"Stalin escribió un informe donde utilizó la palabra inmisericorde. Dijo: "Hay que ser inmisericorde con esta gente." Eran épocas de una gran crueldad. Incluso a veces algunos de aquellos caudillos disentían acerca del grado de crueldad que era conveniente, no por motivos morales sino por motivos estratégicos. Lenin dijo que había que tratar de persuadir a algunos y que no siempre convenía llevar la violencia al extremo; que a veces había que, como un recurso político, aflojar. Entonces es curiosa la brutal sinceridad de aquellos hombres que contrasta con estos tiempos en que nadie se hace cargo de su atrocidad. El régimen de Stalin desde luego es abominable, pero tenía conciencia de eso. Pensaba que la crueldad era necesaria. "Inmisericorde"... Es una palabra que ningún príncipe del mundo se atrevería a escribir públicamente hoy, y sin embargo la inmisericordia reina por doquier y nadie la reconoce. Todos fingen, y eso es canallesco. Fingen ser personas razonables. Fingen estar del lado del bien considerado como una pasividad tolerante."
-Alejandro Dolina