A partir del cariño que te tengo, Viyi (cariño que va en relación inversamente proporcional a mi comprensión de tus escritos, como nos pasa a casi todos), me permito, un poco atrevidamente, esbozar algunos comentarios que tal vez podrían serte de utilidad para cuando decidas regresar al foro:
Como he dicho otras veces en otros contextos, creo que tenemos que aprender a vernos de una forma más distendida, e incluso permitirnos (y disfrutar) la posibilidad de reírnos de nosotros mismos. Yo veo como que te tomas a ti misma demasiado en serio, y que siempre estás muy tensa, demasiado pendiente, en guardia e hipersensible a la reacción (o a la no-reacción, a la indiferencia) de los otros. Creo que esa actitud incluso te ha llevado a sentirte herida por algunas críticas que se han volcado en este foro, que en realidad no iban dirigidas a ti. Por ejemplo, no recuerdo que nadie haya dicho o insinuado que tus escritos eran cursis; esa fue una crítica para mí. De más está decir que la rechazo enfáticamente, del mismo modo que las trémulas aguas ambarinas del mar azogado rechazan, indiferentes, los prístinos rayos dorados del efulgente astro rey.
Lo mismo pasó con lo del marroco, que fue un simple comentario de carácter general que hizo un forista, y tú lo tomaste como algo personal hacia ti. Y otros más que no recuerdo ahora.
Es cierto que algunas otras críticas sí han ido dirigidas a tus comentarios, como por ejemplo en lo que tiene que ver con lo difícil de su comprensión, o con su extensión excesiva (ésta es otra crítica que también se me ha hecho a mí, y cuya falsedad ya demostré en mi comentario nro.3527, capítulo 138, sección 24-A, y que sería muy largo repetir aquí).
¿Cuál es el problema con eso? Como te dijo el Chancho en su excelente comentario, tú vuelcas tu sensibilidad y escribes lo que tienes ganas o necesidad de expresar, y eso vale por sí mismo porque te hace bien. Si luego los demás no quieren leer tus comentarios porque son muy largos, o si no alcanzan a comprenderlos, o si los reciben con frialdad o indiferencia, es una decisión o un problema de los otros, no tuyo.
Creo que no podemos exigir a los demás (sí, Mariela, ya termino, no me empujes) que compartan nuestros mismos intereses, pensamientos y sensibilidades, y mucho menos podemos enojarnos con ellos por no hacerlo. Cada uno está en su propio camino y todos son respetables. Si nos enojamos con otros porque no participan de nuestro camino, me parece que estamos incurriendo en suponer que nuestro camino es mejor que el de otros, y creo que eso es lo peor que podemos hacer. ¿Por qué, en vez de enojarnos, no escuchamos con humildad lo que otros tienen para decirnos, aunque venga en forma de crítica, y aun cuando las formas no sean las mejores ni las más amables? Tal vez pueda haber algo de verdad en ellas, algo que quizás nos pueda ayudar a mejorarnos como personas. ¿Por qué perdernos esa posibilidad a cambio de la mísera revancha de lanzar una palabra cruel o una expresión hiriente como respuesta, que nuestro pequeño ego reclama airadamente como satisfacción por la (real o supuesta) ofensa recibida?
En fin Viyi, me vinieron a la mente estos humildes comentarios y los pongo a tu consideración por si te pueden servir. Estoy convencido de que si meditas en ellos lo suficiente, llegarás a la conclusión de que s̶o̶n̶ ̶u̶n̶a̶ ̶s̶a̶r̶t̶a̶ ̶d̶e̶ ̶e̶s̶t̶u̶p̶i̶d̶e̶c̶e̶s̶ tal vez algo de utilidad pueda haber en ellos.
Un gran abrazo.