Cómo anda, Alejandro. Pues sí. Nada de covers pero de visita por esta Barcelona sumida en la crisis. Igual está linda la ciudad e igual la gente se divierte, y los que tienen laburo, laburan.
Todo el mundo se anda quejando de que va a ganar Rajoy (el PP, la derecha), y ni se les pasa por la sesera que podrían evitar que eso sucediera. Parecería ser un hecho natural. A veces se les ocurre que podrían salir del Euro. Entonces un escalofrío les recorre la espina dorsal, y cambian de tema. Los argentinos que están aquí (la mayoría de ellos) siguen hablando de lo tercermundistas y atrasados que estamos en Argentina, como si no fuera tercermundista y atrasada esta forma de hacer política del PP y del PSOE. Como si reducirles el presupuesto a las Universidades en un 7% de media (lo sé porque soy profe visitante de una Universidad de aquí, sólo por si a alguien se le ocurre correrme con la vaina) para garpar lo que se chorearon los bancos, fuera la Ley de Gravitación Universal.
Ya no intento explicar qué es el peronismo. Ya no intento explicar qué es el gorilismo. Tampoco los miro con condescendencia, porque este país me dió mucho y tengo una hija catalana, y quiero de verdad a esta ciudad y a esta gente. Me da pena que Rajoy vaya a privatizar la salud pública, un sistema que ha resistido mucho gracias al esfuerzo de las Autonomías y de los médicos españoles que siempre creyeron que la salud debe ser solidaria.
La verdad es que esta ciudad es un poco mía también, la conozco mucho y tengo afectos entrañables. Siempre he sido bien recibido y bien tratado, valorado y querido. Nunca me despido, por ende, de Barcelona. Y no es esnobismo ni nada de eso: lo que me tiene ligado a este lugar consiste de actos y eventos triviales: siempre he sido aquí un becario primero y un laburante durante y después. Y hay más cosas que diría si no tuviera que irme al bar de aquí abajo a tomarme una cerveza.

¡Salud!