(Poema, a propósito, que Hemingway reproduce al comienzo de su novela "Por quien Doblan las Campanas", y que también inspiró su título (For Whom the Bell Tolls)).
Agregaría algo más sobre el tema: el clímax de la conciencia de unidad de la vida es el que alcanzaron los grandes maestros espirituales. Buda o Jesús no necesitaban de puentes (efímeros o permanentes) para sentirse Uno con la totalidad del universo, y con sus hermanos en particular.
Aquello de que Jesús "asumió como propios los pecados del mundo" no es sólo una frase bonita; nos da una (pálida) idea del grado de conciencia alcanzado por este gran maestro.
(Por cierto: un abrazo a la comunidad cristiana en esta semana en que celebran la vida y las enseñanzas de Jesús. Ojalá que algo de ese espíritu permanezca en nosotros más allá de esta semana).