Me gustan los burgueses, los comerciantes y los rentistas. Tengo especial aprecio, estima y gratitud por los micro-emprendedores y los empresarios en distintos niveles, gracias a los cuales vivimos todos y, sobre todo, se alimenta el estado. Ellos son verdaderamente la única fuente genuina de trabajo y de riqueza, de producción, de desarrollo y de progreso. Riqueza de la cual claramente viven todos, especialmente los que dependen del estado. Tengo además muy especial aprecio, valoración y gratitud para con los inmigrantes y sus descendientes. Gracias a todos ellos este país todavía no se convirtió en Haití.