece como si hubiera varios niveles de realidad en él, niveles paralelos e igualmente válidos.
Dolina comienza declarando ser un eximio tirador de dardos, que tiene un nivel de aciertos del 100%. Pero luego se revela que no es tan bueno como decía al principio (no acierta en el 100 sino en el 0) y finalmente termina afirmando que nunca había tirado un dardo. Todo esto se manifiesta como si una cosa fuera continuación natural de la otra y no como si hubiera alguna contradicción esencial entre ellas.
Cuando Dolina dice “No, nunca tiré”, no se toma el trabajo de decir: “discúlpeme, he estado mintiéndole hasta ahora”, sino que lo dice como si fuera una continuación válida de lo que venía diciendo antes.
A su vez Barton (partenaire perfecto) tampoco le marca ninguna contradicción, no le dice “ah pero cómo, entonces me estuvo mintiendo hasta ahora”, sino que simplemente le dice “ah, hubiera empezado por ahí”, como si haber afirmado antes que era un gran tirador de dardos fuera una simple digresión, un comentario lateral que no entrara en contradicción fundamental con el “no, nunca tiré”.
Da la impresión de que el diálogo podría haber continuado perfectamente más adelante con Dolina diciendo que había participado en certámenes internacionales de tiro al dardo, sin ningún problema y sin ninguna ruptura con lo dicho anteriormente.
Sin ser, repito, un estudioso del tema, este mecanismo de las contradicciones que se concilian en algún tipo de universo de realismo mágico, creo que es uno de los muchos mecanismos humorísticos que Dolina utiliza, y que lo hacen único en su especie.
Sin dudas, algún día alguien que sepa hará el estudio en profundidad que el humor de Dolina merece.