ElOrientalErrante, no estoy tan seguro de que las clases sociales más humildes tengan algún interés en las ideologías de género, quizá porque están demasiado preocupadas por ver cómo los sueldos de miseria y el creciente abandono del Estado nacional (aparentemente en vías de privatización) les quita día tras día la poca dignidad humana que les queda; en mi ínfima experiencia de desclasado (observaciones que no pretendo postular como de validez universal), me da la impresión de que la probabilidad de algún contacto entre esos dos mundos tan distintos (uno tan empírico, el otro tan platónico) tiende a cero.
La corrección política extrema, la cultura de la cancelación, la ortopedia gramatical del lenguaje inclusivo, la fenomenología de la autopercepción como criterio absoluto de verdad, etcétera, parecen ser dogmas sostenidos por un puñado de personas que viven de eso y que pueden contarse con los dedos de una rodilla (me gusta llamarlas mayorías no numéricas, pequeños grupos sobrerrepresentados de individuos a quienes las nuevas tecnologías de la información les permiten hacer ruido en redes y medios como si fueran millones).