Ya que mencionaron la reciente conversión de Dolina al progresismo homeopático, cito esta observación aplicable a otras disciplinas cercanas a las carreras de Comunicación y Humanidades (marcas de tiempo desde 14:35 hasta 16:08):
https://venganzasdelpasado.com.ar/posts/la-venganza-sera-terrible-del-29-04-2013
Transcribo una sola frase: «No quiero yo restarle méritos a su licenciatura en Feng Shui, que supongo que sus buenas semanas de insomnio le habrá costado».
No tengo el ánimo policial de señalar una contradicción; Dolina jamás negó su ambigüedad epistémica, algo que no puede reprochársele a una artista. Por otra parte, pasaron muchos años de eso y todos envejecimos vilmente, que es la única forma de envejecer (con una posible excepción en el caso de Halle Berry); traer unas pocas palabras sueltas de más de una década atrás para hacer comparaciones favorables a mis intereses sería un acto miserable (con una posible excepción en el caso de Gabriel Rolón). No digo que una formación en ciencias duras (que en Argentina tiene graves defectos de actualización y omisión total o parcial de temas fundamentales como la filosofía detrás de ellas) sea un antídoto infalible contra ese chamuyo posmoderno que hace tanto daño cuando ejerce el poder político, pero quizá pueda ayudar en algo. Sin embargo, no creo que hubiera servido para frenar la importación estatal del wokismo y la generomanía de los que hablan Mariela y Ciudadano32, y que fueron los mejores aliados del gobierno actual; eso no es algo que pueda combatirse con la mera oposición de evidencia científica porque sus promotores son verdaderos conversos en un sentido religioso.
Hay una serie de programas del 2013 con Jorge Dorio que no había oído nunca; el que cité es uno de ellos. (Tomé la precaución de elogiar la participación de Dorio unos días antes de su muerte para que no me acusaran más tarde de chantajismo sentimental.) Sigo sosteniendo que su presencia modificaba el carácter de Dolina para mejor: había en esos programas un aire de salvajismo y provocación que no puedo encontrar en otras circunstancias. Por otra parte, me sorprende que Barton funcionara tan bien como contraparte de esos dos tipos tan eruditos como camorreros.
Intenté varias veces decir algo sobre un encuentro reciente entre divulgadores científicos y terraplanistas, pero perdí la fe porque me sorprendí reescribiendo los lugares comunes de siempre. Más tarde trataré de resumir algunas de mis estúpidas opiniones en dos o tres párrafos perfectamente prescindibles. (Usaré el terraplanismo como síntesis y caso testigo del conjunto de movimientos culturales unidos por el rechazo sistemático de la evidencia en contra de sus convicciones, que en ocasiones incluye a parte de la propia comunidad científica y a líderes políticos importantes, que es lo que me interesa en el fondo.)
Eso sí: me revuelco de risa cuando imagino a Dolina diciendo empatía. Para mí que está cargándolos en secreto.