Ja, ja, take it easy Julian. Comprenderás que tu estilo, que es un poquitín agresivo, a veces puede despertar respuestas un poquitín irónicas.
Lo que no entiendo es qué tiene de extraño o particular que sea uruguayo que a tí te cuesta tanto aceptarlo. Al final lo que estás provocando es que crezca mi ego uruguayo, lo cual, como budista, trato de evitar por todos los medios (y si además citas a Onetti, bueno... el egómetro por las nubes).
¿Si te digo que Suárez es mejor que Messi me creerías que soy uruguayo? (en realidad no creo eso, ¿a quién voy a engañar?…).
Dices que te despides ahora sí definitivamente del foro, pero sin embargo yo creo que esa carga kármica que te ha impulsado a este retorno actual, va a buscar nuevamente una forma de expresión en este plano relativo, tal vez bajo otro nombre (u otro equipo de fútbol).
Pequeña nota al margen: El karma, como sabrás si has leído sobre budismo (ahora adopto temporariamente estricta seriedad budista) tiene que ver con el principio físico de acción y reacción. Si tú tienes un deseo fuerte, eso actúa como una acción, una fuerza, como una especie de “demanda” que le haces al Universo, digamos, y esa fuerza provoca una reacción que busca su forma de expresarse. Según el budismo, tus deseos te mantienen en este plano, en lo que se llama el “samsara”, el ciclo de nacimientos y muertes, hasta que, llegando a una cierta madurez espiritual, te haces consciente de lo insatisfactorio de ese ciclo y del sufrimiento contínuo derivado de él, y buscas la forma de ponerle fin. El Buda buscó y encontró el camino hacia el fin del sufrimiento, el llamado “sendero óctuple”, que no voy a describir acá pero que en su esencia apunta a la cesación de los deseos, con lo cual el karma se extingue y alcanzas el Nibbana o Nirvana, el estado en el cual eres (como siempre fuiste en realidad) uno con lo Absoluto.
Bien, ahora en un plano más distendido, te vuelvo a decir que este deseo fuerte que tienes de analizar, evaluar, calificar, juzgar, etc, los comentarios que otros vierten en esta página (a partir de lo cual supones y presumes intenciones, nacionalidades, religiones, etc) creo que va a buscar nuevamente su expresión en el futuro.
Por mí todo bien, reencánate todas la veces que quieras, no es ninguna molestia, por el contrario es un gusto conversar contigo (y esto es en serio, no es irónico).
Lo de reencarnar lo digo en forma laxa: en realidad, estrictamente, no hay reencarnación porque no hay almas individuales, pero eso ya es tema para charlar café de por medio, con tostadas si quieres (ja, ja, ésto sí fue irónico, te pido disculpas).
Ahora bien, si me nombras capitán del “FC Gastadores”, lo tomo con toda la seriedad que corresponde a un hijo del gran Obdulio: pelota bajo el brazo como en el 50, ceño fruncido, voz fuerte, palabras pocas pero firmes. Y todos me tienen que tratar de usted, ¿eh? Incluso ya estoy con ganas de dar mis primeras órdenes:
- A ver, Chancho, mijo, márqueme esa punta, que el Davolos éste le está pintando la cara! Apure ese trote!
- Enoch, deje un poco “El Capital” y atienda el partido, gurí. ¿Ese japonés Marx a quién le ganó?