Expreso mi rechazo más enérgico al uso de drogas a todos los efectos, y en particular con el fin de acceder a “estados superiores de conciencia”, “visiones místicas”, o similares.
Hay muchos chantas, chamanes, gurúes new age, escritores (muy vendidos), etc, en fin, un lote importante de mercaderes de la espiritualidad, que prometen fórmulas mágicas a los/as incautos/as (que son muchos/as), donde el slogan parece ser “¡Hágase Buda en 2 semanas o le devolvemos su dinero!”.
El camino espiritual verdadero no tiene nada que ver con el uso de drogas ni con atajos de ningún tipo. Menos aun tiene que ver con el esoterismo, el ocultismo, o la magia negra, blanca, azul o del color que sea. Tampoco tiene nada que ver con rituales exteriores.
La espiritualidad verdadera tiene todo que ver con la reforma integral del carácter, con la superación del egoísmo, con el crecimiento en amor y en compasión. Una persona que cree estar en posesión de un gran conocimiento espiritual porque tiene "visiones místicas", mientras que alberga en su corazón odio, desprecio, ira, envidia, vanidad, y demás sentimientos ego-céntricos, ciertamente está muy extraviada.
Los estados superiores de conciencia y las visiones místicas, si ocurren –y en todo caso no es algo de lo que tengamos que preocuparnos ahora- deberán ser el resultado de una maduración espiritual sana. Los atajos sólo pueden provocar estados difusos y efímeros, generalmente ilusorios, que no sirven para nada (en el mejor de los casos) o incluso pueden llegar a ser muy peligrosos, por la gran confusión que se puede producir en la persona que intenta ingresar forzadamente a un estado para el cual no está preparada.